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The Black Parade por maiikaulitz

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Notas del fanfic:

Espero que les guste, por ahora no ha pasado nada interesante, pero ya verán que es una trama excelente...

gracias por leer :D

Notas del capitulo:

espero que les guste, puede ser un poco shoqueante al principio, pero es algo romantico, 100% cielxsebastian

 

The Black Parade

 

Capítulo 1: Memorias

 

Abrió sus orbes azules súbitamente. Miró a su alrededor, su respiración era irregular y provocaba que su pecho subiera y bajara constantemente para llenar de aire sus pulmones. La única luz en la habitación provenía de la lámpara con forma de estrella sobre el respaldo de su cama. De inmediato, como si se hubiera estado reprimiendo por una eternidad las lágrimas hicieron aparición en su rostro cansado y sus ahora hinchados ojos rojos. Su cuello ardía como si una gota de lava ardiente le hubiera caído en la zona y por alguna extraña razón los latidos de su joven corazón llevaban un ritmo acelerado.

 

-Papi...-Alcanzó a susurrar en la soledad de su alcoba. Casi como un milagro e impulsado por el sonido de su llanto el aludido acudió a su llamado encendiendo la luz al entrar en el recinto. Lo primero que Vincent pudo divisar al cruzar la puerta, fue el rostro de su pequeño angelito. Sus mejillas albinas estaban bañadas en lágrimas saladas que no paraban de salir, cual corrientes de agua, de los ojos azules del niño. Hizo una mueca de disgusto y se acercó rápidamente hasta la cama. Tomó al pequeño Ciel entre sus brazos y acomodó un mechón de pelo que caía sobre su frente detrás de su oreja.

 

-Ciel, ¿Por qué estas llorando?-Preguntó el padre al infante, recibiendo como única respuesta un fuerte abrazo por parte de su hijo, quien ocultó su angustiado rostro en el pecho del adulto.-¿Qué pasó mi amor?-Insistió con un tono suavisado en la voz que sirvió para tranquilizar un poco la mente del más joven. Ciel se separó unos centímetros del cuerpo de su padre y mirándolo directamente a los ojos respondió:

 

-Tuve, una pesadilla...Horrible-Respondió el menor. Sus labios temblaban incansablemente como si tuviera frío o algo por el estilo. Cerró los ojos un segundo y volvió a su relato después de fregarlos un poco, presa del cansancio y el terror.

 

-¿Con que soñaste?-Preguntó el mayor mientras el primogénito se pegaba más al cuerpo de su padre mirando el resto de la habitación como si alguna creatura o fuerza extraña estuviera observándolo.

 

-Con la muerte-Respondió con vos temblorosa el menor mientras fruncía el ceño. Por su parte el Phantomhive mayor quedó de piedra. No podía creer que un chico de tan solo 10 años pudiera pensar, ni mucho menos soñar con temas de tal magnitud como la muerte.

 

-¿Tienes miedo?-El mayor sabía que la respuesta del niño era obvia pero de todas formas sentía cierta curiosidad por el contenido de esta.

 

-Tengo miedo...No quiero morirme-El adulto elevó una ceja y dejó escapar de entre sus labios una leve carcajada. Le despeinó los cabellos a su hijo cariñosamente, ganándose una sonrisa por parte de este.

 

-Ciel, el morir no es algo a lo que debas temerle-La confución era palpable en el rostro del infante por lo que Vincent optó por explicar sus ideas antes de que esa mente curiosa lo atacara con preguntas.-Es decir, yo tengo una pequeña creencia sobre el tema...-El menor abrió sus hermosos ojos más que antes e interrumpiendo las palabras de su padre se atrevió a pronunciar la esperada pregunta.

-¿Qué creencia?-El mayor ensanchó su sonrisa complacido. Sabía perfectamente que esa interrogante iba a ser expresada. Claro, no podía esperar a responderla.

 

-Bueno, yo siempre he creído fielmente que, la muerte llega a las personas en la forma de su más poderoso recuerdo...-La curiosidad en el rostro pueril de Ciel era única. Por supuesto, no había entendido una sola palabra pronunciada por su padre.

 

-No entiendo-Dijo finalmente mientras se recostaba en su almohada y repetía en su mente las palabras previamente dichas por su progenitor.

