Como catalizar la Piedra roja…
(Adaptación de cuento de Giovanni Bocaccio)
Aconteciéndose en la cuidad de Rizenbul, en Amestris, hace mucho tiempo un hombre ilustre y de gran prestigio vivió, que de entre sus dos hijos, contaba con un bello joven de gentil corazón, y su nombre era Alphonse, este desconociendo el Arte de la Alquimia, había oído de muchos, las grandezas y descubrimientos que esta ciencia podría proporcionar, preguntando una vez a uno de los nombrados alquimistas estatales, de que forma y menos esfuerzo, podría comprender los misterios de la ciencia de la Alquimia. Dándole este como respuesta que quienes mas sabían de este noble arte, eran aquellos que huían del bullicio de la cuidad y se practicaba su misterios en el cobijo del desierto a medio camino de Xing. Aquel joven que de noble corazón era y de edad de catorce años, no por indiscutible vocación si no por inocente impulso, sin decir nada a nadie, al día siguiente partió hacia el desierto, a cobijo de la noche se encamino. No con fácil camino, siguiendo sus deseos, después de largo andar llegose a ver una desolada casita, acercose a ella, fuera a un ilustre varón encontró, quien sorprendido de verle ahí le pregunto lo que andaba buscando. El cual el joven repuso que oyendo de las virtudes de la alquimia, quería llegar a sus conocimientos y quien pudiera en su magnifico arte enseñarle. El honrado varón que después de mucho meses solo había estado, y contemplando la belleza intrínseca que el joven poseía, con miedo de verse, desviado de su dedicado estudio alabo la vocación del chico y, dandodel de comer algunas frutas secas, hierbas y agua de beber, le contó:
- amable muchacho, no lejos de aquí, vive un maestro en la instrucción que buscas es mucho mejor que no, a el has de ir.
Y le enseño el camino, y Alphonse asi camino, y llegando a la segunda casa las misma palabras recibió, teniendo así que continuar su camino hasta unas cueva donde un joven y dedicado Alquimista de nombre Roy vivía, y de igual manera hizo la petición a este. A su vez segurísimo de la dedicación a su obra, no rechazándolo como otros habían hecho, en su cueva lo retuvo, y llegada la nuche, una cómoda cama le hizo, con hojas de palma y paja seca, y sobre ella lo invito a descansar. No tardo la noche en caer, cuando las indiscutibles convicciones del dedicado alquimista, empezaron de poco a menguar, habiendo estado en tal soledad y ahora verse acompañado por tan bello y delicado joven, a las tentaciones cayo, mas cuidándose de no atemorizar a este poniendo en duda su arduo estudio, de forma cautelosa e inteligente busco conseguir lo que del joven quería.
Buscando primero con pequeñas preguntas, que a ningún hombre, mujer o deseo de carne conocida se entero, y tan simple como pueril era que, por manera de su deseo de conocer la alquimia, a su voluntad lo traería. Y si con elaborado discurso, contó a este que la mas grande fuerza de la alquimia, la piedra filosofal o roja era, mas su naturaleza indomable que catalizar necesitara. El joven Alphonse pregunto como se lograba aquello a lo que Roy dijo:
- pronto lo sabrás, y para ello lo mismo que yo has de hacer
Despojándose así de sus ropas, el joven hizo lo mismo, desnudos así sentándose en su mullida cama el joven lo siguió, y teniéndolo así de frente el deseo del mayor creció, quien contemplando la belleza del pueril joven sus en deseos se inflamo, Alphonse sorprendido exclamo:
- Maestro que aquello rojo de lo que entre las piernas ambos tenemos te sale?
- OH mi discípulo – dijo Roy - es la piedra filosofal de la que te he hablado, como puedes ver, descontrolada e inestable esta que apenas puedo contenerla
Entonces el más joven dijo:
- vaya suerte que la mía no esta así, y no debo preocuparte- exclamo
Roy exclamo
- dices bien mi querido joven, pero hay algo que posees con lo que puedes ayudar que pueda contener a esta piedra
- ¿Qué es? - Pregunto Alphonse
- tienes el catalizador – exclamo Roy – y he aquí que has llegado a este páramo olvidado con el fin de poder ayudarme mantener a esta difícil materia sin que daño a nadie pueda hacer y si tu aun deseas ser un renombrado alquimista lograras grandes avances al ayudarme a la piedra filosofal catalizar
- Oh maestro puesto que yo puedo ayudarle, haga lo que necesitáis – exclamo con buena fe el joven muchacho
- ilustres seas mi querido discípulo, así pues, hay que catalizar este objeto y pueda estar tranquilo al fin – dijo Roy
Así el maestro, enséñanosle a su alumno cual era la posición que debía seguir para por fin catalizar la piedra filosofal. Alphonse, que nunca antes había catalizado ninguna piedra roja, sintió gran dolor al empezar la operación y así a su maestro exclamo
- oh! Mi querido maestro, que difícil disciplina es catalizar a la piedra que aun en el lugar justo duele lograr el cometido
- querido Alphonse, no será siempre así – contesto
Y así lograr que aquello que molestara al discípulo sucediese seis veces catalizaron la piedra antes de que esta pusiera al dia estar tranquilo, mas un problema en la tercera hubo cuando de forma sorpresiva del discípulo una piedra de la misma materia salio, asustado por el resultado, estuvo el joven, mas con tranquila disposición su maestro exclamo.
