En un día de invierno cualquiera se divisaba en lo profundo del aquel parque de New York una silueta que por lo visto se encontraba triste.
-¿Por qué Daniel?... Eres tan cruel…- Se oyó decir a aquel cuerpo que destrozado caía en la nieve.
Gabriel Bavaresco un chico de solo 16 años de edad y unido a eso su baja estatura y su cara tierna era el niño mas lindo de la clase 3 de la secundaria American Senor High School, él era uno de los pocos niños ricos que habitaban en esa secundaria, ya que, teniendo altas calificaciones y queriendo salir adelante sin el dinero de sus padres solicitó una beca y fue aceptado pero también tiene su consecuencia nacer en una “cuna de oro”, nuestro querido Gabriel a sus 3 años en esa secundaria se encontraba solo. Gabriel odiaba la soledad pero un sentimiento muy profundo en su corazón le ayudaba a aguantar… Porque para él solo verlo, solo ver a Daniel Thompson era un empuje tan fuerte que haría cualquier cosa por él.
Sentado en el otro extremo del salón con sus amigos se sentía la fuerte presencia de Daniel Thompson con su impresionante metro noventa de altura, con su brillante cabello negro, sus ojos azules y su piel tan blanca era el más atractivo de la clase.
-Daniel un pequeño te mira.- Dijo uno de sus amigos, Daniel volteo un poco su rostro y vio unos bellos ojos verdes antes de que ese pequeño desviara la mirada.
-Él es Gabriel Bavaresco, un niño rico.- informo uno de sus amigos.
-¿Por qué esta acá?, no está nada mal.- Dijo Daniel que aun seguía viendo a Gabriel.
-Se ganó una beca, según oí que a él no le gusta depender del dinero de sus padres.- Respondió uno de ellos.
-Interesante…- Susurró Daniel mostrando una pequeña sonrisa.
-¡Hey Daniel!, apuesto a que no te lo tiras en 3 meses.- Dijo uno de sus compañeros mirándolo desafiante.
Daniel solo rió y junto su mano con la de su amigo en un apretón de manos –Si gano me tienes que prestar tu Play 3 por 3 meses.-
-¡Trato!.- Exclamó su amigo riendo con diversión.
Transcurrió el día entre miradas furtivas de parte de Gabriel hacia Daniel y él le dirigía sonrisas que hacían que Gabriel se sonrojara y a Daniel le parecía tierna esa reacción.
Toco el último timbre en la escuela lo que indicaba la salida de los alumnos, todos los estudiantes salían del salón de clases excepto Gabriel que siempre se quedaba de último guardando sus cosas cuidadosamente, estaba tan absorto en sus pensamientos que no siento como alguien entro al salón y se coloco detrás de él.
-Hola pequeño.- Susurró alguien detrás de Gabriel que hizo que este se sobresaltara y volteándose rápidamente sus ojos verdes chocaron con unos azules que hicieron que se sonrojara al saber de quienes pertenecían.
-Ho…Hola Daniel.- Gabriel susurro tan bajito que si no fuera porque Daniel estaba cerca de él no hubiera escuchado, el mayor sonrió travieso cuando noto como Gabriel baja su mirada y ocultaba su sonrojo con el fleco de su pelo.
Daniel llevó su mano derecha al mentón de Gabriel haciendo levantar la mirada de él, azul con verde de nuevo se encontraron –Gabriel tengo tiempo observándote y me atraes mucho, me gustas y quiero que salgas conmigo.-
Gabriel quedo tan impactado que el chico que le gustaba también gustase de él que no podía articular palabra alguna, solo su sonrojo aumento logrando que se viera mas tierno, el pequeño sintió como una mano lo abrazaba por la cintura acercándolo mas al cuerpo del mayor, Gabriel solo atinó a colocar sus manos en el pecho de el tratando de alejarlo un poco, se intimidaba y mucho.
-Dime Gabriel ¿Quieres salir conmigo?- Le preguntó Daniel en un susurro mientras se acercaba al rostro de Gabriel y el pequeño hipnotizado por los ojos azulejos del otro solo asintió dándole el sí a Daniel, este sonrió malicioso logrando la primera parte de su plan y así poco a poco fue acercando sus labios a los de Gabriel hasta unirlos.
