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porfin de vacaciones.... por lirie_sama

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Capítulo 1: Después del castigo, la fiesta¡¡¡

 Era una calurosa mañana de verano, en una cueva a las afueras de las grandes naciones, dentro de esa cueva, se encontraban nueve personas con los atuendos de la más buscada organización de criminales de la historia.

Todos estaban muertos de calor, era insoportable. Pero no todos estaban a sí, no dos de ellos se encontraban sentados en el salón de estar, sentados en el sofá, bueno, “sentados”, uno sentado encima del otro. Viendo una película, mientras disfrutaban del aire acondicionado y de las dulces pero picantes caricias, que el de abajo le proporcionaba al de arriba.

El más mayor de los dos, era un azabache de cabello largo hasta un poco más debajo de los hombros, piel pálida, unos ojos rojos y debajo de ellos unas ojeras, seguramente causadas por la falta de horas de sueño, planeando estrategias de pelea y practicando técnicas devastadoras. De  cuerpo escultural, tapado por una camiseta de licra negra de cuello alto y sin mangas junto con unos pantalones negros ligeramente holgados y finalmente las típicas sandalias ninja. Aparentaba tener 20 o 30 y pocos años de edad. Aunque en realidad era mucho, muchísimo más mayor.

 
Madara Uchiha, ese era su nombre. Este estaba proporcionando delicadas pero estimulantes caricias, al cuerpo, sentado entre sus piernas.

Acariciaba, los cabellos negros como las plumas de los cuervos, largos y encerrados por una coleta, que coquetamente dejaba escapar unos cuantos pelos por la cara de su dueño, siendo resaltados aún más por la pie pálida como la porcelana, de ojos escarlatas como la sangre fresca, enmarcados por unas largas, finas e onduladas pestañas, debajo de ellos, dos ojeras no sabiendo si son causadas por las faltas de sueño o por herencia genética, cuerpo echo en toda su proporción por las manos de los dioses más habilidosos del Edén.

Llevaba puesta una camiseta negra de manga corta y un poco holgada, pantalones negros con cinturón blanco y algo apretado a sus largas y esbeltas piernas, su calzado, las zapatillas ninja.

Itachi Uchiha, asesino del clan Uchiha a sus pocos 13 años. Este estaba siendo, acariciado por su sensei y porque no decirlo… amante.


Los dos estaban compartiendo un momento, intimo entre ellos, disfrutando de la compañía mutua.

 El mayor acariciaba, cabello, cuello, hombros, torso, caderas, todo, todo lo que se encontrara por su paso era minuciosamente masajeado, por sus manos, el menor solo disfrutaba de esas caricias le encantaban esos momentos, aunque aún se le hacía extraño, ya que no estaba acostumbrado a esas muestras de cariño, el las aceptaba gustoso.

-Ita-chan, que te parece, si quitamos la película y “jugamos” un rato?- le pregunto Madara, empezando a repartir pequeños besos por el cuello de Itachi, esa pequeñas caricias que estaba dando, no eran suficiente para él,  el loquería todo de su pequeño alumno, bueno… Koy.

-Tengo ganas de saber cómo acaba la película, además, aun no me he acabado el pastelillo de chocolate- le contesto Itachi, girándose sobre el sitio en donde estaba sentado, paso sus piernas por las caderas del mayor, y sus brazos, por el níveo cuello de este, haciendo que sus miembros estuvieran prácticamente rozándose, y sus ojos se miraran fijamente

.
-Dime, sensei, podrías aguantar un momento…- le susurro incitantemente sobre los labios Itachi a Madara, este último, no podía contenerse más ese alentó sobre sus labios, tan cerca pero aun sin poder tocarse, al igual que sus miembros. Asique alargo una de sus manos a la cadera del menor y la otra a la nuca de este, y acerco sus labios a los de su koy, fundiendo sus bocas en un demandante beso.

 Luego de varios segundos unidos, la lengua del mayor lamia los labios del menor, y sus dientes mordían sensualmente el labio inferior, pidiéndole permiso, para que abriera su boca y pudiera colar su lengua en esa adictiva cavidad. Y el permiso fue concedido, dando paso a una lucha de lenguas, donde no se savia bien cuál de las dos seria ganadora.
El beso termino y se separaron para recuperar el oxígeno perdido, dando grandes bocanadas.


-Hm… no que querías terminar de ver la película- le hablo Madara a su pupilo burlonamente, este último se encontraba pasando sus manos inquietas por el cuerpo de su sensei, llevándolas al comienzo de la camiseta para quitársela.


-Que le den a la película- le contesto quitándole de un golpe la camiseta y empezando a repartir besos y mordidas por el pecho del hombre mayor que él. A este le encantaba que Itachi tomara la iniciativa, siempre que lo hacia una frase le venía a la cabeza “mi pupilo es un gatito salvaje”, se dejaba hacer, no es que le gustara que el Uke le dominara, sino porque siempre que lo hacía, le excitaba de gran manera ver la imagen de Itachi, auto penetrándose, cabalgando sobre su miembro, gimiendo de puro gozo y a la vez de dolor, además sabia de sobra que su pequeño, era una fiera en la cama, siempre le pedía que le diera más fuerte, y profundo, y el encantado lo hacía, pero claro, después de eso, en las otras rondas él era el que dominaba la situación.
Pero tuvo que dejar de pensar porque su pequeña “fierecilla” se había bajado de encima de él y ahora estaba procediendo a abrirle el cierre del pantalón, sabía muy bien lo que iba a pasar ahora

.
-Ne, sensei, la tienes tan dura ya… me lo puedo comer?- le preguntó Itachi sensualmente, con el miembro de su sensei, en la mano haciéndole un movimiento lento de arriba, abajo.

