Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

SI TU ME QUISIERAS... por Orseth

[Reviews - 516]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

_____________________________________________________________________________________.

 

 

            -Buenos días –saludó la enfermera dándole el biberón a Harry para el bebé en tanto el señor Jackson atendía a Draco para después dejarlos solos.

            -Bien Sirius, hora de desayunar –dijo arrullando al bebé y caminando con él mientras le daba su biberón- cuando lleguemos a casa conocerás a tu hermano, es muy travieso pero se van a llevar muy bien.

            El nene veía atento a su padre mientras succionaba su leche y Harry le sonreía mientras lo arrullaba caminando por la habitación.

            -Eres tan lindo… mira que ojitos tan bonitos tienes…

            Estaba tan concentrado en su hijo, que cuando miró hacia la cama se quedó de una pieza al encontrar a Draco mirándolo con ojos adormilados.

            -Draco… -susurró acercándose rápidamente.

            Draco gimió levemente y volvió a cerrarlos.

            -Draco despierta, mírame… -dijo con urgencia- aquí esta Sirius, nació y está bien, míralo…

            Draco arrugó el ceño mientras evidentemente hacia un enorme esfuerzo para abrir los ojos de nuevo, pero cuando lo hizo, se quedó mirando fijo al bebé que Harry tenía en brazos.

            -Nuestro hijo… -dijo Harry acercándolo.

            Draco miró a Harry y sus ojos grises comenzaron a anegarse de lágrimas.

            -No mi amor, no llores… ya todo pasó, ya todo está bien… -musitó Harry besando su frente- estamos a salvo, todos estamos bien… no llores…

            Draco no dijo nada, simplemente alzo su mano temblorosa y toco la cara de Harry mientras continuaba llorando para continuar con la del pequeño.

            -Yo sabía… sabía que no podías dejarme… ni a mí ni a tus hijos… -susurró el moreno sin poder evitar que sus ojos se anegaran también- yo lo sabía…

            -Harry… ¿estamos bien?... –musitó tocándole la cabeza- ¿es-estamos… bien?

            -Si Draco… los tres estamos bien…

            Cuando el medimago supo que Draco había despertado, fue todo un acontecimiento, la sala de espera estallo en alegría y aplausos a pesar de la reserva del medimago, quien se alegro en verdad al ver al muchacho luchar por su vida.

            -¿Ya lo ve? –dijo Harry al medimago mientras éste inyectaba un medicamento en el suero- él responde mejor con amenazas que con buenos modos.

            -Idiota… -musitó Draco adormilado.

            -Si, creo que ya debería saberlo… no sé porque esperé otra cosa de ti –respondio el medimago.

            -¿Y bien? –dijo Harry.

            -Esta estable y sus signos vitales van  mejorando, el avance es lento y debo vigilar muy de cerca su actividad cardiovascular… pero ya vamos de gane -concluyó guardando su varita.

            Cuando la pareja quedó sola nuevamente, Draco miró a Harry diciendo:

            -Quiero ver a Harry…

            -Si, yo también lo extraño mucho.

            -¿Podrían traerlo aquí?

            -No, ya pregunté y no lo permiten, debes descasar.

            -Pero no voy a cuidarlo, solo quiero verlo.

            -Lo mismo dije, pero el señor Jackson fue tajante.

            -Ya quiero salir de aquí…

            -Yo también.

            -Chicos ¿puedo pasar? –dijo Sirius asomándose por la puerta.

            -Pasa Sirius.

            El auror sonrió al ver a Draco despierto nuevamente.

            -Pensé que dormías, debes hacerlo ¿sabes?

            -La verdad es que si tengo mucho sueño pero no quiero dormirme… ya quiero salir de aquí.

            -Lo harás si descansas… por cierto, debes salir rápido de aquí si quieres recibir buenas noticias.

            -¿Buenas noticias?

            -Ajá…

            -¿Qué es? –exclamó ansioso el rubio intentando incorporarse.

            -Hey, hey… -dijo Harry frunciendo el ceño- ¿Qué crees que haces?... aplasta el culo de nuevo.

            -Pero si ni me he levantado, no empieces a joder…

            -Paren ya… Draco, no te levantes –dijo Sirius sabiendo que inquietaba al rubio- Hay noticias de tu abogado, es sobre Lucius.

