LA FRASE TONTA DE LA SEMANA
El viento agitaba el cabello dorado desordenadamente, con los ojos cerrados parecía escuchar el susurro del viento, sonrió pero cuando abrió sus ojos la mirada celeste denotaba melancolía, justo en el momento en que tomaba su pluma y escribía. “No seré yo quien te despierte cada mañana”
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- SASUKE!!!!! - el grito se escuchó desde la calle, violentamente la ventana se abrió dejando a la vista a un furibundo chico de piel blanca, cabello y ojos negros, vestido con uniforme escolar.
- Naruto, cuántas veces tengo que decirte que no me grites, Usuratonkachi. – le decía cruzándose de brazos y el rubio solo se mordió la lengua y le guiñó un ojos mientras se rascaba la nuca. “Como un chiquillo pegando gritos frente a tu casa”
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- Calificaciones?! – Miró su boleta y por el gesto de terror pudo saberse a leguas que no era el primer lugar de la clase. – Cómo te fue Sasuke? – preguntó a su compañero.
- Reprobé el primer examen – dijo con extrema seriedad el pelinegro.
- Descuida, te recuperarás en los próximos, recuerda que siempre...
- ...se puede estar peor, como un alumno mediocre como tú? – sonrió ante el sarcasmo.
- Qué dijiste Idiota!! – gritó mientras uno de sus compañeros lograba tomarlo al vuelo por los brazos impidiéndole que terminara su trayectoria y empezó a patalear al tiempo que Sasuke sonreía abiertamente al mirar a su compañero. “Ya no estaré detrás de ti cuando te caigas”
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La pluma detuvo su trayectoria y cerrando los ojos susurró: “Pero no creo sinceramente que te haga falta”
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- Sasuke!! Estas pensando trabajar para Orochimaru? – preguntó muy extrañado Naruto esperando una respuesta de su amigo.
- Es una de mis mejores opciones hasta el momento. – respondió sin mirarlo a los ojos mientras estudiaba el contenido de un documento.
- No aceptes su propuesta, es una persona que me da escalofríos.
- Sólo tuve en consideración la propuesta no es como si ya la hubiera aceptado – respondió volteando a verlo sorprendiéndose al verlo con una sonrisa pintada en el rostro - Porqué sonríes? – parpadeó un par de veces.
- Te tengo una nueva mejor opción. – dijo extendiéndole un papel, mismo que Sasuke admiró un par de segundos antes de verlo a los ojos. - Konoha. – sonrió finalmente.
“No seré yo quien guíe tus pasos cuando te pierdas”
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Se encontraba apoyado en el marco de la puerta, los brazos cruzados, los ojos cerrados y el rostro sombrío y taciturno.
- Naruto? - Levantó la vista, ahí se encontraba Sasuke, su sonrisa le dijo todo, abrió la puerta y lo invitó a pasar con una simple mirada. “No seguiré quemando noches frente a tu puerta”
- Cómo te fue en la entrevista con Tsunade?
- Eres un dobe pude habértelo dicho mañana temprano, no tenías que esperarme en la puerta, la cena se alargó más de lo previsto.
- No podía esperar, lo siento – dijo dándole la espalda al tiempo que trató de dirigirse hacia la sala, la puerta se cerró y sintió como lo abrazaban por la espalda, el rostro de Sasuke recargado en su hombro y un débil “Arigato” susurrado contra su oído le hicieron negar con la cabeza y permanecer en silencio. “Ya no estaré para cargarte sobre mi espalda”
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“Pero no creo sinceramente que te haga falta” y nuevamente ese pensamiento le arrebataba lágrimas de los ojos evitándole el poder continuar con su escritura.
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El trabajo se encargó de separarnos un par de meses, tenías más relación con Sakura en esos momentos, tus padres y tu hermano me comentaban que estabas feliz en tu nuevo puesto, lo cual me alegró mucho.
