Capítulo 1:Un memorable comienzo.
Un rubio corría para escapar de la estúpida lluvia que había llegado, cuando doblo en la esquina choco contra un chico encapuchado, Naruto, el rubio, lo ayudo a levantarse sin verlo.
-Lo siento, discúlpame- y siguió su recorrido, el otro chico sin ni más ni menos lo miro irse y sonrió.
-Que sexi es- pensó con tono lujurioso.
En Tokio, Japón, había una universidad en la cual solo asistían los mejores alumnos de todo el mundo; los cuales serian la esperanza de un nuevo mañana, que se desmoronaba en la crisis económica mundial.
Desgraciadamente como en todos lados; como hace mucho tiempo, el racismo, los prejuicios y la desigualdad en la sociedad, aun creaba acto de presencia, y en esta universidad no era la excepción.
Naruto un chico de cabello rubio alborotado, bronceado, de ojos de zafiro, unas marcas en sus mejillas que hacían alusión a unos bigotes, de baja estatura y cuerpo delgado, sufría de discriminación por su físico; se arreglaba para asistir a la universidad, se colocaba ropa que hacia algo notoria su condición física, este se dio cuenta de eso y miro con tristeza su físico. En eso entro a su habitación una señora de cabello pelirrojo y ojos verde claro.
-Hey Naruto, hijo, me voy otra vez, espero volver en 2 semanas- menciono la señora con preocupación al ver a su hijo en ese estado, Naruto al ver a su madre preocupada dibujo en su rostro una sonrisa falsa y la miro.
-Ahora a donde te diriges?- pregunto tratando de que eso se escuchara que se interesaba en saberlo.
-Voy a Hawái- se acerco a su hijo, tomo su rostro y le dio un beso en la frente-nos vemos, te cuidas-y salió de la habitación. Naruto la vio irse en un automóvil desde su ventana. Se quedo ensimismado por un momento y giro su cabeza hacia un reloj que había en su buro.
-A las 6:37… QUE? LAS 6:37? DIABLOS SE ME HIZO TARDE OTRA VEZ!-tomo su mochila y bajo las escaleras rapidísimo-si llego tarde, después de las 7:05, Sai-sempai me va a volver a molestar-salió algo apresurado en dirección a su universidad. Corrió lo más rápido que le permitieron sus piernas y por fin llego a su escuela, se detuvo para mirar a ambos lados y entro lo más rápido que pudo a los casilleros, comenzó a sacar los cuadernos y utensilios que utilizaría en las clases; pero fue demasiado tarde pues detrás de él se detuvo un chico de tez pálida (muy pálida), alto y algo musculoso, cabello negro como sus ojos, obviamente era Sai.
-¿Qué tal Naruto-kun?- decía cínicamente mientras lo tomaba por la cintura, a lo que Naruto trataba de zafarse-anda permite que te robe tu primer beso?- Naruto luchaba como gato para poder escapar, pero fue en vano, pues Sai lo tomo con más fuerza- llora, grita, haz lo que quieras, pero no pienso soltarte- sin previo aviso el rubio dejo salir una pequeña lagrima. Sai comenzaba a acercar su rostro al del suave de Naruto.
-Ok, jovencito ya es hora de que deje de molestar al chico de menor grado que usted, o si prefiere me veré en la obligación de llevarlo a la dirección- el pelinegro no tuvo otra opción y se marcho, no sin antes susurrarle algo al oído a Naruto:
-Esto no se quedara así- lo miro penetrantemente-aun no empieza la parte buena de todo esto- coloco una sonrisa macabra en su rostro y se marcho. El rubio suspiro alivianado y miro a su salvador, era el profesor de historia; Iruka-sensei, el era de piel morena, cabello castaño, ojos del mismo color y una gran cicatriz en el rostro, de mejilla a mejilla.
-Gracias, Iruka-sensei- y corrió a su siguiente clase. Por suerte aun no había llegado el profesor de la asignatura de matemáticas: Kakashi-sensei; un profesor que llegaba siempre tarde y disculpándose con excusas que ni siquiera él se creía. Tomo asiento y observo por la ventana, todo iba bien hasta que en un árbol que daba a esa ventana, un chico de cabello negro lo miro y le enseño un cartel que decía: Naruto tú me gustas mucho. Atentamente: Sasuke. Naruto no se la creía y se levanto rápidamente, pero por no fijarse resbalo con una pelotita y cayo, desmayándose del golpe.