            -¿Mi padre? –dijo Draco sintiéndose ansioso de repente- ¿Qué sucedió?

            -Si no fuera porque yo también quiero saber, te corría a patadas Sirius… estas inquietándolo mucho, habla ya.

            -Bueno… -respondio el auror sonriendo- ese jodido abogado lo logró… no sé cómo, pero Lucius ya puede irse de San Mungo cuando lo desee.

            Draco lo miró abriendo tremendos ojos que tanto Harry como Sirius temieron por un momento que algo hubiese pasado.

            -¿Draco estas bien? –preguntó Harry sentándose en la cama observándolo preocupado.

            -Si… -musito en respuesta preocupándolos más- estoy bien.

            -Pues estas pálido.

            -Pero estoy bien…

            Cuando el medimago fue llamado de nuevo, Sirius fue regañado por dar ese tipo de noticias a un paciente tan delicado de salud, pero a final de cuentas fue un aliciente para que Draco quisiera salir más de ahí.

            -Ya llevamos una semana aquí… ya me duelen las nalgas de estar en cama todo el día.

            -Pues si quieres yo te las sobo.

            -Cállate neandertal y pásame a Sirius, quiero darle de comer yo mismo.

            Cuando tuvo a su hijo en brazos, el gesto serio de Draco desapareció para sonreír al ver los brillantes ojos verdes de su bebé.

            -Sirius me dijo algo… -dijo Harry mirando embelesado el cuadro aquel.

            -¿Qué te dijo?

            -Que quien dio la alarma de nuestra desaparición fue Ron.

            Draco no respondio, simplemente continuo dándole el biberón al pequeño, por lo que Harry continuo hablando.

            -Si no hubiesen activado la movilización nivel 2 a tiempo, Kingston nos hubiese sacado del país.

            Draco no dio nada, simplemente suspiró mientras el bebé Sirius le agarraba un dedo con fuerza pasando un rato en silencio.

            -Debo hablar con él.

            -¿Y?... –dijo Draco mirándolo por fin- hablas como si pidieras mi permiso.

            -No estoy pidiéndote permiso.

            -Pues das esa impresión.

            -Vamos Draco… él ha sido un completo imbécil, pero hay que reconocer que si no fuera por él, lo más probable es que ya estuviésemos muertos.

            -En primer lugar eso no lo sabes; eres muy listo, ya ves, nos sacaste de ahí.

            -Pues así, pero sabes a que me refiero… muchas cosas influyeron.

            -Calma Harry… sé que que te refieres y sé que tienes razón; no creas que no lo había pensado y pues si… de alguna manera debo darle las gracias.

            -¿De alguna manera? –repitió Harry levantando una ceja- Draco, las gracias se dan o no se dan.

            -Ese tipo nos ubicó y nos atrapó usando a tu ex novio, alguien que regresó a tu vida gracias a Ron Weasley.

            Harry suspiró al escuchar a Draco para después quedarse callado.

            -Aunque si no hubiese sido de esa manera, hubiese sido de otra –continuó el rubio besando una de las diminutas manitas- al menos por estar fregando con su molesta presencia para que lo perdonaras, fue que se dio cuenta y dio la alarma… si, reconozco que gracias a su alerta estamos aquí –dijo mirando al moreno- no soy tonto Harry.

            -¿Y entonces? –respondio Harry sonriendo.

            -Pues que no esperes que lo bese y lo abrace en cuanto lo vea; yo simplemente le daré las gracias… mi muy sincero y eterno agradecimiento –concluyó besando la frente del nene- además el tipo aquel también ya lo pagó siendo controlado por un Imperius, creo que no le quedarán ganas de joderle la vida a nadie más.

            -sí, pobre Rupert, ya quedó libre, pero según me contó Sirius, necesitará ayuda psiquiátrica, quedó muy afectado por todo.

            -Y eso que no tuvo al Señor Tenebroso viviendo en su casa.

            Sus  respectivas declaraciones las dieron en la clínica bajo la estricta supervisión del medimago y la varita de Draco fue recuperada y entregada a su dueño.