“Y sé que vas a estar mejor cuando me vaya”
La monotonía nos atrapó a ambos, los dos teníamos trabajos pendientes, era la ley de la vida creo.
“Y sé que todo va a seguir como si nada”
Eran contadas las veces que te veía, habíamos logrado sacar tiempo un día a la semana para vernos y platicar, me contabas que tenías muchos viajes programados, muchos proyectos en puerta y yo sonreía feliz de escuchar lo bien que te iba.
“Yo seguiré perdido entre aviones, entre canciones y carreteras”
Sin embargo, me ponía melancólico el saber que pasabas la mayor parte de tus días y tu tiempo con Sakura, la estimo es una gran amiga, pero creo que estoy algo celoso, es egoísta querer que pases todo tu tiempo junto a mí?
“Y en la distancia no seré más tu parte incompleta”
Pronto los viajes aumentaron, el tiempo escaseaba y nuestro día exclusivo se perdió en la bruma del tiempo, era natural que pasara, nuestra vida había cambiado de nivel, y las prioridades ahora debían ser otras.
“Y sé que vas a estar mejor cuando me vaya”
Era muy aburrido pasar el tiempo sin verte, hablarte después de las 10 de la noche una vez por semana se volvió mi rutina.
“Y sé que todo va a seguir como si nada”
No esperaba incomodarte con eso, sólo quería saber cómo estabas, aunque el escucharte decir, “sabes qué hora es?” como si no lo hubiera notado, y “tienes idea de todo lo que tengo que hacer mañana” era lo que me motivaba a dejarte dormir después de sonsacarte algo de información.
“Mientras escribo sobre la arena, la frase tonta de la semana”
Y es por eso que me resigné al escuchar que eras novio de Sakura, era... fue... un trago muy amargo... pero sobreviví.
“Aunque no estés para leerla en esta playa”
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“No es que yo quiera convertirme en un recuerdo” Empacaba su ropa en la maleta, levantando la vista de vez en cuando hacia el retrato que tenía con su mejor amigo, “Pero no es fácil sobrevivir a base de sueños”
- Te he ayudado hasta donde he podido Sasuke... – sonrió mirando la fotografía. -“No es que no quiera estar contigo en todo momento” pero aunque entiendo el por qué de tu indiferencia eso no quita el que duela... “Pero esta vez no puedo darte lo que no tengo”... espero que pronto tengas un hermoso hijo junto con Sakura, pero no me obligues a ir a tu boda, onegai. – le suplicó a la fotografía mientras la empacaba tratando de evitar que los ojos se le cubrieran de lágrimas.
***
Cerró la libreta donde se encontraba escribiendo, el aire soplaba enfriando el ambiente, levantó la vista contemplando el mar inmenso, se cubrió bien con su chamarra antes de levantarse, sus maletas estaban junto a la banca donde esperaba a sus amigos.
“Y sé que vas a estar mejor cuando me vaya”
Hinata le había propuesto integrarse su grupo musical desde hacía mucho tiempo, pero aceptar esa propuesta era alejarse completamente de Sasuke, en su tiempo eso le preocupaba, pero ahora... era la mejor forma de evitar ser invitado como padrino a una boda que no quería presenciar.
“Y sé que todo va a seguir como si nada”
De cualquier forma hacía mucho tiempo que la relación de amistad parecía haberse enfriado, Sasuke y Sakura pasaban mucho tiempo juntos algo lógico en una pareja pronta a casarse, si iban a pasar todo el resto de su vida juntos era lo más coherente, querer pasar más tiempo con esa persona, cierto? Las amistades pueden esperar para otro momento.
“Yo seguiré perdido entre aviones, entre canciones y carreteras”
Por eso había aceptado la invitación de Hinata, por eso se encontraba en esa playa junto a todo su equipaje esperando que pasaran por él, observando la inmensidad del océano, escuchando el sonido de las olas, y el viento ondeando su cabello dorado, viendo como el sol apenas era una dorada línea en el horizonte.
