A Little mistake, a big problem
- ¡Quiero que salgas conmigo!- Anunció fuertemente a la chica que parada frente a él lo miraba con sus ojos penetrantes y su actitud arrogante, con las manos en los bolsillos del enorme saco que residía sobre su cuerpo, cubriendo el vestido de suave color rosa que se deslizaba por sus piernas como seda, exponiendo la tersura de aquella piel tan deseable.
Los delicados pies de la chica miraban hacia afuera de manera imponente, revelando hasta el más pequeño detalle de aquellas elaboradas sandalias negras con botones plateados. Sonó el chasquear de la lengua de la pelinegra antes de que le diera la espalda al rubio que esperaba impaciente una respuesta, alejándose sin decir palabra…
Jamás creyó que pudiesen quererle y aceptarle como era y sin embargo, cuando le conoció, sintió que había una posibilidad…se enamoró…
- ¡Dime algo Sasuke, no me dejes así!- Chilló el ojiazul al ver que su “chica” estaba a punto de desaparecer- Al menos dime tu respuesta
- No soy una chica- Respondió el moreno molesto, atacándolo con su mirada oscura-
- Pero…. ¡ya te dije que eso no importa’ttebayo!- respondió el rubio molesto, consiguiendo que el azabache le volviera a dar la espalda, siguiendo su camino
- No estoy interesado- dijo en medio de su “huída”- No estoy interesado en alguien a quien solo le gusta que me comporte como una mujer…Lo siento…-
- Pero…- Dijo ese “pero” con la firmeza de quien tiene razones para mantenerlo, sin embargo, al notar que Sasuke había parado para escuchar sus palabras, una especie de nerviosismo idiota le atacó y terminó por quedarse en silencio, sin palabras que salieran de su boca…
- Eres un hombre con demasiados “peros”- Dijo el moreno como burlándose de él, antes de reemprender su camino, desapareciendo en alguna de tantas calles
En el inicio de ese año escolar, cuando todos se estaban presentando en el grupo, él se había escabullido fuera de clases con su novia, una peli-rosada de aspecto varonil, para besarse en la azotea, quedándose allí incluso después de que el timbre para el descanso sonara, sacándolos de su linda ensoñación de besos y caricias algo incómodos.
- Será mejor que asistamos a la siguiente clase- Comentó la chica mientras se arreglaba el cabello y la ropa descuadrada, encontrándose con que el rubio parecía haberse desaparecido, mirando como idiotizado hacia el patio, lleno de gente. Se acercó y trató de igualar hasta en el más pequeño detalle la expresión del rubio, tratando de hallar lo que miraba sin logarlo, por lo que terminó cediendo a la curiosidad con una simple pregunta- ¿Qué miras?
- ¿Yo?- Preguntó sorprendido- A esa chica… ¿No te parece extraño que tenga un uniforme de chico?
Sakura siguió el dedo señalador del rubio viendo un grupo de muchachos, en el que había un atractivo pelinegro que nunca había visto antes y que tenía unos ciertos rasgos femeninos, pero aún así, no parecía una chica.
- Creo que es un chico- Dijo seriamente tratando de descubrir lo que pensaba el rubio y este solo chaqueó la lengua
- La he visto antes…-
No mentía, la había visto antes; no una ni dos veces, sino cientos de veces. Vivían cerca y aunque no estaba seguro de en qué casa exactamente, sabía que era cerca, pues iban al mismo Convini, paseaban por el mismo parque, iban al mismo cine y tomaban el mismo tren, topándose en cientos de ocasiones, incluso cuando la chica no parecía haberle notado nunca.
Esa era una chica difícil, con una barrera de indiferencia a su alrededor, y cuando su defensa se reducía por cualquier razón el destino, aparecía su guardia celestial a protegerla. Era un chico alto y de largo cabello negro atado en una coleta, por lo menos cinco años mayor que ella, tenía una mirada que asustaba a cualquiera que quisiese acercársele. Sí, era una chica inaccesible, por lo que al verla rodeada de chicos, vestida como uno en un corredor del colegio, pensó que quizás era una oportunidad del destino para hacer su movimiento y conquistarla…
Se sorprendió aún más cuando, al ir a clases obligado por Sakura, la encontró sentada en un puesto cualquiera de su salón, y decidido, se sentó junto a ella, mandando al pobre perdedor que era dueño inicial de ese puesto, al otro lado del mundo con una simple mirada de “te acercas y te mato”. La chica leía un libro y se sujetaba el cabello incómoda con la mano, tratando de impedir que cayera sobre su rostro
- Creo que estas hebillas te sentarían muy bien- Comentó sacando unas de color rosa de su bolsillo (se las iba a regalar a Sakura) para dárselas a la pelinegra que lo miró sorprendida y algo molesta
- ¿Y qué te hace creer que voy a usar eso?- preguntó molesta. Era la primera vez que le hablaba, así que incluso si era con unas palabras tan ariscas le alegraba
- Eres una chica preciosa que debería tener cosas preciosas, eso es todo- respondió de manera galante a la vez que las dejaba sobre el escritorio de la chica, cuyas mejillas habían adquirido un leve toque carmín- ¿Y tu nombre? Lo siento, me perdí la introducción, así que no lo he escuchado ¿podrías decírmelo?
