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SI TU ME QUISIERAS... por Orseth

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            Draco lo miró sin decir nada, sin embargo la angustia se dejó ver en su rostro.

            -Tranquilo, no pasará nada, estas muy bien cuidado.

            -No es eso, es… es…

            -¿Qué sucede?

            -No quiero quedarme solo, no aquí…

            -Vamos nene, no estás solo –dijo Harry poniendo su mano en su mejilla.

            -No te vayas… al menos quédate hoy –exclamó tomándole la mano y oprimiéndola con fuerza- Por favor… solo hoy –añadió al verlo guardar silencio.

            Después de un par de segundos, Harry lo besó en los labios para después decir:

            -¿Cómo negarte algo a estar alturas?

            Draco sonrió evidentemente aliviado y besándolo de nuevo le pasó los brazos por el cuello.

 

______________________________________________________________________________________.

 

            -Debo irme, dormilón… -susurró Harry en su oído.

            -mmm…

            -Solo te aviso para que después no digas que me fui sin despedirme.

            -¿Q-qué…? –balbuceó Draco obligando a su cerebro a reaccionar.

            -Son las 7:00 de la mañana, llegaré tarde –respondio besándole la frente y enderezándose.

            -Es-espera… -exclamó intentando enderezarse inútilmente.

            -Tranquilo, no tienes porque despertar, puedes seguir durmiendo –dijo poniéndole una mano en el pecho para que no siguiera en sus intentos.

            -No, es que… Harry… -dijo resignándose a continuar acostado mientras le tomaba la mano- yo… ¿no puedes tomarte el día?

            Harry lo miró extrañado por un instante para después sentarse en la cama.

            -Draco…

            -Si, ya sé que debes trabajar –dijo Draco adelantándose- pero…

            -Oye, tranquilo –exclamo acomodándole un mechón de cabello- voy a regresar en la tarde.

            -Ya lo sé, pero… no quiero que te vayas, quiero que te quedes aquí- repitió con obstinación.

            -¿De qué tienes miedo? Aquí no son como en San Mungo, este personal es muy profesional.

            -Ya lo sé, pero… pero todos piensan lo mismo de mí, lo sé muy bien, me ven como  a un fenómeno.

            -¿Y desde cuando te importa lo que los demás piensen de ti?

            -No entiendes… Harry… -exclamó Draco con verdadera angustia intentando enderezarse de nuevo, esta vez siendo ayudado por el auror.

            -Haber, que es lo que no entiendo –dijo pacientemente.

            Draco solo lo miró angustiándose cada vez más al punto de mirarlo fijamente con los ojos anegados.

            -Cálmate por favor, si no te explicas no te puedo entender… haber, respira tranquilo y explícame.

            -No me dejes aquí…

            -Draco, ya hablamos de eso.

            -No…

            -Claro que sí, pero si no me dices que te angustia, no puedo adivinarlo.

            -Quédate conmigo… -exclamo tomándolo de las solapas- todos son iguales, ven en mi a un fenómeno… es verdad que no me importa lo que piensen de mi, pero es diferente cuando estoy en sus manos…

            -Aquí estará el señor Jackson, él te conoce ¿Cuál es el problema? –respondio limpiándole tiernamente una lagrima.

            -El es mi medimago, si… pero no es mi enfermero, no es quien me atiende todo el tiempo… y yo no quiero que nadie más me cuide… Harry, tú ya me conoces; cuando yo no puedo, tú me bañas, tú me ayudas… no quiero estar con nadie mas –concluyó abrazándolo con fuerza- siento absorber tu vida… d-de esta manera, lo siento tanto… pero no me dejes aquí solo…

            Harry lo abrazo sintiéndolo estremecer en sus brazos, mientras el rubio continuo hablando.

            -Lamento ya no… ya no ser aquel Draco Malfoy… que conociste en Hogwarts… aquel Draco Malfoy que mandaría a todos a la mierda con un simple gesto… pero hace mucho… dejé de ser ese hombre…

            -Ya lo sé… -respondio Harry frotándole la espalda en círculos tranquilizadores- y no te estoy exigiendo otra cosa…

            -Quédate conmigo… quédate conmigo o llévame a casa, no quiero estar aquí…

            -De acuerdo, pero ya cálmate o te pondrás mal…

            -¿No te irás?... ¿de verdad que no te irás? –preguntó separándose y mirándolo a la cara.

