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SI TU ME QUISIERAS... por Orseth

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            -¡Esta como loco, dice que armará un escándalo si no lo atiende!

            -Maldita sea… -respondio Sonia estrujándose las manos- al diablo, hazlo pasar, no arriesgaré mi puesto por Dolores.

            Cuando Harry se encontró sentado frente a la mujer, extendió su carpeta.

            -Aquí tiene, son mis documentos de adopción, espero que se dé prisa con esto, pues mi hijo me necesita.

            Con manos algo temblorosas, Sonia abrió la carpeta y procedió a leer los documentos encontrando que efectivamente eran papeles que acreditaban la adopción del pequeño.

            Con oculta preocupación, el auror vio como la directora aplicaba el consabido hechizo para  autentificar el documento, dándose cuenta con gran alivio que la mujer solo aplicaba un hechizo a cada pergamino.

            -Bien señor Potter, todo está en orden.

            -Bueno, pues entrégueme a mi hijo.

            -Claro, solo tendrá que firmar algunos documentos.

Cuando terminaron el papeleo, ella se levanto diciendo:

-Sígame.

            Cuando llegaron a los cuneros, el auror alcanzó a escuchar un inconfundible llanto.

            -Te toca a ti –dijo una mujer vestida con bata rosa.

            -No, te toca a ti –respondio la otra chica.

            -¿Qué sucede? –preguntó Sonia entrando seguida por Harry, quien inmediatamente buscó con la vista la cuna de donde provenía el llanto.

            -A Betty le toca darle de comer y cambiarlo.

            -¡No es verdad, eso lo hice yo la ultima vez!

            -No es cierto, esa fue Sherry.

            Cuando Harry ubicó la cuna, con paso veloz fue a levantar al pequeño Harry, que lloraba desconsolado mientras agitaba las manitas.

            -Ya mi amor, ya estoy aquí… -susurró el moreno arrullándolo sin resultado- ¿Qué le sucede? Preguntó preocupado.

            -Bueno… -dijo una de las chicas mirando a la otra- a Betty le tocaba darle de comer.

            -¡Que no me tocaba a mí!

            -¿Hace cuanto le dieron de comer? –preguntó Harry  comenzando a entender el punto.

            Las mujeres se miraron sin responder hasta que el auror explotó harto de todos.

            -¡Les hice una maldita pregunta!

            -Pues… pues…

            -Malditas hijas de puta… -exclamó Harry viéndolas con verdadero odio- le tienen miedo…

            -¡Es el hijo del que no debía ser nombrado! –Exclamó una de las chicas con actitud angustiada- le dimos de comer, pero… pero…

            -Fue hace horas ¿no?... ¡es solo un bebé! ¿¡Que no lo pueden ver?! ¡Es solo un pequeño indefenso que por desgracia quedó al cuidado de personas ineptas y estúpidas como ustedes!

            Las tres mujeres se quedaron calladas viendo al auror salir de ahí con el bebé en brazos que no dejaba de llorar.

            -Ya cariño, ya te tengo –musitó Harry con ojos anegados en lagrimas.

 

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            Cuando llegó  a Grimauld Place, Betsy lo recibió llorando de alegría al ver que llevaba al pequeño con él.

            -¡Recuperó al amito Harry! ¡Que alegría!

            -Prepara un biberón rápido.

            -¡Si amo!

            Mientras Betsy preparaba el biberón, él acostó a Harry en la cama y comenzó a revisarlo mientras le quitaba el pañal encontrándose con unas tremendas rozaduras.

            -Hijas de perra, ojalá se mueran –masculló viendo que el pequeño se retorcía de dolor con el simple contacto del aire.

            Rápidamente aplicó crema para rozaduras haciendo que estas desaparecieran en cuestión de minutos.

            -Aquí está el biberón –anuncio la elfina.

            Envolviéndolo en una manta, Harry lo acunó mientras se sentaba en la mecedora y le daba el biberón siendo éste succionado con ansiedad desde el primer momento.

            Harry veía con gran dolor como el nene bebía su leche mientras lo miraba con los ojitos hinchados y rojos de tanto llorar.