“Y en la distancia no seré más tu parte incompleta”
No podía, ya no quería ser esa parte incompleta en ese triángulo amoroso, ironía, amó mucho a Sakura cuando era un niño, y ahora que su corazón se inclinaba por Sasuke, era este quien aprovechaba para quedarse con su antiguo amor de la infancia.
“Y sé que vas a estar mejor cuando me vaya”
Por eso, se alejaba, para no ser más un estorbo entre sus amigos, por que los estimaba demasiado y sus sentimientos ahora quedaban en segundo término, confesarse sería matar la amistad con alguno de los dos, tal vez Sasuke, o quizás Sakura, y aunque era muy valiente para muchas cosas, le faltaba para asuntos como ese.
“Y sé que todo va a seguir como si nada”
Quería tener un lugar al cual regresar después de muchos años, tal vez cuando perdiera completamente la razón en alguna de aquellas frías noches, y deseando volver a su sueño de amor eterno, buscara que la realidad le golpeara en el rostro y descubriera una feliz familia con hijos y un perro viviendo juntos en una hermosa casa blanca con un enorme jardín.
“Mientras escribo sobre la arena, la frase tonta de la semana”
Por eso, debía sacar todos sus sentimientos en ese momento, escritas sobre la arena se encontraban tres palabras, que llevaba fundidas en el corazón y le pesaban como el plomo.
“Aunque no estés para leerla en esta playa”
Un grito lo sacó de su ensueño, levantó la vista y vio a Hinata junto a Kiba, quien tomaba un par de maletas, Shino los esperaba en la camioneta, así que sonrió esperando que la marea tardara un poco en subir y borrara su mensaje, tal vez porque aún esperaba que un milagro sucediera.
“En esta playa”
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“...y sé que vas a estar mejor cuando me vaya...
...y sé que todo va a seguir como si nada...”
Que ciego había sido, las palabras de esa carta de despedida le abrieron los ojos, era eso, era él, era lo que le hacía falta, no lo entendió hasta que recibió la pequeña misiva, su felicidad estaba en aquel día perdido de la semana que lo veía, en aquellas llamadas tontas a media noche sólo para desearle dulces sueños y un feliz día, esas eran las noches que dormía en paz.
Llegó corriendo a la playa donde sabía que lo encontraría, ya le había platicado en aquellas llamadas que deseaba que él conociera ese lugar, era un sitio hermoso sin duda, aunque el viento soplaba ya con la frialdad del anochecer.
“Mientras escribo sobre la arena, la frase tonta de la semana”
Y ahí de pie frente al mar se dio cuenta de las tres palabras escritas por el puño y letra de Naruto. “Te amo Sasuke”
“Aunque no estés para leerla en esta playa”
Fue en esa posición donde Itachi lo encontró, cuando la marea ya comenzaba a borrar el mensaje.
- Si dejas que se vaya... no tendrás derecho a reclamarte un sólo “hubiera” lo entiendes bien Sasuke.
- Tú qué harías en mi lugar... irías a buscarlo.
- Somos muy diferentes hermanito, a mi me gusta utilizar las palabras “lo recuerdo” – se acercó a él quedando de frente – y tal parece que tu quieres vivir toda la vida con la frase “me imagino”, espero que entiendas la diferencia y hagas lo que creas más conveniente.
***
- Naruto te sientes bien – preguntó Kiba ya que el rubio no había dicho nada después de saludarlos.
- Sí, disculpa es que estoy un poco cansado. – respondió.
- Entonces descansa, el viaje será muy largo, te despertaré de ser necesario.
- De acuerdo. – se acomodó en el asiento y a los pocos minutos la respiración acompasada les indicó a sus compañeros que se había dormido.
***
Abrió los ojos al sentir como un beso en los labios lo despertaba, el rostro de Sasuke sonriendo lo saludó.
- No puedes dejarme en paz ni en mis sueños, entiende de una maldita vez que me lastima verte.
