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SI TU ME QUISIERAS... por Orseth

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-¿Quieres dejar de repetir todo lo que digo? –exclamó Draco molesto cruzándose de brazos en un acto inconsciente de poner una barrera.

 

            -No, es solo que…

 

            -Y ahora mírame a mí –interrumpió Draco mirando a todos lados menos a él- yo soy un asco comparado contigo.

 

            -¿Ese es el problema? –exclamó Harry no pudiendo evitar una sonrisa.

 

            -¿Estas burlándote de mí?  -preguntó Draco molesto.

 

            -¡No, para nada! –dijo Harry acercándosele ya con más confianza.

 

            -¡Pues te estás riendo!

 

            -Lo siento, no pude evitarlo.

 

            -Pues no es gracioso.

 

            -No, no lo es –dijo Harry acercándosele tanto que su pecho tocó los brazos cruzados de Draco- pero ¿porque piensas eso?

 

            -Creo que es más que obvio ¿no?

 

            -Eres muy atractivo –dijo Harry rodeándolo con los brazos sin que Draco descruzara los suyos.

 

            -Si claro, sobre todo con mi look ultramoderno y mi ropa de diseñador exclusivo.

 

            -Tu cabello me encanta –respondió Harry acariciando con su nariz la oreja de Draco ocasionándole escalofríos- y tu ropa es lo de menos, está más que claro que yo no soy experto en eso.

 

            -Hablo en serio, la verdad es que no me siento a gusto… ¡mira mi cabello!... es un desastre.

 

            -Ya te dije que tu cabello me gusta –respondió Harry hundiendo su rostro en el cabello húmedo.

 

            -¡Pero ya ni brilla! –exclamó Draco apartándose un poco.

 

            -¿Y qué esperabas si no comes como debieras? –dijo Harry mirándolo ya serio.

 

            -Es que no es solo mi cabello… -replicó Draco soltándose del abrazo- ¡es todo!

 

            Harry no dijo nada ante el gesto del rubio, simplemente lo miró caminar por la habitación.

 

            -Estoy que doy pena.

 

            -Tal vez tu ropa no sea la mejor, pero…

 

            -¡No es solo la ropa! –Interrumpió Draco- es mi cuerpo.

 

            -Me gusta tu cuerpo –dijo Harry sentándose en la orilla de la cama.

 

            -Es que no me has visto desnudo.

 

            -Te he visto desnudo docenas de veces.

 

            -Si pero, antes no éramos nada, así que esas no cuentan… en todos caso ya viste que soy horrible.

 

            -Draco –dijo Harry exhalando un suspiro- tu cuerpo me gusta y me pone caliente y si dices que las veces anteriores que te he visto desnudo no cuentan, pues entonces espero hacerlo esta noche.

 

            -¿Hacer qué? –preguntó Draco como no queriendo la cosa.

 

            -Verte desnudo –respondió Harry con una media sonrisa haciendo que a Draco se le encogiera el corazón.

 

            -Yo… creo que esto no es buena idea –dijo Draco intentando poner su mejor cara.

 

            -¿Tanto así te disgusta tu cuerpo? –preguntó Harry sereno.

 

            -Pues… es que…

 

            -Yo tampoco soy perfecto, hay algunas cosas de mí que…

 

            -¡Me crecieron las nalgas! –soltó Draco creyendo por un momento que moriría en ese instante de combustión espontánea de tanto calor que sintió.

 

            -¿Qué te…? –balbuceó Harry impactado.

 

            -¡Sí! –Exclamó Draco sintiendo de su vida una tragedia griega al tiempo que se palpaba el trasero- ahora tengo un trasero descomunal y es milagro que no tenga tetas.

 

            -Bueno Draco… -dijo Harry intentando contener la risa- pues sí, ya lo había notado pero…

 

            -¿¡Ya lo habías notado?! –interrumpió Draco horrorizado- ¿¡Y no pensabas decírmelo?!

 

            -¿Y que querías?... Qué entrara y te dijera “hola Draco, espero que hayas amanecido bien, por cierto, te creció el culo con el embarazo”

 

            Harry solo vio como Draco se hacía chiquito ya sin decir nada, por lo que se levantó para abrazarlo.

 

            -Tranquilo, no quise hacerte sentir mal, es solo que tú ves las cosas desde una perspectiva y yo de otra.

