¿Cuál crees que es la peor forma de despertar?
Squalo te puede decir muchas maneras, por experiencia propia.
Desde encontrarse a Belphegor apuntándole a la cara con un cuchillo como si de una diana se tratase, a Lussuria haciéndole toda clase de peinados.
Pero ese día fue sin duda el peor de todos. Xanxus decidió que las nueve de la mañana era una hora razonable para levantarse y entonces, incluso desde el exterior del edificio, se oyó el característico sonido del cristal rompiéndose en mil pedazos. Y también el característico "¡Vooii!" que Squalo solía pronunciar en estos casos.
Xanxus le había tirado un vaso lleno de whiskey a la cabeza, pues era una de las cosas que el moreno verdaderamente disfrutaba.
-Basura...Ya es hora de que despiertes, tienes trabajo que hacer.-dijo el jefe de Varia, mientras le sacaba de la cama tirándole del pelo.
-¡Vooooii! ¿¡Qué dices!? ¡Si me he acostado hace apenas tres horas por culpa de la estúpida misión que ayer me encargaste!-se quejó el peliplateado, retirándose algunos cristales que colgaban de su pelo.
Xanxus se marchó, no sin antes darle los detalles de la misión e insultarle un par de veces. Squalo gritó frustrado y se dirigió al baño dispuesto a tomar una ducha para despejarse y para quitarse el fuerte olor a alcohol de encima.
Cuando salió de la ducha se secó el pelo y bajó a la cocina. Apenas desayunó, tan solo un café y un par de galletas.
De repente, un gran grito le sobresaltó.
-¡¡AAAAH, JEFEEE!!.
¿El causante? Lussuria. Su voz era inconfundible. Squalo fue rápidamente a donde Lussuria se encontraba.
-¡¡Vooooi, Luss!! ¿¡Qué dem--- -Squalo se interrumpió a sí mismo cuando observó la situación con detenimiento. Dejando a parte el hecho de que Lussuria sin gafas lucía mucho peor de lo que imaginaba, su jefe se había convertido en un niño de poco más de seis años.
Pensó que probablemente había sido obra del bazooka de los 10 años, que como siempre andaría defectuoso.
Un fuerte tirón a su larga y blanca melena y una risita le devolvieron a la Tierra.
-¡Voooooooooooiiii! ¡Maldito niñato! ¿¡Qué crees que estas haciendo!?
-Basura, ¿quién es esta mujer?-preguntó Xanxus a Lussuria, quien no pudo evitar reírse. Squalo le fulminó con una mirada furiosa, y el guardián del Sol dejó de reirse.
El peliplateado alzó al pequeño Xanxus sin apenas esfuerzo y le miró fijamente a los ojos.
-Mocoso, soy un hombre...-dijo controlándose con el fin de no reventarle la cara de un golpe a su jefe, por que apreciaba lo suficiente su vida como para ser consciente de que los efectos del bazooka no durarían demasiado, y que su jefe lo mataría en cuanto volviese a la normalidad. O eso pensaba, por que los minutos pasaban y Xanxus seguía siendo un niño.
-¡Pues pareces una mujer con ese pelo!-dijo riendo.
-¡Cabrón, mi pelo es así de largo por que cuando crezcas me conocerás y te haré una promesa, seré tu subordinado!-respondió Squalo.
-¿Mi subordinado?-a Xanxus se le encendieron los ojos, como si esa palabra le hubiera dado una idea.-¿Entonces...harás todo lo que te pida?
Squalo le miró pensando que de la boca de un niño de seis años no podía salir nada perverso. Mal hecho, Squalo.
-Mmm...Supongo, ¿qué es lo que quieres, niñato?-dijo mirándole no demasiado confiado.
El niño se rió triunfante.
-¿Verdad que te teñirás el pelo de...?-dijo pensativo y riendo a carcajadas.- ¡De rosa!