            -Lo siento, cariño… perdón por no haberte podido recuperar antes… -musito con un nudo en la garganta.

            El pequeño se durmió en cuanto terminó de comer, por lo que Harry aprovechó para darse una ducha y comer algo; después alistó al nene aun dormido y se fue al hospital en donde lo primero que dijo Sirius al verlo fue:

            -Dame a Harry.

            Harry entregó al pequeño a su padrino, quien inmediatamente comenzó a arrullarlo a pesar de que el nene estaba dormido.

            -¿Está bien?

            -No, las muy malditas enfermeras lo estaban matando de hambre, pues le temen demasiado para acercarse siquiera a cambiarlo, tenía unas rozaduras espantosas.

            -Bastardas de mierda… las refundiré en Azkaban, les plantaré drogas, pociones prohibidas y hasta algún muertito a las muy hijas de perra… -masculló Sirius caminando de un lado a otro enfurecido.

            -Por cierto, solo vi a Smith en la puerta ¿Dónde está Lance?

            -El muy hijo de puta se fue al cuartel a agilizar los cargos en contra de Draco, dice que tiene a las victimas dispuestas a declarar en cuanto las llamen.

            Harry miró hacia la cama viendo con gran dolor que Draco seguía dormido mientras el señor Jackson escribía algo sentado en una silla.

            -Esta mejor –dijo Kelly al verlo.

            -¿De verdad? –Preguntó Harry con tristeza- ¿no me estas mintiendo para que me sienta mejor?

            -Nunca haría eso, va contra mi ética.

            El moreno suspiró mientras caminaba hacia la cama, en donde se sentó para acariciar una mejilla del rubio dormido.

            Harry se enderezó al ver que Draco se movió a su contacto intentando a todas luces despertar.

            -Hola cariño… -musitó acercándose a él para hablarle casi al oído.

            -mmm…

            -Despierta.

            Draco abrió los ojos con gran dificultad para encontrarse a tan solo un palmo de distancia, unos enormes ojos verdes que lo miraban ansiosos.

            -Ha-Harry… -balbuceó a través de su mascarilla de oxigeno- mi… mi…

            -Tu hijo está bien, mira… -dijo haciendo una seña a Sirius para que se acercase con el bebé, el cual tomo en brazos para acercarlo a la cama.

            Draco vio el sonrosado rostro dormido y silenciosas lagrimas de felicidad comenzaron a inundar sus ojos.

            -Gracias… -musitó sin dejar de ver al pequeño- gracias…

            -Ahora te toca a ti ponerte bien ¿vale? –dijo el auror besándole la frente.

            Draco cerró los ojos asintiendo para poder ahora si, dejarse llevar por el sueño con completa tranquilidad.

            -No pisará una celda, pagaremos una fianza y enfrentara los cargos desde casa –dijo Sirius poniéndole una mano en el hombro.

            -¿Por qué?... ¿Por qué no pueden dejarlos en paz? –Exclamó Harry mirando a Draco dormir- las dos personas que más amo en el mundo han sido lastimadas por gente estúpida.

            Sirius ya no dijo nada, solo suspiró regresando a su silla.

 

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            Al día siguiente, todos los diarios anunciaban con titulares amarillistas, el romance del “Niño que vivió” con el ex convicto Draco Malfoy, haciendo parecer a Draco como un aprovechado y a Harry casi como un traidor a la patria.

            -A veces me pregunto cómo puede haber gente tan imbécil y estúpida –exclamó Harry molesto con tremendas ojeras por haber permanecido despierto toda la noche mientras Sirius había regresado a casa con el pequeño.

            -La ignorancia y el miedo provocan estas cosas –dijo Kelly mientras inyectaba algo en el suero de Draco- ¿pero porque lees esas noticias tan amarillistas? imaginé que eso no te interesaba.

            -De hecho no me importa lo que digan de mí, lo que sucede es que necesito saber que es lo que están diciendo de Draco; a mí ya se me resbalan todas esas noticias pretenciosas, aprendí eso cuando el profesor Dumbledore vivía aun.

            -Si, recuerdo que el “Profeta” dijo muchas cosas malas de ti.