 

            -Si claro, y mi perspectiva no importa aunque soy yo quien tiene este cuerpo –dijo Draco dejándose abrazar.

 

            -No quise decir eso –respondió Harry pasando sus manos por la espalda- lo que quise decir es que si antes me gustaban tus nalgas, pues ahora me gustan más, se ven muy apetitosas.

 

            -¿Eh? –jadeó Draco al sentir las manos de Harry bajar hasta su trasero poniendo de lleno una mano en cada una.

 

            -mmm que rico… -susurró el moreno en su oído apretándolas provocando que el rubio se quedara tieso de la impresión- todo tú estás muy rico –continuo Harry comenzando a besarle el cuello.

 

            Entre la impresión de la agasajada y los labios de Harry en su cuello, Draco se había quedado mudo dando pie a que el moreno dejara su trasero en paz y colara sus manos bajo la camiseta invadiendo la cálida piel de la espalda invadiéndolo de una electrizante descarga de sensaciones, por lo que puso sus manos en los hombros de Harry al tiempo que ladeaba la cabeza entreabriendo los labios en un suave jadeo.

 

            Harry en tanto estaba fascinado con el sabor del rubio, con sus labios, con su piel… su olor de simple y suave jabón, que al ser de una fragancia casi nula, se combinaba con el aroma natural de Draco provocando que quisiese probar toda la piel de su cuerpo; entonces lo abrazó con fuerza… se le hacía increíble que después de tanto tiempo y tantas lagrimas, al fin lo tuviera entre sus brazos.

 

            -Estás perfecto para mi, Draco… -susurró sobre sus labios- perfecto para mí…

 

            Como respuesta, Draco abrió la boca recibiendo de lleno el beso del moreno, beso que pronto se convirtió en una batalla de lenguas, en sentir cual exploraba más.

 

            Los únicos besos que Draco había recibido en su vida eran los de Roger, pero los de Harry no tenían absolutamente nada que envidiarle al medimago muerto; esa forma de sorber su labio inferior y llevárselo suavemente entre los dientes para inmediatamente volver a atacar, estaba provocando que Draco perdiera la cabeza con tan solo un beso.

 

            Solo cuando sus piernas chocaron con la cama, Draco pareció recobrar una pizca de sentido común.

 

            -Es-espera… -susurró con los labios inflamados y calientes.

 

            -¿Esperar qué? –respondió Harry tratando de hacerlo caer de espaldas mientras se quitaba las gafas y las colocaba en el mueble que estaba junto a la cama.

 

            -Harry… Harry me gustas mucho pero… no estoy seguro –dijo Draco sentado en el colchón.

 

            -¿Es por tu físico?

 

            -La verdad sí.

 

            -Tranquilo, estas genial… -dijo Harry inclinándose para besarle los labios.

 

            -Pero…

 

            -¿Tú no lo deseas? –dijo Harry dándole pequeños besitos.

 

            -Claro que sí, pero es que…

 

            -¿Entonces? –susurró Harry mordisqueándole el cuello haciendo que Draco terminara acostado sin que siquiera se diera cuenta.

 

            -Harry… -susurró al sentirlo ya sobre él provocando que sintiera la dureza del auror.

 

            -Draco, te amo…

 

            El aroma, la presencia varonil de Harry y el amor que sentía por él, hacia que sus sentidos gritaran desesperados que sí, solo que…

 

            -Apaga la luz.

 

            -¿Eh?

 

            -Si Harry, pero apaga la luz.

 

            -Pero así no te voy a ver –dijo Harry levantando el rostro para mirarlo.

 

            -Pues ese es el chiste, mi cuerpo no está en su mejor momento.

 

            -¡Ay claro que…!

 

            -O apagas la luz o no hay nada –declaró Draco firmemente aun con su respiración entrecortada.

 

            -Eso no es justo –exclamó Harry haciendo un mohín.

 

            -¿Y quien dijo que la vida era justa?.. Además ya me has visto desnudo un sinfín de veces, francamente no sé porque te gusto.

 

            -Dejemos la luz encendida, me gusta verte.

 

            -Entonces no quiero.

 

            -Haber… -dijo Harry rodando los ojos y sacando su varita- dejaremos la luz baja, como cuando ya vas a dormir.

 

            -Pero aun podrías verme.

 

            -Y tú a mi ¿tú no quieres verme a mí? –dijo Harry mordiéndole la barbilla después de dejar la habitación a media luz.

