Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Besos y Pases por Onigiri

[Reviews - 15]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Los personajes y todo aquello que tenga que ver con la serie/manga de Naruto, no son de mi propiedad sino que pertenecen a Masashi Kishimoto.

Arsenal, o los Gunner, es un club de futbol inglés. Que viva el Arsenal yoy

Notas del capitulo:

ADVERTENCIAS: Es únicamente SasuNaru one- shot, Universo alterno, con lemmon y un Naruto y Sasuke con la apariencia de la serie en Shippuden.


 


Sí, otro AU. Kishi no me ha dado ultimamente razones SasuNaruesca en su manga <.<

 

Besos y pases


Derechos hacia Masashi Kishimoto. Naruto no me pertenece.   

 

…………

El rostro de Sasuke pudo haber sido lo que no es si él no se hubiera movido los centímetros que retrocedió para agarrar más galletas de la mesa. Oh, claro que no. Ese balón que atravesó el vidrio de la ventana de su cuarto y finalizó su espectacular movimiento curvilíneo hasta su cama definitivamente habría hecho estragos en su blanca tez.

 

Pero eso había pasado ya hace algunos años atrás y desde ese tiempo Sasuke odia lo que se relaciona con los balones, por lo que nada de driblar tras una esfera sucedió en lo que lleva de vida, y se aseguraba que no sucediera. Sin embargo, tal no gusto por el fútbol no significa que él fuera mal practicante del deporte, porque la verdad es que Sasuke es el mejor deportista —años después de su hermano— que ha tenido el popular y pulcro colegio masculino al que asiste. Baloncesto, natación, ajedrez, atletismo y el siempre favorito béisbol para el Japón se encuentran entre la lista de deportes que él ha practicado

 

Sus padres muy orgullosos, junto con él, alegran sus rostros cuando ven la serie de trofeos y medallas que Sasuke ha ganado desde pequeño y se encuentran brillando en la habitación de éste. La primordial razón de Sasuke para todo ello fue la de ganar la aceptación de su padre como lo había hecho Itachi anteriormente, aunque ya de grande entiende que lo principal es hacer lo que él quiere y realizarlo de la mejor manera posible.

 

Así que en definitiva el deporte es un importante factor para la vida de Sasuke… todas las prácticas mencionadas ya, menos el futbol.

 

Quizá por lo sucedido con su ventana y el golpe que nunca sufrió para su rostro —pero del cual estuvo muy cerca, demasiado cerca para su opinión afirmando que sólo por suerte se había salvado—, no ama nada del futbol. Sin embargo, el hecho de que estuviera recordándolo ahora mismo, con el uniforme de estudiante aun puesto porque minutos antes había apenas llegado, es que ello, cuando tenía sólo siete años de edad, volvía a suceder en sus actuales diecisiete años.

 

Ahí sobre su cama, su grande, suave y muy limpia cama, reposa un barroso objeto esférico con figuras blancas y negras. Un odioso balón de futbol.

 

Contrario a lo que hizo de pequeño, esperando a las órdenes de su mamá que había aparecido en la puerta de su cuarto tan pronto el ruido fue producido, ahora Sasuke aligera sus pasos para asomar su rostro por la ventana y ver in fraganti a los culpables de ese hecho antes de que corrieran como había sucedido de pequeño —para venir casi dos días después a pedir de regreso el balón.

 

La sangre hervir y una furia que no quiere apaciguarse es lo que siente él cuando sus ojos negros se posicionan sobre el grupito de jóvenes de su misma edad, que riéndose de la vida y ayudando, entre lágrimas por la situación, a un chico rubio caído sobre toda la mitad de la vía de quien rápidamente procesa que es el nuevo habitante de la casa de enseguida, hacen parecer que han olvidado el balón que Sasuke supone ellos perdieron…

 

— ¡Naruto, botaste el balón!

 

O que es precisamente aquél rubio quien “perdió” el balón de futbol.

 

Sasuke conoce a todos los demás, tres en total, menos a ese chico rubio que atiende al llamado rascándose la nuca, con una camiseta escarlata del Arsenal, equipo del que Sasuke sólo conoce que es de Europa, nada más, y pidiendo perdón por alguna jugada que intentó pero no le salió, dando por terminado para Sasuke que tal idiota es el único culpable.

