Sé muy bien que esto no debería de ser así, sé bien que esto en verdad no debería de pasar; también se que todo desde un principio fue mi culpa al igual que todo lo que traerán las decisiones que tomaré. Pero lo lamento soy cobarde y aún ahora no puedo enfrentar tu mirada desaprobatoria.
Me duele el hecho de no poder verte y el dejar que mi mente me lastime llenándose de recuerdos... para nadie fue novedad el enterarse de que éramos una pareja, siempre estuviste a mi lado para hacerme ver las cosas que mi mente caprichosa negaba.
Para nadie fue novedad la noticia de que éramos pareja, siempre estuviste a mi lado mostrándome que no todo el mundo era oscuro; me diste una razón por la cual reír y me enseñaste a aprender de mis errores.
Por ti fui capaz de conocer lo que en verdadera el amor… tú fuiste el único que en verdad supo quién era yo.
Nunca dejaste que me rindiera y siempre saliste en mi defensa, a pesar de que muchas veces te lastimé por culpa de mi orgullo. Aún en aquellos momentos confiaste ciegamente en mí. Y sé que tú serías capaz de seguir perdonándome todos y cada uno de mis errores porque el amor que sientes por mí es demasiado grande y es algo que en verdad nunca merecí.
Estando a tu lado podía tocar el cielo, no necesitaba alas para poder volar pues me bastaba un beso tuyo. Con tenerte entre mis brazos y hacerte mío me bastaba para conocer el más bello de los paraísos.
Si algún vez mi mente venían dudas sobre lo nuestro me bastaba verte a los ojos y una sonrisa tuya para saber que mi amante perfecto eras tú.
Me enseñaste que si quería algo, debía luchar por ello así cómo tú luchaste para ganarte mi corazón.
En verdad creo que Dios debe amarme mucho para mandar al ser más hermoso, bueno y especial del mundo a ser mi ángel guardián. A través de la oscuridad tú eres mi luz, mi mundo es mejor con sólo saber que existes tú.
Pero un mortal cómo lo soy yo no puede estar con alguien tan puro o terminará contaminándolo; he cometido muchos errores y no voy a arrastrarte con ellos.
Es por eso que he decidido irme, sé que es lo mejor… por favor nunca pongas en duda el amor que tengo por ti porque en estos momentos es lo único que me mantiene cuerdo.
Son dos largos años, no seré un egoísta pidiéndote queme esperes…no; lo que yo quiero pedirte es que seas feliz.
Tú más que nadie en este mundo merece ser feliz y no seré yo un estorbo en ese camino.
Esta carta es mi despedida, aquí está todo lo que quiero decirte pero no me atrevo.
Cuando hayas terminado de leer esta carta yo ya estaré de camino al ejército
Estas son mis últimas palabras… Te amo mi ángel.
Estas palabras fueron ligeramente borradas por dos gruesas lágrimas, con manos temblorosas KangIn cerró la carta y la dejó junto al portarretrato que tenía una hermosa foto de él junto a LeeTeuk. Se fue de aquel apartamento con pesar llevándose cómo recuerdo aquella fotografía.
No fue capaz de comprender el daño que esa carta causaría no sólo al receptor sino también a sí mismo. Sólo sabía que desde ya su alama estaba condenada pues había cometido el peor de los pecados: Traer lágrimas a los ojos de un ángel.