 

            ¡Ah, pero por supuesto que quería!... ¿¡quién demonios en su cinco sentidos no querría ver desnudo a semejante bombón?!

 

            -Pues si pero… Harry, es obvio que no tenemos el mismo cuerpo, además tengo una cicatriz horrible.

 

            -¿Ese es el problema?, yo también tengo una cicatriz y además en la cara.

 

            -Si pero esa es la famosa cicatriz del “niño que vivió” y la mía es la característica cicatriz del “niño que cogió” así que ni compares.

 

            -¡Oh vamos! –exclamó Harry riendo por las ocurrencias de Draco.

 

            -No te rías que es en serio –replicó Draco no pudiendo evitar una media sonrisa.

 

            -Pues tan en serio es este asunto que ya te dije como será la luz, soy un auror y tienes que obedecerme.

 

            -¡Uy si, que miedo! –exclamó Draco carcajeándose.

 

            -Así que no quieras pasarte de listo Malfoy –siguió Harry enderezándose para quitarse la chaqueta de piel negra en tanto Draco se recargaba en los codos.

 

            -Estás loco.

 

            -Ajá… pero por cierto rubio melindroso que agotaría la paciencia del mismísimo Merlín.

 

            Cuando quedó en camisa, Draco se sentó quedando frente a Harry quien permanecía de pie.

 

            -Déjame ocuparme yo de la camisa –dijo Draco dirigiendo sus blancas manos a los botones.

 

            La tersa piel de Harry fue dejándose ver poco a poco conforme los botones iban cediendo ante los dedos del rubio, quien en cuanto  terminó con ellos abrió la camisa mirando unos oscuros pezones; y volviendo su mirada al moreno acercó sus labios a uno de ellos atrapándolo.

 

            -mmm… -gimió Harry cerrando los ojos mientras sonreía al sentir la lengua húmeda y caliente.

 

            Draco había puesto sus manos en su cintura para apoyarse mientras su traviesa boca se ocupaba de endurecer los pezones de Harry lamiéndolos, mordisqueándolos, succionándolos…

 

            -Me encanta… -susurró Harry hundiendo sus dedos en la rubia cabellera.

 

            Draco por su parte jugaba goloso pasando su lengua alrededor de ellos endureciéndolos para su propio disfrute, embelesado por el fragante aroma de Harry que le embriagaba los sentidos mientras la camisa fue deslizándose hasta llegar al suelo.

 

            Un buen rato paso Draco pegado al pecho de Harry, pasando de un pezón a otro, besándole la piel, lamiéndola mientras descendía hasta llegar al ombligo, en donde comenzó a besar alrededor de él y continuar su camino hacia abajo hasta topar con el cinturón… sonriendo pícaro comenzó a bailotear sus dedos sobre la hebilla arrancando mas sonrisas a Harry.

 

            -mmm… esas manitas traviesas… ¿Qué pensaran hacer? –dijo Harry levantando una ceja.

 

            -Pues yo creo que nada porque no veo ningún aliciente.

 

            Harry le levantó el rostro con las manos inclinándose hacia él; Draco abrió la boca dispuesto a recibir el beso, pero en lugar de besarlo, Harry pasó su lengua por los sonrosados labios de forma lenta… primero el de arriba y luego el de abajo… saboreándolos… torturándolos…

 

            Draco dejó quietas sus manos concentrándose en ese beso, que más que un beso, era una caricia cargada de dulzura y erotismo a partes iguales para finalmente hundir su lengua en esa boca ansiosa que moría por recibirlo.

 

            Un sinfín de veces Harry había fantaseado con besar a Draco de esa manera, con hacerle el amor a sus labios… de beber su aliento, de probar su pasión… entonces dio un respingo cuando la mano del rubio comenzó a frotar su miembro por encima del pantalón.

 

            -¡mmm!... –gimió dentro del beso poniendo su mano sobre la de Draco, quien deshizo el beso para recargar su frente en el plano estomago de Harry para comenzar a desabrocharle el cinturón y luego el zipper dejando ver la cinturilla elástica de su ropa interior con el nombre grabado en ella de…

 

            -¿Calvin Klein? –pensó Draco deteniéndose- Harry…

 

            -¿mmm?

 

            -¿Quién diablos es Calvin Klein?