 

Usuratonkashi —es la única palabra que pasa una y otra vez en la mente de Sasuke para referirse al rubio que aún anda anonado en su propio mundo, sin embargo no sólo se queda pensándolo ya que no tarda mucho en dar a proclamar ello: — Ey, tú rubio ¡Maldito seas, estúpido! ¡Eres un total inepto usuratonkashi!

 

Toda risa fuera de las casa de Sasuke para.

 

Naruto, el chico rubio y a quien desde luego va dirigido todas esas frases gritadas, frunce su ceño y capta de inmediato la imagen de Sasuke en el segundo piso de la casa más bonita de ahí, quien lo señala con un dedo acusador y tiene unos ojos endemoniados entre el negro y el rojo.

 

— ¿¡Qué?! ¡Idiota, teme! No hay porqué tratarme así, maldito seas.

 

—No lo haría si eso no fueras…, usuratonkashi.

 

— ¡Deja de decirlo! No tienes porqué.

 

—Tu cabezota hizo estragos en mi cuarto, ¡hay un balón sucio sobre mi cama! ¡Y rompiste el vidrio de mi ventana! ¿Qué no te has dado cuenta? Eres un dobe.

 

— ¡Y tu un baka!

 

Sasuke no deja de mirar a Naruto con odio y Naruto mantiene el ceño fruncido con los brazos cruzados viendo a Sasuke.

 

—Ah… qué problemático es esto —dice un pelinegro con peinado de piña quien mantiene ambas manos metidas en los bolsillos de su pantalón.

 

—Ni que lo digas —pronuncia otro joven castaño con los colmillos más alargados de lo normal y unos triángulos rojos en su cara. Al lado de ellos hay otro chico interesado también en la situación pero ocupando su boca con papa fritas como para agregar algo más a lo dicho por sus amigos.

 

—Vete a la mierda —dice Sasuke desapareciendo de la ventana y cerrando la cortina—. Maldición, ahora tengo que ir a dormir al cuarto desocupado de Itachi.

 

Por su lado, Naruto no sabe si agradecer que aquel arisco joven se haya ido de su campo visual, o si por el contrario debería llamarlo y hablarle de nuevo… aun no tiene su balón de futbol de regreso.

 

—Ahh… qué carajos ¡Mi balón! ¡Regrésame mi balón! —Naruto empieza a gritar, una que otra viejita ya ha asomado por la ventana de su casa y aunque éstas habían pensado que el rubito nuevo parecía de lo más bonito y agradable, ahora lo tachan de un gritón que interrumpe sus siestas— Que me regreses el balón, ¡no seas niña! No fue mi culpa.

 

— ¿¡Quién diablos es niña?! —Sasuke vuelve a asomarse por la ventana para enfrentarse de nuevo con Naruto— ¿Acaso vas a arreglar la ventana? Un inepto como tú no podría. Nunca te lo voy a dar, piérdete.

 

Y otra vez Naruto ve la cortina color morado del cuarto de Sasuke cerrarse. Al parecer volver a tener su balón no sería cosa fácil. Enfurruña por eso.

-----……..-----

Para Sasuke las visitas de las niñas pertenecientes a delegaciones de colegios femeninos o mixtos es uno de los peores sucesos que puede ocurrir para él en el colegio. Ahí, sentado sobre las gradas edificadas para observar todo el largo de la cancha con muy buen césped de donde estudia, no sería tan desagradable si ésta no fuera una cancha de futbol y si no tuviera ancladas en su brazo derecho las manos de la pelirroja estudiante de uno de esos colegios.

 

Tuerce sus labios hacia abajo de disgusto y prefiere no conversar con las nimiedades que pronuncia aquella chica de nombre Karin. Patética, piensa sobre ella. El día presente es un día muy importante para muchos, menos para Sasuke.

 

Su colegio participa en el Campeonato local de Futbol, uno de todos contra todos, y éste es el primer año en que el colegio lo hae. Sencillamente siempre se le daba prioridad al béisbol, pero el futbol se vuelve famoso en Japón, o al menos entre los estudiantes de secundaria.

 

Y aunque el director Orochimaru le había rogado a Sasuke para que entrara a formar parte del equipo que representa a toda la “familia educativa de Orochimaru”, Sasuke desde luego no aceptó, aunque el pelilargo hombre de ojos amarillos le había prometido la capitanía. Quizá el también haber dicho que si aceptaba podía ser el invitado especial para quedarse en su casa por dos, tres o cuantas noches enteras que quisiera no había sido la mejor propuesta para convencer a Sasuke. Además Sasuke no traicionaría su no gusto por el futbol.