- Uchiha…Uchiha Sasu…ke- parecía confundida, parecía como si algo le hubiese golpeado en la cara-
- ¿Sasuke?- preguntó el rubio sonriente- Algo masculino pero te sienta. Lindo nombre para una linda chica… sé que parecerán demasiadas preguntas para una primera conversación pero… ¿Por qué no viniste con un uniforme de chica? Seguramente se te hubiese visto mucho más hermoso que a cualquiera de las que están en este salón…
- No deberías hacer tantas preguntas o te tratarán de idiota-
Quizás fue vanidad, lo que hizo que en ese momento Sasuke no confesara que realmente era un chico; era la simple vanidad de sentir que alguien le veía como a una chica preciosa, alguien que no parecía notar que en realidad era un chico o que no parecía importarle… Y eso fue lo que marcó el resto de lo que sucedería
- Sasu-chan ¿caminamos juntos a casa?- El rubio “la” alcanzó corriendo justo antes de que saliera del colegio
- No soy Sasu-chan…soy Sasuke- Respondió mientras le daba la espalda, confiando en que sería seguido- ¿Porqué insistes en estar conmigo?
- Porque quiero tener una novia linda ¿es eso tan malo?- preguntó confundido el ojiazul y el pelinegro desvió la mirada ligeramente avergonzado
- No quiero un novio- Dijo molesto mientras aceleraba el paso-
- Así que era así… es porque tu ya tienes novio ¿verdad?- inquirió alcanzándole
- ¿Cuál novio?- preguntó confuso
- El pelinegro de cabello largo que siempre te acompaña- respondió de inmediato tratando de sacarle la verdad
- Él no es mi novio imbécil, es mi hermano- Respondió molesto a la vez que le golpeaba en el hombro con algo de fiereza y seguía caminando - ¿Y cómo lo has visto a él? No vino conmigo…
- Yo…siempre te he visto y admirado porque eres realmente hermosa…usas esos hermosos vestidos de colores pastel que se deslizan como seda por tu cuerpo, y utilizas pinzas para recogerte el cabello, aunque también has usado diademas con cintas de colores y moños de colores brillantes. Todo lo que te pones siempre te queda hermoso…eso es lo que pienso y por eso…quiero ser tu novio…-
Estaba tan anonadado por las palabras del rubio que salió corriendo a toda velocidad, intentando dejarlo atrás, mientras se deslizaba entre la gente, para terminar por meterse a la línea del metro que le llevaba a casa, escabulléndose a un vagón totalmente vacío aprovechando la mínima cantidad de gente que tomaba esa ruta a esa hora, sentándose en la primera silla, siendo alcanzado por el rubio que se sentó a su lado
- Tú… ¿Me has visto con eso puesto?- preguntó ligeramente avergonzado el moreno mientras bajaba la cabeza para ocultar lo rojo que tenía el rostro, en parte por la vergüenza y en parte por la ira
- ¿Qué tiene de malo contemplar algo cuando es hermoso?-
- Deja de tratar de conquistarme… ¿me oyes? ¡Déjalo!- Pidió incómodo al sentir como una de las manos canela había sujetado la suya.
El vagón estaba desierto y por la ventana se lograba ver el encantador ocaso manchando de carmín las laderas de las montañas y las paredes de los edificios, llegando hasta ellos para iluminarles levemente, resaltando algunos rasgos de su rostro. Todo dentro de esa cabina brillaba, todo parecía hermoso, incluso la música agobiada de una radio antigua dejando sonar una canción de amor parecía hermosa.
