Mikami despertó, mirando rápidamente el reloj. Ya era de día. Se puso de pie y casi a tropiezos, llegó a la habitación de Ryu, abriendo con cuidado al sentir que algo la bloqueaba. Adentro, tomó al muchacho en sus manos y lo acostó en la cama.
-Ryu… -susurró Mikami- Ryu…despierta, Ryu, estás bien?
El muchacho escuchaba la voz del sensei a lo lejos y, al abrir los ojos, no vio a Mikami, sino al fantasma, que sonreía con una expresión de lujuria. Un grito y varios manotazos, con la intención de defenderse, fue la forma con la que despertó Ryu.
-¡No, por favor! -gritaba- ¡No me lastimes, Mikami-san! ¡Mikami-san!
-¡Ryuuzaki, soy yo! -dijo el sensei tratando de calmarlo- ¡Mírame, soy yo, Mikami!
La imagen se fue, y Mikami estaba allí, de nuevo. Ryu lo miro y sus ojos se llenaron de lágrimas mientras abrazaba al sensei.
-Es horrible -decía Ryu, encogido al lado de la cama-, es muy horrible; es como un humano, pero también como un demonio lascivo que busca alimentarse de mi dolor.
Las ventanas temblaron como sí alguien deseara entrar. Mikami, sentado en la cama, sintió al muchacho asustado aferrarse a sus piernas. Lo separó de él y se sentó a su lado abrazándole.
-No sufras -le susurró al oído-, yo te cuidaré.
Ryu, como un cachorro asustado, lo miró, con los ojos llenos de lágrimas. Y sonrió.
-Gracias-dijo, pegando su cuerpo al sensei, que sintió como una oleada de ardiente deseo corría por su cuerpo hasta desembocar entre sus piernas, pero se contuvo, de otra manera, hubiese arrancado la delgada ropa del cuerpo del chico y lo habría ultrajado. Sí, eso deseaba, pero ahora no era el momento.
-¿Qué te parece si vuelves a tu casa? -preguntó Mikami.
-Pero…allí moriré de tristeza…
-Aquí morirás violado…y sí es necesario, yo me mudaré contigo para evitar cualquier muerte. avatar
-¿Haría eso por mí?
-Estaría feliz de hacerlo.
Una ráfaga de viento abrió la ventana con un estruendo similar a un aullido que gritaba un “No” de terror. Mikami y Ryu se pusieron de pie, pero, cuando ambos pensaban en escapar, algo lanzó al sensei fuera de la habitación, lanzándolo contra la puerta de entrada. Esta, al impacto, se rompió y Mikami terminó en el pasillo casi inconsciente.
-¡Mikami-san!
-¿Vas a dejarme?-.Esa tenebrosa voz.
-¡Vete de aquí! -Ryu cayó de rodillas y comenzó a llorar
-No llores, Matt, -una mano tocó el cabello del muchacho- aquí estoy, ese tipo ya no será un problema, ok?
-Por favor, -murmuraba -déjame tranquilo, vete, por favor…
-Matt…yo te amo.
-¡Yo no te amo! ¡No soy Matt! ¡Mi nombre es Ryuuzaki!
-No trates de lastimarme, Matt -los vidrios temblaron-, o te podría ir mal.
- No me podría ir peor.
Light lo tomó del cabello para tirarlo al suelo; se subió en él y comenzó a rasgar su ropa, arañando su cuerpo, ignorando los gritos de su víctima. Estaba tan ocupado que no sintió a Mikami entrar y jalar a Ryu de las piernas, logrando así liberarlo y sacarlo de la habitación. Corrieron por el pasillo hasta la puerta del elevador; se volvieron, pero nadie los seguía.
Mikami se quitó la gabardina y se la puso a Ryu. Mientras la abrochaba, el elevador se abrió, y algo jaló al muchacho del cabello, tumbándolo dentro de este, mientras Mikami no pudo mover ni un pie, e inmóvil, sólo pudo mirar como las piernas de Ryu se elevaban, y la puerta se cerró.
-¡Déjame! -gritó Ryu al ver como la figura del Light se materializaba sonriéndole desde lo alto, donde los amos ven a sus sirvientes.
-Matt, no te esfuerces, así lo quisiste y así te trato, no te quedaste a mi lado como lo prometiste; yo hice todo por ti, dejé a mi familia, dejé el colegio, dejé mi vida, y tú…esperaste a obtener todo lo que podías de mí para dejarme!
-Por favor, no sé de qué me hablas, yo no te conocí nunca, no se quién es Matt…
-Claro, ese sensei es con quien te fuiste, no? ¿Qué te ha dado él que yo no te di antes? Te mostraré de lo que soy capaz!
De un tirón, desnudó a Ryu del pantalón y se bajó el suyo. Sin aviso, entonces lo penetró tan duro que un hilillo de sangre corrió por la espalda de Ryu, que gritó de dolor y horror al sentir esa cosa dentro de él. Le dolía, no sólo el cuerpo, sino el alma. Si tan sólo no hubiese salido de su casa. Ahora morir de tristeza le parecía una mejor opción a morir de una forma tan cruel en manos de un despiadado demonio como Light Yagami.
-¿Te gusta, no? Sé que te gusta, sé que me amas, sólo querías ver cuan celoso soy; ahora ya lo sabes, soy muy celoso, y no permitiré que nada ni nadie te separe de mí!
-¡No!
En el primer piso Mikami esperaba mas que desesperado, que el elevador bajara, y en cuanto éste se abrió, vio a Ryu desmayado, cubierto sólo con la gabardina, y lleno de cortadas en la cara y el resto de su cuerpo, desnudo, amoratado. Light no se había medido en demostrarle cuánto extrañaba a Matt.
-No intentes llevártelo.
Una voz detrás de Mikami le produjo un escalofrió. Se giró y vio a Light.
-Ya te dijo que no es Matt, su nombre es Ryuuzaki, tu no…
-No es tuyo, sensei…ya me robaste a uno, no te permitiré que te lo lleves también a él…
-¿De qué hablas?
-Tú te llevaste a Matt, lo alejaste de mí metiéndole cosas a la cabeza, diciéndole que mi forma de amar no era la correcta.
-Eras tú… ¡casi lo mataste al empujarlo por las escaleras!
-¡Él empezó! Me engañaba, dejó de amarme, y tú lo empeoraste todo!
El viento hizo temblar un ventanal cercano y los ojos de Light empezaron a encenderse de un bello rojo sangre.
-Ryuuzaki se quedará aquí hasta que me devuelvas a quien en verdad amo.
-¿Qué pasa si no lo hago?
-Tu nuevo chico no volverá a despertar, tendrás que matarlo para que las pesadillas que la atormentan en estos momentos lo dejen descansar en paz.
-¿Cómo puedes decir que amas a alguien cuando estás por matar a un inocente?
-Para mí él no es nada, no me importa lo que le suceda.
-Parecía importarte cuando creías que era Matt.
-En el departamento todo es igual para mí, pero en el primer piso veo todo como es en verdad, por eso no te había reconocido, Mikami-sensei.
Light se desvaneció con una sonrisa de odio en su rostro, mientras Mikami intentaba reanimar a Ryuuzaki, sin éxito. Fue entonces, cuando la puerta del elevador se abrió y la voz de Ryu se escuchó.
-Mikami-san…-lloraba- Mikami-san…sácame de aquí…por favor…
Light tenia razón, aunque Mikami tenía el cuerpo de Ryu y su respiración era lenta, el alma del muchacho seguía en ese edificio.