 

Según entiende, el día de hoy radica su importancia porque es nada más y nada menos que los primeros noventa minutos del gran final para ganar la copa y primer puesto del campeonato. Sasuke tiene muchos trofeos pero cualquiera que tenga la palabra “futbol” le vale un huevo, por lo que estar ahí como espectador no llena todo su entusiasmo y sólo lo motiva ganar una buena nota académica por “animar al equipo finalista”.

 

Bufa cuando empiezan a salir y ordenarse los jugadores de los dos equipos a enfrentarse y hace un rápido recorrido visual por todos ellos. Al mismo tiempo en que Karin lo jala un poco más hacia ella, Sasuke vuelve a fijar por segunda vez su vista sobre un punto amarillo entre las diez personas con uniforme verde en la cancha, lo que hace que la mente de él se interese en tal mancha llevando su cuerpo hacia el frente y por ende separándose de Karin.

 

— ¿Cuál equipo es el visitante? —Pregunta el pelinegro sin voltearse a verla a ella pero sin dejar de verlo a él. Oh, claro, debe ser él.

 

— ¿Eh? —Dice ella sorprendida por tal acción, pero ante la hosca monosílaba que da Sasuke por la demora de la respuesta a su pregunta, decide continuar rápidamente—: De Konoha.

 

Y toda sospecha de Sasuke en si quien tenia sobre su extremidad un distintivo de capitán era el fastidioso de Uzumaki, se ve diluido con lo que dice Karin. El uniforme de Naruto cuando sale de casa a estudiar es precisamente el de Konoha. No sabe porqué, pero ahora no es tan aburrido estar ahí porque claro que le gustaría saber que tan bueno es ese rubio sobre una cancha.

 

Ve como lanzan una moneda decidiendo por suerte cual equipo le toca sacar. De ahí en adelante empiezan los movimientos de cada grupo para introducir la pelota en la portería rival, y Sasuke concuerda en que Naruto es bastante excelente en eso.

 

No lo seria si no tuviera un indicado cuerpo atlético. Tampoco si no fuera por su entusiasmo.

 

Naruto debe tener dieciséis años, no es mucha la diferencia con Sasuke, sólo unos meses. Y a pesar de que Sasuke no sabe porqué piensa en eso, se deja entretener por las jugadas y pases de Naruto. Puede que sea que para tener esos años realmente tiene talento para el fútbol.

 

El pelinegro se pregunta de donde provendrá ya que Naruto es un chico nuevo. Quizá es de Inglaterra. Sus ojos y pelo lo delatan. Además de su amor por ese deporte de ir tras un balón, Sasuke recuerda que lo vio con una camiseta del Arsenal.  

 

“Es muy guapo, Naruto es muy guapo” Escucha Sasuke las voces de unas tres niñitas cerca de él, junto con risitas y suspiros. Las comparaciones son malas pero le es inevitable pensarlas: él para muchas también es muy guapo —a lo mejor para todas. Lo que no sabe es aceptar que Naruto también lo es. 

 

Agudiza más sus ojos negros, unos que no le han quitado la vista a todo lo que Naruto hace. Bien, si tiene que admitir algo, es que las piernas del rubio están bastante buenas.

-----……..-----

— ¡No! —grita Sasuke furioso luego de que su mente haya tenido que recibir tantos chillidos de Naruto.

 

—Ni siquiera lo usas, para qué diablos lo sigues teniendo, ¡devuélvelo!

 

—Que no, estúpido. Lo botaste, me lo gané.

 

Realmente había sido una pésima idea seguir a toda la manada de estudiantes que se dirigieron a la cafetería de su colegio para celebrar el primer triunfo del equipo de Konoha. Pues bien que él no era de Konoha pero le pareció divertido seguir viendo los gestos que el rubio hacía ante las felicitaciones y su euforia. Lo malo había resultado cuando a pesar de haberse quedado apartado, Naruto alcanzó a distinguirlo entre tantos para acercársele y hacer dos cosas: dirigirle  la palabra y pedir de vuelta su balón. Luego de eso Naruto prácticamente lo acompañó hasta llegar ambos a casa, pero el verbo acompañar bien podía ser cambiado por fastidiar y molestar.