 

            -¿Cómo? –preguntó Harry aun sumergido en un sinfín de sensaciones desconcertándose con el rostro serio y cada vez mas enojado de Draco.

 

            -Ya sabía yo que eras un cursi ridículo, pero no pensé que tanto, déjame decirte que no pega con tu fama de “asalta camas”

 

            -¿De qué hablas?

 

            -No sabía que te gustara bordar tus calzoncillos con los nombres de tus novios.

 

            -¿Novios?

 

            -No, mejor dicho amantes ¿cierto?

 

            -No entiendo nada.

 

            -No me digas, y ellos seguramente llevaran un calzoncillo con un letrero estampado en el trasero con la leyenda “este culo se lo cogió Harry Potter”

 

            -Draco…

 

            -Pero al menos hoy te hubieras puesto otros ¿no?... digo, al menos para disimular que eres un promiscuo, además ¿Qué nombre es ése?... Calvin… suena como a nombre de viejo pelón –bufó Draco cada vez mas enojado.

 

            Cuando Harry entendió el disgusto de todo, solo negó con la cabeza mientras miraba al rubio que enfurecido había dejado su pantalón y había colocado las manos en la cama, junto a sus piernas.

 

            -Draco, Calvin Klein es….

 

            -No me interesan tus amantes –interrumpió Draco poniéndose de pie siendo sentado de nuevo por Harry.

 

            -Calvin Klein es un diseñador de ropa muggle, cuyo nombre ya es una marca registrada la cual se graba en sus productos tales como perfumes, bufandas, zapatos, cinturones, pieles, gafas de sol, cosméticos, jeans y bóxers para hombres y mujeres.

 

            Draco solo parpadeo mientras un terrible calor iba invadiendo su cara, por lo que solo atinó a decir:

 

            -Bóxers de… ya...claro…

 

            -¿Celosito? –preguntó Harry cruzándose de brazos.

 

            -¿Celoso yo? ¡Para nada! –Balbuceó Draco deseando que una mismísima panda de mortífagos invadiera San Mungo en ese momento anunciando que Voldemort había resucitado- no pensaras que estaba haciéndote una escena ¿verdad?

 

            -¡Noooo, para nada! –respondió Harry intentando permanecer serio.

 

            -¡Ah, qué bueno, porque yo…!

 

            -Draco –interrumpió Harry con una sonrisa pintada de oreja a oreja.

 

            -¿Sí?

 

            -¿Por qué no sigues con lo que estabas haciendo?

 

            -Hecho.

 

            Cuando la ropa de Harry cayó hasta sus tobillos, los ojos de Draco se abrieron impresionados.

 

            -¡Harry!

 

            -¿Sí?

 

            -¡Por Merlín! –Dijo Draco con la vista clavada en la entrepierna del moreno- aun no está completamente parada pero… ¡por Salazar, es enorme!

 

            -¿Qué puedo decir? Estoy bien armado –respondió Harry con falsa modestia mientras se encogía de hombros.

 

            -Pues vaya que sí lo estas –dijo Draco sin despegar la vista.

 

            -Y todo para ti.

 

            -¡Uy que generoso! –exclamó Draco sarcástico.

 

            -Pero tú tranquilo… -dijo el moreno inclinándose y mordiéndole suavemente la oreja- te voy a preparar muuuy bien.

 

            -¿Y cuando quedó establecido que ibas a ser tú quien va a meterla?... ¿Por qué no he de ser yo quien…?

 

            -Shhh… -susurró Harry mordisqueándole ahora el cuello- ¿no se te hace que protestas por todo?

 

            -Te… tengo derecho a protestar… -respondió Draco con un escalofrío causado por los dientes del auror.

 

            -Te aseguro que no protestarás cuando la tengas bien adentro –dijo Harry levantándole los brazos para quitarle la camiseta.

 

            -Pues no quiero, esta vez quiero ser yo quien…

 

            -Ven acá –interrumpió Harry poniéndolo de pie para abrazarlo- mmm

 

            Draco le pasó los brazos por el cuello mientras disfrutaba la sensación de sentirlo piel a piel prendiéndose en un violento beso en donde cada uno luchaba por llevarle el paso al otro; entonces Harry interrumpió el beso girando a un desprevenido Draco pegándosele a la espalda.

