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Harry terminó por despertar al oír la voz de George, por lo cual se le quedó mirando fijamente antes de comenzar a llorar.
-¡Ya lo hiciste llorar!... estas muy feo George –dijo Fred negando con la cabeza.
-Si, soy igual a ti.
-¡Oh, es verdad! –respondio Fred antes de reír junto a su hermano, quien arrullaba a Harry sin lograr calmar su llanto.
-Dámelo, llora porque no te conoce –dijo Arthur.
George entrego al pequeño en brazos del señor Weasley, quien colocándolo en su pecho comenzó a consolarlo.
-Ya, ya… estos dos son feos pero son inofensivos.
-Recuerda que nos parecemos a ti –dijo Fred.
-¿Y Ginny cuando regresa? –preguntó George.
-La semana que viene –respondio Molly- no sé qué día exactamente.
-¿Y ya sabe que cuidan al hijo de Malfoy?
-No y no creo que haya problema.
-¿Segura?
-Al decir que no creo que haya problema, me refiero a que NO debe haber ningún problema, ella ya no es una niña y deberá comprender que las cosas cambian.
-Pero ella vive aquí.
-Si, pero es lo mismo que con ustedes… Harry es un bebé, no es ni Voldemort ni un mortífago, es solo el hijo de Harry Potter y Draco Malfoy.
-El no es hijo de Harry –dijo George.
-Creo que no es necesario explicarte que eso está de más, George… Harry es el padre de este bebé tenga o no tenga sus genes.
-Pues sí, yo lo sé, pero…
-¿En serio lo sabes?... durante estos meses tú y tu hermano han demostrado lo contrario.
George se sentó a los pies de la cama viendo a su madre.
-Ginny sufrió mucho cuando Harry le dijo que era gay ¿te imaginas lo que debió sentir al leer en la prensa que esta emparejado ni más ni menos que con el hurón?
Molly bajo su tejido haciendo un gesto de preocupación, pues ella mejor que nadie había sido testigo de que aunque quedaron en buenos términos, su hija había llorado mucho por su separación con Harry.
-Sé muy bien lo que Ginny sufrió, George… yo la oía llorar todas las noches en su habitación sin que aceptara mi consuelo; pero ella al menos me tiene a mí, tiene a Arthur y los tiene a ustedes, dime ¿a quién tiene este pequeño además de sus padres? Su abuela fue asesinada, su abuelo está loco sin posibilidades de recuperarse, su padre tiene una salud tan precaria que Dios no lo quiera, puede morir con este otro bebé que está esperando… todos lo ven como un monstruo ¿sabías que cuando Malfoy fue arrestado y le quitaron a Harry, al pobrecito bebé no le daban de comer, ni le cambiaban el pañal por miedo?... tenía rozaduras en carne viva y estaba hambriento cuando Harry logro rescatarlo.
Al oír eso, los gemelos no pudieron evitar hacer un gesto de sorpresa al escuchar el último comentario de su madre, y luego vieron al nene recargado en el pecho de Arthur gimoteando mientras éste le sobaba la espalda en círculos tranquilizadores.
-¿En serio hicieron eso? –preguntó Fred.
-Si… y solo por pensar como pensaban ustedes… miren, yo amo a mi hija y sé que sufrirá por esto y yo también sufriré por ella, pero así como yo los defendí en la guerra, también tengo que defender a este pequeño, que también fue una víctima de Voldemort.
Con eso, los gemelos ya no dijeron nada, simplemente vieron al pequeño Harry tomar un unicornio de hule que Arthur le daba sentándolo en sus piernas.
Harry comenzó a reír agitando el unicornio frente a un sonriente Arthur.
-Parece que ya se le quitó el susto –dijo Fred sonriendo débilmente ante el gesto del pequeño.
-Es un bebé completamente normal, no es un fenómeno como muchos creen –exclamó Arthur acariciando el sedoso cabello castaño.
Cuando Harry vio en el tocador, el biberón que Molly había subido, soltó el unicornio y extendió los brazos emitiendo pequeños pujidos.