 

-Me imaginé...-El niño le sacó la lengua burlándose de su padre con las mejillas sonrojadas. No le gustaba cuando no entendía las cosas. Lo frustraba y le daba ganas de preguntar hasta saciar su sed de conocimiento, como todo niño.-...Quiero decir que cuando te mueras, va a ser muy bonito, porque vas a volver a vivir ese recuerdo tan poderoso de tu vida.-El menor entrecerró los ojos, lo que su padre no sabía a ciencia ciera era si era a causa del sueño o de que no había entendido su explicación.-¿Entiendes?-Preguntó Vincent a tiempo que el menor asentía levemente.

 

-Sí, entiendo...-Dijo el menor todavía no muy convencido de las palabras de su padre. Lo miró por el rabillo del ojo mientras se abrazaba fuertemente a su peluche de oso por debajo de las sávanas.-Entonces, ¿La muerte es algo bueno?-Volvió a preguntar el más joven a tiempo que el padre volvía a sonreír tiernamente.

 

-No es algo a lo que le debas temer, en algún momento te va a llegar y va a estar bien por qué así es la naturaleza-El niño asintió con la cabeza mientras intentaba reprimir un largo bostezo.

 

-Esta bien, hasta mañana-Terminó por decir mientras cerraba suavemente sus ojos azules, cayéndo lentamente en los brazos del Morfeo.

 

-Hasta mañana-Respondió el adulto mientras besaba suavemente la frente de su hijo. Se acercó a la ventana y la cerró rápidamente. Una fuerte ráfaga de un frío helado surcó todo su cuerpo. Le restó importancia y volvió a su habitación dispuesto a imitar a Ciel.

 

 

Dos semanas habían pasado desde aquella curiosa noche. Ciel notaba en su cuerpo que desde ese día ya no era el mismo. Se cansaba rápidamente por las noches, incluso había días que se dormía antes de la hora de la cena. Sentía su cuerpo flácido y débil, como si la simple acción de levantar una jarra de jugo fuera toda una proeza. Su piel se había tornado de un tono más pálido y por las noches solía levantar fiebre en temperaturas muy altas.

Por más que su padre se molestara en llevarlo al médico todos los días no obtenía ninguna respuesta. Le hacían exámenes de sangre, tomografías, radiografías y cualquier otra prueba que los médicos conociesen pero ningúna de ellas los llevaba a ningún lado.

 

Ningún médico le había dado un diagnóstico firme que pudiera presentar un tratamiento estable, simplemente estaban contrarrestrando los síntomas.

 

La frustración de Vincent crecía con el correr de los días. No podía creer que ningún médico en el mundo pudiera darle una respuesta sobre el pesar de su primogénito.

 

Los síntomas se agravaban con el pasar de los días, pero nada parecía poder curar a Ciel.

 

Llegó el día que ni siquiera pudo levantarse de la cama. Vincent ya no iba a trabajar, lo único que quería hacer era velar por la salud de su hijo, disfrutar de sus últimos momentos juntos, porque todo parecía indicar que la muerte rondaba la joven vida de 10 años de su único hijo, Ciel Phantomhive.

 

Finalmente 3 meses después la vida del de ojos azules estaba en su fin. No podía levantarse de la cama, no podía comer ni ir al baño por sí mismo, sus extremidades estaban entumecidas. Su ojos no le permitían ver mucho y sus labios resecos junto con su piel escamosa le daban el aspecto de un muerto en vida.

 

El Phantomhive mayor no sabía que hacer. Hace días no dormía por cuidar del menor, pero nada parecía funcionar, sus esfuerzos eran nulos. Nada de lo que hacía ayudaba al menor a recuperar su vida.

 

Justo cuando estaba a punto de cerrar sus ojos para jamás volver a abrirlos, todo se detuvo. La fiebre bajó súvitamente, el color rosado de siempre volvió a sus curvas mejillas. Su piel recuperó su elasticidad.

Era un milagro, no tenía explicación.

 

Había salido en los periódicos, noticieros, revistas. El niño que sobrevivió. El niño que le ganó la pulseada a la muerte.

 

Claro.

 

Porque nadie sabía el infierno que le esperaba al pobre Ciel Phantomhive.

Notas finales:

Reviewwwwwwwsssssssssss pliiis para poder continuar :D


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