 

            -¿Lo sientes Draco? –jadeo Harry abrazándolo por el tórax mientras restregaba su pene desnudo contra el trasero aun vestido de Draco- ya esta duro… solo por ti…

 

            Draco jadeó al sentir los besos de Harry en su hombro mientras sentía un duro bulto en sus nalgas.

 

            -Harry….

 

            -Entonces Draco… -continuó Harry mordisqueándole la nuca- ¿no quieres que te coja?

 

            -mmm… -gimió Draco levantando las nalgas mientras Harry continuaba restregándose en él.

 

            -Tengo unas ganas locas de cogerte Draco ¿me dejarás?

 

            -N-no sé… -respondió Draco separándose con trabajo- primero… primero debo catar la mercancía, acuéstate.

 

            Ni tardo ni perezoso, Harry se deshizo de sus zapatos y de su ropa en los tobillos para saltar cual chapulín biónico sobre la cama.

 

            Draco sonrió al verlo acomodarse con las manos tras la cabeza y los tobillos entrecruzados muy quitado de la pena; algo que no le sorprendió al ver el cuerpo que se cargaba el auror; sus ojos lo recorrieron desde los pies, para seguir con las largas piernas, los fibrosos muslos, su vientre plano, sus caderas estrechas y su torso tan tentador; un cuerpo marcado por el ejercicio sin dejar de ser esbelto… definitivamente un manjar para los ojos.

 

            -¿Te gusta lo que ves? –dijo Harry sonriendo pícaro.

 

            -mmm… pues te diré… -replicó Draco torciendo la boca.

 

            -Mira que tener este cuerpecito no es tan fácil ¿eh?

 

            -Ya, ya… dime lo que presumes y te diré de lo que careces.

 

            -Ese es el punto, no carezco de nada –respondió Harry presuntuoso- tengo un buen equipamiento como puedes ver.

 

            -Pues ni esta tan bueno, déjame decirte que he visto mejores –dijo Draco cruzándose de brazos.

 

            -Claro y como has visto taaaantos… Draco, contando el tuyo solo has visto tres.

 

            -¡Claro que no! me duchaba con todos después de los partidos de Quidditch ¿recuerdas? –exclamó Draco con aire ofendido.

 

            -Ya, solo bromeaba.

 

            Después de un gruñido, Draco sonrió mientras se daba cuenta de que toda su palabrería se debía a sus propios nervios.

 

            -Puedo esperar, tenemos toooda la noche –dijo Harry observándolo.

 

            -No es necesario –respondió Draco trepando en la cama reptando sobre Harry hasta quedar acostado a su lado.

 

            Harry solo cerró los ojos cuando Draco comenzó a besarle el cuello y a mordisquearle la barbilla en tanto su mano pellizcaba un sensible pezón.

 

            -mmm… -gimió Harry suspirando.

 

            Sus manos, su pecho… a Draco se le hacían poco sus propias manos para disfrutar la piel caliente que tenía a su entera disposición, por lo que acabó por encimarse en él sin dejar de besarle el cuello y el lóbulo de la oreja; fue entonces cuando sintió las manos de Harry en su cintura diciendo entre jadeos:

 

            -Quítatelo… el pantalón, quítatelo…

 

            -Aun no –respondió Draco sujetándoselo.

 

            Harry ya no insistió pues la boca de Draco en su pezón lo hizo jadear; el rubio mordía suavemente mientras sus manos acariciaban su pecho, sus hombros… su vientre.

 

            Invadido por deliciosas sensaciones que la húmeda boca de Draco le provocaba, Harry comenzó a revolverle la húmeda cabellera mientras el rubio en tanto comenzó a bajar poco a poco succionando y besando la piel hasta llegar al vientre deteniéndose en la fina línea de vello oscuro que comenzaba a formarse haciendo que Harry contuviera la respiración.

 

            Sonriendo por eso, Draco observó el pene de Harry, el cual semi erecto y pesado descansaba de lado sobre su ingle derecha; simulando que su mano caminaba, Draco la movió juguetonamente hasta llegar al miembro tomándolo suavemente ante el jadeo del moreno.

 

            El rubio lo rodeo con su mano sintiendo la delicada piel caliente… sonrió al ver a Harry mover un poco sus caderas instándolo a masturbarlo; por lo que comenzó a friccionarlo son suavidad viendo ya unas cristalinas gotas asomar por la rosada cabeza.