            -No, no me iré, ahora duérmete de nuevo, que necesitas descansar.

            Con renuencia, Draco volvió a recostarse en lo que Harry se quitaba de nuevo la chaqueta y se sentaba en la silla.

            -Lo lamento…. –musitó de nuevo sintiéndose avergonzado sin poder evitarlo- mi personalidad es otra, lo sé…

            -Ya te dije que no me importa… eres el mismo, solo que en estos momentos estas muy vulnerable, ya tranquilo…

            Con dificultad, Draco se recostó de lado encogiéndose en posición fetal mientras Harry se estiraba en la silla.

            -Draco, ya pasó media hora y no te has dormido.

            -¿Y eso que tiene de malo?

            -Que te mueres de sueño.

            -No es cierto.

            -Se te cierran los ojos, no creas que no me he dado cuenta.

            -Pues viste mal.

            -Necesitas dormir, te vas a sentir mal si no lo haces.

            -Pero estoy bien, no tengo sueño.

            -Bueno –respondio Harry encogiéndose de hombros pescando cinco minutos después a Draco, abriendo los ojos después de un cabeceo- ¿Lo ves? Quieres dormir.

            -No es verdad… ayúdame a sentar.

            -Ayudarte, mis nalgas… te me duermes ahora mismo o…

            -¡Pero no tengo sueño!

            -Draco… -exclamo Harry entrecerrando los ojos- ¿temes que si te duermes, yo me vaya?

            -Claro que no.

            -Si, eso es, como si no te conociera…

            -De verdad estoy bien.

            -Tengo que ir a casa tan siquiera a bañarme y cambiarme de ropa, pero voy a regresar lo más pronto que pueda, pero será más al rato; por ahora me quedaré aquí, lo prometo.

            Draco suspiró cerrando los ojos con fuerza mientras estrujaba las sabanas.

            -¿Y ahora qué? –preguntó Harry cruzándose de brazos.

            -Nada…. ya me voy a dormir –musitó intentando darse la vuelta- no, yo puedo –exclamó cuando Harry se levantó a ayudarlo.

            Sin embargo si necesitó ayuda, por lo que cuando quedó acomodado, sin decir más se quedó dormido.

 

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            -Hola, no fuiste a trabajar, pensé que algo malo había pasado –dijo Sirius llegando a la clínica encontrando a Harry tomando un café.

            -No, por ahora todo va estable… -respondio Harry dirigiéndose a un sofá seguido por Sirius.

            -Te ves cansado… ¿Qué pasa?

            Harry exhalo un profundo suspiro mientras se estiraba sobre el sofá echando la cabeza hacia atrás.

            -Si, estoy cansado.

            -¿De Draco?

            -No… no de él… ¡en serio! -Añadió al voltear a ver a su padrino, quien lo miraba alzando una ceja.

            -¿Entonces?

            -Es que… -continuó Harry buscando evidentemente las palabras exactas para explicarse- es toda esta tensión, todo el maldito suspenso de que cualquier cosa mala puede pasar en un minuto apenas vuelvo la cara.

            -No puedes controlarlo todo Harry, es obvio que cosas así sucedan.

            -Lo sé, lo sé, no estoy tan loco como para creer lo contrario, pero… vaya, emocionalmente me siento exhausto y no sé a ciencia exacta porque.

            -Si fuera una mujer la que estuviera en esa habitación, sería lo mismo; un bebé en casa y con otro en camino y si fuera un embarazo de alto riesgo, como lo es este, estarías igual de agobiado… ¿Cuál es la diferencia entonces?

            -Es Draco… -respondio Harry un tanto titubeante.

            -Es un chico muy demandante, no cualquiera podría cuidarlo.

            -Lo sé… y ahora resulta que no quiere que me vaya, quiere que sea yo quien lo cuide en lugar de las enfermeras… ni siquiera se quería dormir por temor a que en una de esas, yo me vaya.

            -Bueno, nadie podría culparlo.

            -Si, pero… rayos, no me gusta verlo así.

            -¿Así como?

            -Pues así…

            -¿Tan vulnerable o tan demandante?

            -Las dos cosas, porque una lleva a la otra… no me gusta verlo tan vulnerable, porque se hace muy demandante y eso solo significa que no se está sintiendo bien.

