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Viviendo del Sufrimiento por Hector Ish

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Notas del fanfic:

Otro WhatIf? de HxW en los ayeres, ubicado hace 15 años. La vieja Esther Doyle, Bonnie, Hector.
Basado en Sexo,PudoryLágrimas-AleksSynteck

Notas del capitulo: Por primera vez House se cuestiona si Wilson merece mejor trato
- Así que Jimmy Maravilla ha decidido unírsenos, a nosotros los mortales, este día.

-Cierra la boca, House. Solo estas tú.

-Oh, trataba, ya sabes, de ser… ¿como lo llamas tú?… Empático. Sí, esa es la palabra. No excluirme para alimentar mi egolatría.

-No, no queremos que suceda eso. La humanidad debería… A todo esto, ¿que haces en mi oficina?

-Siempre vengo aquí a pensar y…

-No, no… bueno, me refiero a esta hora… son las nueve de la mañana. ¿Pasaste de corrido el turno nocturno?

-¿Me tocaba la guardia? Uh, eso enfadará a Cuddy, no quiero ni asomarme a su oficina.

-¿Y bien?

-¿Qué?, oh… tenía un paciente, una consulta…

-Tú no atiendes en consulta, y menos a esta hora…

-Bien, bien, me agradaría seguir jugando a las obviedades pero… si me mantengo en un solo lugar, será mas fácil que Cuddy me halle.

House se dirige a la puerta y antes de salir le dirige a Wilson una sonrisa cínica. Mientras camina por el pasillo, tratando de evitar a su jefa, la doctora Lisa Cuddy, nota como al luz del sol mañanero entra por las ventanas frontales. Antes de entrar al elevador, sintiéndose a salvo escucha una voz conocida.

-¡Dr. House detenga la puerta en ese instante!

-Lo siento no puedo oírla, la puerta se cierra y rechina- dice antes de que la puerta se corra completamente.

Cuddy es de las pocas personas que le soportan a House su increíble “genialidad”. Habían ido a la misma Universidad pero se graduaron en diferentes generaciones. Después de una serie de contratos fallidos con varios hospitales, públicos y privados, fue la misma Dra. Cuddy quien le ofreció una plaza en el Hospital-Escuela del Princeton Plaisboro, Nueva Jersey, había dejado de ser esa colegiala en falda corta que iba a las mismas clases de él como oyente y se había convertido en una de las pocas mujeres doctoras que eran decanas y jefa de hospital. Su jefa de hospital.

Rápidamente como se lo permite su pierna y su bastón se dirige a la recepción, cerca de la clínica, toma el expediente y trata de huir de igual forma.

-Oh no, Dr. House, no se escapará tan fácilmente de mí- le dice Cuddy al interceptarlo antes de entrar al ascensor.

-Dra. Cuddy, no ponga esa cara, pareciera que se ha levantado y ha notado que su periodo le llegó sin tener tampones de reserva.

-Sí, es eso o debe ser que nuevamente ha tratado de robarle el paciente a otro doctor y ¿Qué es esto? ¿Ahora roba expedientes?- le responde al momento de arrebatarle el expediente a House.- ¿Estás acosando nuevamente a la anciana Esther?- dice al leer el nombre.

-No la acoso- contesta el ojiazul- Intento salvarle la vida.

-¿Como? ¿Interceptándola cada vez que viene a consulta, sometiéndola a exámenes que no necesita?

-Sus síntomas reflejan otro tipo de enfermedad, la analítica lo comprueba y tú sólo dejas que un doctor graduado por correspondencia la atienda ¿Quién es el villano aquí?

-¿La analítica? ¿Cual? ¿La retorcida y absolutista “analítica” del Dr. Gregory House? Esta es la tercera vez que intenta probarse algo a usted mismo…

-Demostré que…

-Hágame un favor House, evíteme una demanda y deje su obsesión al margen de esto.

Cuddy se retira, mostrando el enfado en su manera de andar, House solo logra recargarse de la pared y con el bastón apunta hacia Cuddy, simulando dispararle, pero se queda embebido en sus caderas.

