Capitulo XXI:
Intimidad.
No sabia a ciencia cierta el tiempo transcurrido, su pulso se había disparado como una alarma y los pequeños cuerpos en sus brazos no eran lo suficiente como para que se destapara los oídos y revisara si la pesadilla de un hombre lobo furioso al fin se hubiera acabado, la mano húmeda de alguien en su antebrazo lo asusto, soltó a los pequeños y lanzo un golpe ciego que dio rigurosamente en el rostro de quien lo sostenía. Pero aun así no abrió los ojos.
—Deberías agradecer que no te golpeare como es mi costumbre…—Entonces decidió que si era seguro abrirlos y no encontrarse con un espectáculo carmín como por lo general lo eran las masacres de los licántropos, un error de confianza al parecer, lentamente separo los parpados enfocando el rostro molesto de Linca. — No me hace gracia que te vayas por allí mostrando desnudo…
—¿Eh? —Parpadeo confuso—¿A qué te refieres?
—¿Cómo que a que me refiero? Tu ya eres mi consorte, por lo tanto no debes mostrarte desnudo ante nadie a menos que sea yo…—Explica atrapando entre sus brazos la cintura estrecha del otro.
Dereck se sintió excesivamente abochornado, pero igual de… ¿Contento?... bueno, si tenia que ponerle un nombre seria eso… contento. Linca podía ser un sádico, solo había que ver por encima de su hombro los cadáveres que ahora los cachorros devoraban con tanta avidez pero tenia ese lado amable y amoroso, el castaño pego la mejilla en el pecho amplio, escuchando los acelerados latidos…—Un hombre lobo vive al limite—… se recordó, percibió los pasos de otras personas acerarse, seguramente cazadores en busca de alguien más a quien lastimar.
Linca llamo a los cachorros y quito una especie de tapa de metal que cubría la entrada a un estrecho túnel.
—Todos en fila…—Los lobitos obedecieron sacándole al castaño un gesto de ternura—… deben ir al refugio y buscar a los ancianos, la mayoría ya casi alcanza la edad suficiente como convertirse en un niño de apariencia humana, deben contarles todo y luego permanecer en el templo, ¿Entendido? Ahora adentro del conducto, deben ir derecho hasta el final.
Una vez los cachorros estaban a salvo y camino a un lugar desconocido para todos, Linca volvió a poner la tapa cubriéndola con pesados bloques de cemento y piedras, después tomo la mano del menor y lo arrastro a una habitación.
—Ponte algo de ropa, no quiero que nadie mire lo que es mio…
Suspiro resignado por la actitud del rubio y se puso lo que mejor le quedo, los hombres lobo eran las criaturas con cuerpos mucho más robustos y musculosos en el mundo de la oscuridad, ni siquiera los vampiros eran tan voluminosos como un licántropo promedio, razón principal para que la muda escogida le quedara completamente floja.
—Mejor así…— Fue la respuesta que obtuvo al preguntar por ropa adecuada a su tamaño—… no podrán ver el hermoso cuerpo que posees.
Se sonrojo, jamás lo iba a negar, por que en medio del dolor y odio generado por la guerra y la desgracia de una muerte temprana estaba el hecho de encontrar la luz oscura que mantenía con medio vida a la población de las tinieblas.
Linca le indico que debía permanecer en el jardín mientras él recuperaba la guarida, aunque lo objeto, el rubio le aclaro que la hembra del líder, considerada un tesoro, jamás debía estar en medio de una batalla, ni siquiera cuando se comprometen y hay más de uno interesado en ella… este caso él…
—Yo soy un guerrero Linca, por mucho que sea tu… ¿hembra?... no puedo dejar de lado el hecho de que es mi deber cuidar de los indefensos.
Pero el mayor ni siquiera llego a escucharlo cuando dio el azote a la puerta del jardín para dejarla irremediablemente cerrada, Dereck se sintió algo decepcionado por el hecho de no poder demostrar lo mucho que avanzaba con su entrenamiento, de pronto un estremecimiento instalo en su columna vertebral un escalofrío, lo estaban buscando, con los Celestiales la ayuda que posiblemente Linca necesitaría ya estaba en camino, se moría de ganas de decirle a Ezequiel que ya no era virgen y que hasta se había convertido en la hembra del líder… bueno, no era una hembra puesto el tenia… tenia eso allá abajo. Se sentó en la fuente a esperar.