            -Ajá… por eso ya no hago caso, pero ahora… ahora es diferente –exclamó el moreno exhalando un suspiro.

            -Entiendo; por cierto, ya que estas aquí, voy a darte un curso de atención básica.

            -¿Qué es eso?

            -Aprenderás a tomar la presión sanguínea, a aplicar sueros e inyecciones.

            -¡Sé algo de eso! –replicó Harry dando la impresión de estar ofendido; actitud que Kelly descifró de inmediato.

            -Sé que da miedo atender a alguien querido.

            -Pues… pues no es eso, pero sé algunos hechizos que…

            -Eso es solo lo básico para atender en el lugar del ataque –interrumpió la chica refiriéndose al conocimiento especifico de un auror- pero esto ya son cuidados especiales, algo con lo que lidiar después.

            -Ah.

            -Tranquilo Harry, no es tan difícil como parece, es solo cuestión de práctica.

            -¿Pero inyectarlo?... ¿y si lo hago mal?

            -Seguro eso pensabas en tus prácticas de auror ¿no?

            -Pues si, eso si… pero no es lo mismo.

            -Claro que es lo mismo, pues en ambas situaciones, la vida de alguien más está en riesgo.

            -Eso no ayuda mucho –respondio el moreno desparramándose desanimado en la silla.

            -Te lo digo para demostrarte que si en eso pudiste ¿Por qué en esto no?

            -Si, claro.

            -Además prácticamente has sido su enfermero todos estos meses, ya estas acostumbrado a lidiar con esto, solo que no tendrás que estar atenido a que mi padre aplique inyecciones y cosas asi.

            -Bueno, pues ni hablar, comencemos.

 

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            Habiendo dejado al pequeño con Molly; Sirius y Harry no tuvieron más opción que presentarse en el trabajo bajo la mirada inquisitoria de casi todos, principalmente de Wright, que miraba con ojos asesinos a Sirius mientras le asignaba una misión en la Patagonia.

            -Bien –respondio el último de los Black mientras mascaba un chicle y se alzaba de hombros- ¿a que hora parto?

            -Enseguida –exclamó Wright ocultando su contrariedad por no verlo hacer una rabieta.

            -Ok, nos vemos luego Harry –dijo Sirius palmeando en la espalda a su ahijado antes de salir de ahí.

            Cuando quedaron solos, Wright exhaló un suspiro intentando exasperar al auror, quien imitó la actitud de su padrino recargándose en la silla.

            -No estaba enterado de tu asunto con Malfoy.

            -Y no tendría porque, es mi vida privada.

            -Si, pero esto afecta la credibilidad del departamento.

            -Eso es una estupidez, pero sé que no importa lo que le pueda decir, pues es más que clara su posición.

            -Mira Potter, tengo mi propia opinión sobre este asunto, pero tienes razón, tu vida privada no me incumbe, por lo que seré imparcial en este asunto.

            -Si, como no.

            -Espera, sé que parece todo lo contrario, pero entiéndeme, tengo a dos personas levantando cargos en su contra; además, él que este contigo dice mucho.

            -¿Cómo qué?

            -Como que tu lo ayudaste a librar Azkaban, por ejemplo.

            -Si eso quiere pensar la gente, muy su problema, ellos no me dan de comer, así que no veo en que mas pueda afectar todo esto mi trabajo.

            -Es cierto… y mira, aunque no tienes muchos años aquí, he llegado a conocerte un poco y sé que eres integro en tu trabajo, y contrario a lo que parece, quiero que todo esto se solucione como debe.

            -¿Y cómo es eso?

            -Que no te involucres en el caso de Malfoy.

            -¿Y cómo será eso, si somos pareja?

            -Entiendo eso, pero los chicos de aquí están muy molestos.

            -¡Pues me importa un pito si están contentos o deprimidos! –Exclamó Harry enderezándose- ¡mi puta vida les importa una mierda, así que su enojo se lo pueden meter por el culo!

            -Harry…

            -¡Lance trató con excesiva fuerza a Draco y provocó que mi hijo fuera maltratado en ese albergue,  si ese imbécil se les vuelve a acercar, le voy a partir la cara!