Dan las 12 del medio día y Wilson baja al comedor para almorzar, había disfrutado de una buena noche con su esposa, lo cual no le dio oportunidad para preparase algo para comer después. Tranquilamente toma un poco de ensalada, papas y pollo y se sienta en una de las mesas cercanas a la entrada.

Antes de que dé el primer bocado, una mano se hace presente en su plato para tomar un poco de papas, alza la vista y ve al que considera su mejor amigo.

-¡Vaya! estaba preguntándome por cuanto tiempo mas ibas a hacerte el desaparecido conmigo.

-Es difícil hacerlo cuando pones esa carnada tan cerca de la entrada, más si sabes que no he comido nada desde la madrugada.

-Espera, ¿me has estado acechando aquí para poder comer? ¿Por qué no entraste a mi oficina y me invitabas al comedor? Eso hacen las personas normales House.

-Eso le quita la emoción al momento- culmina el nefrólogo al sentarse.- Necesito tu opinión sobre estos resultados.

-¿Son de Esther Doyle? ¿No te había quitado Cuddy esos papeles?-dice Wilson al mirar el expediente.

-Mira que las noticias vuelan rápido. ¿Te parece algún cáncer? ¿Síndrome paraneoplástico?

-No… parece mas como gastroenteritis con deshidratación. Dime ¿alguna vez te han dicho lo obsesivo que eres?

-Desde los doce…- House refleja en su mirada cierta rabia por no poder hacer mas en el diagnostico- ¡Maldición!

-Esta obsesión te hace daño, ves cosas donde no las hay, ¿cuál era tu idea la semana pasada? ¿Erdheim Chester? Una posibilidad en un millón…

-La cual es la correcta. Si no se le trata va a morir, y bueno, no es que vaya a vivir mas tiempo de sus 73 años…

-¿Ves?-le replica Wilson- Ni siquiera te interesa su bienestar, solo quieres acertar, tener la razón y deslumbrarnos con tu genialidad

-No soy el Dr. James Evan Wilson, no me verás por ahí repartiendo amabilidad y dándome a querer por todos.- le dice House sarcásticamente mientras le toma del plato una pieza de pollo.

-No todos nacimos como tu habilidad para no depender del resto de la humanidad.

-A tal grado que te volviste a casar.

-Espera, ¿estás molesto por ello?

-No, ni dudarlo. Tu matrimonio tiene cosas positivas, por ejemplo tu despedida de soltero… muy divertida. Esa chica… Karamel…- dice House haciendo referencia con las manos simulando la silueta de ella.

-Si hubiera sabido que terminaría humillándome con ella de esa forma, no habría dejado que la organizaras tú.

-Oh, no te hagas el mojigato conmigo, sabías que esperar de mí.

-Y aun así no dejas de sorprenderme… Creo que si pasaras mas tiempo cultivando una relación afectiva con otro ser humano estas obsesiones que llegas a tener bajarían un poco.

-¡Wilson! ¿Estas sugiriendo que necesito un acostón con alguien?- expresa House en voz alta, para llamar la atención e incomodar al oncólogo.

-No… no tergiverses lo que digo. Me refiero a que si te involucraras con alguien…

-Dijiste un ser humano, no especificaste sexo… Wilson ¿será que tú…?- House levanta la cejas y lo mira taimadamente- ¡Eres un hombre casado!- nuevamente alza la voz.

Wilson se sonroja, ni ganas le quedan de replicarle a House, aun no esta preparado para ganarle en su terreno y mas vale dejar las cosas por la paz. Solo consigue suspirar y hacer una expresión de resignación. House se levanta de la mesa con una sonrisa ladina, toma unas cuantas papas y se aleja.

-¿Te veo al rato para ir de copas?- le dice a lo lejos. A Wilson no le queda más que asentir y aceptar la invitación.

Después de todo este tiempo que llevaban de conocerse aun disfrutaba de su compañía, a pesar de su sarcasmo y sus comentarios mordaces; pasaba buen rato con House, quien era su amigo y uno de los mejores médicos en diagnostico del país y ahora todo le pintaba bien, con un trabajo que se adaptaba a sus necesidades, una nueva etapa en su vida con Bonnie. Todo estaba bien. Pensando en eso Wilson termina su almuerzo tranquilamente.