            Una semana después finalmente Draco fue dado de alta, sin embargo no pudo ver a nadie porque todos decidieron que era más cómodo recibirlos en Grimauld Place en donde a pesar de las advertencias de Molly para no causar tanto alboroto por la condición delicada de Draco, fueron recibidos en una fiesta orquestada por los gemelos. La sorpresa de la pareja fue mayúscula al ver entre todos a la profesora McGonagall, a Hagrid, a Remus con Tonks y Teddy y también a su tía Andrómeda

            El recibimiento fue muy emotivo, pues Draco solo buscaba a su hijo, al pequeño Harry que era cargado por Molly y que en cuanto vio a su padre, estiró los brazos comenzando a llorar.

            -¡Oh Harry! –Musitó Draco en cuanto tuvo en sus brazos a su hijo- Harry… -repitió aspirando su aroma, sintiendo su pequeño cuerpo, sintiéndolo con cada partícula de su ser.

            Todos se emocionaron al verlos para después aplaudir cuando Harry los abrazó a ambos con el bebé más pequeño en medio de todos.

            A partir de ahí, el pequeño Harry no se le despegó a Draco en ningún momento, ni siquiera cuando todos los demás pasaron a abrazarlo; simplemente se le recostó en el hombro y ya no quiso separarse ni siquiera para irse con su otro padre.

            -Quiero conocer a Sirius –dijo Arthur ansioso siendo secundado en su petición por los demás.

            -Adelante, conozcan al nuevo miembro de la familia Potter –respondio Harry alzando la manta color verde agua mostrando a un nene muy despierto.

            -¡Es hermoso! –Exclamó Molly con la mano en el pecho y los ojos llenos de lagrimas- tan… ta… hermoso… ¡oh Harry, es tu hijo!... –dijo abrazando al moreno.

            -Ha nacido un nuevo conejillo para nosotros –anunció George inclinado sobre el pequeño bulto.

            -¡George! –exclamó Molly.

            -¿Puedo cargarlo? –preguntó Arthur.

            -Claro.

            -Después sigo yo –dijo Fred alzando el dedo.

            -Claro que no, el siguiente turno me corresponde a mi por derecho -intervino Molly.

            Harry solo sonrió mientras se hacía a un lado dejando que la parvada de pelirrojos se arremolinara sobre su hijo.

            -Harry… -dijo la profesora acercándosele y abrazándolo- me alegra tanto que estén bien y de regreso en casa.

            -Gracias profesora.

            -Señor Malfoy, también me alegra mucho que esté recuperado y con sus hijos en casa, es realmente impresionante volver a verlo después de tantos años en estas circunstancias.

            -Lo imagino –respondio Draco desde la silla de ruedas en la que iba por prescripción del medimago.

            -Que bueno que estén bien, cuenten conmigo para lo que gusten –dijo tendiéndole la mano a Draco, quien se la estrecho con firmeza.

            -Y ahora voy a conocer al otro pequeño, porque a este nene ya lo conocí cuando esperábamos; estaba muy despierto antes de que llegaran, ahora se ve muy tranquilo.

            -Adelante.

            -¡Chicos! –Exclamó Hagrid evidentemente esperando turno- ¡chicos, que angustiado estuve!

            -Hagrid… -dijo Draco sonriendo al ver al semi gigante con rostro angustiado como si aun estuviesen desaparecidos- ¿Cómo estás?

            -¿Cómo que como estoy?... ¡como están ustedes!... ¿seguros que están bien? –preguntó tomando a Harry por los hombros y escudriñándolo con la mirada.

            -Si, estamos bien –respondio el moreno riendo.

            -¿Y tu Draco? ¿Cómo es que te dejaron salir?

            -Porque estoy mucho mejor, solo tengo que descansar, lamento no haber ido aun por las flores.

            -No te preocupes, están ahí para cuando puedas ir por ellas.

            Todos pasaron a saludarlos, desde Remus y su familia, hasta su tía Andrómeda, la cual fue toda una sorpresa al ser tan afectuosa con su sobrino, quien sin dejar de ser un Malfoy, la miró con cierta suspicacia.

            Y finalmente hubo alguien quien esperó hasta el final y que se presentó ante ellos con tremendos lagrimones escurriéndole por la cara.

            -¡A-amo… amo… Dra-Draco!... –gimoteó Betsy estrujando un pañuelo sucio- ¡amo… amo Harry!