Sintió los dedos cernirse alrededor de su mentón, acariciando suavemente su mejilla antes de sujetarlo firmemente para acercarlo al inevitable destino del primer paso de ese romance. Sus labios se encontraron tentativamente, haciendo que sus piernas flaquearan y sus manos temblaran, entrelazadas levemente con las del rubio. Entreabrió su boca al sentir la lengua ajena golpear ligeramente sus labios, dejándole pasar para iniciar una sensual lucha de poderes entre sus lenguas que parecía estar a punto de dejarles sin aliento…
Una de las manos del rubio se ubicó rápidamente en el pecho de Sasuke, colándose por entre la chaqueta para tocar la fina piel entre sus dedos… Incluso siendo un chico aquella sensación contra sus pezones, siendo estrujados con fuerza, mientras la otra mano canela sujetaba la suya con tersura y esos labios se apropiaban lentamente de los suyos, dejando tras de sí un largo camino de saliva y placer…
La música agobiada seguía sonando opacada por el ruido de las ruedas raspando los rieles y los engranajes saltando unos sobre otros, sin embargo ninguno de los dos lo escuchaba, demasiado concentrados en besarse, en controlarse por medio de sus labios y domarse por medio de las caricias que salían de sus dedos…
- Naruto yo…- Quiso decir que era un chico, pero el rubio no le dejó continuar y tampoco hizo demasiado esfuerzo; le gustaba esa sensación, la sensación de aquellos cálidos labios, la sensación de aquellas tersas manos, la sensación de aquella respiración cálida que le hacía cosquillas en la piel mientras su labios eran lentamente succionados por aquel beso profundo y controlador…la sensación de las hebras de rubio cabello deslizándose entre sus dedos al sujetar la nuca dorada para profundizar el beso
Parecía como si el tiempo se hubiese detenido y los pocos minutos que tardaban en llegar de la estación del colegio a la de sus casas se hubiesen distorsionado hasta volverse largas y apasionadas horas de besos coquetos sin tregua y caricias esmeradas sin cuartel, que los hicieron sudar entre la luz carmesí del atardecer…
Sonó el aviso de que el tren estaba a punto de llegar a la estación y Sasuke trató de soltarse, recibiendo otro par de besos fugaces y juguetones en los labios mientras se arreglaba la ropa para salir, sellando con un beso en los labios y dos cálidas palabras, la despedida antes de que las puertas se abrieran y entre la multitud que entraba a llenar los puestos, Sasuke corriera afuera, desapareciendo avergonzado de la estación mucho antes de que Naruto lograra salir…
- Te amo- esas eran las dos palabras que Sasuke creyó, habían salido de los labios del rubio con demasiada facilidad, antes de que sus dedos entrelazados se separaran y el huyera entre la gente, avanzando raudo por entre las calles, avanzando sin rumbo hasta detenerse frente a su casa, deslizándose por la puerta hasta terminar en el suelo, sujetando su corazón con una mano y acariciando levemente sus labios con los finos dedos de la otra, recordando aquella húmeda sensación…
- ¿Qué haces ahí tirado otôto?- preguntó el moreno al abrir la puerta y encontrar al peli-punta caído justo allí, consiguiendo ver ese hermoso rostro sonrojado lleno de confusión
- Estoy enamorado…-
Una chica… Naruto no dudó en ese momento, incluso cuando no había sentido nada similar a senos bajo sus manos cuando las coló bajo la camisa de la chica, de que eso era; una chica. Había tenido experiencias similares con chicas más jóvenes; además su mente estaba demasiado ocupada en rememorar el placer que le provocaba el pudor de aquella chica inexperta, que parecía haberle dado, si no el primero, uno de los primeros besos de la vida como para preocuparse por cosas así…
Ella era su chica y punto. No había nada más que decir sobre eso.
