Capitulo X: Delito.
Pasión.
Por lo equivocado que estaba Noa, ahora los dos nos encontramos en su departamento rodando por el piso, sus labios en mi rostro dejaban marcas rojas en mi piel pálida, ¿Qué rayos iba a hacer con el sobre mí?
Sentí algo frio en mi muñeca, el acababa de esposarme a la cama, ¿Conque así le gusta jugar?
Deje de moverme y lo mire fijamente mientras aseguraba la esposa de mi otra mano.
-Creo que…ahora el cazador es otro…
Mi risa resonó por su habitación. El solo se acostó a mi lado mirando el techo blanco.
-¿Y ahora qué?-Pregunte yo, rompiendo el mutismo reinante.
-Gane…-Murmuro casi cerrando los ojos.
-Sí, claro…-Solo tuve que levantar la mano con fuerza y el metal de la esposa cedió. Él se levantó temeroso cuando estuve completamente libre.
-¿Ves que no todo es lo que parece?...el ganador es a veces el perdedor…-Recite casi si ánimos.
-¿Lo dices por experiencia propia?-Gateo hasta mí como un gatito tierno y dulce, su mirada destellaba en lujuria, algo que conocía muy bien. Se subió sobre mí a horcadas, mientras sus manos desabrochaban mi abrigo y la camisa, sentía como su trasero se frotaba contra mí ya despierta extensión. No me reprimí al gemir, lo hice en su oído para que no fuera el único excitado en este lugar, y por lo duro que sentí en mi vientre supe que lo había logrado.
No quise dejar mis manos se quedaran quietas, las metí debajo de su camiseta algo holgada pero que le quedaba de infarto, su espalda era definida y muy hermosa, algo me atrajo más debajo de su espalda, lentamente recorrí el cinturón del pantalón, rompiendo la delgada tira de cuero negro adornada con múltiples detalles metálicos, por el débil gemido que salió de su boca, me entere de que no le había hecho gracia alguna el que haya roto ese tonto accesorio. Me encaro, abrió la boca mojando sus labios de fresa con la lengua, quise cazar sus labios pero sus manos en mis hombros me detuvieron, meneo la cabeza en una débil negativa, ¿Qué era un simple humano contra un vampiro? Y yo no soy cualquier vampiro soy un…
-¡Deja de jugar y has algo!-Me exigió, fue él el que lo pidió, que después no se arrepienta cuando ya sea tarde.
Desesperado y odiando la ropa que llevaba puesta, la rasgue por completo, lo tumbe sobre la cama y le dedique la misma mirada que el a mí. Él es simplemente hermoso, y al tenerlo tan sometido despertó mis dormidos instintos, deje muchas marcas en su cuello, la parte de su cuerpo que más me gustaba. Lleve mi mano hasta su entrada y los introduje después de haberlos lamido muy bien, el empezó a gemir de dolor, pronto sentiría más placer que dolor.
Su entrada se dilato lo suficiente como para dejarme entrar.
El volvió a subirse encima de mí, estaba desnudo por completo y su desnudez solo era un alicante a mi deseo, solo entonces me di cuenta, lo quería para mí, él debía ser mío a como diera lugar, estaba dispuesto a convertirlo y sumirlo en un mundo de oscuridad, pero era oscuridad a mi lado.
Su cuello me pareció más hermoso que antes, tan tentador…completamente diabólico.
Estaba a punto de morderlo, solo debía perforar la carótida primaria, debía hacerlo mío por la eternidad…
Egoísta…-Fue la palabra que cruzo incesantemente por mi cabeza-…era muy egoísta, al querer ocultar de la vista de todos esa belleza, detuve mis colmillos antes de perforar su piel.
¿Puedo darme el lujo de profanar tal inocencia?
Sentí como Noa me bajaba el cierre del pantalón y se posicionaba para auto penetrarse, antes que lo hiciera lo aleje con un empujón y me levante de la cama queriendo ocultar mi excitación, para caminar hacia la ventana. Sentí un leve jalón, él estaba allí, de rodillas en el borde de la cama desnudo y excitado con la mano aferrada a mi abrigo.
-Suelta.-Ordeno.
-No…no pue…des, de…dejarme así…
-¿No puedo?-Pregunte inocente.
-No…no, no puedes…no te soltare…-Puso una cara extraña, le dolía esa erección, pero también le dolía en su orgullo, a que nadie se le había resistido como yo.
-Entonces, quédate con mi abrigo…
Me quite el abrigo con todo y camisa y camine hacia la ventana, tenía que salir de allí si no quería cometer un delito, porque era un delito querer acaparar tanta belleza, no debía ser egoísta, muchos antes de mi lo fueron y terminaron acabando con muchas vidas, no debo ser egoísta, no debo ser como mis padres…no, ellos no merecen un monumento en mi alma, ellos, son los simples desconocidos que después de 18 años, me revelaron un temible secreto, el ser el heredero del eterno odio…por cierto ahora tengo 18 años recién cumplidos.
Salte del balcón, y corrí en dirección al palacio, tenía que llegar con Val, él era el único que me entendía y de seguro ya tendría un consejo para mí. Solo con él, no cometería un delito.
Delito: Acción u omisión punible, típicamente antijurídica. Acto en contra de la ley y la moral.