 

—Bien, como quieras. Lo conseguiré por mis propios medios —dice Naruto alejándose de una vez por todas de Sasuke y dirigiéndose a su propio hogar.

 

A pesar de que para Sasuke eso no suena muy conveniente, lo pasa por alto y entra por fin a su casa. Hoy había sido agotador.

-----……..-----

Sasuke se levanta tarde de su cama pero no se preocupa realmente por el horario. El director de su colegio, cegado con la posibilidad de que serían los ganadores del partido del día anterior, había decidido con anticipación, con mucha anticipación, ese día libre para todos los estudiantes con el fin de celebrar. Aunque ante la obvia pérdida y realidad, sea como sea Sasuke no escuchó ninguna rectificación y como todos los demás no tiene intención de ir.

 

Al llegar a la cocina se da cuenta de lo dicho por su mamá la noche pasada, que ella se iría desde muy temprano a visitar un familiar, y con su padre trabajando y ningún hermano mayor a la vista, bien que puede tomar tales ausencias como la oportunidad para invitar a casa a quienes quisiera, pero aquello ni siquiera pasa por su mente. La tarea de matemáticas sí.

 

Gruña al recordar que el profesor Kabuto es de aquellos que no explican bien y dejan miles de trabajos para realizar.

 

Se dirige a la nevera por un vaso de jugo de naranja pero antes de abrir la puerta del frigorífico se detiene ante el ruido brusco que hace algo arriba. Sí, algo hay arriba.

 

Piensa tomar el bate de béisbol como medida de protección pero la conexión de sus órdenes mentales con su cuerpo no es efectuada cien por ciento con éxito, no cuando ya sólo queda dos metros para llegar al lugar del que se originó el ruido. Y lo hace con rapidez, se arrima.

 

—Ouch —se queja Naruto luego de levantarse del suelo del cuarto de Sasuke y sacudir la tela sobre su trasero con una mano, dando palmadas y en gesto de quitar polvo.

 

—No tienes por que sacudirte, mi piso está bastante limpio.

 

Naruto levanta sorprendido sus ojos para fijarlos en Sasuke en la puerta de la habitación y no encuentra otra cosa más que decir que no fuera algo para contradecir a Sasuke, lo que fuera. Oh, sí. Contradecir al señor perfecto.

—No me limpio, me sobo —pero ante la ceja levantada de Sasuke se arrepiente un poco—. Verás, me caí.

 

El pelinegro no dice nada pero sí cruza sus brazos, caminando lentamente en dirección de Naruto. Éste, por una y otra razón, de repente se siente intimidado. Naruto intenta pensar que sentirse cohibido es por el frío que envuelve su torso al no llevar ninguna camiseta puesta. 

 

¡Diablos! Su plan se veía tan perfecto para haber acabado así. Fue muy  fácil subirse al mediando árbol con fuertes ramas muy cerca al cuarto que identificaba como el de Sasuke. Suponía que el pelinegro estaría estudiando así que pan comido era entrar furtivamente a esa casa y tomar por si mismo el balón que Sasuke hacia un tiempo decidió no regresarle. Pero tomo comenzó a verse negro cuando su preciada camiseta del Arsenal quedó sujetada en la parte de abajo por una rama del árbol, sin ningún intento exitoso para separar el pedazo de tela de las garras de madera. Para entonces decidió quitársela con el fin de regresar luego y con más paciencia y alguna cosa que le ayudara separar su prenda favorita sin que ésta sufriera mayor daño.

 

No quería jalarla, no quería que quedara con algún roto. Y cuando sólo tenía que dar un gran salto de la rama más segura al cuarto de Sasuke, su cabeza le hizo calcular mal y caer haciendo más ruido del que debió hacer. Pero como si eso no le fuera suficiente, Sasuke está ahora presente en carne y hueso frente a él.

 

— ¿Así que me ibas a robar? —Pregunta Sasuke prepotente.

 

Aunque a Naruto no le gusta que el pelinegro esté en cualidad de dominante en esa situación, gruña y tuerce con molestia sus labios.

 

— ¡No deberías estar aquí! —Grita el rubio.

 

—No deberías entrar a casas a robar.

 

—Pero es mi balón. Mi balón —dice mientras también señala un taburete cerca de la mesa de noche, en el que reposa el objeto en cuestión.

