Por la mañana el joven miro a su alrededor y se dirigió al pequeño baño que estaba en el apartamento, un baño sucio, descuidado, como era toda la morada.
Se ducho y vistió, con la ropa que había llevado antes, sabia cuidarse pero cualquiera que lo viera diría que era frágil, todos los que conocía, decían que era como una muñequita de porcelana, aunque si bien era hombre, todos acordaban que era hermoso, haciendo que hombres y mujeres se enamoraran de él, pero él no comprendía ese sentimiento y fingía que no les escuchaba, nunca les miraba, nunca les hablaba, lo había dejado de hacer desde hace 5 años.
Tomo el libro y salió del apartamento, camino por las calles, escucho una televisión desde un establecimiento y miro de reojo, se hablaba sobre el escritor del libro “Perdóname” de Uchiha Sasuke.
Sasuke actualmente era parte de un grupo musical, muy famoso, el grupo llevaba por nombre “Taka”, sus integrantes eran en la batería Jugo, en el bajo Suigetsu Hozuki, la representante Karin y en la guitarra, la voz y lider del grupo Uchiha Sasuke.
En el televisor se decía sobre la popularidad del libro escrito por el lider del grupo, pero lo más importante se decía que el cantante del grupo Taka, de tan solo 23 años, se encontraba encerrado en su hogar, que no respondía ni llamadas, ni recibía visitas, nadie sabía el motivo, pero uno de sus amigos del grupo pronto informaría sobre el asunto.
El joven se dirigió al parque y sentó en una banca y como siempre lo hacía, movía sus manos constantemente, muchos le miraban pero él no miraba a nadie, siempre con su vista baja.
Abrió el libro en el segundo capítulo y comenzó a leer
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Capítulo II
Por la mañana me dirigí, a darme un baño y me vestí con el uniforme escolar, después fui a desayudar, Itachi estaba sentado en el piso de la cocina, jugaba con unos cubos de lego.
Yo me senté a la mesa y lo observaba era un niño pequeño.
Pero mis pensamientos fueron interrumpidos cuando papá entro a la cocina, se sentó al lado mio.
Mamá hizo que Itachi se sentara y nos sirvió de desayunar, Itachi jugaba con los cubiertos, comíamos “hot cakes” por lo que Itachi los camia con las manos.
-Mi niño, intenta comer con tus cubiertos – le pidió mamá
-Es un inútil, el no te entiende, debimos dejarle en el orfanato cuando pudimos – dijo papá.
Papá despreciaba a Itachi, siempre lo vio como un estorbo, papá esperaba que su primer hijo fuera el mejor, en realidad según me ha dicho mamá, papá solo deseaba tener un hijo pero cuando vio que Itachi era autista quiso tener otro hijo para dejarlo como heredero.
Itachi ante lo dicho por papá parecía que no escuchaba él seguía comiendo con sus manos, mamá solo suspiro y empezó a comer su desayuno.
-Sasuke ¿puedo pedirte un favor? – pregunto mamá
-Claro madre – respondí
-¿Podrías cuidar de Itachi esta tarde? Tu padre y yo tenemos que salir - pidió mamá
¿Yo? ¿Cuidar a Itachi?
-Y-yo esto – no le podía decir que no a mamá- Si yo cuidare de él- respondí sonriendo de manera fingida aunque mamá no lo noto.
-Gracias cariño – dijo mamá devolviéndome la sonrisa
Terminamos de desayunar y me despedí de mis padres, para esos momentos Itachi se encontraba en la sala armando el mismo rompecabezas que había armado ayer.
Me dirigí a la escuela tranquilamente pero cuando entre todos me miraban extraño, no comprendía por lo que me dirigí al salón y me senté en mi lugar, Naruto ya se encontraba ahí me sonrió y se acerco a mí.
-Hola Naruto ¿Cómo te encuentras? – pregunte
-Bien gracias ¿y tú? –
-Bien – conteste
No tenía ganas de hablar pensaba en porque todos se me quedaron viendo raro.
Kiba entro en el salón y me señalo, a decir verdad Kiba siempre era un pesado, aunque solía juntarse con mis amigos y con migo nunca me ha caído bien.
Se comenzó a acercar a mí hasta quedar enfrente de mi pupitre.
-¿con que tienes un hermano? No espera ¿con que tu hermano está loco? – dijo riéndose
Yo no dije nada solo lo miraba sin ninguna expresión en mi rostro
-Te quedas cayado porque sabes que es cierto dime ¿tú no comenzaras a gritar y llorar como tu hermano? – se burlaba de mi y se burlaba de Itachi
Yo lo ignoraba, Naruto nos miraba a ambos esperando a que yo hablara. Pero me preguntaba ¿Cómo demonios sabe lo de Itachi? El no estaba con nosotros ayer.
-Kiba ya basta deja a Sasuke en paz – intervino Naruto al ver que no hablaría.
En ese momento sonó el timbre indicando que las clases comenzarían, nuestro profesor Kakashi entro al salón haciendo que todos entraran y tomaran asiento.
Comenzó a dar su clase, pero nadie prestaba atención todos me miraban con ¿miedo? ¿Creerían que yo reaccionaria como Itachi? Pero ¿Quién les dijo sobre Itachi? Maldición.
Llego la hora del receso, me dirigí a la cafetería con Naruto y Sakura, siempre habíamos sido amigos desde que éramos niños, apenas comenzando el curso Naruto se convirtió en mi novio.
Nos sentamos pero nadie se sentó con nosotros, solo nos miraban como bichos raros o más bien me miraban como bicho raro.
Nuestros otros “amigos” también me miraban extraño y se sentaron en una mesa lejos de la que estábamos nosotros, me miraban y se aconsejaban al oído.