            -Y si no se siente bien, tú tampoco.

            -Si… sé que no le gusta ser tan sensible, que detesta llorar en frente de mí, pero no puede evitarlo y eso lo hace muy infeliz, ahora mismo se siente perdido de nuevo y vi la angustia irradiando de cada poro de su cuerpo.

            -Paciencia, solo un poco más y lo digo por ambos.

            Por toda respuesta, Harry bebió un sorbo de café y exhalo un suspiro más.

            -¿Por qué no te tomas un año sabático? –sugirió Sirius levantándose para ir también por un vaso de café.

            -¡Já, si claro!

            -Hablo en serio –respondio el auror buscando monedas en sus bolsillos.

            Harry se enderezó en su asiento mientras jugueteaba con su vaso.

            -Cuando vi por primera vez la cámara en Gringotts que me habían heredado mis padres, me quedé literalmente con la boca abierta, nunca había visto tanto dinero junto y menos que fuera mío… con eso pague mi educación en Hogwarts y también mi carrera en la academia de aurores; claro que invertí algo de ese dinero en cuanto tuve noción de que el dinero no es eterno, pero la verdad no fue mucho, digo mis padres eran de posición acomodada pero no eran millonarios.

            -¿Y a que viene todo eso? –preguntó Sirius eligiendo su café después de haber encontrado un knut en su bolsillo.

            -A que he sacado mucho dinero de esas inversiones, mi cámara desde hace mucho esta vacía y aunque no puedo llamarme “pobre”, esto esta exprimiéndome… los cuidados médicos de Draco son muy caros, mi sueldo no es mucho pero no puedo darme el lujo de dejar de trabajar, tengo que seguir ingresando dinero, no puedo tomarme un año sabático, la fortuna Potter no da para tanto –concluyó haciendo comillas con los dedos mientras sonreía irónico.

            -Pero la fortuna Black, si –respondio Sirius regresando a su lugar ya con su café en la mano.      

            -¿mmm?

            -Si Harry… -continuó Sirius al ver su expresión interrogante- seamos sinceros, yo no trabajo por necesidad, la fortuna Black me alcanza para vivir varias vidas sin necesidad de que yo mueva un dedo.

            -Lo sé, pero no puedo tomar tu dinero nada más porque si.

            -¡Oh vamos, no seas idiota! –dijo Sirius rodando los ojos al tiempo que llevaba su vaso a los labios y bebía un trago- tu sabes que eres mi única familia; vaya, tengo parientes aun, pero muy, muy lejanos y que solo desean mi dinero, solo Draco es mi pariente más cercano al ser mi sobrino y tu eres como…mmm iba a decir un hijo pero no, porque soy muy joven para eso –masculló haciendo reír a Harry- eres más bien como un hermano menor… mmm sí, eso está mejor.

            -Claro jovenzuelo ¿y luego? –dijo Harry bebiendo un sorbo.

            -Que quiero heredarles en vida algo de lo que les corresponde –continuó Sirius haciendo a Harry escupir su café.

            -¿¡Qué?! –balbuceó Harry secándose la boca con su antebrazo.

            -Tendré que hacer una cita con el notario familiar, aunque el pobre ya esta tan anciano que dudo siquiera que recuerde nuestra dirección, sin embargo aun me entrega cuentas de mis inversiones, por lo tanto deduzco que aun vive.

            -¿¡Estas demente?!

            -Claro que no, podría jurar que el hombre ya tiene más de ciento cincuenta años.

            -¡No hablo de eso!

            -Ah perdón ¿entonces es sobre la herencia en vida que te mencioné?

            Harry bufó exasperado haciendo a Sirius sonreír.

            -Tranquilo ahijado, eso pensaba hacerlo tarde  o temprano, pero esto me hace hacerlo temprano y no digas que no, porque no aceptare esa tonta respuesta.

            -Pero Sirius… es… demasiado.

            -Oh vamos, que no te daré toda mi fortuna, unas cuantas cámaras nomás.

            Harry rio sin poder asimilar aun lo que acababa de decir su padrino.

            -No me digas que no, Harry –continuó Sirius ya poniéndose serio- ustedes son mi única familia y deseo compartir esto con ustedes… el dinero no me sirve de nada si solo esta acumulado en esas viejas cámaras, además también está el dinero de las inversiones familiares… que ciertamente he desatendido, pero bueno, ya habrá tiempo de eso.