 

Ambos se callan y extrañamente para Sasuke le viene a la mente como sería tocar la piel de Naruto. ¡Maldición! Se dice internamente. Hay unas pocas imágenes borrosas que puede recordar del sueño de la noche anterior, y algo le asegura muy bien que Naruto tiene que ver mucho. Naruto y la piel de éste. Ahí es cuando Naruto se confunde un tanto al ver las mejillas de Sasuke teñirse tenuemente de rojo. Instintivamente baja su mirada a su propio estomago y la sube rápidamente hacía Sasuke.

 

Qué mier… —Sasuke, ¿eres gay? —Pregunta apareciéndole una idea para recuperar lo suyo.

 

— ¿Qué dices? —Pregunta el pelinegro— Claro que no.

 

Si Sasuke fue quien inicialmente comenzó a acercarse a Naruto, ahora es el rubio que corta los pasos entre ellos.

 

—Ey, devuélvelo y te la chupo —dice el rubio, en realidad nunca había intentado decir algo sensualmente, pero al ver la expresión que hace Sasuke piensa que no salió tan mal.

 

— ¿Ah? —Sasuke sólo concibe dejar salir eso de sus labios. Realmente está algo petrificado y si no hubiera sido esa sílaba, hasta habría dicho que sí.

 

—Lo que escuchaste —vuelve a afirmar Naruto, ubicando una de sus manos sobre la curva del cuello de Sasuke impidiendo el retroceso de éste al dar pasos hacia atrás— ¿No te gustaría? Debo ser bastante bueno… Contigo lo seré…

 

Sasuke ya recibe todo ello en susurros sobre su oreja derecha, y a diferencia de estar siguiendo la dirección que el pelinegro suponía era la puerta de su habitación, sus rodillas se encuentran con su cama alta y un empujoncito del rubio lo hace sentarse en ella.

 

Sasuke no hace amago de detener los movimientos de Naruto sobre él. Además no sabe donde poner sus ojos que no fuera en el cuerpo del rubio.

 

—Bien, hazlo —pronuncia con voz ronca Sasuke, y por tener sus ojos cerrados no capta la sorpresa en los ojos de Naruto.

 

A pesar de ello el rubio intenta acomodarse y con aleatorios caricias, no muy suaves sino más bien toscas, hace llegar sus manos sobre los bordes bajo el estomago en el pantalón corto de Sasuke.

 

Entonces hasta cuando cuente tres… —piensa Naruto luego de sorprenderse más por el inicio de erección en Sasuke.

 

“Uno”

 

Y Sasuke siente adentrar un poco las manos de Naruto debajo del resorte de su prenda. No duda en recostar su torso sobre el colchón.

 

“Dos”

 

Oh, sí… sólo un poco más…

 

“Y tres”

 

Naruto ya no está donde debería estar, y cuando Sasuke abre sus ojos debido al sonido frenético al lado de su cama, observa a un Naruto con balón en manos y saliendo por la puerta de su habitación. Sin duda eso lo deja con mil adjetivos para el instante, pero en primera instancia se deja llevar por su lado furioso. Ahora no duda en correr tras el rubio.

 

Y quizá si Naruto no hubiera menospreciado las habilidades de Sasuke para correr no estaría ahora impedido para él mismo hacerlo. Sasuke ya lo ha agarrado.

 

—Idiota —escucha Naruto sobre sus orejas e inevitablemente caen ambos al suelo. Eso antes de llegar a las escaleras.

 

—Suelta, suelta —dice el rubio manoteando y dejando caer el balón a lo largo de las escalinatas.

 

De un momento a otro, aún con Sasuke que no disminuye la fuerza que tiene sobre el cuerpo de Naruto, se quedan quietos. El rubio le da la espalda a Sasuke y es la respiración agitada del mayor la que más le afecta; sin embargo no es disgusto para el pelinegro escuchar el aliento estremecido del rubio. 

 

—Zorro cobarde —se escucha en un jadeo.

 

—Maldita seas —suelta Naruto.

 

Sigue un poco de lucha más y Naruto logra dar la vuelta y moverse un poco sobre el suelo, pero para lástima de él sin quitar las manos aferradas de Sasuke sobre sus hombros. Sin contar la ubicación de las piernas de éste ganándole a las propias.

 

—Tu eres el maldito, eres un zorro muy malo… —dice Sasuke con una voz de burla y voracidad.

