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~Colegiala~
Kakuzu esta algo aburrido de que siempre sea el mismo sexo, pero no niega que le gusta, aunque, a veces quisiera algo distinto a lo de siempre.
El tesorero va llegando a la cueva, Pein lo mando a una misión en solitario, solo una recompensa. La cual deja con su líder y procede a ir a su habitación.
Al llegar se escucha el sonido de la regadera, Hidan se esta bañando.
El ojiverde se recuesta en su cama, esperando a que salga el albino para una buena sesión de sexo desenfrenado.
Se escucha que ya no corre mas agua, pero el albino no ha salido.
El tesorero no le toma mucha importancia, sabe que tiene que salir, cierra los ojos un momento para descansar.
Escucha la puerta abrirse y en el umbral de la puerta esta Hidan, vestido de colegiala, una camisa de color blanca con una pañoleta roja y una falda muy corta de color gris.
Camina sensualmente hasta la cama, se sienta sobre las caderas del moreno y siente la enorme erección que tiene entre sus piernas.
-Kaku, estas muy duro – comienza un ligero vaivén de caderas, para que su trasero rose con el activo miembro.
El moreno le va quitando la camisa y la pañoleta, procede a desabrochar su falda, así que incorpora un poco al albino y le retira la prenda.
Al quitar esa pequeña falda se da cuenta de que el albino lleva puestas una pequeñas braguitas blancas las cuales retira con morbo, dejando ver el miembro del más joven.
Acto seguido, el moreno recuesta a Hidan en la cama, levanta su cadera y rosa su activo miembro en la entrada para que el albino lo sienta.
Introduce su enorme miembro en la estrecha entrada del albino.
-Ahh…ahh..Kaku – comienza a apretar más su entrada.
-Joder…nadie esta tan apretado como tu – comienza a embestir contra el joven cuerpo, el albino siente su propio miembro aprisionado entre ambos vientres, Kakuzu comienza a jugar un poco con la punta del glande, con su dedo lo toca suavemente haciendo gemir de placer a Hidan.
-Me corro
-Yo también – el tesorero salio del albino, corriéndose sobre el miembro del más joven, luego procedió a practicarle sexo oral, dejando que se corriese en su boca.
-Ahh..Ahh...aghh..Kakuzu…deja de…chuparlo...Ahh – el albino ya se había corrido pero el moreno seguía chupando la punta de su pene.
-No...Ya...duele – un poco de orina salio de la punta y Kakuzu retiro su pene de la boca.
-¿Ya estas satisfecho, maldito bastardo?
-No – comenzó a besarlo en la boca.
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A la mañana siguiente.
Todo Akatsuki estaba en el comedor, bueno, casi todo Akatsuki, solo faltaban Kakuzu y Hidan.
-¿Alguien sabe donde están Kakuzu y Hidan? – pregunta Pein.
-Creo que siguen dormidos
-Pues que alguien los despierte, por que si no, se quedaran sin comer.
-Yo voy – se ofrece el rubio, este se encamina a la habitación del dúo inmortal, al llegar abre la puerta y se encuentra con, según el, la desagradable escena:
Hidan, desnudo, dormido sobre Kakuzu, quien lo tiene aferrado de la cintura, las sabanas revueltas, en algunas algo de sangre.
-KAKUZU!!, HIDAN!!, despierten o se quedan sin comer!! – el rubio sale corriendo al ver al albino despertar.
-Vete a la mierda, Deidara!! – el albino se levanta del pecho del administrador y se pone los pantalones.- Ay, duele, me partiste en dos, bastardo.
-Fue una buena noche, no me lo niegues.
-No lo niego, pero me partiste en dos, mira tus sabanas, tienen sangre.
-Ohh, vamos, no seas niñita – lo toma de la cintura y le besa en los labios.
-Jodete, estupido ateo.