Abrí los ojos en un lugar donde la iluminación era verde. Pude ver a muchos seres mirando con caras inexpresivas. Todos tenían el pelo amarillo, y una cola. Miré mi propio cuerpo, descubriendo que yo también tenía cola. Caí en la cuenta de que sería lo mismo que ellos.
Abrieron el sitio donde estaba, y salí de aquel pequeño recinto. Todos me observaban, y aunque sus caras eran inexpresivas, parecía que estaban sorprendidos conmigo. De repente, todos dejaron paso a un hombre mayor que se acercó a mí.
Garland: así que éste es el genómido extraño…
¿Genómido? ¿Qué era eso? Si me había llamado así, sería que yo era uno de esos genómidos que él decía. No dejaba de mirarme, de arriba a abajo. ¿Qué sería lo que estaba mirando?
Garland: cabellos blancos…cola blanca…definitivamente es distinto a los demás.
¿Distinto? ¿Pero no era como ellos? ¿Por qué yo era el único que era así?
Garland: no se si será seguro mantenerlo con vida…pensaré un rato, vosotros vigiladle. En cuanto haya tomado una decisión, os informaré.
Se fue, subiendo por las escaleras y saliendo de aquel lugar. Los demás se me quedaron mirando. No me atrevía a decir nada, me sentía algo acongojado. ¿Acongojado? Vaya….una sensación extraña recorría mi mente…¿Tendrían ellos la misma sensación? Ese mundo nuevo era todo un misterio para mí…
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Garland: vaya…esa mirada de perplejidad en su rostro es algo nuevo entre los genómidos, por no decir su extraño color en los cabellos y la cola…No creo que sea seguro mantenerle aquí, quizás la forma mas segura sería eliminarlo…
Garland paseó durante un rato por el recinto, en cuyo centro se hallaba una parte de lo que quedaba de la antigua Terra. Aquel recién nacido le había sorprendido. ¿Era posible que hubiese nacido con algo parecido a un alma?
De ser ese el caso, era 100% aprovechable. Bien podría ser el que acelerase el flujo de las almas de Gaya, e intensificar la entrada de las almas de Terra en el cristal de gaya. Si, debía mantenerlo vivo. Sería un prototipo del ángel de la muerte en Gaya.
Eso le daba paso a otra idea. Si un ser como él había nacido por error, como sería un genómido creado a consciencia, dotado de una de las almas que custodiaba? Seguramente superaría con creces el poder de cualquiera, y llegaría a ser el perfecto ángel de la muerte que llevaría el Apocalipsis sobre Gaya.
Garland: mantendré vivo a…Kuja…así se llamará, Kuja.
Salió del recinto, y avisó a una de sus creaciones que buscara al nuevo. Mientras, el hacía los preparativos para su marcha a Gaya, y para el nacimiento del verdadero ángel.
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Cada vez andaba más perdido. Todos mis semejantes tiraban de mis brazos, llevándome a muchos sitios. No cesaban de enseñarme los lugares mas llamativos, y luego pasaban a los mas escondidos. Me informaron sobre que me encontraba en una villa llamada Bran Bal, y que los lugares aquellos se llamaban “casas”. Realmente era una preciosidad.
A veces mis labios se estiraban, y las comisuras subían. Me sentía muy bien cuando lo hacía, pero los demás me miraban extrañados. Ellos no lo hacían nunca, por qué? Si era muy placentero.
De repente uno vino corriendo, y me cogió de la mano, diciéndome que me reclamaba el señor Garland. Seguramente era el hombre de antes. Quizás me iba a enseñar mas cosas sobre la villa. En breve llegamos a un sitio muy extraño. Y allí se encontraba él, de espaldas a mí. El otro que vino conmigo se fue, dejándome a solas con Garland.
Garland: me alegro que hayas venido…
No sabía que contestar. ¿Qué significaba “alegro”? ¿Era algo bueno? Esperaba que si, no se porque no quería que fuese malo…
Garland: *dándose la vuelta* bien, seré directo. Voy a dotarte de un nombre. Te reconocerás por él, y solo responderás cuando te llamen así. Tu nombre es Kuja.
Kuja: mi nombre….es Kuja…
Garland: ¿Qué te parece?
Kuja: ah…pues…es bonito
Garland: mi nombre es Garland, como seguramente ya habrás oído de alguno de tus “hermanos”. Solo tu tienes nombre, los demás son solo números hasta que llegue el momento…
Kuja: ¿y por qué…solo yo tengo nombre?
Garland:…eres especial.
