“Amándote”
Recostados sobre la amplia cama en forma circular, se detuvieron un momento, uno contemplando extasiado la belleza natural del otro... a la vez que el acompañante respiraba agitadamente, disfrutando de las delicias de la carne, el placer acompañado del amor que se profesaban, en una tierna y caliente entrega total.
El mayor aprovechó para incorporarse en sus labores, no antes contemplar a sus anchas ese delicado cuerpo desnudo, esa blanquecina piel, cual nácar fino, deleitándose por ser el primero, y el único. Sonrió lujuriosamente, y tomó con ambas manos esas piernas, que se abrieron sin oponer resistencia… las respiraciones de ambos se elevaron fuera de lo normal, se podía oír a distancia el palpitar de sus corazones, hasta que consuma delicadeza, y por ser la primera vez, introdujo esos dedos expertos, por tan estrecha cavidad, moviéndolos en círculos para que el menor se acostumbrase a ellos. Un gemido potente se escapó de entre los labios del menor, su rostro sonrosado por el ardor, su cabello enroscándose con los del otro… y el sudor bañando cada zona de sus cuerpos.
Llegó el momento, el cambio esperado por ambos, que los llevaría a la cima, el erecto miembro caliente del mayor, hizo acto de presencia en la entrada del otro, quien se retorcía de placer ante tales caricias. Un movimiento acompasado y rápido, en el cual unían sus cuerpos, sus corazones y sus almas, un beso… gemidos por aquí y por allá, palabras entrecortadas y algunas hasta sin sentido, el sudor bañando y corriendo por cada zona erógena, las manos de ambos, que entrelazadas, se tomaban dulcemente, y las miradas sinceras y arrebatadoras que se robaban un suspiro.
Hasta que llegaron al clímax y el orgasmo se hizo presente en cada uno de nuestros protagonistas, derramando su esencia, uno dentro del otro, mientras el menor en el vientre de su acompañante. Se tumbaron con una expresión cansina en sus rostros, pero también con la felicidad que el sexo conlleva… Inhalaron rápidamente el sagrado oxígeno que los mantenía vivos, y después de un momento de descanso, el mayor se recostó encima del otro, tomando de nuevo esa mano, y observando cada reacción de su pequeño tesoro, que atesoraría eternamente en el fono de sus corazón.
--Qué feliz soy… después de tenerte – le susurró tiernamente en el oído, causando que el menor se estremeciera.
-- Yo… también estoy así… no solo por mí, sino por que en esta entrega hemos llevado nuestra relación hasta un punto más alto…
-- Tienes razón… No sabes cuanto te amo…
-- Yo también te amo…
-- Y… que te parece… si llevamos esta relación hasta un punto más elevado…
-- Qué quieres decir… con eso…
-- Pues… quisiera que te casaras conmigo… mañana a primera hora… ¿Estarías de acuerdo con eso?
-- Esto… Ni loco estuviera para decirte que no, amado mío… acepto tu proposición…
-- Me has hecho el hombre más feliz de este mundo…te amo Mu…
-- Y yo a ti, Kanon…
Fin
Amor Yaoi
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