            Harry guardó silencio por unos minutos, sabía que el ofrecimiento de su padrino era totalmente sincero y desinteresado, y también sabía que necesitaba ese dinero si quería conseguir un respiro en su agitada vida.

            -Gracias –dijo finalmente- eso me ayudará mucho.

            Sirius sonrió levantando su vaso en un brindis.

            -Al rato haré los arreglos, aunque por ahora solo bastará con ir a Gringotts para hablar con esos duendes malditos.

            -Solo me pesa una cosa.

            -¿Y qué es?

            -Que tendré que dejar la investigación de Michael Kingston.

            Sirius torció la boca al escuchar el nombre de aquel traidor para después decir:

            -Puras pistas falsas… Solo por ese bastardo sigo en el departamento de aurores, no me iré hasta atrapar a ese hijo de perra.

            Guardaron silencio por un rato hasta que Sirius se levantó diciendo:

            -Creo que es hora de que me vaya, iré a ver a Draco y luego me voy, ya casi termina la hora de visita.

            -Hablando de eso, tendré que hablar con el señor Jackson, Draco no acepta que me vaya en la noche.

            -Bueno, pues apúrate antes de que se vaya a descansar.

 

______________________________________________________________________________________.

 

            -Pero nuestras enfermeras están especializadas en el trato a pacientes especiales –dijo Kelly en la oficina de su padre.

            -Y no lo dudo, pero Draco no aceptaría ni a la más preparada –exclamó Harry.

            -De acuerdo –dijo el señor Jackson tras su escritorio- ordenaré que pongan una cama extra en la habitación.

            -Gracias.

            -Bueno, parece que tu chico se salió de nuevo con la suya –dijo Kelly sonriendo.

            -Si, creo que tiene esa habilidad.

 

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            -Hola –saludó Harry sentándose en la cama- creí que estarías dormido.

            -No tengo sueño.

            -Mentiroso.

            Draco sonrió levemente mientras recorría el cuarto con la vista.

            -Habla ya ¿Qué sucede? –dijo Harry ladeando la cabeza.

            -Nada.

            Pero Draco se veía triste; Harry conocía a la perfección sus expresiones de disimulo.

            -¿Por qué esa carita triste? –dijo tomándolo de la barbilla.

            -No estoy triste.

            -Creí que confiabas en mí.

            -Y lo hago.

            -Sé sincero conmigo, creo que me lo he ganado.

            Draco suspiro mientras bajaba la cabeza.

            -Yo… no tengo nada.

            -Si te digo lo que sucede ¿cambiaras esa cara?

            -Ya te dije que no me pasa nada.

            -Haber… no quieres que yo me vaya, pero tampoco quieres agobiarme con tu cuidado ¿verdad?

            Draco se mordió el labio inferior sin levantar la cara.

            -¿Y si te digo que me tomaré un año sabático?

            Fue entonces que Draco levantó la cara para mirarlo fijamente.

            -¿Un año sabático?... ¿hablas en serio?

            -Ajá, la verdad necesito relajarme.

            La cara de Draco cambio totalmente de expresión al ver que Harry hablaba en serio, por lo que terminó abrazándolo emocionado haciendo reír al moreno.

            -¿Entonces no hay problema en que te quedes aquí?

            -No, ya hable con el señor Jackson y dio su autorización.

            -Gracias Harry.

            Harry vio el rostro sonriente de Draco y no pudo evitar sentir un vuelco en el estomago haciendo que tomara su cara entre sus manos para plantarle tremendo beso.

            Draco abrió la boca para recibir la lengua del auror que lo hizo estremecer.

            -Woow… -dijo cuando se separaron- ¿y eso porque?

            -¿Qué no puedo besarte?... me encantas y punto.

            -Oh vamos Harry, parece que me tragué una sandia.

            -¿Y? ya te conozco así y no es mentira que me sigues calentando así como estas, principalmente al imaginarte empinado poniéndome el culo ya que no puedes recostarte boca abajo.

            Draco sonrió complacido al oír a Harry, por lo que poniendo su mano en su entrepierna, comenzó  a masajearle el bulto.

            -¿Qué rayos haces?