-Creo que tiene hambre –dijo Fred yendo por el biberón y sentándose junto a su padre.
-¿Quieres esto? –Dijo agitándolo frente al nene, quien después de ver el biberón y verlo a él, se volvió a Arthur haciendo pucheros- ¿no lo quieres?
-No lo hagas enojar –dijo Molly.
-Esto ya es cuestión de honor, este mocosillo debe saber que Fred y George Weasley no son como la mayoría de la gente, nosotros somos…
-Mucho…
-Mejores.
Los esposos sonrieron ante la actitud de sus hijos y dejaron que intentaran darle de comer.
-mmm… está muy buena ¿Qué no la quieres? –exclamó Fred simulando que tomaba el biberón.
Harry comenzó a gimotear mientras veía como Fred “se tomaba” su leche.
-Si la quieres, ven por ella –dijo el gemelo tendiéndole los brazos.
Harry se refugio de nueva cuenta en Arthur, quien simplemente lo abrazo sin decir nada.
Fred se rascó viendo sus infructuosos resultados.
-Quítate inútil –exclamó George haciéndolo a un lado y sentándose él.
George tomo el unicornio y comenzó a hacerlo caminar por la pierna de Arthur simulando que el juguete hablaba.
-¡Tengo hambre!... me comeré a este niño… -dijo el gemelo llegando hasta el diminuto pie haciendo que Harry lo mirara sorprendido para luego mirar a Arthur con cara de susto, el cual hizo también un gesto de mucho miedo.
-¡Nos va a comer! –dijo el señor Weasley.
Harry volvió a mirar al unicornio, el cual ya “le devoraba” el estomago ocasionando una carcajada en el pequeño.
Los gemelos también rieron ante el gesto de Harry, por lo que después de jugar un poco más, George tomó el biberón agitándolo frente a él.
-Ven –dijo tendiéndole los brazos.
Harry miró el biberón y a George alternativamente por unos largos segundos, hasta que finalmente extendió los brazos en dirección al gemelo.
-¡Sí! –Exclamó George tomándolo con cuidado y sentándolo en sus piernas- ¿ya ves que no era tan difícil?
Harry tomo el biberón y comenzó a chuparlo mientras George lo recostaba en sus brazos y se levantaba con él.
Arthur y Molly se sonrieron entre sí al ver a sus hijos susurrarle cosas mientras caminaban con él por la habitación.
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-¿Y Sirius no piensa en casarse o algo así? –pregunto Draco mientras caminaba de la mano por el parque con Harry.
-Lo que sucede es que es muy discreto, ha tenido sus amoríos, solo que prefiere coger sin compromiso, no ha encontrado a alguien lo suficientemente loca como para soportarlo.
-Es muy hogareño.
-Si, ha cambiado sus noches de parranda por arrullar a Harry mientras duerme.
-Ya quiero regresar.
-De acuerdo.
Llegaron hasta un cruce en el sendero viendo a algunos corredores pasar a su lado mientras el sol caía en el horizonte provocando que el cabello de Draco se tornara dorado.
-Me encantas –dijo el moreno mientras subían unas escaleras de piedra para retornar al caldero chorreante.
-Lo sé –respondio Draco con aire petulante mientras respiraba entrecortado.
-¿Te sientes mal?
-No, solo son las escaleras.
-Si quieres vamos atrás de aquellos arboles y nos desaparecemos.
-No, eso me provoca nauseas espantosas, suficiente tengo por las mañanas, pero tú tranquilo que solo son estos escalones de mierda…
Cuando llegaron a la avenida, tomaron un taxi que los llevó hasta “El Caldero Chorreante”, después tomaron una red flú que los llevó hasta la “Madriguera”
-Hola chicos ¿Cómo les fue? –preguntó Molly después de darles permiso de entrar por su chimenea.
-Bien –respondió Harry siguiéndola a la cocina en donde estaba Arthur poniendo la mesa.
-¿Harry duerme? –preguntó Draco buscándolo con la mirada, extrañado de que el Bambineto no estuviese ahí.
