Nuestra historia...
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-¡Papi, papi! Cuéntame de nuevo la historia de cómo nos hicimos familia ¿siiiiiiiii?
-Pero mi amor, ya te he contado esa historia muchas veces…
-Es que… ¡es mi historia favorita!
-Hmm… está bien, te la contare, pero después tendrás que dormir sin peros, ¿entendido?
-¡hai!
-Veras… tu papá y yo nos conocimos en el instituto…
Estábamos en preparatoria cuando nos conocimos, al principio nos odiábamos, no podíamos estar el uno con el otro y apenas soportábamos estar en el mismo salón de clases. Siempre estábamos peleando, aprovechábamos cada oportunidad que teníamos para fastidiarnos mutuamente. Nunca pensamos que nos llegaríamos a enamorar y mucho menos que tendríamos una hija, pero así sucedió.
Nos costó un par de años, pero en el último año de preparatoria el director nos amenazo con reprobarnos si no nos comportábamos. Tu padre no tenía tiempo para repetir la escuela y yo no tenía los recursos económicos para mantener otro año escolar, así que nos pusimos de acuerdo.
-¿Qué son los rrecuorsos edonomicos? – pregunto con dificultad
-Recursos económicos, es la cantidad de dinero que te dan cuando trabajas.
-ah, weno… ¡sigue contando!
-Muy bien. ¿Dónde me quede?
-¡Recorsos emonoquimos!
-haha… económicos, muy bien…
Nos pusimos de acuerdo, y prometimos no pelear. Los maestros estaban encantados con que nosotros nos portáramos bien y como tu Padre siempre sacaba dieces en sus tareas, lo pusieron a que me ayudara con las mías.
-¿Asi como tu me ayudas con las mias?
-Masomenos, en ese tiempo no solíamos vivir juntos, así que yo tenía que ir y venir todos los días a la mansión para poder recibir asesorías.
-¿Qué son las adsesorias?
-¡hush!, ¿pues no que querías escuchar la historia? … te la pasas interrumpiéndome, si sigues así, nunca llegare a la parte en la que sales. – regañó el joven padre.
-¡No! Perdón, perdón, perdón, perdón, ¡perdón! Ya no seguiré interrunpiemdo u_U – dijo rápidamente.
-Está bien, está bien… pero una interrupción mas y a la cama, ¿okay?
-sipi – sonrio.
-Bueno, asesoría es como una clase especial en la que te ayudan con las cosas que no entendiste bien.
-ahhhh…. Como cuando la maestra le va y le dice a los niños que no saben cómo resolver los egjercicios del pizarrón…
-Algo así, bueno. Le sigo. Estuve yendo a la casa de tu padre, cuando todavía vivía tu tío con él, y como tu tío y yo ya nos conocíamos y éramos amigos pues de vez en cuando nos poníamos a platicar. Después de un tiempo, mis calificaciones en la escuela mejoraron mucho y los maestros estaban felices de que ya no nos siguiéramos peleando, hasta se podría decir que ya éramos amigos.
La graduación llego y salimos de vacaciones, pero aun así no nos dejamos de ver. Tu padre me siguió dando asesorías y pude conseguir una beca para estudiar en la universidad.
Dejamos de vernos todos los dias, pero de vez en cuando nos volvíamos a encontrar. Termine la carrera y empecé a trabajar, fue cuando nos topamos de casualidad en una exposición de fotos de la compañía en la que yo trabajaba…-tomo aire- volvimos a salir juntos, ahora nos veíamos más seguido, empezamos a salir a cenar, algunas veces fuimos al cine…! incluso nos toco tomar el mismo vuelo varias veces!
Nos enamoramos… nos casamos… y después de un tiempo de vivir felices decidimos que solo faltaba una cosa para ser una familia completa.
-¡Era yo! –grito el crío acostada en la cama.
-Hmm… creo que era un perro…- dijo de forma burlona, le encantaba bromear sobre esas cosas- na, eras tú… queríamos tener un bebe, pero por razones que te diré cuando seas mayor, no podíamos tener uno, así que-
-¡Así que adopptaron! ¡Y te enamoraste de mi cuando me viste y no pudieron evitar adoparme y traerme con ustedes a casa! – La pequeña niña de 4 años sonrió de oreja a oreja, le encantaba esa parte de la historia.
-Te dije que mejor nos quedáramos con el perro… -se oyó desde la puerta de la habitación.
-¡oye!- dijo ofendida.
-Quédate tu con el perro si quieres.- le respondió el chico rubio de ojos miel.
-¡¡Papá!!- grito la niña mientras corría a sus brazos.
-Un perro haría menos escándalo.- dijo el moreno recién llegado, de ojos azules.
-Un perro no te daría abrazos y besos como lo hago yo. – La pequeña niña abrazo a su padre y este la deposito en la cama, arropándola para dormir.
-Cuando estábamos en preparatoria yo le decía a tu papi que era un perro. – se burlo el castaño.
- y yo a tu padre le decía gato mimado. – le respondió.
-Por lo tanto tú eres una pequeña ratoncita.
-¿una ratoncita? – pregunto con curiosidad.
-Sipi, ¡nuestra ratoncita devoradora de queso!
El rubio había pronunciado lo último con una voz graciosa y una mueca en el rostro, provocando que su hija se riera y aprovechando para hacerle cosquillas.
-¡No, papi, ya no! Hahahaha ¡me haces cosquillas! Hahaha
-de eso se trata pequeña ratoncita. Y ya es hora de dormir, por cierto. ¿Qué haces todavía despierta?
-Es que no podía dormir. – dijo apenada.
La arroparon bien y le dieron las buenas noches, ambos besaron su frente y salieron de la habitación, llegando a la suya al otro lado del corredor.
-Llegaste tarde, Seto.- dijo el rubio.
-Lo siento, tuve que hacer una junta de emergencia y ya no pude marcar a casa. - se disculpo el moreno.- Joey, no me mires asi, mira... te traje un regalo como prueba de mi arrepentimiento.
Seto saco de su portafolio una barra grande de chocolate, a lo que Joey no se pudo resistir y lo besó para después darle una mordida a su obsequio.
-Si sigues llegando tarde, me pondré obeso.
-Si te pones obeso te traeré zanahorias.- lo abrazo por detrás.- … olvidaste decirle a Zatsuki el resto de la historia…
-¿Cuál? … ella ya se la sabe de memoria.
-Te falto contarle la parte en la que mokuba se fue al extranjero y se caso. Además, sabes que le encanta esa historia.- le beso el cuello.
-Ah…-gimió.- Seto… nuuu…. Zatsu todavía no está dormida….!ahhh!
-Lo sé, por eso estoy haciendo tiempo…- le dio un beso- … podemos darle a zatsu un hermanito mientras esperamos a que duerma…- la mano de Seto bajo hasta la parte baja del rubio.
-Tú sabes que así no se hacen los bebes- le respondió Joey dejándose acostar en la cama.
-Shhh… ella no tiene por que saberlo… kukuku
Se siguieron besando y acariciando. La puerta estaba cerrada con llave y todos en aquella casa dormían, pero la que tenia la sonrisa más grande entre sueños, era una pequeña niña al otro lado del corredor, que so;aba con la historia para dormir que le contaban sus papas todas las noches. La historia para dormir…
Su historia para dormir...
Fin.