            -Hagamos esto –dijo Wright intentando hacer a un lado sus propios prejuicios por los Malfoy- tomate tus vacaciones, así arreglas por fuera el asunto de Malfoy y dejas que las aguas se calmen ¿Qué te parece?

            Harry torció la boca mientras intentaba calmar sus ánimos reconociendo que la propuesta de su jefe sonaba un tanto razonable.

            -De acuerdo –dijo cruzándose de brazos- me toca casi un mes.

            -Tomate el mes completo, el par de días que te faltan, los descontarán de tu suelo ¿te parece?

            -Bien.

 

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            Cuando Draco despertó, encontró a Harry mirando por la ventana.

            -Harry…

            -Hola –respondio el moreno girándose al oír su nombre- ¿Cómo te sientes?

            -Mejor… quítame esta mascarilla… -dijo Draco tanteándose la cara.

            -No, es mejor que te la dejes.

            -Quítamela.

            -Bueno, pero solo un ratito –accedió Harry retirándosela y ayudándolo a sentarse poniéndole unas almohadas en la espalda.

            -¿Y mi hijo?

            -Esta con Molly.

            -Ah… -respondio el rubio con cara triste, por lo que Harry le tomo la barbilla diciendo:

            -Esta bien, ya sabes cómo lo adora.

            -Claro.

            -Por cierto… hay algo de lo que quiero hablarte.

            -¿De que se trata?

            -Pues de Harry, veras, servicios infantiles no querían entregármelo.

            -Si, eso me dijo Umbridge… que no tenia tutor asignado, y la verdad es que fue un enorme descuido de mi parte, pues ni siquiera lo he registrado.

            -Pues ya está registrado.

            -¿En serio?

            -Aja… pero  para que me lo entregaran, tuve que adoptarlo.

            -¿Adoptarlo?

            -Si, legalmente Harry es mi hijo.

            -Oh…

            Harry vio a Draco mirarlo con sorpresa y luego mirar al frente.

            -Lamento no haber pedido tu…

            -No –interrumpió Draco sonriéndole tranquilizador- no tienes que disculparte, al contrario… soy quien debe agradecerte.

            -Pero es que no es solo eso… -dijo Harry sonriendo un tanto culpable.

            -¿Hay más?

            -Veras, como yo estaba en el albergue, quien hizo todo el trámite fue el señor Weasley.

            -¿Y?

            Harry se levantó de la silla en donde se había sentado y fue a la mesa por una carpeta entregándosela a Draco.

            -Nunca pensé en eso hasta que lo leí.

            Draco abrió la carpeta y comenzó a leer los documentos dándose cuenta a lo que se refería Harry.

            -¿Harry Potter Malfoy? –dijo alzando ambas cejas.

            -Si… sé que preferirías que tu apellido fuera primero, pero el señor Weasley lo puso así y la verdad nunca se me ocurrió aclararle ese detalle cuando le pedí este favor.

            Harry vio a Draco seguir con la mirada en los pergaminos, por lo que sintiéndose apenado, continuo con sus disculpas.

            -Por ahora no podemos cambiarle el nombre, pero…

            -No, está bien –interrumpió de nueva cuenta el rubio mirándolo- nuestros apellidos impactan mucho, solo que el tuyo de manera positiva y el mío todo lo contrario… así que es mejor que escuchen tu apellido en él antes que el mío, eso le ahorrara problemas en el futuro ¿no crees?

            -Draco…

            -Gracias Harry, por adoptarlo.

            -No tienes porque darlas, él ya era mi hijo desde antes.

            Draco sonrió haciendo al mismo tiempo una mueca de dolor.

            -Me duele la nariz –dijo tanteándosela con cuidado- quiero verla.

            Harry torció la boca sabiendo que tarde o temprano llegaría ese momento, por lo que sin más remedio le alcanzó un pequeño espejo.

            -Recuerda que de todos modos te ves bien.

            Draco lo miró extrañado mientras tomaba el espejo para abrir tremendos ojos al ver su nariz inflamada y chueca.

            -¡Por las bolas de Merlín! ¿¡Que me pasó?!

            -Alguien, seguro Lance, te rompió la nariz.