-tranquilo mi pequeño que por suerte la tuya joven y mas controlada es – dijo el maestro tomando entre su mano a aquel terrorífico objeto - no es necesario catalizarla con el mismo método que la mía, que ya mas grande es, solo de mi mano y ágiles movimientos la hemos de calmar
Mas sin embargo aquellas piedras necesitaban ser catalizadas, que el discípulo con autentica dedicación siempre ayudo, llegando así a que el calmar a la piedra le gustara y a su maestro exclamo
- bien dicen que la disciplina de la alquimia es un oficio que aunque difícil lleno de alegrías y grandes descubrimientos, no veo en esta ciencia mejor enseñanza que catalizar la piedra y aquel que no lo hace es solo alguien de poca inteligencia.
Y así pues de evitar eso, a su maestro decía
- maestro he venido aquí a saber y usar las grandes virtudes de la alquimia no de ocioso estar, así pues debemos de catalizar esas piedras otra vez antes que se vuelvan a descontrolar
Hacho lo cual decía alguna vez
- Maestro no veo en nada la necesidad de que las piedra tan a gusto están en su encierro que bien en el podría quedarse yo no veo por que han de salir de ahí
Así, tan frecuentemente la disciplina del joven a su maestro invito, que tantas veces a la dedicación de la alquimia habia servido, haciendo así tanto había servido que del tiempo en que antes sudaba ahora solo frío sentía. Pues entonces dijo al joven una vez que la piedra solo debía de catalizarse cuando esta descontrolada saliera:
- y nosotros con dedicada paciencia tanto hemos ayudado que la alquimia puede así en calma quedar
y así impuso al joven tiempo de descanso pasar que después de trato al ver que este no le pedía mas catalizar las piedras una vez dijo:
- Roy así como tu piedra pueda estar calmada, la mía no me deja en paz, bien habrías de hacer en calmarla y también la tuya de paso apaciguar
Roy que de dátales y agua vivía, poco podía a al joven ayudar, le dijo que tantas piedras había que el podría catalizar, mas aun así su buen esfuerzo haría en ayudar, mas no era mas que soplar a una fogata que prendía mas con cada vez que ocurría, mientras que el joven, amando la sabiduría que la alquimia traía consigo cada vez rezongaba. Asi entre que la piedra del joven y la piedra del maestro esta ultima tan llena de poder como la otra cada vez mas apagada, sucedió así un día que en Rizenbul un fuego acabara con la propia casa del padre de Alphonse, desapareciendo de la tierra también a su único hermano, dejando así como único heredero al joven alumno.
Aconteció entonces que un joven llamado Fuery habiendo escuchado que el joven aun vivía fuese a buscarlo al desierto diciéndole de su fortuna antes de que el gobierno con sus bienes se quedara, sabiendo la noticia Roy obligo al joven a la cuidad volver dejándolo como el señor de la casa y el como su leal apoderado. Peguntando sus amigos como en el desierto se aprendía alquimia siendo Fuery quien tampoco había sabido, pues jamás había acostado con el. El Joven Alphonse reclamo que aquel sujeto lo había sacado de tan hermoso oficio de la alquimia pues ya no podía catalizar la piedra filosofal, la curiosidad gano a los jóvenes que curiosos preguntaron:
- ¿como se cataliza la piedra filosofal?
El joven entre gestos y palabras les enseño a los que estoy entre risa dijeron
- No te preocupes joven amigo, que aquí también somos buenos en ese noble oficio
Luego corriendo la voz de uno a otro por toda la cuidad, se hizo famoso el dicho de que no había mejor manera de llegar a los dones de la Alquimia que catalizando la piedra filosofal el cual todavía se oye. Así pues sea jóvenes y maestros que si queréis a la sabiduría de la alquimia llegar, debe la piedra filosofal catalizar
Fin