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Víctimas por Mishogu

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Notas del capitulo:

Hola a todos n//n sé que no es viernes... ¬¬ es sabado y pues tengo una buena razón para haberme saltado el capítulo de  ayer, me realice un chequeo de salud mental... n.nU ya se imaginaran que tan mal me fue ne.

Bueno, no los fastidio.

A leer!!!!

Capitulo XIV: Delito consumado.

Desilusión.

 

Estaban comiendo tranquilamente, si es que comer como los padres que jamás cuidaron de ti, es tranquilidad, entonces sí, estaba comiendo tranquilamente, su padre le había dejado claro que él tomaría el mando a partir de mañana, no está feliz por eso, pero tampoco triste, no sentía nada.

 

Noto que Val, se tensó al sentir un leve retumbo, en realidad se asustaba por cualquier ruido, algo estaba mal. Muy mal.

 

—Dime que pasa.—Exigió bebiendo una copa de vino mirando fijamente a su padre, aunque aún le daba risa llamarle así.

 

—Nos declararon la guerra, eso ya lo sabias, el por qué, no, aun lo desconoces.—Bebió de su copa para darse valor, lo que le diría al muchacho necesitaba de eso.—…lo cazadores nos quieren bajo su yugo, nos quieren destruir y tu…—Señalo al muchacho con un cuchillo.—…debes impedirlo.

 

—Lo impediré, créeme, los aplastare como cucarachas…

 

Tras decir eso, los cristales del comedor habían dejado de ser adornos para volverse añicos que volaban por la habitación, Mishogu tomo a los dos gemelos y a la niña corriendo hacia la salida donde uno de los soldados a los que más les tenía confianza lo esperaba, hiso que sus hermanos vistieran capas oscuras  y les dio un fugaz beso en la frente, miro a Val asustado con el cabello lleno de astillas de cristal.

 

—Ve con ellos, ve con tus padres y cuida de mis hermanos menores…—El moreno hiso ademan de hablar siendo detenido por el pelinaranja.—…yo llego después por ustedes, por mí ni te preocupes, esposo mío…—Soltó esa frase con el sarcasmo muy marcado de su personalidad arrancándole una sonrisa a su amigo.—Cuida de ellos, no te perdonare ni después de muerto si algo les sucede.—Advirtió frio al soldado, que está de más decir que solo sonrió a su nuevo rey y le dio la mano.

 

—Tranquilo su majestad, yo me encargo de sus hermanos y de su valioso esposo.

 

—Más te vale, Shin, más te vale.

 

Una nueva explosión se hiso presente, Mishogu volvió al comedor donde sus otros hermanos lo esperaban ya armados, recibió gustoso una de las espaldas que su hermano mayor había construido y la blandió sintiendo el metal en sus dedos completamente gustoso.

 

Recibió a los cazadores muy bien, ni bien vio las máscaras blancas, las hiso rodar por el piso, los cuerpos cayeron pesadamente con un sonido metálico, el pelinaranja se agacho y tomo una de las cabezas retirando la máscara, humano no eran, era androide. Los otros cristales se destrozaron, el menor de los 4, alzo la cabeza metálica y la mostro a sus hermanos que con una afirmación se prepararon mentalmente para acabar con algunas hojalatas y no morir en el proceso.

 

La mansión se vio repleta de hombres de metal y humanos, los guardias lograban apenas contener a cuanto intruso intentara acercarse  a los príncipes y monarca de la noche, Mishogu noto que eran demasiados, sus padres hace mucho que se habían largado del campo de batalla y el consejo se mantenía detrás de sus guerreros.

 

Vio la oportunidad perfecta de demostrarle a todo el mundo que con su padre solo compartía sangre. Una maquina se acercó a él lentamente analizando las probabilidades de asesinar a un rey, pero antes de que su cálculo diera 0, el adolescente lo partía por la mitad. Levanto la espada y la clavo en el suelo mirando a los desconcertados guerreros, para luego soltar un fuerte grito:

 

—¡¡¡RETIRADA!!!

 

Los guardias ni bien escucharon esa palabra desaparecieron del lugar dejado atrás un leve halo de dolor, los vampiros no se retiraban, no al menos en el principio de una batalla pero al parecer el nuevo rey tenía otros planes los cuales fueron descubiertos con un susurro:

 

—Quiero a todos los vampiros juntos, vallan por los sobrevivientes y reúnanlos en un lugar seguro…

————————————————————————————————————————————

 

La noche parecía eterna, las brigadas de auxilio corrían de un lugar a otro llevando a los pocos sobrevivientes de esa masacre, incluso los licántropos y demonios estaban afectados, todos, absolutamente todos estaban enfrascados de esa tonta pelea. Solo los humanos dormían en sus camas ajenos a las batallas que se llevaban a cabo. Aunque no todos están tan ajenos a la noche desastrosa.

 

Cierto rubio aún continuaba desnudo en la cama abrazando furiosamente un abrigo y una camisa ya fría por el tiempo transcurrido, le daba miles de vueltas al asunto, ¿Ese chico era un capricho?, ¿O de verdad quería algo con él?

 

El frio alabo su desnudes provocándole un estremecimiento, y el necesitado de ese calor que acababa de perder solo se cubrió con las prendas dejadas atrás por él, sin duda, no era un amor solo para una noche, ese chico, estaba allí para quedarse.

 

De pronto algo en el ambiente llamo su atención, algo pesado su ubico en su pecho dificultándole el respirar, su cuerpo de porcelana tembló ante una ráfaga de viento frio que él supo identificar con el viento de los cementerios que llevaba en sus largos brazos el aroma de la muerte, algo estaba mal, tan sumido estaba en sus pensamientos que no noto cuando alguien abrió la puerta.