            -Betsy… ¿cuidaste la casa mientras no estuvimos? –preguntó Draco sonriendo con afecto al ver a su fiel elfina lloriquear ante ellos.

            -¡Si, lo hice!... ¡amo Draco!... –lloró más fuerte la elfina haciendo que varios de los que estaban ahí voltearan.

            -Calma Betsy, ya estamos aquí –dijo Harry haciendo gestos ante los berridos- mejor ve a ocuparte de los invitados.

            -¡S-sí amo!...

            -¿Necesitas algo? –dijo Harry a Draco mientras acariciaba la espalda del pequeño.

            -Me gustaría un vaso de agua.

            -Voy por él.

            Cuando sacó el vaso de un estante, sintió que alguien entraba a la cocina, así que se giró para encontrarse con Ron.

            -Hola –saludó el pelirrojo metiendo nerviosamente las manos en los bolsillos de su pantalón.

            -¿Qué hay? –respondio Harry dirigiéndose al grifo del agua.

            -Pues… yo quiero decirte que me hace muy feliz que estés bien… es decir, tu y Malfoy, que ambos estén bien… ¡los tres, quiero decir! –sé corrigió sonriendo nerviosamente- tu hijo también, que bueno que haya nacido sano…

            -Gracias –dijo Harry simplemente viéndolo en apuros.

            -¿Eh?

            -Gracias por dar aviso de nuestro secuestro –repitió dejando el vaso en la mesa- gracias a eso comenzaron a buscarnos muy a tiempo.

            -Ah… bueno, pues… de nada… Harry, yo… -comenzó a decir después de unos instantes de incomodo silencio- lo siento, nunca fue mi intención causarles daño, es decir, tal vez si al hacer esa broma estúpida, pero no a tal grado; suelo ser estúpido a veces, pero no de ese modo, es decir, tal vez si lo fui al hacer eso, pero…

            -¿Qué te parece si comenzamos de nuevo? –interrumpió Harry al verlo balbucear cada vez mas y a punto del colapso.

            -¿De nuevo? –repitió como si no hubiese escuchado bien.

            -Ajá… dejando todo esto atrás.

            Ron lo miro por unos segundos antes de que una tímida sonrisa comenzara a formarse en sus labios.

            -¿Vamos con los demás? –Dijo Harry tomando el vaso de agua- Draco ya debe estar pensando que me fui a excavar un pozo para sacar el agua.

            -¿Puedo llevárselo yo?

            Harry alzo ambas cejas sorprendido para después alzarse de hombros y entregarle el vaso.

            -De acuerdo.

           

_____________________________________________________________________________________.

 

            Cuando Draco vio a Ron ofrecerle un vaso de agua, lo tomó sin decir nada sabiendo que ocurriría a continuación.

            -Malfoy, quiero disculparme… -dijo Ron cruzándose de brazos a modo de inconsciente escudo- lo que hice fue algo total y completamente inadecuado…

            -Weasley…

            -No, déjame terminar –exclamó alzando una mano- cuando supe lo de ustedes, tu sabes, que tú y él… fue todo un shock para mí, pero debí respetar la decisión de Harry y no portarme como lo hice, así que quiero disculparme por el daño que les causé… a ti principalmente, nunca fue mi intención que fueras a dar al hospital… yo… lo siento mucho –concluyó poniendo sus manos bajo sus axilas mientras miraba el piso al tiempo que su pie jugueteaba con una mota invisible en el suelo.

            -Si, fuiste un completo imbécil y no te comportaste como el amigo que siempre presumiste ser, ni tú ni Granger… - respondio Draco en un tono neutro mientras Ron se mordía los labios- pero gracias a ti, ese tipo no pudo sacarnos del país, así que Harry está muy agradecido contigo… lo mismo que yo –añadió haciendo que Ron levantara la vista para mirarlo- y si Harry está dispuesto a darte otra oportunidad, yo haré lo mismo, pues lo quiero y respeto sus decisiones, así que espero que de ahora en adelante esto funcione de alguna manera.

            Ron sonrió mientras miraba de nuevo el suelo entendiendo que Draco Malfoy le decía las palabras que él alguna vez debió decirle a Harry.

            -Gracias –dijo levantando la vista para mirarlo a los ojos- ahora voy a conocer a tu hijo.