-No –respondio Molly destapando una olla.
-¿Y entonces en…?
-¡Hemos llegado! –exclamó Fred triunfante bajando las escaleras quedándose helado al ver quien estaba en la cocina, pues llevaba ni más ni menos que aun muy sonriente bebé en los brazos.
-¡Exigimos comida! –Dijo George atrás de él- ¡Hey! ¿Por qué te detienes sin aviso?... ¡oh!
Draco y Harry miraban boquiabiertos como el pequeño golpeaba con su unicornio, la cabeza del gemelo.
-eee… hola Malfoy, Harry –exclamó Fred sin moverse de su lugar.
-Hola Fred –respondio Harry comenzando a esbozar una pequeña sonrisa- George.
-Que tal –respondio el otro gemelo rascándose una oreja.
Cuando el pequeño Harry vio a su papá, en seguida le tendió los brazos brincando emocionado.
-Creo que quiere a su papá –dijo Fred acercándoselo a Draco, quien lo tomó sin decir nada.
-¿Y cómo has estado Harry? Hace tiempo que no nos vemos –dijo George dándole una palmada en un hombro.
-Hemos estado bien, gracias por preguntar ¿y ustedes?
-Genial, hemos sacado varias líneas de bromas algo, digamos… para adultos ¿comprendes? –dijo el gemelo guiñándole un ojo.
-Comprendo.
-¿Y tú, Malfoy? ¿Cómo has estado? –preguntó Fred después de darle a su hijo.
Draco lo miró sin poder ocultar por completo su sorpresa, para luego recomponer su gesto serio.
-Bien, gracias.
-¿Se quedan a cenar? Mamá hizo un pollo con papas delicioso.
-No gracias, Draco necesita descansar.
-También necesita comer –dijo Molly mirando a Draco mientras encantaba su olla para comenzar a servir la comida.
-Gracias pero…
-Ni se te ocurra decir que no tienes hambre –interrumpió Molly- siéntate mientras le doy su papilla a Harry, George cariño ¿podrías subir por el Bambineto? Está en mi habitación.
-Claro –respondio el gemelo subiendo como rayo por las escaleras ante un cada vez más sonriente Harry Potter.
Rato después, todos comían a la mesa mientras Molly daba de comer al bebé su papilla.
Sintiendo que no había necesidad de hablar al respecto, Harry solo les dio un fuerte apretón de manos a la hora de despedirse.
-Nos vemos chicos.
-Haber cuando se dan una vuelta por la tienda –dijo Fred estrechando la mano de Draco, quien sabiendo que de alguna forma algo cambiaba en aquellos dos, les sonrió amable al responder.
-Claro, gracias por la invitación.
Cargando a un Harry ya dormido, el Harry grande dejó que Draco entrara primero a la chimenea para después entrar él con una gran sonrisa en los labios.
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Una tarde de domingo, Molly los invito a comer a todos aprovechando que Sirius estaba en casa.
-¿No podría quedarme?... estoy algo cansado –dijo Draco sentado en la cama.
-Harry ya quiere hablar –exclamó Harry cambiándole el pañal al nene- ¿no es increíble?
-¿Me escuchaste? No quiero ir con los Weasley.
Harry miró a Draco, quien con el ceño fruncido miraba la ventana.
-¿Te sientes mal? –preguntó cargando a Harry.
-No, pero… Harry, no quiero que me vean.
-¿Por qué?
-Hoy exactamente cumplo cinco meses –respondio Draco girándose a mirarlo- me va vergüenza que me vean.
-Pero ellos nunca dirían nada ofensivo.
-Lo sé, incluso esos gemelos son educados cuando lo amerita… quién lo diría; pero aun así.
-Vamos Draco, llevas siempre tu chamarra encima, no se te ve… mucho.
Draco lo miró y torció la boca mientras se levantaba e iba al baño dejando a Harry desanimado pues no recordaba una sola ocasión en que Draco le hablara al bebe no nato ni le llamara cuando se movía y el se avergonzara de su aspecto le desalentaba más.