En la sala se hizo el silencio, exceptuando la molesta risa de Xanxus. Lussuria hacía lo posible para aguantar la risa. Squalo miraba al pequeño jefe de Varia sin poder creer sus palabras.
-¡Maldito criajo de mierda! ¡No pienso teñirme el pelo de ese color, ni de coña!-gritó el peliplateado.
-Pero dijiste que harías todo lo que te pidiera ¿no es así?-sonrió triunfante Xanxus.
-¡HIJO DE----
-¡Shhhh! ¡Squalo, no pronuncies esas palabras con el niño delante!-dijo Lussuria, tomando a Xanxus en brazos.
Squalo gritó frustrado por segunda vez en el día. Pero al final accedió, prefería teñirse el pelo de rosa y llevar un gorro durante un mes que aguantar las quejas de su pequeño jefe. Lussuria estaba feliz a más no poder, podía hacer lo que quisiera con el pelo de Squalo, cosa que éste nunca le había permitido.
"Todo sea por que el jefe no la tome conmigo" Repetía Squalo para sus adentros mientras Lussuria dividía su pelo en mechones para teñirlos más fácilmente. Squalo miró al suelo durante todo el largo proceso, no quería ver como su precioso pelo blanco se volvía rosa. Todo menos eso.
-Squalo cariño, ¡ya he terminado!-dijo Lussuria tras unas horas, orgulloso de su trabajo. Squalo levantó la mirada, observando horrorizado cómo su pelo se había tornado rosa intenso. En momentos como ese, a Squalo le entraban unas ganas enormes de llorar, gritar y acabar con todo lo que se pusiera en su camino. Pero Squalo era un tipo duro, y los tipos duros no lloran. Por que ya era bastante patético verle con ese color de pelo, como para que encima rompiera a llorar.
Y en ese momento ¡pof! El efecto del bazooka desapareció y Xanxus volvió a la normalidad. Su cara en el momento que vio a Squalo con el pelo rosa era digna de inmortalizar. Una mueca de confusión que se tornó en una de las extrañas risas de Xanxus. Por que la risa de Xanxus era algo que podía significar muchas cosas, y tras unas buenas carcajadas no sabías lo que te podía pasar.
Podía perfectamente matarte de la manera más dolorosa posible o por el contrario podía estar de buen humor durante todo el día.
-¡¡Pfffaaaahahahahahaha!! ¡¿Qué coño le pasó a tu pelo, escoria?! ¡Hahaha!-rió el moreno, sentándose en una butaca para no perder el equilibrio.
-¡¡Fuiste tú, maldito!! ¡Ese estúpido bazooka te dio y te convertiste en un jodido mocoso de seis años que quiso teñirme el pelo de rosa!-replicó el -antes- peliplateado.-¡¡Eras un cabrón hasta de pequeño!!
Eso sólo le hizo reír más.
-¡Ahahaha, fuiste tú el idiota que se dejó!-rió Xanxus.
-¡Por que juré hacer todo lo que me pidieras, a veces me pregunto porqué demonios hice esa promesa! ¡A ti no te importa para nada!-gritó Squalo, esta vez algo dolido.
La sala se quedó en silencio, Lussuria decidió marcharse antes de que la situación se volviera aun peor. Xanxus volvió a su seria expresión de siempre, Squalo apartó la mirada para no encontrarse con ojos escarlata.
-...me voy.-dijo Squalo poniéndose la capucha del uniforme, intentando que su pelo no se viera demasiado.
-Basura, el color se irá en cuatro semanas.
Squalo no respondió, simplemente cerró la puerta dando un gran portazo. Xanxus se sirvió whiskey como hacía siempre que estaba de mal humor. Mientras disfrutaba de su sabor, pudo oír cómo Squalo había tenido la "suerte" de encontrarse con Bel por los pasillos, quien dejó de perseguir a Fran por que simplemente no podía parar de reir.
Entonces Xanxus pensó que quizás se había pasado con la "broma".
Decidió que iría a hablar con él más tarde.