Victima colectiva:
Capitulo V: Venganza.
El apoyo de los que amas es el mejor alivio en los momentos más dolorosos, escucharon como Seikuo volvía a bajar completamente feliz, lanzándose a los brazos de su padre.
-¡Papi, encontré a mi hermano!
A Vialer la noción de que Nicolás se encontraba en la mansión le volvió de golpe a la cabeza, sujeto la mano de su hermano evitándole avanzar un paso mas, pues Vyaron se había levantado.
-Espera, no es lo que crees…-Rogo colgado a su brazo, junto a Valery.
Pero el mayor no supo escuchar, se separo de sus hermanos corriendo hacia las escaleras justo al mismo tiempo en que Nicolás hacia su aparición junto al niño, solo para recibir a un hombre inexplicablemente alegre que corría para abrazarlo y acariciar su cabello con amor paternal.
-Cuanto has crecido…-Sujeto su rostro mirándolo a los ojos.-…no sabía lo bello que eras.
Nicolás no sabia que decir, aquello se sentía curiosamente igual a como se sentía cuando su padre lo hacia, hasta que llego Vialer y los separo.
-¡Al menos escúchame una vez en toda tu vida! ¡No es Val, el es Nicolás, y es mío!-Lo abrazo fuerte.
El mayor solo abrió la boca mirando primero al niño y después a su hermano, frunció el entrecejo y puso las manos en su cintura en la pose típica de las reprimendas y grito:
-¡¿Desde cuando las personas tienen titulo de propiedad?!
-A el yo lo convertí…y lo hace mío…-Tomándolo con mucha delicadeza del rostro hizo que girara hacia el y le dio un lindo beso ante los presentes.
-Ya entendí…solo por favor no hagas eso delante de mi niño, no sea que se ponga como tu…
Tomo al niño en brazos a la vez que le explicaba que ese chico no era su hermano, de pronto todo callo en un horrendo silencio, los hermanos estaban en alerta mirando cada rincón de su hogar con recelo, algo estaba mal…muy mal.
Nicolás sujeto con más fuerza al menor, también iniciaba a sentir una especie de presencia que ahogaba, la mano de Vialer se cerró en su muñeca haciendo que retrocediera unos pasos.
-¿Qué pasa?-Pregunto temblando ya por esa aura asesina.
-Uff…-Suspiro Valeri-…Sí que son persistentes…
El rubio no sabía nada de nada, y no tenía idea de que afuera se encontraba un batallón dispuesto a matar.
-¿Sabes Nicolás?...-Hablo al fin el castaño-…deberías de ir a dejar al niño a su hogar…
El rubio no supo del todo el porqué de su completa obediencia simplemente descendió las escaleras y salió llevándose a los dos niños.
Las ventanas empezaron a verse cubiertas por varios hombres vestidos de negro, con el rostro cubierto, pero los hermanos ya sabían quiénes eran y lo que quería, sin duda el día iba a estar muy cansado.
La puerta se abrió lentamente, mostrando en un principio a unos tres hombres vestidos como los de afuera, se podía apreciar en sus miradas el deje de rencor y maldad, pero sobre todo un par de gemas esmeraldas brillaban con más maldad y odio que los del resto.
-En verdad creí que enviarían a un mejor escuadrón.-Se burló el castaño, ganándose la mirada de reproche de los otros dos-… ¿Qué?
Los tres sujetos desenvainaron armas apuntando a los hermanos que en pose despreocupada miraban todo.
-Sera mejor que se rindan…-Amenazo el que parecía ser el dirigente de la operación.
-¿Y si no que?-Siguió retando Vialer.
-El castigo será el doble de horrendo de lo que han tenido que pasar.-Los ojos verdes parecían chispear en ira, con una especie de no sé qué, que hacía a Vyaron temer por su vida, esa voz, esa pose, todo le daba miedo, por sus hermanos eran por los que soportaría esa mirada.
Se acabaron las charlas, los tres hombres se dirigieron a los otros vampiros dispuestos a todo, Vialer se quedó con el del lado derecho, Valery al que estaba en el lado izquierdo y Vyaron como era de suponerse con el de en medio que era el que más miedo le daba.
El pobre se concentró en evitar los golpes intentado de vez en cuando acertar alguno, su mente se deshacía en múltiples pensamientos, no podía de dejar de ver ese par de ojos, era como luchar con él, era como volver a querer abrir las antiguas heridas.
En un descuido de su oponente, logro asestarle un golpe que le cortó la parte de arriba de la máscara, para su sorpresa el cabello de fuego se fue esparciendo con maestría, adornando como en una obra de arte el más varonil rostro, tal era su ensoñación que el pelirrojo lo apreso contra la pared, estrangulándolo en el proceso.
-Es hora de pagar…-Esa voz, ese rostro…era él.
El dolor que se podía compartir entre hermanos se rego como la pólvora entre Vialer y Valery, que cayeron al suelo sujetándose la garganta.
-Que gracioso…-Se burló el pelirrojo-…ya sabes lo que sufrí….
Todo se hizo oscuro, y eso era malo, los que se suponen invencibles era ahora las victimas colectivas de los vengadores de los jueces.
Victima colectiva: Un grupo de personas.