            -Adelante.

            Tomó un sorbo de agua y cuando levantó los ojos, los rodó al ver a ahí a  otra persona.

            -Por todos los cielos… -musitó buscando donde poner el vaso.

            -Yo puedo llevarlo a la cocina –dijo Hermione estirando el vaso.

            -Gracias, pero puedo caminar –dijo sonriendo cortésmente mientras se inclinaba hacia adelante para ponerse de pie.

            -No, en serio, yo lo llevo… -insistió ella tomando el vaso- Malfoy… Draco…

            -Igualada… ¿Quién le dio permiso de hablarme por mi nombre? -pensó soltando el vaso sin haber más remedio.

            -Draco…

            -Llámame por mi apellido si no te importa –dijo él cortésmente.

            -Claro, disculpa… -respondió ella jugueteando con el vaso nerviosamente- sé que tienes motivos para detestarnos y no querer vernos, pero créeme que hemos… que yo he aprendido la lección, sé que debí respetar a Harry, respetar sus decisiones a pesar de no estar de acuerdo; debí darme la oportunidad de conocerte… yo… lo siento, lo lamento de verdad.

            A diferencia de Ron, Hermione hablaba mirándolo a los ojos a pesar de que sus manos expresaban nerviosismo.

            -Y bueno –continuo- espero que me des la oportunidad de demostrarte que puedo ser una buena persona… que me des la oportunidad de acercarme a tu familia.

            -Bueno Granger, tú y tu marido fueron unos verdaderos idiotas; no se vio nada de la grandiosa amistad y camaradería que solían presumir tanto en Hogwarts –dijo Draco viendo como Hermione abría la boca para decir seguramente que ellos no presumían nada en Hogwarts, pero al parecer comprendió que se defendía mejor callada- con Weasley es otra historia, gracias a él no salimos del país, pero a ti no tengo nada que agradecerte, no tengo porqué ser agradable contigo.

            Hermione sintió un nudo en la garganta mientras que sin poder evitarlo inclinaba la cara.

            -Eres presuntuosa, con aires de sabelotodo, crees que puedes juzgar a la gente como si tú fueras perfecta…

            -Estas siendo implacable ¿he? –pensó Harry recargado en el marco de una puerta viendo a lo lejos la singular conversación que aunque no escuchaba, podía intuir lo que Draco decía debido al lenguaje corporal de ambos.

            -Sin embargo… -continuó el rubio acariciando la espalda del pequeño- por los Weasley estoy dispuesto a intentarlo, porque ellos no merecen  una familia en disputa; así que acepto tus disculpas, pero te seré sincero, no esperes amistad de mí porque no estoy seguro de poder brindártela algún día, lo que yo te ofrezco con sinceridad es mi respeto, eso es todo.

            -Y te lo agradezco –dijo ella estirando la mano; mano que Draco estrecho para después verla alejarse.

            Miró hacia donde estaba Harry viendo que el moreno le sonreía burlón, por lo que rodando los ojos le hizo una señal obscena.

            Harry no se libró de la disculpa de Hermione, quien siendo obstinada como era logró arrancarle el perdón a su ex amigo con la advertencia de que no todo iba a ser igual, pues la amistad debía ser restaurada de nuevo.

            -Creo que ya debemos irnos –dijo la profesora McGonagall al ver a Draco bostezar.

            -No, estoy bien –dijo Draco sintiéndose pillado.

            -Ustedes quédense y disfruten la comida–dijo Harry tomando la silla de Draco- nosotros nos retiramos.

            -Si, además ellos no son los únicos anfitriones –exclamó Sirius un tanto ofendido.

            -Tranquilo Padfoot, que yo no pensaba irme –respondio Remus sirviéndose un trozo de pastel de chocolate con fresas.

            Sonriendo, Draco y Harry se despidieron con un simple agitar de manos y se retiraron a su habitación.

            -Quiero que Sirius traiga a Sirius –dijo Draco apenas entrando al cuarto- se oye chistoso eso ¿no?

            -Si –respondio el moreno sonriendo- pero está bien cuidado, vamos Draco, necesitas descansar, de seguro ya te duelen los brazos de cargar a Harry.

            -La verdad si, tómalo.