            -¡No me refiero a eso, me refiero al porque esta tan chueca!

            -Pues… el medimago que te atendió al llegar aquí intentó arreglarla con un hechizo.

            -Y pasó a joderme ¿verdad? –Exclamó el rubio horrorizado mientras la tanteaba con cuidado- quedó espantosa… quedó horrible… de por si ya estoy feo de nuevo…

            -Tú no estás feo.

            -¡Ya se me marcaron mas las manchas de la cara, no me digas que no lo habías notado!

            Harry guardó silencio, pues si había notado que las mejillas de Draco habían comenzado a oscurecerse de nuevo.

            -Mierda… -mascullo el rubio arrojando el espejo al suelo haciéndolo pedacitos.

            El auror se quedó en silencio, pues en verdad se había quedado sin saber que decir.

            -Lo lamento –dijo Draco después de unos minutos- lo siento.

            -¿Por qué te disculpas?

            -Es que estoy siendo un idiota… has movido cielo y tierra por Harry y por mí y a mí lo único que se ocurre es hacer un berrinche por mi nariz.

            Harry sonrió comprensivo, así que le tomó la mano diciendo:

            -Haría eso y más por los dos grandes amores de mi vida.

            Draco sonrió sintiéndose mejor a pesar de tener muy presente su nariz.

            -Tomaré un mes de vacaciones ¿Qué te parece?

            -¡¿En serio?! ¡Genial!

            -Aja, así podre ocuparme de tu arresto.

            La sonrisa de Draco fue desapareciendo poco a poco.

            -Lo había olvidado… sigo arrestado… ¿volveré a prisión? –preguntó sin poder ocultar el miedo.

            -No, por ahora no.

            -¿Por ahora?

            -No te preocupes, busque un abogado y esta vez encontré uno que si quiere representarte, pues ya las aguas no están tan revueltas como antes; Kingsley me lo recomendó, hará esto como un favor.

            -¡Pero ellos me atacaron, yo solo me defendí!

            -Lo sé, todo saldrá bien, ya lo veras.

            Draco se pasó las manos por el enredado cabello cayendo en cuenta de algo.

            -¡Ya lo saben!... Harry, leí en “El profeta” que ya saben que estoy esperando otro bebé ¿¡cómo diablos supieron?!

            -Si, ese asunto me preocupa, es una fuga de información muy grave.

            -Otra vez están sobre mi… -gimio Draco echando la cabeza hacia atrás.

            -Ya lo averiguaremos después, ahora hay que enfocarnos en lo primordial que es tu demanda.

            -Si, tienes razón… -respondio Draco con desaliento- por cierto ¿en donde esta Black?

            -Wright lo mando a la Patagonia a una misión.

            -¿Y porque hasta allá?

            -Como una venganza por haber pasado sobre su autoridad.

            -¿Y Black como lo tomó?

            -Estoy seguro que fue como si le pusieran chile en el culo, pero ya sabes cómo es, primero muerto, a mostrar su enfado al jefe; así que para hacerlo enojar más, se fue como si nada.

            -Ya veo… oye ¿Cuándo me dan de alta? No me gusta estar aquí.

            -No lo sé, pero creo que pronto.

            -Oye ¿pero regresaré a casa?... ¿no  a prisión?

            -Irás a casa, pagamos una fianza y enfrentarás los cargos fuera.

            -Oye… el medimago que me atendió… no volverá a tratarme ¿verdad?

            -No.

            -Ah bueno.

            Harry observo como Draco se había quedado callado de repente y su rostro se tornaba sombrío, por lo que comprendió que era lo que el chico estaba recordando.

            -Ya quiero irme Harry, no me gusta estar aquí.

            -Solo un par de días más.

            -No, ya estoy bien.

            -Draco, eso debe decirlo el señor Jackson, no tú.

            -Quiero irme ya ¡quiero irme ya!

            -¡Cálmate, eso debe decidirlo el sanador!

            Draco resopló sintiéndose frustrado, por lo que solo atinó a tomar una almohada y cubrirse la cara con ella.

            -¡Draco, te vas a…!

            -¡Ay!

 

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