Kuja: ¿especial? ¿Qué quiere decir?
Garland: supongo que lo habrás notado. Tu color de pelo y cola es distinto al de los demás, y haces cosas que ellos no hacen. Más de un gesto habrás hecho que ellos solo han sabido responder con inexpresividad. Kuja, tu estas dotado de conciencia.
Kuja: conciencia?
Garland: capacidad para hacer cosas por uno mismo. Y es por eso que tengo para ti una misión especial. Quiero que vayas a Gaya y crees conflictos en ella. Nuestra supervivencia depende de su destrucción. No te preocupes por lo que debas hacer, yo te enseñaré lo necesario.
Siguió contándome cosas. Algunas impresionantes, otras horribles. Me contó sobre nuestro origen, como habíamos llegado hasta allí, y qué debíamos hacer a partir del instante en que nuestro preciado cristal rojo empezó a fibrilar entre la “vida” y la “muerte”.
Luego me llevó a un lugar, donde se podían ver datos sobre ese nuevo mundo, Gaya. En el se podía ver acerca de la vida que lo habitaba, las magias, la tecnología, etc. Era muy primitiva la vida en aquel lugar, pero avanzaba a pasos agigantados. Una cosa me llamó la atención: las invocaciones.
Pregunté a Garland por ellas. Se puso serio, y respondió.
Garland: eso se sale de mis manos. No se totalmente lo que son, pero sí sé que son muy, muy poderosas. Son seres enigmáticos, con poderes que suelen provenir de los elementos de la mismísima Gaya. Y son un gran obstáculo para nosotros…
Kuja:…y yo debo averiguar sobre ellos, verdad?
Garland se sorprendió. Podía empezar a notar como algo cambiaba en mí. Algo se forjaba en mi interior a medida q absorbía conocimientos. ¿Era aquello a lo que Garland llamaba “personalidad” lo que se estaba creando en lo mas profundo de mi mente? Y mi mente misma me daba la respuesta: sí.
Garland confirmó mi frase, y luego me explicó mas cosas. A medida que iba viendo acerca de ese planeta, crecía en mi unas ganas por poseerlo inmensas.
Kuja:…la verdad es que, con todo lo que me estas contando, me dan ganas de poseer todo eso….
Garland:…..
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Garland se estaba dando cuenta de cómo crecía su nuevo genómido. Su absorción de conocimientos era excelente, y estaba mas que satisfecho con ello. Pero algo le alarmó: su nueva creación estaba creando pensamientos posesivos hacia Gaya, lo que le podría traer problemas. Debía apresurarse la creación de su hermano, el ángel de la muerte definitivo. Y lo haría distinto, para que no recorriera el mismo camino que su precario hermano.
Tras haber hablado ambos durante un rato, le dio ropas adecuadas para no destacar mucho en la población de Gaya, y le envió a través de un camino seguro hasta ella, manteniendo siempre una vía de vuelta a Terra abierta para él.
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Baja varias veces a Gaya, a negociar con gente importante, y a crear conflictos entre ellos. Era tan divertido ver como esos idiotas se cortaban la cabeza los unos a los otros…pero todo aquello terminaba siendo demasiado aburrido, necesitaba mas acción.
Volví a Terra tras otro día de diversión, pero a la vez de vacío. Mi mente pedía ir mas allá, pedía ser reconocida. En todo lo que hacía, por orden de Garland, me mantenía en el anonimato. ¡Pero yo quería que supieran quien lo hacia! ¡¡¡Quería que me miraran y temblasen ante mi poder!!!
Llegué ante Garland. Como siempre, me daba una agradable bienvenida, le explicaba como había ido todo, y me felicitaba. Era muy agradable recibir aquellas palabras de felicitación por su parte. Con el tiempo llegué a llamarle a veces “padre”. Según él, el padre era lo mismo casi el creador. Y como creador que era él para mí, lo justo era llamarle así, además que lo hacía mas ameno.
Pasaba el tiempo, o al menos tenía esa noción mientras estaba en Gaya. Mis hermanos genómidos no avanzaban en su mentalidad, lo que me hacía sentir especial, alguien importante. Eso llenaba en parte mi sed de ser reconocido, pero no era lo que yo buscaba. Ellos ni siquiera notaban mi avance, simplemente me veían pasar, y me veían como un elemento distinto a ellos.
Básicamente, yo no entraba en su programa.
