Love of my life.
Hace años que eso había pasado… y yo seguía tan deprimido como siempre.
Me la pasaba en casa, sin hacer nada, más que el internet, salía de vez en cuando, trabajaba desde casa, el jefe de la empresa era amigo mío y supo de lo que me ocurrió.
Hace tres años…
Mis amigos de la universidad, salimos un día, todo estaba nublado, eran épocas de lluvias, unas demasiado intensas. En ese entonces, yo tenía el cabello largo, pasando los hombros y era de color castaño claro, lacio, mi ojos estaban “llenos de vida” según me describen, esos ojos marrones ya estaban más que muertos cuando me enamore de él…el chico que nunca se fijaría en mí, el que solo podía verme como su hermano pequeño (aunque no lo fuéramos).
Mi nombre es Basem, nombre raro para ser inglés, pero es que en realidad yo no lo era…. Mi familia había emigrado de Líbano cuando yo aún era un pequeño, crecí y me crie como inglés, irónicamente mi nombre significa “sonriente” a veces me enfada, creo que con ese nombre, se burlan de mí, de mi tristeza.
Conocí a Felix, el chico del cual estaba enamorado, era un chico de cabello rubio y ojos claros, a simple vista a mí me resulto hermoso, pues no era como los libaneses, el brillaba literalmente. Cuando lo conocí, yo tenía 4 años, apenas sabia el idioma, él era más grande me superaba por 2 años y además de todo era alto a comparación mía.
El, me enseño varias cosas, entre ellas a escribir, jugaba conmigo, éramos muy unidos, nos la pasábamos el día juntos, hasta que comencé a ir al colegio, el venía a verme cada que podía y yo siempre ocupado…todo el día.
Cuando supe que me quedaría en la universidad en la que el iba, me alegre mucho, fui a decírselo y a el pareció agradarle la idea.
Pero hace tres años que sucedió, me culpo por ello…por todo lo que ocurrió.
Salimos de la universidad, como decía, estaba nublado y había llovido intensamente, ese día, saldríamos a comer todos, incluso el Felix, subimos a su auto era si no mal recuerdo negro y nos dirigimos a un restaurant.
El caos en el auto era horrible, Felix apenas y podía concentrarse en manejar adecuadamente, yo siempre me ponía el cinturón de seguridad, Felix siempre lo olvidaba y yo siempre le recordaba, esta vez…lo olvide.
-¡chicos! Por favor ya compórtense.-dije algo molesto.
-déjalos Basem, hace mucho que la universidad no nos deja tiempo para divertirnos.-comento Felix, no podía discutir con él, solo asentí y volví a mi mirada al camino.
A lado de nosotros iba un auto plata, con dos chicas dentro, no las recuerdo bien, solo escuche que ellos las llamaban, y Felix estaba completamente distraído, para cuando voltee vi a un gran camión venir hacia nosotros, tome el volante en un impulso y salimos de la carretera, el auto se volcó, yo perdí el conocimiento.
Según los doctores, desperté una semana después, había sufrido un golpe muy grave en la cabeza, que me había dejado en una especie de coma.
Recuerdo que lo único que dije al despertar fue su nombre, quería saber si él estaba bien, que le había pasado y podía ir a verlo, el doctor que estaba en la habitación solo bajo la cabeza y se tocó la frente.
-lo siento…-comento.-2 de tus amigos están graves, Edgar y Gabriel me parece…en cuanto al otro chico…el murió en el accidente.-
Me quede helado, no podía ser cierto, no quería creer que el ya no estuviera aquí, me altere demasiado, tanto que me suministraron calmantes, otra vez me quede dormido, para cuando desperté mis padres estaban ahí, en la habitación, mi madre lloraba desconsolada.
-¿Qué pasa madre?-pregunte, ella me miro y fue a mi lado, las lágrimas caían de sus oscuros ojos y se encontraban con las arrugas de su rostro.
-hijo…Felix murió.-comento, ya lo sabía, dolía mucho…no quería que siguieran diciéndome algo así.
-me lo dijo el doctor.-comente.
-hijo hay otra noticia.-
Me quede en esperas de que mi madre me dijera cual era la otra noticia, pero no la obtuve salió de la habitación dejándome con mi padre, él ya era un señor mayor, sus canas lo hacían ver muy viejo, me miro y suspiro.
-hijo…no…ya no podrás caminar.-dijo con una voz que se quebró al final…no sabía cómo reaccionar…no podría caminar, no podría hacer nada, estaría postrado en una silla de por vida, quería acompañarlo ahora, debí a ver muerto yo y no el.
Pasaron 3 años, yo sigo postrado en esta silla, no hay posibilidades de que camine de nuevo…soy tan inútil y tan cobarde, porque por más que lo ame, no tengo el valor de acompañarlo.
Fui a su tumba cuando me dieron de alta, llevaba un ramo de rosas blancas, en su lápida estaba su nombre y unas palabras.
“un gran hombre que se fue pronto”
Un par de lágrimas cayeron de mis ojos, rápidamente las limpie.
-hay algo que nunca pude decirte.-comente, deje las flores.-tus eres…el amor de mi vida.-
Mire al cielo, quería que de alguna manera, esas palabras llegaran hasta donde él estaba, quería que supiera…que yo lo ame como nadie, aunque ya fueran tarde, solo quería eso.