 

—Nooo, ¡mierda! Apuesto a que así comienza cualquier película porno. ¿Qué, vas a violarme?

 

— ¿Y qué si es así? —Le dice áspero y casi entre dientes Sasuke con unos labios muy cerca al rostro de Naruto.

 

El rubio no dice nada y trata de esquivar los ojos de Sasuke. Tomando un poco de fuerza intenta apoyar las palmas de sus manos extendidas sobre el suelo y levantar su cuerpo, pero una rodilla que aprieta entre su muslo y la entrepierna lo vuelve débil para eso.

 

Y Sasuke tenía un poderoso deseo de comenzar a llevar sus manos de un lado a otro del cuerpo de Naruto. Sí, también besarlo.

 

—Burlarse de un Uchiha no es algo bueno —dice el pelinegro y sube una de sus manos hasta el cuello de Naruto.

 

—Déjame ir. A la próxima te golpearé antes de tomar mi balón.

 

—Decir cosas como esas no va a hacer que lo haga.

 

—Está bien, entonces como quieres estar caliente intentaré comentárselo a alguien más para que te la ponga tiesa, y yo sólo vendré por mi balón.

 

—Suena bien, pero me gustaría otro tipo de planes… ¿No crees que no hay alguien más interesante que tú si hago algo como esto?

 

Y tan pronto como Sasuke lo insinúa, Naruto siente como una húmeda lengua viaja por sus hombros. Sus manos y cuello ante ello se tensan.

 

Seguramente ganaría también una mordida en su lóbulo al sentir que Sasuke acerca la boca hacia ahí, pero el ruido en la puerta principal hace levantar a éste en sorprendente velocidad y Naruto no lo piensa dos veces para seguirlo en busca de la ventana por donde ingresó a aquella casa.

 

—Hola, ¿hay alguien en casa? —Pregunta una elegante mujer pelinegra, pero aún así al no recibir respuesta no se preocupa. Para ella debe ser la única persona dentro. Lo único que la hace extrañar es el balón de futbol muy mal puesto sobre su fino sofá de la sala, pero después le preguntaría a Sasuke.

-----……..-----

Aunque no sabe porqué había dejado ir tan fácilmente a Naruto después de la llegada de su madre, sí sabe que no lo dejará hasta ahí.

 

Por eso que después de aceptar formar parte de los estudiantes que irían a Konoha por el partido final del para muchos emocionante —aún no para él— campeonato en el que está incluido su colegio, Sasuke está en unas gradas parecidas a las que estuvo hace días apreciando a los mismos jugadores de los dos equipos disputantes.

 

Aunque no es del todo así… suspira con molestia al estar sentado en un lugar donde todos los rayos del sol le llegan, además porque aun no divisa la cabeza rubia de Naruto.

 

 “Pobre Naruto, no lo dejarán jugar” escucha Sasuke volteando para identificar la voz que decía eso. Encuentra una chica pelinegra con el uniforme de Konoha y arruga la frente porque ella no parece decirlo en broma.

 

Lo toma como verdad y sencillamente se levanta.

 

— ¿Te vas a ir, Sasuke? —Pregunta su amigo Suigetsu dejando de prestarle atención a la navaja que tiene para elevar su rostro en dirección a Sasuke— ¿Es por el chico que vive cerca de ti? Dicen que los partidos sin él son aburridos.

 

El de pelo claro ríe cuando Sasuke le dedica un “jodete”.

 

Y Suigetsu puede afirmar que Sasuke es quien quiere eso.

 

Obviando otros más “¿Te vas?” “¿Vas a regresar?” “¿Puedes traer agua?” de sus compañeros de estudio, el pelinegro logra salir de la multitud de gente.

 

No tarda mucho en encontrar a Naruto Uzumaki en el primer lugar al que se dirigió, al baño más cerca del pequeño complejo de canchas. Se sorprende al ver una pequeña pero notoria cicatriz no tan reciente en el rostro del rubio, precisamente en la comisura de los labios, sumado a un pequeño morado cerca del ojo izquierdo.

 

Sasuke no atina a preguntar algo diferente a lo primero que pasa por su mente.

 

— ¿Quieres irte de aquí?

 

Y cuando Naruto afirma que sí en un movimiento con la cabeza espera a que se ubique a su lado para comenzar a caminar.