-Ah…mph…Ita-chan, no me agás rogarte que sabes que después te castigare…Ah ¡- dios que bien se sentía esa dulce boca, lo disfrutaba de gran manera, pero luego se lo cobraría, si lo castigaría muy rudamente.
Grandes minutos, de gloria, placer y gemidos. Madara estaba a punto de correrse asique llevo su mano a la cabeza de Itachi, enterró sus largos dedos entre las largas hebras azabaches, y empezaba a marcar el ritmo en el que quería que siguiera.


-Mh… ha… Ita-chan, tu boquita me está volviendo loco…ah- lo notaba ya mismo explotaría.
Pero, hay una frase que dice, “todo lo bueno acaba pronto”, y esa situación no iba a ser indiferente.
La puerta se abrió estrepitosamente, dando paso a 7 personas todas ellas con las capas de akatsuki. En cuanto vieron la escena que tenían delante de ellos se quedaron paralizados.

-Pero… pero… pervertidos se puede saber que cojones hacéis ateos del demonio ¡- grito Hidan, el religioso de la organización.

-Ah… Kami-sama  porque no llamáis a la maldita puerta ¡- grito el pobre Itachi rojo de vergüenza, dejando de hacer lo que estaba haciendo y separándose de Madara. Este último se podría decir que enfadado, era poca expresión para explicar cómo se sentía en ese momento.


-Es que sois imbéciles o que ¡Estaba a punto de correrme, y vais vosotros y me cortáis el rollo, es que acaso queréis que os mate ¡- como se atrevían, (hay que decir que ya se había guardado el miembro de nuevo) a dejarlo con las ganas.

 
-Pero que dices, este sitio es de todos, podemos entrar y salir cuando queramos, soy vosotros dos los que os tendríais que cortar un poco a la hora de hacer vuestras cosas ¡- le grito Konan, con la cara bastante sonrojada. Aunque hay que decir que no apartaba la mirada.


-y se puede saber quién ha sido el que ha encendido el aire acondicionado ¡Esa cosa gasta mucha energía, y la energía es dinero ¡- a Kakuzu le importaba poco lo que hicieran esos dos, como si se lo montaban encima de la mesa del comedor, mientras él estaba comiendo en ella, pero no podía permitir que gastaran dinero, SU dinero.


-No sé si os lo tengo que recordar pero vosotros estáis castigados, por haber usado a mi Ita-chan, por vuestro beneficio, acaso ya habéis acabado de limpiar la guarida, regar las plantas, hacer las camas, fregar los platos, hacer la compra. Etc…- dijo Madara haciendo énfasis en la palabra “castigados”.

Y es que era verdad, después de que les digiera que solo ellos dos tendrían vacaciones, le conto que no solo no irían de vacaciones si no que harían todos los encargos que él les diera durante un tiempo indefinido.


-Ya, pero una cosa es eso, y otra cosa es que vosotros dos os lo estéis montando en medio del salón, un- Deidara, estaba totalmente rojo.


-Bueno y cambiando de tema, que cojones queréis, por si no lo veis estábamos ocupados- le aclaró Madara volviendo a coger a Itachi, y dejándolo sentado otra vez  encima de sus piernas.
-Veras, después de mucho meditarlo y pensando en los pros y los contras. Se nos ha ocurrido una idea.- dijo Kisame, mirando como su compañero de equipo seguía sonrojado.
-Y qué IDEA habéis tenido?- les pregunto Madara, mientras volvía a dirigir sus manos al cuerpo de su azabache.
-Hemos decidido, en que… podríamos ir de vacaciones a un balneario que está cerca de la playa.- soltó como si nada Sasori.
-Y que os hace pensar que vosotros iréis?- pregunto Madara alzando una ceja.

-Déjanos ir por favor ¡cuando volvamos seguiremos haciendo las tareas de nuestro castigo, además ese balneario es “especial”.- dijo Pein haciendo más notoria la palabra “especial”. Dejando a Madara intrigado.
Madara dejo a Itachi sentado en el sofá, se acero a Pein y le dijo que le acompañara. Todos se lo quedaron mirando, luego miraron a Itachi y este estaba tranquilamente acabando de comerse el pastel de chocolate que había dejado en la mesa.


Se sentaron en la sillas i en el sofá, al rato aparecieron Pein y Madara, los dos con una notoria sonrisa en los labios, aunque Madara tenía un sonrisa un poco… lasciva, lujuriosa… no se podía distinguir bien.


-Chicos, haced las maletas nos vamos al balneario, “*Le miracle de la Papillion*” – dijo Madara
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¿Cuál será la reacción de todos?

¿Les gusto la continuación de “Queremos vacaciones”?

¿Querrán lemon más hard en los próximos capítulos?

En el próximo capítulo de Las vacaciones de Akatsuki, lo sabremos…


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