Mientras tanto con el rubio licántropo las cosas no iban del todo bien, cazadores habían muy pocos, pero estos eran apoyados por maquinas asesinas que casi estaban acabando con los miembros de su clan, incluso llego a lamentarse por un momento el dejar al cazador en su jardín como dictaban las costumbres de su pueblo pero de inmediato se recordó que con Dereck el clan seria mucho más fuerte y numeroso, tenia planeado dejarle en cinta cuantas veces fuera posible, una sonrisa libidinosa se pinto en sus labios de solo recordar a Dereck enredado a su cuerpo gimiendo con esa inocencia que al final escurría de su entrada en la forma de su simiente, aunque aun no se había venido en su interior faltaba poco para que pasara.
Sus garras rasgaron el cuello de piel artificial dejando una manguera que hacia de yugular, al descubierto, sabia que dentro corría una especie de combustible que si ingerían los haría vomitar sin remedio, con esa información decidido que lo recomendable era lanzar un zarpazo más para cortarla, la cabeza metálica salió volando en un santiamén, faltaban tantos y sus hombres estaban tan heridos.
De un momento a otro, las luces parpadearon, sus ojos se acostumbraron tan rápido como era posible, el problema estaba en que las maquinas tenían también visión nocturna y eso solo dejaba desprotegidos a los cazadores humanos, lentamente pudo divisar algo diferente, algo que no estaba en la oscuridad común, la energía que flotaba en el ambiente no era algo natural y se resumía mejor con la palabra…
—Celestial…
Era eso, celestial, la palabra que definía a los cazadores creados por los mismos lideres de cada clan, sintió a Dereck a un lado, lo sabia por la forma en la que había tomado su mano y apretado además estaba el simple hecho de que su simiente recorriera aun el cuerpo dulce del castaño dándole el aroma propio. Se recordó a si mismo en la torre viendo como un grupo de chicos eran liberados de los contenedores, los primeros celestiales eran ángeles caídos, tan humano y la vez tan nocturnos.
Un poco de oscuridad escalo por su pierna, no se molesto en sacudírsela, la verdad no importaba nada si el pequeño cuerpo de cabello largo madera estaba a su lado.
—Al menos debiste confiar un poco más en mí…—Escucho, Dereck no parecía enojado, ni siquiera el tono que usaba lo demostraba, era… alegre, cantarín.
Ahora si estaba a salvo.
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Val fue lo suficiente rápido para evitar que su rostro diera de lleno contra el piso, la droga aun seguía en su cuerpo y no podía estar mucho de pie. Sintió que el moreno sonreía contra su cabello mientras luchaba para ponerlo de pie otra vez.
—Por lo general se dice: “Gracias por el voto de confianza”, pero también es correcto lanzarse a abrazarme.
—Lo siento…—Se tomo la cabeza con ambas manos al sentirla pulsar—… gracias…
—No hay de que… estoy orgulloso por esa evolución tan fascinante, debiste verte…—Los ojos verdes de Val mostraron alegría de niño—… así con los ojos cerrados, como si siempre hubieras sido un guerrero fatal, cuando mi papá se entere…
—No debe enterarse…—Le corto de inmediato—… para él solo soy un juego, un capricho que quiere llevar al máximo, tu esposo me prometió libertad y la tomare.
El moreno se sintió confundido, Vialer había demostrado poseer celos bestiales cuando se trataba del rubio y que este viniera con semejante tontería lo dejaba completamente atontado, ¿Acaso Nicolás aun no se daba cuenta de que el amor venia siempre envuelto en un papel que no nos gusta?
—Hay que irnos…—La voz grave del pelinaranja se difumino por el ambiente, traía consigo a muchos hombres—… los celestiales se ocuparan de este lugar…—Miro a sus hermanos—… realmente espero que ustedes tres se porten bien…—Y se dio la vuelta sin esperar respuesta.
Tanto Val como Nicolás lo siguieron en silencio, ya estaba hecho, las cosas iban a cambiar al punto en que parecería una ilusión barata del destino, por que nunca sabes cuando la espiral de la vida dará uno de esos giros inevitables.