-----……..-----

Podría ser la situación más extraña luego de los tres días de haberse visto, pero había sido Naruto quien se arrimó a Sasuke primero.

 

Seguramente ahora Naruto lo besa para callar todas las interrogantes que el pelinegro había comenzado a preguntarle, pero Sasuke prefiere tener su lengua dentro de la boca de Naruto que estar hablando.

 

El rubio pasa su propia lengua por el paladar de Sasuke, muy lentamente haciendo emerger un jadeo del mayor y el agarre a los costados de Naruto se hace más fuerte.

 

Naruto lo había pensado bien. Aquel joven azabache le gusta y resto.

 

Y a Sasuke no le gustan las niñas, por eso que éste este ahí con él.

 

El rubio pasa sus brazos por el cuello ajeno y no deja de besarlo aunque siente un poco de dolor debido a la fricción que hace con los labios de Sasuke.

 

Se separan y agitado Naruto habla:

 

—Tuve una pelea así que… me sancionaron.

 

—Sólo a ti se te ocurre pelear cuando tienes responsabilidades —dice Sasuke colando sus manos bajo la camisa del uniforme de Naruto y arrimando su lengua cerca de la cicatriz del labio ajeno.

 

No pasa más segundos para unir de nuevo sus bocas. Sin embargo Naruto jadea al sentir una mano del azabache rodeando su entrepierna.

 

—Esta bien, vamos a consolarte —dice Sasuke con burla y hasta Naruto deja escapar una risa porque con lo que conoce el azabache puede ser muchas cosas menos cariñoso.

 

El pelinegro ahora imprime fuerza con sus dos manos en la cintura de Naruto para arrimarlo sobre la cama de la habitación donde están,  en la del rubio.

 

Allí no hay nadie contrario a ese día en la casa de Sasuke.

 

Con falta de experiencia la labor de desnudar al contrario se demora al reconocer que el uniforme de cada uno es difícil de quitar por cada botón que tienen y las varias prendas que lo conforman, de ahí que el pelinegro daña dos botones de la camisa blanca de Naruto. El rubio piensa que quizá Sasuke está un poco presuroso por la situación, y lo confirma al ver el brillo de los ojos del azabache al lograr desalojar el pecho de Naruto de cualquier tela.

 

Sin embargo Naruto también toma de Sasuke y terminan ocupando el largo de la cama, uno sobre otro, él encima de Sasuke.

 

—No vas a irte… así como así, ¿verdad? —Pregunta el azabache mientras deja avanzar a Naruto besándolo desde sus hombro hasta muy arriba del cuello.

 

—No creo que tenga… que irme de mi casa —susurra el rubio.

 

Sasuke tampoco tiene algo cubriéndole su parte superior y su pantalón está más desabrochado como nunca ese día. Decide ver como Naruto con una sonrisa juguetona va dirigiendo su boca a la entrepierna cada vez más despierta, lugar que el rubio ayuda a descubrir con también ayuda de sus manos.

 

Y es magnifico para Sasuke las acciones de allí abajo con su pantalón aun medio puesto.

 

—Ahh —pronuncia—. Vas bien, muy bien, Naruto.

 

Antes de que Sasuke culmine en un orgasmo, Naruto para escuchando la tensión que el pelinegro suelta desde sus labios, con unos ojos que cada vez más se dejan velar del placer.

 

 

— ¿Sabes como seguir? —Pregunta Naruto sin dejar de acariciar el miembro de Sasuke levemente y aproximándose más al cuerpo de éste.

 

— ¿Quieres hacerlo? —Sasuke regresa la respuesta con otra pregunta. 

 

 —Creo que sí —dice el rubio ubicando las totalidad de su cuerpo sobre el de Sasuke—. Tengo lubricante.

 

Un temblor traicionero se regó por la espalda del pelinegro al escuchar todo ello en murmullos. Muy, muy cerca de él.

 

Dejándose guiar por más instinto Sasuke hace cambiar de posiciones, desabrochando el pantalón de Naruto y queriendo besarlo de nueva cuenta pronto. Desaloja la prenda y la ropa interior, intentando acomodarse él mismo con respecto al otro cuerpo y las prendas que aun tenía. La mano del rubio tantea en la mesa de noche atrayendo un pequeño recipiente que el pelinegro entiende en tomar.

 

—Eres excitante —afirma Sasuke sobre una oreja de Naruto, abriendo el lubricante en sus manos y embadurnando varios dedos. Luego sencillamente frota descaradamente la hendidura de la parte intima del rubio.