Era desesperante y todo era culpa de Itachi ¿Por qué no podía ser normal?
-Tranquilo Sasuke-teme ya pasara – me dijo Naruto con una sonrisa
-Si, además tu hermano se comporto así por ser autista, hay que comprenderlo – dijo Sakura
¿Comprender a Itachi? ¿Cómo? Nunca lo he entendido y dudo poder hacerlo.
Continuaron las clases, no preste atención, pensaba en Itachi, esta tarde lo cuidaría, a decir verdad dudo que Itachi me prestara atención por la tarde así que lo más probable sea que fuera como cualquier día normal.
Pasaron las horas, no tiene sentido mencionar lo sucedido en el transcurso de clases, solo que todos me seguían mirando.
Llego la hora de salida, Sakura y Naruto intentaban decirme que no me preocupara que todo se solucionaría pero yo no pensaba en eso, por alguna extraña razón se vino a mi mente aquella imagen de ayer, donde Itachi se encontraba en la sala armando aquel rompecabezas y yo sentado mirándolo, recordé lo hermoso que lo vi y se vino a mi mente sus labios, sus virginales labios, nadie los había besado nunca y estoy seguro que deben de ser muy suaves y dulces, quería probarlos, pero no puedo, ni siquiera puedo tocar a Itachi porque llora, además tengo un novio y lo quiero, mejor no pensare en ello.
Me despedí de Naruto con un beso y con la mano le dije adiós a Sakura, después me dirigí a mi casa.
Mis padres estaban vestidos elegantemente, papá tenía un compromiso con unos empresarios y siempre llevaba a mi madre.
Itachi se encontraba armando una especie de ciudad con cubos de lego, no se podía entrar en la sala ya que todos los cubos estaban esparcidos por el lugar.
-Cariño, que bien que llegaste, ya nos tenemos que ir, si algo sucede llámanos, llegaremos más tarde, por favor cuida a Itachi – dijo mamá dándome un fuerte abrazo.
-Lo hare – respondí
-Itachi pórtate bien cariño, hazle caso a tu hermano – dio mamá a Itachi con una sonrisa.
-No te hace caso, no entiende, es un imbécil, enserio que no sirve para nada – dijo papá mirando con desprecio a Itachi.
Se despidieron y salieron de casa.
Esquivando los cubos llegue al sillón y me senté, estuve un rato viendo a Itachi, siempre movía sus manos, nunca he comprendido el porqué lo hace, pero sé que otros autistas lo hacen, para mí siempre será un misterio.
Seguí mirándolo, su cabello aun seguía recogido con la liga de Sakura, al parecer le gustaba tenerlo amarrado, algunos mechones caían por su rostro, le daba un toque erótico, imágenes nada sanas vinieron a mi mente, imágenes donde poseía aquel cuerpo de ensueño, imágenes de Itachi completamente desnudo en una cama con sabanas de seda haciéndome señas de manera sensual para que me acercara, imágenes de Itachi vestido de neko pero de manera sumamente provocativa rogándome que lo hiciera mio, me comencé a excitar, sentía punzadas en mi entrepierna , mi corazón se aceleraba, si no fuera por mi autocontrol ya tendría a Itachi debajo mio, pero no lo hare, no me atrevería.
Mire mi entrepierna, tenía una muy notoria erección, me sonroje, me puse de pie y esquivando nuevamente los cubos, me dirigí al baño y me encerré con el pestillo puesto, me baje el pantalón y mi bóxer y me senté en la taza, comencé a masturbarme, empecé a imaginar que Naruto era el que me masturbaba, que lamia mi miembro pero la imagen de Naruto fue suplantada por la de Itachi, imaginaba que Itachi mamaba mi miembro de manera tan erótica que estaba perdiendo al cordura, no tarde en correrme , di un fuerte gemido de placer y por fin volví en mí, me limpie y limpie donde había caído mi semen.
Respire profundo y salí del baño Itachi ya no se encontraba en la sala, escuche un ruido en la cocina, entre Itachi estaba ahí, sentado en el suelo jugando con sus manos y mirando la ventana pero aun escondía su mirada, me acerque y me senté a su lado, con el rabillo del ojo me miro pero volvió a esconder su mirada, centre mi atención en sus labios rosados y suaves, trataba de fijar mi atención en otras cosas pero no podía e hice algo que nunca pensé atreverme.
Tome con delicadeza a Itachi por su barbilla, iba a comenzar a llorar pero poniendo mi dedo sobre su boca le indique que no lo hiciera, por primera vez me miraba a los ojos, cuestionando mi comportamiento y aunque me sorprendió que lo hiciera, acerque mi rostro al suyo y lo bese, un simple y dulce beso, el primer beso de esos virginales labios, el primer beso de Itachi.
Itachi tenía una expresión de sorpresa que nunca antes había usado, me separe, Itachi estaba completamente sonrojado y escondió nuevamente su mirada, yo lo solté, me hubiera gustado profundizar ese beso pero así era mejor pero mire como se tocaba sus labios con una mano mientras que otra seguía moviéndola como era su costumbre.
-Te quiero – murmure con una pequeña sonrisa.
Nunca pensé decírselo, porque nunca pensé que le quería, pero me di cuenta que era importante para mí, que le quería como nunca he querido a nadie y que le quería proteger de todo.
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El joven término de leer el segundo capítulo, una lagrima escurría por su mejilla, con su mano toco sus labios y cerró los ojos.
Paso un momento y se levanto, las personas lo miraban, tal vez por como vestía, tal vez por como movía sus manos o tal vez por evitar el contacto visual, pero no le importaba y cerrando el libro se marcho a su pequeño apartamento.
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