Todo iba bien, hasta que un día, volviendo de Gaya, pasé por delante de las escaleras que daban al laboratorio, y oí a Garland hablando con alguien. Curioso, decidí bajar, para ver con quién estaría Garland. No llegué al último peldaño, cuando escuché algo que no me gustó nada.
Garland: muy bien, mi pequeño Yitán…puedes tenerte en pie ya?
¡¿Yitán?! ¡¿Quién demonios era?! ¿Acaso Garland había otorgado un nombre a otro genómido?
Eso significaba que yo ya no era tan especial. Algo empezó a presionar en mi pecho…me sentía mal. Era un sentimiento muy fuerte y doloroso. Decidí salir de mi escondite, e ir hacia ellos, para ver cual era la situación.
Pero la visión que me encontré era del todo distinta a lo que me esperaba. Garlan estaba arrodillado junto a un genómido mas pequeño de lo normal. ¿Qué significaba todo aquello?
Garland: oh, Kuja, veo que has llegado. Llegas justo a tiempo para saludar a tu hermanito, Yitán.
Miré al pequeño, el cual correspondió mi mirada con una cara algo inexpresiva, pero viva. Estaba claro, ese ser era como yo. También podía llegar a tener emociones y sentimientos. Mi hermano pequeño…
Garland: se que es muy repentino, pero me gustaría que te llevases bien con él. Quiero que en parte, tú también seas su maestro.
Su maestro…eso era una responsabilidad muy grande. El pequeño, el cual iba con solo una manta por encima, se acercó a mí, y cogió mi mano. Ese gesto despertó en mi interior un sentimiento cálido, q sustituyó al doloroso que había tenido antes. Le cogí por debajo de los brazos, y lo alcé, para luego acomodarlo en mis brazos.
El pequeño miró hacia abajo, y luego dirigió su vista a mis ojos. Le sonreí. No se como, ese pequeño hacía que despertaran en mí sentimientos cálidos, que iluminaban mi consciencia, y me alegraban.
Garland nos miraba maravillado por las reacciones que estábamos teniendo. Llevamos al recién nacido a un cuarto, dónde le dimos ropa. Yo mismo le ayudé a vestirse, porque él no daba pie con bola. Era realmente gracioso ver como se equivocaba y trataba de rectificar, torpemente, el pequeño error.
A medida que pasaba el tiempo, el pequeño iba haciendo mas cosas. Aprendía como yo, pero a la vez hacía algo nuevo para mí: su cuerpo iba evolucionando, creciendo. Era un proceso lento, pero seguro, y hacía que me sintiera bien de ver como continuaba haciéndose mayor.
Las misiones a Gaya seguían siendo las mismas, pero entre misión y misión, me quedaba con el pequeño para enseñarle a hablar. Solía llamar mi atención llamándome “hermanito” o “tete”, pero ya era hora de que se aprendiese mi nombre. Así que un día le senté en una silla, y yo frente a él, y empecé con una sesión de aprendizaje de nombres.
Kuja: bien, tu eres Yitáaaan…
Yitán: i..itán!
Kuja: ¡casi! Yitán, Yi, Yi
Yitán: ¡Yi Yi!
Me reía cuando hacía eso. Realmente me estaba encariñando con él. Seguí practicando para que dijera su nombre.
Kuja: Yitán
Yitán:….Yi..tán..
Kuja: ¡Muy bien!
Ambos aplaudimos. El sonreía de una forma inocente, mientras que yo me sentía satisfecho por haberle enseñado a decir su propio nombre. Ahora tocaba el mío. Los demás genómidos nos miraban extrañados, sin saber qué hacíamos exactamente.
Kuja: y ahora el mío, Ku-ja
Yitán….u…ja?
Kuja: casi! Ku-ja, Ku, Ku
Yitán:…ku…kua?
Kuja: uf, el mío te va a costar un poco mas ^^u
Apenas iba a comenzar de nuevo a enseñarle mi nombre, cuando me avisaron de que Garland me llamaba. Le dije a Yitán que enseguida volvería con él a seguir enseñándole más palabras. El me dijo adiós moviendo la manita. Yo le respondí del mismo modo, con una sonrisa.
Acudí al cuarto de Garland. Este me esperaba de espaldas, como la primera vez que me hizo llamar. Parecía algo serio…
Garland: Kuja…la razón por la que te he hecho llamar es, primero de todo, para felicitarte por ser tan buen maestro del pequeño Yitán.
Kuja: me halagan esas palabras, padre.
Garland:….y también decirte que a partir de ahora, será Yitán quién tome las riendas de la misión de Gaya.
Kuja: ¡!! ....c…como? ¡¡Pero si de eso me encargo yo!!