 

Aleja toda duda y admirando el rostro de Naruto, quien tiene un ojo abierto y otro cerrado como modo extraño de prepararse, dos de los dedos de Sasuke acarician más decididamente la entrada del menor, continuando varios jadeos de Naruto gracias también a la atención del pelinegro con una mano en su miembro, quien segundos después adentra sus índice y medio con fuerza.

 

La boca del pelinegro sobre los labios de Naruto hace que el grito que éste se amortigüe un poco. Sasuke sólo espera que llegue el momento en que tocar la piel  sensible del rubio sea para aquél más placer que incomodidad, pero también se queja un poco por su propia erección.

 

Naruto comprendiendo baja un poco su cuerpo como invitación a Sasuke, más al abrir un tanto sus muslos. Aunque el rubio está abrumado por la vergüenza, sentir más allá está en sus planes. Ambos se encuentran sudorosos.

 

La preparación para dilatar el orificio de Naruto y llegar el instante de Sasuke en adentrar su pene en Naruto finaliza para el azabache, cosa que hace apretando sus manos formando puños tensos con ellos sobre las sábanas.

 

Es doloroso pero sí quieren seguir. Unos cuantos minutos más y Sasuke comienza a moverse, ingresando varias veces su miembro hasta dar en un glorioso punto que hace estremecer a Naruto y llenar cada rincón de él en éxtasis. La próstata es tocada magníficamente por Sasuke y eso le gustó tanto que no veía lejos un orgasmo.

 

Delicioso.

 

—Sasuke… —dice el rubio con satisfacción.

Sasuke no espera mucho para aumentar su propio ritmo más, con delirio, con calidez. Estaba cerca…

Diez minutos más sin dejar sus acciones. Sienten varias contracciones y espasmos. Los músculos del esfínter de Naruto se contraen prácticamente en coordinación con los del miembro de Sasuke. Se sienten llenos, ansiosos, deseosos por llegar; y finalmente con un poco de diferencia ambos eyaculan y dejan salir expresar ese momento desde su garganta.

 

Y se vieron a los ojos. Parecía ser indicado estar uno al lado del otro.

 

Todo parecía estar bien. Casi perfecto.

 

Sus ritmos cardiacos y respiración volvían para ellos poco a poco a la normalidad, pero no se alejan del otro. Se mantienen aferrados. Querían dormir así.

-----……..-----

Es bueno conocer más a fondo a Naruto Uzumaki.

Sasuke se la pasa bien con él, aunque hay momentos en que desea aplastarlo con sus propias manos y desaparecerlo del planeta Tierra, pero aún así le quiere. Naruto es especial.

 

Sasuke también piensa que seria bueno comprarle una camiseta del Arsenal para reponer la otra que por “su culpa” está dañada. Bufa internamente y si lo hará, pero se la entregará al rubio una semana después de su cumpleaños. Eso estaría bueno.

 

Y el balón de la discordia dejó de serlo, ese objeto es importante para el rubio y Sasuke no negó entregárselo cuando Naruto se lo pidió de nuevo. 

 

Quizá el futbol no le sigue pareciendo tan bueno como muchos dicen, pero ahora Sasuke está como espectador en un partido. Ver ir de un lado a otro el balón ya no es tanto de su disgusto, al menos no cuando está Naruto presente.

 

Aprieta más su mano y siente recostar la cabeza de Naruto en su hombro. Ama tenerlo al lado, nunca le dirá pero siempre lo tiene presente.

 

Un partido de futbol, o cualquier otra cosa, es especial si Naruto está jugando o si Sasuke lo tiene a su lado.

Sin embargo los mejores es cuando el rubio deja que el calor de ambos se abrace. Le besa suavemente la frente y Naruto le mira.

 

Ahora, aunque todos los presentes a su alrededor gritaron gol, Naruto y Sasuke están muy ocupados besándose. Y es que hace rato descubrieron que besarse es especial.

Notas finales:

Bien, fue un interno de narrar en forma distinta. Creo que resultó bien pero me gusta más como usualmente lo hago.

Gracias por leer.

Apreciaré también algun review. Al menos unito para que mi gato no sufra las consecuencias xD, ok, no. Mi gato en realidad nunca sufre. Él es todo un rey en la casa.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).