 

—Hijo…—Llamo una voz masculina y grave.—…hay que regresar al trabajo.

 

Sus gemas de un rosa enigmático se centraron en el hombre que tenía medio cuerpo asomado a la habitación, Noa cubrió por completo su cuerpo para evitar que el hombre que lo trajo al mundo se diera cuenta de su situación, soltando un:

 

—Ya, ya…ya, bajo…—Agacho la cabeza evitando verle a los ojos.

 

—¿Sucede algo hijo?—Él sabía que algo había pasado.

 

Noa maldijo por lo bajo los instintos paternales de ese hombre tan parecido a él.

 

—No pasa nada…es solo que siento frio…

 

—¿Y cómo no tener frio si estas desnudo?...Noa, ¿No me digas que otra vez intentaste seducir a un vampiro…?—Su padre tan perspicaz como siempre.

 

—No padre, es solo que…

 

Unos gritos destrozaron el silencio de la noche, la música de la discoteca se detuvo por completo y la nueva melodía del momento era solamente el éxito interpretado por el caos, ambos rubios se vieron uno al otro de forma extraña, el ambiente era diferente, era la…

 

—Guerra…—Susurro el mayor, sacando de su chaqueta una daga de empuñadura rojiza.

 

El menor no se lo pensó dos veces, tomo su ropa y se vistió rápidamente, miro la camisa abandonada en la cama y algunos cabellos naranjas regados en su almohada, con decisión vistió la camisa roja, sus brazos se deslizaron con elegancia por las mangas del abrigo, su espalda mucho más pequeña que la del antiguo portador encajaron en el cuero negro, volteo al espejo y se sintió completo, como si “él” estuviera a su alrededor brindándole la seguridad necesaria.

 

Bajo las escaleras de caracol que conectaban su hogar con la discoteca, poco después encaro la puerta de metal en la cual, el infierno terrenal se desarrollaba, padre e hijo pusieron las manos en el frio metal y empujaron con rapidez, lo primero que vieron fueron a un grupo de vampiros no tan numeroso atacar a cuanto humano se acercaba, y después a uno de ellos abalanzarse contra el más joven, Noa se sintió indefenso y pequeño ante ese hombre de mirada desquiciante y figura animal, sintió algo húmedo salpicar su rostro, abrió los ojos descubriéndose bañado en sangre, en sangre de un vampiro.

 

—¡Noa, hijo, recuerda el entrenamiento!—Su efímero consejo revolvió los pensamientos del rubio menor, que solo atino a meter las manos en los bolsillos del abrigo notando algo frio y puntiagudo, su mano temblorosa saco el arma blanca, era un puñal, lleno de flores de plata y gemas violetas.

 

—¡Noa!—Ese grito lo puso en sobreaviso, el joven rubio de pronto se sintió más confiado, “el” estaba a su lado, y guiaba sus movimientos con cuidado, eso brazos fuertes y varoniles propios de un adolescente lo rodeaban… estaba a su lado en la lucha.

 

Se abrió paso entre la multitud indicándole a los humanos donde correr para ponerse a salvo, sintió a uno de los vampiros, un pelirrojo de mirada fucsia lo rodeaba y el solo pudo temblar, los vampiros eran siempre cuidadosos al cazar, ¿Porque esta noche era diferente?

 

El vampiro se lanzó contra él, todo en su entorno se detuvo, una broma pesada del tiempo, la daga en su mano vibro como si se tratase de un teléfono móvil, siguiendo su instinto de cazador la puso enfrente y esta creció hasta convertirse en una espada de lo más hermosa, la empuño sintiendo la respiración de su amor platónico en el cuello, no estaba solo.

 

Dejo que el guiara su cuerpo, primero atravesó al muchacho pelirrojo de antes, acto seguido fue por el resto del clan, cortando uno por uno al que se osaba alzar el puño en contra suyo, en un rincón del local se apreciaba a un hombre de cabello violeta abrazando con furia el cadáver de una mujer, Noa se acercó despacio, el hombre alzo la mirada perdida y desquiciada y soltó el cadáver para ir por sangre fresca, la espada volvió a vibrar en sus manos, de un segundo a otro el hombre cayó muerto a sus pies.

 

Su padre revisaba los signos vitales de los heridos, pero ninguno logro salvarse, el suelo de la discoteca estaba lleno de cadáveres humanos y vampiros que comenzaban a volverse cenizas.

 

Ambos rubios se miraron desconcertados, ¿Y el tratado?

 

Los pasos de otras personas resonaron en el silencio enfermizo que se formó, eran más cazadores.

 

—Señor Kaido…—Hablo el primer enmascarado—…deben reportase al cuartel, el tratado se disolvió…

 

—¿Quién ataco primero?—Interrumpió el mayor de los rubios.

 

—Pu…pues, los vampiros, por supuesto…—Tartamudeo el hombre.

 

Los Kaido suspiraron sonoramente mirando el desastre del lugar, los vampiros dando siempre problemas. Lo que ellos no sabían que por poder se consumaban los peores delitos haciéndole competencia al amor, la guerra era iniciada por los egoístas caprichos de un solo hombre que pronto conseguiría lo que deseaba desde hace muchos años. El delito de amar se consuma al final de la forma equivocada.

 

Delito consumado: Es aquel acto punitivo que se inicia y se termina.

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Qué tal?

Les gusto?... tanto como para que me dejen un rw?... espero que si...

La guerra inicia... Noa se ha enamorado de quien no conoce... y lo mejor, es un cazador... 

Gracia a: dark vampire y a Kerou Moonglow por sus lindos comentarios.

n//n intentare no perderme mucho ne.

Se cuidan mucho y hasta la próxima.


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