Garland: lo siento Kuja, pero tú ya no eres necesario. Has sido un buen ángel de la muerte hasta que el verdadero mensajero de la muerte pudiera comenzar con su misión. Puede que aún se algo precario, pero yo me ocuparé del resto de los conocimientos que le hacen falta para llevar a cabo la misión con éxito.
Kuja: entonces…yo solo existía…para hacer tiempo?
Garland: exacto, y ahora que has cumplido, permanecerás aquí como otro recipiente más hasta que las almas de Terra puedan ser despertadas.
¿Otro recipiente mas? Me estaba…poniendo al nivel de todos los demás? ¿Había dejado de ser especial?...No…no lo permitiría…
Kuja:..entiendo…con permiso…
Hice una reverencia, y me retiré. No iba a permitir que ese pequeñazo ocupara mi puesto. Yo no era un muñequito temporal para dejarle paso a ese maldito enano. Enseguida llegué adonde se encontraba, esperándome. Me miró y me sonrió, a lo cual yo le respondí con una cara de enfado absoluto. Le cogí fuertemente de la mano, y me lo llevé de ahí.
Yitán. ah! Auu! ¡Tete! ¡Teteee! ¡Dueleeee!
No paraba de gimotear y de repetir lo mismo una y otra vez. Pero yo hacía caso omiso a sus palabras y a sus lágrimas. Mi ira era mucho mayor que eso. La primera idea que se me pasó por la cabeza era la de eliminarle, pero otra se cruzó por encima de esa, una mucho mejor.
Kuja: si tanto quiere Garland que seas el ángel de la muerte de Gaya, lo serás ahora mismo. ¡¡Te mandaré a Gaya para que nunca vuelvas, Yitán!!
Yitán:…snif…tete…
Llegué al límite de Terra, donde empezaba el flujo de almas de conducía a Gaya. De un tirón lo puse en el borde. El pequeñajo se aferró a mí, pero yo lo aparté con brusquedad.
Kuja: vete…no quiero ni verte…
Yitán:…tete…hermano…
Kuja: deja de repetir esas memeces…
Le empujé dentro del flujo, pero justo antes de caer, se quedó cogido a una roca que estaba por debajo del borde. Se aferraba a ella como si la vida le fuese en ello, aunque en parte era verdad. Miraba hacia arriba, a mi cara, suplicándome ayuda.
Una ayuda que no iba a recibir de ningún modo. Ese maldito ser había sido creado para sustituirme, para dejarme a un lado como un muñeco más. Y la única forma de seguir siendo especial para mi padre era deshaciéndome de él.
Kuja: deja de lloriquear y afronta la situación. Has perdido, maldito cri…
Yitán:..tete…hermanito…KUJAAAAAAA!!!!!
Kuja: ¡!!
Algo en mí despertó. Había…había dicho mi nombre, se lo había aprendido…yo…que demonios estaba haciendo?!
Kuja: YITAN!!!
Yitán: kujaaa!! KUJAAA!!!
Me tumbé en el suelo, alargando el brazo hacia él para poder cogerle. El hizo esfuerzos por alargar su brazo hacia mí, y coger mi mano. Ya casi podía alcanzarle….
Pero no llegué a poder cogerle. Su otra mano resbaló finalmente, y cayó en el flujo. Lo último que vi fue su rostro de sorpresa, lleno de lágrimas, para luego desaparecer en el camino azul hacia Gaya.
Me quedé en la misma posición. No podía moverme. Mi mente no reaccionaba. Le había perdido. Le había sentenciado yo mismo….Yo…la persona en quién el mas confiaba…la persona que le cuidaba, que él quería…yo le había…
Kuja: UAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!
Grité. Seguí gritando, intentando disipar mi dolor. Hasta que algo en mi mente se apagó. De repente, no sentía dolor, ni angustia. Me sentía vacío…no sentía nada…
Me levanté, y volví hacia Bran Bal. Lo que no sabía es que había sido observado…
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En el flujo de almas, un pequeño ser se veía rodeado de espíritus, los cuales le rodeaban constantemente, curiosos. El pequeño tenía miedo, y se agarraba con fuerza la cabeza con las manos. Las almas fueron rodeándole, hasta que de repente, una luz azul intensa le envolvió. Su mente se quedó en blanco, y sus ojos dejaron de mostrar expresión.
Ahora en su conciencia solo quedaba una cosa, un nombre, enseñado por alguien que no recordaba. Su nombre: Yitán Tribal…
CONTINUARA