Los días habían pasado, no había visto a Sakurada-san desde entonces…
Me encontraba abriendo mi local, entre y prepare todo para el primer cliente del dia, me senté un una silla y hojeaba un libro de física, pero, algo me interrumpió, la puerta anunciaba al primer cliente
-buenos días.-dije con una sonrisa que rápidamente fue cambiada a una forzada
-buenos días Yusuraga-san.-dijo la voz de Sakurada
-¿Qué haces aquí?-pregunte nervioso.
-vine a darte un trabajo mejor.-dijo mirándome seriamente.-serás mi estilista personal, si así lo quieres.-
-¿Por qué?-pregunte mientras volvía a mi lugar
-te pagare mucho más de lo que ganas aquí.-respondió con un tono de voz que me llamo la atención.- ¿entonces?-
Llamo a un tipo que se encontraba afuera vestido con traje negro y tenía un portafolio, después de ello saco unos papeles.
-es un contrato.-dijo mientras me lo daba, yo lo leía atento.-por un año y medio.-
“¡¿un año y medio con él?!”, me dije, me había sorprendido, la verdad…, no sabía que carajos me pasaba.
-un año y medio.-susurre.- ¿Sabes que es algo difícil de decidir?-
-lo sé.-respondió como si nada
-entonces…te responderé en una semana.-dije mirándolo
-5 días.-dijo tratando de negociar
-6…-dije mientras sonreía forzadamente
-3 días.-dijo con una sonrisa
“¡es un demonio!”
-está bien 3, te responderé en tres días… ¿contento?-dije fastidiado
-mucho.-respondió.-bien no vemos Yusuraga-san.-esto último susurrando a mi oído, me sonrojo y lo empuje
-ya, tienes trabajo adiós.-dije mientras lo empujaba a la salida, cerré la puerta y suspire
“demonios…, está loco ese tipo”
En tres días se vencía el plazo y yo tenía que decidir mi futuro… ¡¿Cómo dejan eso a un chico de 19 años?!
Decidí cerrar temprano, me fui a casa aun no había oscurecido, llegue y tome una soda de la nevera…, me dirigí a mi habitación y me senté en mi cama…
-tonto.-susurre…-¿Cómo pretendes que tome una decisión así en 3 días?-
Deje la lata en la mesa de noche y me recosté en mi cama, abrace mi almohada y hundí mi cabeza en ella…
-tonto.-dije de nuevo
Decidí no abrir los días del plazo, sabía que cumpliéndose los 3 días Sakurada iría a mi casa, lo cual me daba miedo, pero, tenía que decidirme ya.
Se cumplieron los tres días…, eras las 7:00am, tocaban el timbre con una insistencia brutal, me levante, con el cabello todo alborotado y los ojos rojos e hinchados, abrí la puerta…
-hola Yusuraga-san.-dijo, mientras me tallaba los ojos para ver bien
-ho…¡haaaaaa!, ¡tú!-dije sorprendido
-si yo, pero, no grites.-dijo tapándose el oído-¿puedo pasar?-
-si ya que.-dije algo resignado.- ¿quieres algo de beber?-pregunte mientras acomodaba mi cabello.
-ah…un café.-respondió y se sentó en el sofá
-vale.-me dirigí a la cocina y tome la jarra de la cafetera.-aquí
tienes.-dije mientras le daba una taza de café
-gracias.-dijo con una gran sonrisa
-¿y bien?-dije sentándome a su lado
-bueno ¿Qué decidiste?-pregunto mirándome
-¿sabes?-dije en tono de puchero.-tengo solo 19 años, es difícil tomar una decisión así.-
-lo sé, pero, esto podría cambiar tu vida.-me dijo mientras me tomaba la mano, yo me aleje.
-está bien… ¿de cuánto estamos hablando?-pregunte con interés
-mmm…10 mil dólares al mes…-respondió, mis ojos se abrieron de par en par…, haciendo cuentas ¡ganaría 120mil dólares al año!
-¡¿tanto?!-dije incrédulo
-je, no es mucho.-dijo sarcástico
-mmm…, está bien acepto.-dije con una sonrisa.-así podre ayudar a mis padres con la hipoteca de la casa.-dije feliz mientras firmaba el papel
-bien.-dijo recogiendo los papeles
-¿Cuándo empiezo?-pregunte con una sonrisa
-en una semana.-respondió serio
-demonio.-dije con aura molesta
-bien entonces hare lo planes de la mudanza.-dijo como si no hubiera escuchado mi comentario
-¿mudanza?-pregunte extrañado
-si.-dijo con una sonrisa.-con este contrato, estas destinado a estar las 24 horas del dia junto a mí, por un año y medio-
-las 24 horas del dia, por un año y medio…-susurre inconscientemente.- ¡¿Qué?!-
-serás mi diseñador de imagen.-dijo moviéndose el cabello
-demonio.-dije de nuevo
-no vemos Yusuraga-san.-dijo mientras tomaba sus cosas y salía de la casa.
“maldito hijo de perra”, pensé, me iba a tener de esclavo todo el dia, oh esperen… ¿adónde me mudare?
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Pasaron dos días después de ello, fui a mi estética y tome todas mis cosas, hable con quien me rentaba el local, explicándole mi historia tan difícil de creer, le page el último mes y me fui a mi casa con 4 cajas de material.
-ese tonto.-dije tirándolas al sofá.-dios…, estoy cansado y tengo que empacar.-dije con aura deprimente.-bien, hagámoslo.-
Subí a mi habitación, tome una de mi maletas y empaque mis ropas, me puse una playera negra y unos pantalones holgados, arregle un poco mi cabello y sali de compras.
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La semana se había cumplido, tocaron a mi puerta.
-hola.-dijo Sakurada
-tu.-dije
-eso se hace costumbre tengo un nombre.-dijo en tono de broma
-tonto, ¿oye adonde me mudare?-pregunte mirándolo
-a mi casa.-dijo con una sonrisa
-¡¿a tu casa?!-dije sorprendido
-te dije que las 24 horas del dia, todos los días ¿no?-dijo mirándome de reojo.
-pero, no creí que viviría contigo.-dije haciendo un puchero
-bueno la vida en mi casa, no será gratis.-dijo serio.-me ayudaras a pagar, luz, agua, gas, mantenimiento, etc.-
“no había duda era un maldito”
-¿y cuanto me gastare en eso?-pregunte con tristeza
-mmm…, veamos si te pago 10 mil dólares…, la mitad.-dijo mirándome con una sonrisa
-puff, maldito.-susurre
-¿nos vamos?-dijo tomando mi maleta.
-si.-
Salimos de mi casa, ya no viviría allí, me sentía nostálgico…, pero, ya había decidido mi futuro, junto Sakurada.
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