-Esta bien –dijo el rubio saliendo del baño- pero nos regresamos temprano ¿de acuerdo?
-De acuerdo.
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Draco tuvo que reconocer que la reunión con los weasley en la que estaban Molly, Arthur y los gemelos, pues los demás hijos estaban fuera del país, estaba resultando divertida y relajante, pues nadie había hecho el menor comentario de su físico y tampoco le habían lanzado miradas furtivas.
-¿No te gustó, Draco? –preguntó la señora Weasley al ver el plato de Draco casi intacto mientras éste le daba la ultima cucharada de papilla a Harry.
-Claro que me gustó, es solo que no tengo apetito ¡pero está muy rico!
-Todavía no han ido a la tienda –dijo Fred tomando un trozo de pan de un cesto- Harry, creo que Draco necesita un poco de diversión, cada vez que lo veo, me recuerda más a un zombi.
-Tal vez vayamos la próxima semana ¿tú qué dices Draco?
-Estaría muy bien.
-Yo también iré –dijo Sirius dándole su plato a Molly para recibir una porción más de estofado- sus últimas invenciones me han resultado muy interesantes.
Harry solo sonrió por el comentario de su padrino viendo la misma expresión divertida en Draco.
-Sirius, apúrate para que ya sirva el postre –dijo Molly levantando la loza sucia con un simple movimiento de varita.
Rato después, cuando ya tomaban café y un pastelillo, Harry termino por dormirse en brazos de su papá.
-Voy a dejarlo a su cuna –dijo Draco levantándose para llevarlo a la cuna que los señores Weasley tenían en su habitación cuando lo cuidaban y que encogían cuando el nene se iba.
-Te acompaño –dijo Harry.
-Ay tú, no se vaya a perder –exclamó Fred maliciosamente.
-En la habitación de mamá y papá no, por favor –completo George ocasionando un fuerte sonrojo en Draco.
-Tarados –respondio Harry sonriendo mientras subía las escaleras tras el rubio.
Al cabo de cinco minutos, un alboroto se escuchó de pronto en la sala ocasionando que todos se levantaran apresurados para ver en medio de la habitación, nada menos que ha…
-¡Sorpresa! –gritaron al unisonó Ron, Hermione y Ginny.
Todos se quedaron mudos por un instante viendo a aquel trío parado en medio de la sala con un montón de maletas alrededor.
-¡Hijos! –exclamó finalmente Molly caminando hacia ellos con los brazos extendidos.
Sirius también se alegró de verlos, pero hubiese sido mentira si negaba que también le causó pesar verlos llegar justo en ese momento; algo que al parecer también pensaron los demás.
-¡Cuánto gusto les dio vernos! –exclamó con sarcasmo Ginny ocasionando que sus hermanos y padre, reaccionaran.
-Hija, que gusto… -dijo Arthur abrazándola con verdadera alegría.
-No podrán creer la tremenda coincidencia –dijo Ron abrazando a sus hermanos- nos encontramos en un trasbordo en Glasgow y decidimos no avisar para darles una sorpresa; bueno, ya antes Hermione y yo ya habíamos pensado en darles la sorpresa, por eso tampoco avisamos que ya veníamos para acá… Sirius, que gusto verte –dijo abrazando ahora al auror.
-Y a mi Ron, hace tanto tiempo –respondio Sirius abrazando con genuina alegría al chico pelirrojo siguiendo después con Hermione y finalmente con la menor de los Weasley.
-El viaje fue toda una locura y muy agotador –dijo Ginny terminando de abrazar a todos- la gira se prolongo un par de semanas más y estábamos agotados.
-Vaya, es increíble estar en casa otra vez –dijo Ron viéndolos a todos- y tal parece que nos esperaban ¿son adivinos o qué?
-Huele delicioso –exclamó Hermione quitándose el abrigo de viaje.
-¡Y morimos de hambre! –completó Ron con una sonrisa de oreja a oreja.