 

            -¿Quieres que te la chupe? –preguntó bajito sabedor de la respuesta- sé hacer muy buenas mamadas.

 

            -¿Y que estas esperando? –respondió Harry revolviéndole el cabello- ¿una invitación por lechuza?

 

            Sin soltar el palpitante miembro, Draco posó su dedo índice en el hoyuelo para separarlo al instante formando un delgado hilillo cristalino de líquido pre seminal.

 

            -Estamos ansiosos ¿eh? –dijo antes de pasar su lengua por el glande llevándose entre los labios unas gotas.

 

            Lentamente pasó su lengua por sus labios saboreando la esencia un poco salada de Harry Potter, luego se inclinó y pasó su lengua por lo largo del ansioso pene arrancando más sensaciones en el joven auror.

 

            Con los ojos cerrados, Harry sentía la cálida y húmeda lengua lamer su pene lenta y tortuosamente abriendo también las piernas al sentir una mano tomar con cuidado sus testículos; el rubio entonces se hincó en la cama para tener más libertad  de movimiento inclinándose de nuevo tomando con una mano el pene de Harry y no dejar de tocarlo mientras que con la otra acunaba los testículos, los cuales comenzó a lamer y a darle pequeños besitos para después llevarse uno a la boca haciendo que Harry le diera un involuntario jalón de cabellos.

 

            -¡Ay! –Gritó Draco soltándole el pene y sobándose la cabeza- ¡oye!

 

            -Perdón… fue sin querer… -se disculpó Harry con el rostro arrebolado- me tomaste por sorpresa.

 

            -Pues que no se repita –respondió Draco ceñudo volviendo a lo que estaba haciendo.

 

            Harry se frotó la cara con ambas manos para después colocarlas en los costados pensando en que nadie había tratado sus genitales con tanto cariño y placer al mismo tiempo; había recibido mamadas fabulosas, pero ninguna del hombre que amaba.

 

            Draco envolvía los testículos en su mano para después meterlos a su boca sin dejar de  friccionar el pene para finalmente fijar su atención en el miembro anhelante que cada vez se hinchaba más; dio una lamida al glande volviendo a saborear el liquido claro y sopló levemente provocando que Harry diera un respingo para al fin meter el pene en su boca.

 

            -¡Oh mierda! –gimió Harry al sentir al fin la ardiente boca en su pene.

 

            Draco no intentó metérsela toda, comenzó mamando un poco mas allá del glande disfrutando él mismo del sabor de aquel hombre tan atractivo; su rubia cabeza subía y bajaba teniendo cuidado de no tocarlo con los dientes; poco a poco comenzó a relajar su garganta permitiendo que el pene entrara cada vez más.

 

            El Griffindor pronto se encontró jadeando al sentir como Draco succionaba cada vez que subía la cabeza como si quisiera absolverle su mismísima alma; entonces el rubio fue bajando la velocidad hasta detenerse por completo y juguetear con su lengua en el hoyuelo haciendo a Harry culebrear en la cama.

 

            -¡Oh Draco! –Gimio con voz ahogada- ¡que… que bien la chupas!

 

            Orgulloso de provocar esas sensaciones en el moreno, Draco volvió a meter todo el pene en su boca sin dejar de acariciar un momento los ya hinchados testículos.

 

            -Quiero venirme Draco…

 

            -Hazlo… -respondió Draco hablando con la punta  del pene sobre sus labios- tu mismo dijiste que tenemos toda la noche.

 

            -Pero también quiero seguir disfrutando de tu boca… -dijo riendo Harry- me… mejor me aguanto…

 

            -Estás loco.

 

            -Bueno, mejor no me aguanto, soy… fuerte como un toro y puedo dar mucha batalla…

 

            -Si, si, eres toooda una maquina de esperma –dijo Draco lamiendo la punta- anda, hazlo ya…

 

            -Pues quítate...

 

            -No, hazlo en mi boca… eso me excita mucho.

 

            -¿En serio? –dijo Harry tensando las piernas- porque ver como se lo tragan me calienta mucho…

 

            -Pero antes dime ¿te gusta el beso blanco?

 

            -La verdad no se me antoja.

 

            -¿Por qué?

 

            -Porque no.

 

            -¿Te gusta probar el ajeno y no el tuyo?

 

            -Ajá.

 

            -Pues yo si quiero hacerlo –dijo Draco levantando la cabeza para mirarlo sin dejar de masturbarlo viendo como Harry torcía la boca y arrugaba la nariz- ¿sí?