Gabriel solo cerró sus ojos, ya que, no sabia que hacer y Daniel se dio cuenta que el era el primer beso del niño y se dijo que iba a ser el mejor beso que ese niño iba a recibir en su vida; por eso comenzó a mover su boca contra la otra y rozando su lengua con los labios ajenos, como pidiendo permiso para que estos se abrieran y lo hicieron, Gabriel llevado por lo que sentía abrió sus labios y sintió como la lengua de Daniel invadía su boca, recorría la cavidad como buscando algo y encontró la lengua de Gabriel y las entrelazo, las movió como si quisiera que se fundieran Gabriel rodeó el cuello del mayor y empezó a hacer lo mismo que Daniel, tratando de imitarlo y eso le gustó al mayor, la inocencia que Gabriel impregnaba al beso le gustaba y siguió besándolo con más pasión hasta que noto como Gabriel jadeaba por la falta de aire y se fue separando de él lentamente.
Daniel al abrir sus ojos se encontró con el panorama mas lindo que jamás ha visto, Gabriel seguía con sus ojos cerrados y con ese sonrojo característico de él cubriendo sus mejillas hasta las orejas, llevo una de sus manos hasta la mejilla de Gabriel y le acarició con ternura que no sabia que tenia, ese niño sacaba de su ser lo que Daniel ni siquiera sabia que tenia y Gabriel al sentir la caricia reaccionó y lentamente abrió sus ojos, ya que, pensaba que era un sueño y no quería despertar pero al ver esos ojos azules sabia que no era un sueño y que Daniel le correspondía entonces sonrió como nunca había sonreído en su vida y lo abrazo con fuerza y el mayor correspondió ese abrazo con un poco de arrepentimiento porque al ver esa sonrisa tan bella que le dedicaba el menor le llegaron las palabras de su amigo a la cabeza y se dijo que no podía dejarse llevar por este niño que solo tenia que acostarse con él y ya.
Daniel le explicó a Gabriel que mientras estaban en la escuela solo se comunicaran por celular mediantes mensajes de texto; le dijo que no quería que le molestaran porque él tiene muchas admiradoras a lo que Gabriel dijo que no importaba que lo entendía, entonces cada mensaje que veía Gabriel en sus ojos se reflejaba la felicidad que sentía, ese brillo especial que solo parece cuando uno esta enamorado se le apreciaba muy bien a Gabriel y los amigos de Daniel lo percibían y se reían de él como si lo que le estuvieran haciendo fuera la cosa mas graciosa del mundo, como si romperle el corazón a alguien fuera lo más divertido del mundo.
Una semana y media llevaban de relación escondida Gabriel y Daniel, una tarde en el parque Gabriel miraba su celular preocupado, ya que, tenia media hora esperando a Daniel porque tenia una cita y este no llegaba, miraba a su alrededor ansioso y a lo lejos vio la silueta de Daniel acercase entonces noto como cojeaba y preocupado corrió hasta estar frente a él. –Daniel… ¿Qué te ha pasado? ¿Por qué estas cojeando?- Le pregunto Gabriel colocándose a su lado para ayudarlo a caminar.
Daniel se dejo ayudar, estaba tan adolorido que no le importo que el pequeño le ayudara y que las personas a su alrededor vieran. – Pequeño… lo siento por llegar tarde; pero me asaltaron, no puedo llevarte a ningún lugar hoy… me quitaron todo.-
Gabriel entendió el porque no le respondía el teléfono y se preocupo porque ahora no tenían como comunicarse, se dio cuenta que era una persona egoísta pero no le importo y saco lo mejor de si para sonreírle –No importa, ven déjame ayudarte a llevarte a un hospital, yo lo pago todo.- Le dijo mientras lo ayudaba a caminar hacia un taxi.
Al día siguiente Gabriel citó a Daniel en la azotea de la secundaria, al llegar el mayor vio a Gabriel extenderle un paquete lo agarro y se sorprendió, Gabriel le estaba regalando un celular ultimo modelo. –Es un regalo, no te preocupes por la renta yo me encargare de eso…- Le escucho decir y entonces lo abrazo para que este no viera la sonrisa que tenia, esa sonrisa que expresaba malicia y un poco de codicia, ese niño haría todo por él y él lo sabia y se dijo ¿Por qué no aprovecharse de eso?, y por otro lado estaba Gabriel que sonreía con inocencia y amor creyendo todo lo que le decía él.