            Cuando Harry tomó al pequeño de brazos de Draco, el nene lloriqueó levemente para después abrazarse a él sin siquiera abrir los ojos.

            -Si que nos extrañó –dijo Draco viendo a su hijo aferrado a Harry.

            -Si… y yo a él –respondio sentándose en la cama mientras besaba la frente del pequeño.

            -Insistiría en que trajeran a Sirius –dijo Draco poniéndose de pie y dirigiéndose al armario- pero la verdad quiero descansar un rato antes de ver al señor Gordon.

            -No estoy de acuerdo en que lo hayas citado para hoy, debes descansar.

            -Sabes que quiero saber de mi padre y solo descansaré plenamente cuando lo tenga fuera de ese lugar.

            Harry vio al rubio ponerse algo más cómodo y acostarse para tomar una siesta; él sin embargo no se acostó, lo que hizo fue canturrearle a su hijo mientras se ponía de pie y comenzaba a caminar de un lado a otro.

             A las 8:00 pm el señor Gordon arribaba a Grimauld Place para encontrarse finalmente con su cliente.

            -Me alegra que usted y el señor Potter al fin estén en casa –dijo estrechándole la mano para después hacerlo con Harry.

            -Gracias.

            -¿Cómo se encuentran físicamente?

            -Estamos bien.

            -¿Y su hijo? Supe que ya nació.

            -También se encuentra bien, gracias por preguntar.

            -No la conocen pero mi esposa les envía saludos y sus mejores deseos.

            -Se lo agradecemos, es muy amable.

            -Y bueno, sin más preámbulos vayamos a nuestro asunto.

            -¡Al fin! –pensó Draco mirando a Harry, quien comprendió la expresión del rubio.

            -El procedimiento que usé fue…

            -No me lo tome a mal, pero no me interesa saber cómo lo logró, yo solo quiero saber cuándo puedo ir por mi padre.

            -Lo entiendo perfectamente, sin embargo debe saber que el señor Malfoy no fue declarado inocente.

            -¿mmm?

            -Fue indultado, que es muy distinto.

            -O sea que mi padre es culpable de los cargos.

            -Así es.

            Draco miró hacia un lado con expresión inescrutable por unos segundos para después alzarse de hombros.

            -Mi padre no es inocente, eso hasta yo lo sé; por lo que vuelvo a reiterarle que es usted un excelente abogado… si el señor Tenebroso estuviera vivo, seguro usted lo libra de Azkaban.

            El señor Gordon no supo si tomar eso como un halago, sin embargo sonrió al ver a Draco sonreír después de decir eso.

            -Pues gracias.

            -¿Cuándo puedo sacarlo de San Mungo?

            -Cuando usted quiera.

            -Bien, entonces terminemos  con los trámites.

            Cuando el último pago del señor Gordon fue finiquitado, se despidió con un fuerte apretón de manos de ambos chicos y salió de ahí.

            -Mañana iremos por él –dijo emocionado en cuanto estuvieron solos.

            -Sí –respondio Harry tomando una galletita de la mesa de centro y mordisqueándola pensativo.

            -Harry… -exclamó Draco sintiéndose aprensivo de repente-

            -¿Sí?

            -Sé que no lo platiqué contigo… eso de traer a mi padre aquí.

            -No te preocupes, era obvio.

            -Sí pero, aun así, esta es casa de ambos.

            Harry sonrió con algo de desgano mientras se alzaba de hombros.

            -Mira Draco, sé que tener a tu padre cerca te dará mucha tranquilidad, así que ni modo… no te mentiré, no es santo de mi devoción pero salvó mi vida y la de mi hijo, para mí eso borra todos sus errores, aunque siendo sincero sentiré raro tenerlo tan cerca.

            -Estará en otra sección de la casa, tampoco quiero imponerte su presencia, ese distanciamiento entre nuestro espacio y el suyo también me dará tranquilidad a mí, sé que es mi padre, pero también sé que está más loco que una cabra.

            Harry sonrió y se acercó para besar su frente.

            -Mañana yo iré por él, tú debes descansar.   

            -Pero…

            -Pero nada, acabas de salir del hospital, no puedes andar danzando ya por las calles.

            -De acuerdo, así puedo prepararle su habitación.

 

____________________________________________________________________________________.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).