 

            -De acuerdo –aceptó Harry más de fuerza que de gana

 

            Entonces sin decir mas, Draco se inclinó y continuo chupando dando fuertes succiones en las ultimas, por lo que Harry ya no se contuvo mas y con un grito terminó por eyacular en la boca de Draco, quien sin detener sus mamadas comenzó a tragar sintiendo el viscoso liquido pasar por su garganta, entonces se levantó sentándose en sus talones sin dejar de friccionar el pene de Harry dejando que los intermitentes chorritos de blanco semen mancharan su mano mientras unos espasmos orgásmicos sacudían la cadera del moreno, quien después de unos instantes más, quedó laxo y con la respiración entrecortada.

 

            Draco entonces se acercó a él levantándole la cabeza, Harry se recargó en un codo viendo la boca de Draco posarse sobre la de él.

 

            El suave y viscoso semen que Draco cuidó de no tragar, pasó a la boca de Harry escapándose un poco por la comisura de sus labios; un sabor algo salado invadió el gusto de Harry, quien aunque ya había probado infinidad de corridas, nunca había probado la suya propia.

 

            -mmm… -gimió Draco recostando a Harry totalmente mientras chasqueaba la boca en medio de su goloso beso.

 

            Las manos de Harry comenzaron a acariciarle la espalda sintiendo en ese beso algo especialmente erótico debido a que estaba saboreando su propio esperma en boca de Draco, el cual después se separó lamiéndole la barbilla para limpiar los restos que habían escapado.

 

            -Eso me gustó.

 

            -¿Ya viste que no fue desagradable? –dijo Draco acariciándole su ya aliviado pene.

 

            Harry suspiró satisfecho mientras su vista comenzaba a recorrer al terso cuello y hombros de Draco.

 

            -Me encantas… -dijo bajando sus manos hacia el pantalón colando sus dedos en la cinturilla elástica.

 

            -Espera un poco –exclamó Draco deteniéndole con una mano.

 

            -¿Qué sucede?

 

            -Nada.

 

            -No creas que no he notado que no quieres quitarte la ropa, ¿Cómo pretendes que hagamos el amor?... ¿por las orejas?

 

            -Claro que no.

 

            -¿Entonces?

 

            -Pues nada… solo me gustaría que desvanecieras más la luz.

 

            -La habitación está como todas las noches, solo que como nuestra vista ya se acostumbro lo vemos todo más claro.

 

            -Pues con mayor razón.

 

            -No quieres que vea tu cicatriz ¿no?... es eso.

 

            -Pues…

 

            -Pero Draco, eso no me importa, me gustas tal cual eres.

 

            -Es que…

 

            -Ven aquí –dijo Harry colocándole la cabeza en su pecho -¿oyes mi corazón como late acelerado?... pues no es solo por la paja que acabas de hacerme, es también porque tú me amas y eso me hace muy feliz… para mi, tu cuerpo es perfecto, no me importa si tienes veinte kilos de más… deseo tocar tu piel… acariciar tu cuerpo, hacer el amor contigo…

 

            Draco cerró los ojos mientras un suave golpeteo sonaba en su oído… y sonrió… ese era Harry Potter, el que lograba cosas increíbles en él… por eso no hizo nada para impedir el movimiento de su pantalón cuando Harry comenzó a bajarlo poco a poco.

 

            El moreno entonces levantó la cabeza cuando vio que Draco lo dejaba hacer; vio maravillado como el pantalón bajaba con todo y ropa interior dejando ver unas nalgas blancas y respingonas… nalgas que le hicieron agua la boca.

 

            Al final Draco le ayudó  a quitarse el pantalón quedando solo con calcetines para después recostarse a su lado en tanto Harry lo besaba al tiempo que una de sus manos bajaba por la espalda para llegar a una nalga, la cual palpó con suavidad.

 

            -Me encantas tus nalgas Draco… tan redonditas y carnositas…

 

            Una especie de gorjeo salió de la garganta de Draco que sonó como a música para Harry.

 

            -¿Estas feliz? –preguntó levantándole el rostro con un dedo en la barbilla.

 

            -Sí Potter… -respondió Draco saltándole encima de repente montándosele a horcajadas- pero deja de tratarme como a una nena virgen… tengo un hijo ¿recuerdas?