- No esperaba que despertaras de tan mal humor.
Parpadeó un par de veces, se pellizcó la mejilla.
- AU!! Pero si estoy despierto entonces... como... tu... y los demás... y... COMO?!!! – se sonrojó en el acto y Sasuke se sentó a su lado.
- Hinata y compañía están tomándose un café en la tienda de la estación, Itachi me trajo en su auto por que no podía dejar que te marcharas... creí que querías ser el sucesor de Tsunade cuando ella se retirara de Konoha.
- Eso fue antes...
- De dónde sacaste la idea de que me voy a casar con Sakura?
- Ella me dijo que la habías invitado a cenar para decirle algo muy importante, la noté tan feliz que... bueno llevan años de novios no hay que ser genio para sumar 1+1
- Terminé con ella.
- EH?!! POR QUÉ?!!
- No grites, el noviazgo sirve para conocerse, por eso precisamente no quiero casarme con ella, quería hablar contigo, pero... vi tu carta... no quiero que te vayas.
- Por favor si ya no nos vemos, si acaso te llamo una vez a la semana.
- Por eso, quiero que vivas conmigo. – dijo de pronto y el silencio reinó dentro de la camioneta.
- Bromeas? – logró preguntar Naruto.
- Tsunade me dijo que no aceptará tu renuncia, por otro lado finiquitaste tu contrato en el departamento donde estabas viviendo, y mi departamento queda más cerca de la oficina y... bueno... eso serviría para pasar más tiempo juntos supongo...
- Sí, supongo...
Nuevamente el silencio.
- Leí lo que escribiste en la playa – al escuchar esas palabras Naruto se sonrojó completamente y cerró los ojos y entonces reaccionó, lo había despertado con un beso?
- Tu... me besaste? – Sasuke miró a Naruto un segundo, con las mejillas sonrojadas, se acercó y nuevamente lo besó. Al principio sólo sus labios se tocaron, Sasuke con los ojos cerrados y Naruto con los ojos completamente abiertos, pero lentamente los fue cerrando al tiempo que rodeaba el cuello de su compañero con los brazos, los labios se separaron ligeramente y ambas lenguas se buscaron desesperadamente, ambas respiraciones se fueron agitando y el ritmo cardiaco aumentó, Sasuke rompió el beso juntando su frente con la de Naruto.
- Yo también te amo, Naruto. – ambos se miraron a los ojos y justo cuando iban a recostarse en el asiento la puerta de la camioneta se abrió.
- Arriba las manos Uchiha, cualquier cosas que tengan pensada hacer, hazla en su casa, que yo soy quien lava la camioneta.
- KIBA – Hinata lo regañó al escuchar sus palabras.
- Qué? es la verdad, no pienso ser yo el que limpie sus gracias.
- KIBA!! – gritaron ahora Hinata y Naruto, ambos sonrojados.
Sasuke bajó de la camioneta y se acercó a Hinata.
- Lo siento, creo que tendrán que seguir buscando a su segunda guitarra.
- No hay problema, cuida a Naruto, así ya no estará solo.
- Te lo prometo.
- Bueno parejita, al auto – dijo Itachi cerrando la cajuela donde habían guardado las maletas de Naruto – ya es tarde y mañana hay que trabajar.
Después de una breve despedida, ambos subieron al auto, Sasuke en el lugar del copiloto y Naruto en el asiento trasero, iniciaron una leve plática y a los pocos minutos ambos se encontraban profundamente dormidos, Itachi sonrió al ver a la pareja dormida, se detuvo esperando la luz verde en un crucero, acarició los cabellos y la frente de su hermano con cuidado de no despertarlo, sacó su celular y marcando un número esperó en la línea.
- Deidara... nada importante, sólo quería decirte, la frase tonta de la semana – se burló de sí mismo escuchando las protestas de su pareja al otro lado del auricular por ser más de media noche.
Fin.