Dan las 5 de la tarde, a esta hora House siempre se encuentra a la salida del hospital para dirigirse a su casa, pero hoy espera tranquilamente en su oficina, no tiene ningún caso medico que atender, pero la espinita de Esther le picaba de lleno en la cabeza, mientras no confirmara su diagnostico no estaría tranquilo. Toma el teléfono y marca:

-Si, buenas tardes, habla el Dr. Patricks del Princeton Plaisboro, busco a Esther Doyle.

-Dr. Patricks es un gusto oírlo- le contestó una voz masculina del otro lado de la bocina, seguramente alguno de sus hijos- y también verlo sentado en la sala. ¿Cómo puede estar en dos lugares al mismo tiempo?

House había metido la pata. Sin palabras para excusarse solo logra hacer lo que le sale mejor: mentir.

-¿Sabe cuantos doctores Patricks hay en este hospital?

-Escuche, sé que es el loco ese que acosa a mi madre, que se presume de doctor. Le voy a decir algo: ¡Déjenos en paz! Si vuelve a molestar a mi madre me aseguraré de que sea un doctor comunitario del seguro social, si es que le va bien.

House cuelga el teléfono sin chistar, las cosas no salieron como las había planeado, pero sentía la necesidad de hacer lo que pudiera, no importara que fuera ilegal o inmoral, para tratar a Esther. Necesitaba pensar y, mientras tiraba su pelota roja con gris a la pared, buscaba una idea.

Las 6 de la tarde, Wilson sube las escaleras y llega a su apartamento, al abrir la puerta lo recibe su extraño perro blanco, un cachorro, que le bate de baba sus caros zapatos franceses.

-Bonnie ¿me perdí de algo?

-Hola, James…-respondió Bonnie desde la cocina- Lo recogí hoy después de las compras. La semana de entrenamiento acabó

-¿Entrenado en qué ahora?- pregunta Wilson al sentarse y zafarse del pantalón al pequeño animal- En arruinar ropa fina- Wilson los sube para mirarlo cara a cara y el perro escupe un pequeño trozo de seda roja, el cual reconoce como su corbata favorita.

-Oh, veo que te extrañaba- dice ella al verlos- Héctor quiere a James ¿No es una lindura?

-Si… claro- dice al momento de bajarlo y correrlo con una ligera patada.

-Tengo planes para nosotros esta noche- le dice Bonnie al sentarse junto a él en el sofá- Nos vamos a dedicar la velada- finaliza con un beso.

-No… no puedo- contesta Wilson- hice planes con House, la está pasando mal con un paciente, necesita despejarse un poco.

Bonnie alza la ceja, incrédula de la respuesta de su marido, de repente al ver que está hablando en serio, retira su brazo de su cuello y se aleja de él.

-Bonnie, no es que no quiera estar contigo, pero me gustaría que entendieras…

-¿Entender que, James? ¿Qué no puedes dejar de procurarlo? ¡Por Dios! Ya es un hombre maduro… ¡se puede cuidar solo!- Bonnie expresa con sus manos entre desesperación y furia- creí que cuando nos casáramos esto terminaría, siempre que te necesita acudes a él.

-No lo hago del diario- replica- Solo escucha, la está pasando mal y es mi amigo… Yo me debo a ti, eso lo sabes, pero igual estaré para él cuando me necesite. Prometo compensártelo mañana…

-Mañana…-murmura- ¿Qué no se te hace tarde?- le dice enojada.

Wilson se para y sin despedirse se dirige a la puerta. No está dispuesto a ceder, ama a Bonnie pero siente muy dentro de él que debe estar con House, protegerlo, cuidar que no haga ninguna locura extra de las que está acostumbrado hacer, y, muy en el fondo, más que deber, sentía la necesidad de hacerlo. Conduce hacía el bar donde acostumbran beber, mientras el cielo se torna gris y deja caer una pequeña brizna veraniega.