 

            -Pues no es mi culpa que te portes como una –respondió Harry acariciándole los muslos acercando cada vez más sus manos a la entrepierna.

 

            -Quieres chupármela ¿verdad? –susurró Draco pellizcándole los pezones.

 

            Sin decir “agua va” Harry se levantó de repente tomando a Draco por sorpresa invirtiendo posiciones dejando al rubio acostado de espaldas con Harry entre sus piernas abiertas.

 

            -Ya estuvo bueno de tenerme en ayunas… -dijo Harry divertido al verle la expresión de sorpresa para luego arrastrarse sobre él hasta poner su cara entre los blancos muslos.

 

            Maravillado vio frente a sí, el pene semi erecto y los testículos de un color un poco mas oscuro; hundió su nariz en la fina capa de vellos rubios aspirando el aroma a sexo y jabón de Draco, quien gimio al sentir en su miembro la caliente respiración de Harry.

 

            El moreno comenzó a besar el interior de los muslos, a lamerlos, a mordisquearlos… se le hicieron tan suaves como para descansar en ellos.

 

            -Solo que lo único que menos quiero ahora, es descansar –pensó tomando el pene de Draco para alcanzar su perineo.

 

            -¡Por…Salazar! –gimio Draco al sentir la lengua en ese punto tan sensible.

 

            Harry comenzó a friccionar el pene mientras que con la lengua y los labios sorbían la delicada piel del perineo viendo como el rubio tensaba los muslos.

 

            -ssssi… -gemía Draco abriendo mas las piernas.

 

            Harry dejó esa palpitante zona para volver a esos muslos que los volvían loco, los cuales comenzó a chupetear hasta dejar pequeñas manchas oscuras que tardarían varios días en desaparecer… Harry sonrió al imaginar el escándalo de Draco cuando las viera; entonces vio la mano de Draco dirigirse a su  propio pene para masturbarse y así darse un poco de alivio.

 

            -No… -dijo apartándole la mano- déjame a mí.

 

            Draco gruñó en protesta pero jadeó cuando sintió a Harry lamer la punta de su pene.

 

            -Delicioso –susurró Harry lamiendo el cristalino líquido seminal.

 

            -Hazlo ya, hazlo ya… -le urgió Draco haciendo sonreír a Harry quien sin más preámbulo se metió el pene en la boca haciendo que Draco retorciera los dedos de los pies del puro placer.

 

            Sujetándolo de la base, Harry comenzó  a subir y a bajar la cabeza haciendo presión con su lengua y sus labios haciendo Jadear a Draco, luego se detuvo para exasperación del rubio, quien gruñó unas palabras poco amables ante un divertido Harry.

 

            -Calma –dijo pasando su lengua por el brillante glande y luego a todo lo largo provocando escalofríos al rubio mientras acariciaba los testículos; después bajó su boca dando pequeñas mordidas que amortiguaba con sus labios en todo el costado enloqueciendo a Draco.

 

            -¡Oh Harry!.. ¡Sí!...

 

            Harry sentía su corazón danzar frenético de alegría al ver las reacciones que provocaba en Draco… ver su respiración entrecortada, su piel brillar por el sudor y sus ojos cerrados con fuerza mientras hacía graciosos gestos de placer.

 

            -Chúpamelo mas fuerte… -mascullo Draco estrujando las sabanas.

 

            La boca y manos de Harry comenzaron a trabajar con más ímpetu haciendo que Draco comenzara a retorcerse en la cama.

 

            -¡Oh Dios…! ¡Voy a…!

 

            Harry se preparó para recibir en la boca la descarga de Draco, el cual se corrió con un fuerte jadeo.

 

            -¡Ahhhhh!

 

            El líquido caliente escurrió de los labios de Harry quien no dejaba de friccionarle el pene con la mano hasta finalmente verlo quedarse quieto.

 

            -¡mmm!... –gimió Draco con los ojos cerrados sumergido en una deliciosa modorra.

 

            Sonriendo, Harry lamio su mano con los restos del rubio sin dejar de mirar su rostro sudoroso y arrebolado; y sin que Draco se diera cuenta, tomó su varita y subió una pizca de luz tornándose todo un poco más claro; luego se dirigió a los pies y comenzó a acariciarlos arrancándole una sonrisa al rubio sin que éste siquiera abriera los ojos.

 

 

 

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