            -Nada, solo un bono extra que va con el beso que me acabas de dar.

            -Pues no lo hagas que luego tendré que acabar el trabajo yo solo.

            Draco ya no siguió, pero exigió una buena dosis de besos que acabaron poniéndolo duro.

            -Basta, ya no quiero –masculló molesto.

            -¿Te lastimé? –Pregunto preocupado Harry haciéndose a un lado- ni siquiera le toqué el vientre.

            -No es eso… -respondio impaciente peinándose el cabello con los dedos- es que… ese maldito tubo me lastima…

            -¿Cuál tubo?

            -Cuando me puse duro esa manguera resultó más incomoda de lo que ya es.

            -¡Ah!... esa manguera.

            -Pero me gustó, hace tanto que no tenemos sexo –exclamó exhalando un nostálgico suspiro.

            -Si, pero ya solo faltan tres meses, paciencia… aunque claro, serían como cuatro contando los efectos de la cirugía.

            Draco sonrió al oír a Harry, quien dándole un besito en la nariz, sonrió comprensivo.

            -Oye Harry, he pensado en una cosa.

            -¿En qué?

            -Me gustaría, aunque no sé qué opines tú, en que Sirius fuera padrino de los dos niños.

            Cuando Harry escuchó eso, se quedó con la boca abierta mientras una sonrisa fue formándose en ella poco a poco.

            -¿Lo dices en serio?

            -No, solo lo dije para ver tu cara de tarugo… ¡por supuesto que lo dije en serio!

            -¡Vaya, pues eso estaría genial!

            -Lo pensé porque sería lo  más ideal que el padrino de los dos niños fuera el mismo, pero ¿tú crees que acepte?

            -¡Le fascinará, ya lo veras! –Respondio Harry dándole un sonoro beso en la frente- ¿pero porque se te ocurrió eso?

            -Pues… -dijo Draco encogiéndose de hombros- son varias cosas en realidad, la primera de ellas es que se ve que en verdad ama  a Harry.

            -Si, esta chiflado por él.

            -Y lo que más deseo en el mundo si tu y yo llegamos a faltar, es que esté con quien lo cuidaría con su vida misma; sé que los weasley también lo quieren mucho, pero con Sirius es…mmm… no sé, algo diferente; además es tu padrino, sería muy chistoso que fuera padrino de los tres.

            -Vaya broma.

            -Y también he pensado en otra cosa.

            -¿Ajá? –exclamó Harry intrigado.

            -¿Qué opinas que de este niño se llame “Sirius”?

            Nuevamente Harry volvió a quedar petrificado, por lo que Draco continuó hablando.

            -Es algo que llevo pensando desde hace algunas semanas.

            -¡Woow!... ¡eso si que fue inesperado!

            -Como definitivamente los nombres de nuestros padres están fuera de discusión, pues…

            -¿Qué tiene de malo el nombre de mi papá? –interrumpió Harry con el ceño fruncido.

            -Que no combina con el apellido Malfoy y el de mi papá no combina con el apellido Potter ¿acaso alguna vez pensaste que sí?

            -Pues…

            -¡Harry, eres un sentimental!... es lo mismo que si quisieras ponerle a un hijo tuyo el nombre de “Albus” por ejemplo ¿Qué persona en su sano juicio le pondría ese nombre tan feo?

            -¿Y qué hay de malo es eso? Era el nombre de una buena persona –se defendió Harry.

            -¡Por Merlín, eso es absurdo! Yo quise mucho a mi padrino pero jamás le pondría su nombre a un hijo  mío… imagina la combinación “Albus Severus”… es espantosa, solo a un tarado se le ocurriría eso.

            Harry torció la boca en desacuerdo, sin embargo supo que la decisión del nombre de su próximo hijo ya estaba tomada, le gustara o no.

            -¿Y?... ¿te gusta ese nombre o no?

            -¿El de Albus Severus?

            -¡No! –exclamó escandalizado.

            -Ya lo sé –respondio riendo ante el espanto del rubio, quien inmediatamente se calmo al ver la broma- sí, me gusta.

            -¿Seguro?

            -Si, aunque ¿Por qué no ponerle el tuyo?

            -No, con un Draco ya es más que suficiente… oye, también pensé en otra cosa.

            -Pues has estado muy pensador ¿eh?

 

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