Fue entonces el momento en que Molly dejo que su preocupación saliera a flote.
-Ya casi se terminó, pero si me esperan una media hora haré algo muy rico… pero no estamos solo nosotros.
-¿Hay alguien más aquí? ¿Por eso es la comida? –Preguntó Ron sin dejar de sonreír- ¿Quién más?
No hubo necesidad de decir quien, pues en ese momento, Harry y Draco bajaban las escaleras habiendo escuchado que alguien había llegado.
El silencio se hizo en la sala, en donde ni siquiera Molly supo que decir.
-¿Qué hace él aquí? –dijo entonces Ron rompiendo el silencio y señalando a Draco.
-El viene conmigo –respondio Harry molestándose por la actitud agresiva del pelirrojo.
Ron se giró para ver a sus hermanos y a sus padres con un gesto de incredulidad.
-¿Estaban todos departiendo como una linda familia?
-Deja el sarcasmo Ron, está fuera de lugar –dijo Arthur.
-Es increíble… -dijo extendiendo las manos mientras negaba con la cabeza- Hermione, creo que interrumpimos una feliz reunión.
-No te pongas así hijo –exclamó Molly viéndolo tomar sus valijas.
-Siento haber interrumpido, nos vamos para que puedan continuar.
-No es necesario, ya nos íbamos –dijo Draco dándose la vuelta para subir por Harry.
-Tú no me hables, estúpido.
-¡No te atrevas a hablarle así! –dijo Harry enfurecido bajando el par de escalones que le faltaban.
-Yo le hablo como se me pega la maldita gana ¿y? –respondio Ron soltando sus maletas y enfrentándose al auror quedando ambos a un palmo de distancia.
-Ron, basta –dijo Molly alarmada.
-¡No puedo creer que tú estés de acuerdo con esto, mamá! ¿Qué mas falta? ¿Qué le hagas de niñera? ¿no te bastó cuidarlo mientras éste estaba en prisión?
-¿Y si así fuera qué? –dijo Harry.
-Vámonos Harry, esto no vale la pena –dijo Draco subiendo las escaleras.
-Aquí el único que no vale la pena, eres tu maldito mortífago de mierda –exclamó Ron recibiendo al instante un fuerte puñetazo en la mandíbula.
La gresca se armo en cuestión de segundos cuando Ron y Harry se trenzaron en una pelea en la que muchos brazos trataban de separarlos.
-¡Harry, basta! –Gritaba Draco desde las escaleras viendo que era prácticamente imposible acercarse a ellos sin recibir un empujón- ¡Harry!
Sirius y Fred tomaron a Harry por los brazos mientras George y Arthur hacían lo mismo con Ron.
-¡No vuelvas a insultarlo, imbécil!... –exclamó Harry con la nariz sangrando- O te hare tragarte tus palabras…
-Cállate idiota… a mi no me das ordenes… ¿crees que por que tu eres su pelele, todos somos como tú?
Harry intentó zafarse del fuerte agarre para darle otro golpe, mientras Ron continuó hablando.
-¿Contento?... –dijo ahora dirigiéndose a Draco- todos están en mi contra, lograste separar a mi familia, claro… como tú ya no tienes, no te importa que los demás se maten por ti…
-¡Cállate Ron! –Exclamó Arthur- ¡tranquilízate, por Dios!
Draco ya no dijo nada, simplemente subió por su hijo bajando en cuestión de minutos con él.
-Suéltenme… -dijo Harry viéndolo bajar- ya nos vamos, suéltenme.
Sirius y Fred lo soltaron viendo a Draco pasar junto a ellos siendo seguido por Harry y Sirius.
-Eres toda una serpiente… -dijo Ron antes de que el rubio se metiera a la chimenea- lo atrapaste no solo poniéndole el culo, sino también con otro hijo que quien sabe si será de él.
Harry se giró para verlo con verdadera furia conteniéndose solamente porque Draco y el nene estaban a un paso de distancia.
-Púdrete imbécil –dijo el moreno finalmente siguiendo a Draco a través de la red flú.
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