Bonnie se queda sentada en el sofá, meditando en todo aquello que la conquistó y la hizo presa del amor a Wilson, pero ahora él se va y no tiene intención de considerarlo. Voltea hacia el otro lado y ve a Héctor acostado en el pasillo, quien pone una cara triste. Bonnie se levanta para observarlo mejor y ve como a lo largo del pasillo algunos pares de zapatos aparecen desgarrados y babeados.

-Héctor es un grosero (Héctor does go rug)

Son las 8:30 de la noche, por más que busca House no puede encontrar la forma de acercarse a Esther y probar su diagnostico. Cuddy lo tenía en la mira y seguramente vigilaría cada uno de sus pasos, y el Dr. Patricks y la familia de Esther no dejarían que la siguiera molestando más. Tira de nuevo su pelota para que rebote en la pared y al recibirla se estira en su silla, ha pasado más de tres horas pensando.

-“Si hubiera una forma”- piensa-“Tal vez… si Wilson…”- y como invocándolo este aparece a la puerta de su oficina.

-Así que aquí estás- le dice él con desgano.

-Y mira que estaba pensando en ti- contesta House- Me preguntaba, si pudieras tú, quizá hablar con Esther y convencerla…

-¿De eso se trata todo?- interrumpe Wilson con desagrado-¿Estabas pensando en mi para ayudarte a desobedecer a Cuddy por tu obsesión con esa anciana?

-¿Esa anciana?… Alguien está enojado, deberías ir a acostarte con tu esposa.

-Sí, debería… pero no puedo, no puedo porque ella tenía planes y los deshice solo por ti, por tu estúpida invitación de ir a beber…

-¿Te invité hoy?- pregunta con fingida inocencia House- No debiste tomártelo en serio.

-¿Que no te sientes mal siquiera un poco?

-¿Yo? oye no he sido yo quien está aquí y no con su esposa.

-¡No lo puedo creer!- ríe incrédulo Wilson- pensé que necesitabas conversar con alguien, distraerte, lo cual indudablemente no puedes hacer solo, y le he dado prioridad a ello, resultando en tu poca atención al asunto… y ni una disculpa recibo.

House pone mirada triste y le contesta

-Ay, que tragedia.- House mira fijamente a Wilson- Te lo dije en la mañana, yo no soy tú. No te obligué a nada. Lo hiciste por que querías hacerlo, por que eras tú quien quería platicar con alguien que no fuera tu esposa.

Wilson se queda callado, inmóvil, pensando. ¿No es eso lo que hacen los amigos? Y House lo era, ¿era un tonto por esperar la misma atención de él? O ¿era un tonto por no imaginárselo, sabiendo que se trataba de House?

-No te voy a ayudar con Esther- responde finalmente, tenía la intención de decirle algo más, pero solo logró hacer un ademán con la mano.

-Aun podemos ir de copas- le dice House- Ya estás aquí y lo hecho, hecho esta.

Wilson suelta una risa irónica, da la vuelta y sale de la oficina de House sin decir más. House se queda parado algunos segundos y termina sentándose en el sillón.

Por primera vez, desde la tarde, sus pensamientos no están envueltos en Esther. House piensa en Wilson, aunque estaba acostumbrado a no tratar con personas como él, se sentía increíblemente apegado a Wilson, pero no a tal grado de cambiar su personalidad. Aunque… tal vez Wilson se merecía otro trato. Pero House era un “maldito bastardo” según muchos, sin sentimientos, frío al trato humano, irreflexivo. Y aun así Wilson siempre estaba ahí.

House sonríe al recordar sus palabras: “no puedo por qué ella tenía planes y los deshice solo por ti”, se sentía feliz al estar por encima de ella todavía, pues muy en el fondo temía que Wilson lo dejara solo al casarse, quizás no solo en totalidad, pero las cosas cambian cuando uno se casa… ¡Tantas veces que deseo que Bonnie desapareciera! Pero Wilson, aun noviando, no dejó de brindarle atención a él.

-¿Y yo?- pregunta en susurro House antes de quedarse dormido.
Notas finales: Gracias a todos los que me leyeron en mi Blog y en el Foro, ojala los demas puedan echarle un vistazo por alla y dejarme su opinion, y si gustan leer el resto d la historia Saludos

Bogo, Ericka, ToLoka, Ada y Ross xD

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