*
- ¿Vas a salir?- preguntó el moreno mayor al ver la delicada figura parada tras él, con el cabello negro recogido en unas hebillas rosadas que no había visto antes y un lindo vestido de color crema que le llegaba hasta las rodillas de manera inocente y divertida
- Sí- respondió mientras se quitaba una de las hebillas para volver a ponérsela, esperando que quedara mejor y se revisaba al espejo minuciosamente
- ¿Necesitas que te acompañe?- preguntó el mayor mientras ladeaba ligeramente la cabeza, revisando la ropa del menor esperando que no fuese demasiado provocativa y alguien se le lanzara encima en el bus o en la calle
- ¿No te dije que habían creído que éramos novios?- preguntó el menor en un grito frustrado mientras se revisaba por segunda vez y calzándose los zapatitos de charol negro sobre las medias blancas, recogía su bolso y se preparaba para salir
- ¿Y eso qué?- preguntó el mayor- igual todos creen que eres una chica ¿No es eso peor a que crean que somos novios?-
- ¡¡Eres mi hermano así que sí es raro!!- Chilló a la vez que mandaba alguna de las cosas que tenía en el bolso como un arma dirigida a la cabeza del mayor que la esquivó por poco- además…alguien ya dijo que soy hermosa…-
- Querrás decir hermoso, eres un chico, un hombre un varón un descendiente de la gran familia…- respondió su hermano con un siseo recibiendo el impacto de una segunda arma que no logró esquivar, cayendo de manera un tanto desastrosa al suelo- …Uchiha
- No te metas Itachi…él definitivamente es distinto- Dijo a la vez que se despedía con la mano y salía de la casa, cerrando la puerta tras él, caminando lentamente hasta llegar a la avenida, avanzando lentamente por ella
Hacía un poco de frío y se sentía nervioso. Sentía que la chaqueta y la bufanda que se habían puesto no combinaban del todo bien con su vestido y bolso, por lo que pensó por lo menos tres veces en regresar, decidiendo que ya seguiría hasta el final
- ¡Oye, Sasuke, aquí!- Sonó la voz del rubio que se acercaba corriendo, abrazándolo de manera impulsiva de la cintura, como si realmente fueran una pareja…
El viento le movió la bufanda, ocultando el sonrojo de su rostro por la vergüenza antes de golpear ligeramente al chico en la cabeza para soltárselo y seguir caminando autoritario
- ¿Y eso a que vino?- Con una sonrisa de satisfacción, Sasuke siguió caminando paso a paso en sus brillantes zapatillas de charol que parecían reflejar todas las luces que le rodeaban, ignorando al ojiazul-Además ¿porqué no me has dejado recogerte en casa?
- No me trates como si fuera una pobre desvalida- Siseó molesto a la vez que levantaba su bolso, amenazando con golpear al rubio con este, si no se calmaba-
- No una pobre desvalida, pero quizás una princesa necesitada del caballero que destruya al dragón- Murmuró pensativo, quedándose en silencio por un largo trecho, contemplando los pliegues que formaba el vestido del moreno con cada paso- Dios, realmente te ves linda con cualquier cosa que te pongas
- ¡Deja de adularme imbécil!- respondió avergonzado mientras apuraba el paso, siendo alcanzado después de una pequeña carrerita de su acompañante- ¿Y qué hay de la película? ¿No vamos ya atrasados?
- Ah….lo había olvidado por completo ¡es tu culpa por distraerme con tu linda figura!- Renegó el chico a la vez que sujetaba la mano blanca como paloma entre las suyas y corría, llevándole consigo en una indefinida carrera por la Ciclo-ruta que quedaba junto a la avenida
El cielo azul despejado y las nubes redondeadas mostraban una mañana ideal para caminar por entre las avenidas, evadiendo a las bicicletas que les adelantaban, divirtiéndose el rubio de sobremanera cada vez que un auto pasaba levantándole la pollera al moreno que, desesperado, trataba de arreglársela sin lograr gran cosa.
Cuando finalmente llegaron al cine estaban exhaustos, tropezándose en los oscuros escalones de la sala, para terminar sentándose en las últimas sillas en medio de risitas apagadas por el ruido general de la sala que parecía ejercer presión sobre ellos. Como unos tontos enamorados se tomaron de la mano y ocultos por la oscura privacidad de la última fila, dejaron que sus labios se toparan un par de veces cual aves revoloteando emocionadas causando que sus corazón se aceleraran demasiado.
Ni siquiera pensaron en tocarse más allá de eso, concentrados en aquella sensación de nerviosismo que les provocaba hacerlo en un lugar tan público y a la vez tan privado…igual que la primera vez…
- Te amo…- Y de nuevo esas dos palabras sonaron apresuradas en los oídos del moreno tras ser pronunciadas por los labios candentes del rubio impulsivo
Y la pregunta que había surgido en el metro durante su primer beso, volvió a surgir en su mente, entre la oscuridad en la que parecía escuchar más claramente los fuertes latidos de su acelerado corazón, mientras sujetaba esa mano canela entre la suya, avergonzado por lo mucho que la temperatura de su cuerpo había subido, llevándole a sudar levemente mientras se dejaba llevar por el beso en medio de los cortos anteriores a la película que seguramente no disfrutaría del todo, pensando en cuando sería un buen momento para sentir de nuevo la apasionada calidez de esos besos…
- Te amo…- repitió el rubio antes de besar suavemente su cuello para dejarlo de lado en lo que quedaba de la película…Sasuke sujetó levemente su cuello, justo donde esos labios se habían posado y más que alegría, se lleno de depresión al pensar en esa pregunta que martilleaba el interior de su cabeza…
¿Seguirá siendo así cuando sepas que…soy un chico?