Solo un poco… no necesito darte más para intoxicarte. Hoy caíste es la invisible red que tejí para ti, paciencia y constancia hicieron que hoy fueras mi presa. Aun no lo sabes, pero pronto te daré un poco de lo que tanto anhelas. Te escogí por eso, sabía que tarde o temprano vendrías a mí. No puedo hacer movimientos bruscos, pondría asustarte y aun no te he envuelto en fina seda. Tu corazón late aceleradamente, como una mariposa que agita sus alas, presientes lo inevitable. ¿Te gusta el escenario?, busque durante mucho tiempo un lugar solitario para evitar interrupciones. Estas vulnerable y no te diste cuenta como te arrastre a la trampa. Tiemblas como una hoja, estas a punto de estallar y tu corazón no deja de latir aceleradamente. Él te rechazo sin miramientos, y hoy, conocerás mi secreto… mi veneno.
Te escucho pacientemente mientras te miro a los ojos, te aliento para que ya no te puedas contener y estallas. Yo te abrazo y dejo que sientas mi calor. Al principio te resistes, pero poco a poco te dejas caer al abismo de mí ser. Mis labios rozan tu cuello, sin aparente intención. Te estremeces e inconcientemente lanzas un gemido. Delicadamente acerco mi pecho tibio al tuyo y dejo que un halo de intimidad nos conecte. No te mueves, estas confuso, tu mente trata de razonar la cascada de emociones que sientes, y antes de que reacciones, rozo mi labio inferior por tu cuello hasta llegar a tu hombro. Tu cuerpo se contrae y expones tu cuello… solo un poco más… al descender tu rostro lo encuentras con el mío y nuestras respiraciones se mezclan en una sola. Entrecierro los ojos y dejo que tú te acerques con timidez a mis labios. En el instante mismo que sellas tu boca a la mía libero mi veneno. Una mezcla de pasión, intensidad, ternura, voluptuosidad y lujuria. Te transformas de un chico tímido a un apasionado hombre que me abraza con firmeza hasta casi caer al piso.
Pero solo necesito un poco de tiempo para dejarte de besar suavemente. Ahora me perteneces y deseas más. Pero un sentimiento de culpabilidad te aleja y antes de que te marches te alcanzo del brazo y te beso profundamente mientras la punta de mis dedos ascienden de tu espalda baja hasta tus hombros, provocado un gemido que se ahoga en mis labios. Tu cuerpo cede ante la caricia y dejas que mis manos jugueteen con tu piel expuesta. Te abrazo y te beso lenta y suavemente. Después me alejo para que sientas el vacío de mi presencia, para que sientas como tu piel se enfría lejos de mi calor, para que mi veneno corra por tus venas… para que me extrañes un poco.
Hoy me alimente de ti, mañana pasara de nuevo, y así hasta que consuma tu corazón y tu alma. Cuando te conviertas en un cascarón vacío me iré de tu lado en busca de una nueva presa. Pero hoy disfrute tu presciencia.
Hoy después de comer me fui a pasear de noche. No puedo evitar el entusiasmo del depredador al encontrarme rodeado de tan exquisitas presas. No tengo remordimientos al intoxicarlos con pasión y una ilusión de amor, ni siquiera me interesan ellos. Como demonio solo los utilizó para saciar mis necesidades, para jugar un poco con ellos. Nada más.
continuara...