- Tom, tengo miedo- susurraba temblando un pequeño niño de 4 años de edad, acurrucado junto a su gemelo
-no temas, solo será nuestro primer día en el Kinder Garden, no pasa nada- el otro le sonrío tiernamente, acariciando su cabellera café, idéntica a la suya
-pero, ¿y si alguien te quiere separar de mi?- respondió el menor, mirándolo fijamente
-eso jamás, nadie tiene el suficiente poder para separar a Tom Kaulitz de Bill Kaulitz, ¡nadie!
-¿me lo prometes?
-por siempre y para siempre- dijo Tom tomando con fuerza la mano de su hermano
-por siempre y para siempre...juntos
8 años después
-¡¡si!! ¡Al fin llego el día!-el joven pelinegro saltaba sobre un bulto bajo las sabanas de su cama, aquel bulto, su hermano Tom, reacciono asustado ante el grito de su gemelo
- y pensar que nuestra primera ida a la escuela tenias tanto miedo- dijo Tom tallándose los ojos
-eso era cuando teníamos 4, ahora tenemos 12, ¡listos para el primer año de secundaria!
La luz del sol poniente abrasadoramente roja brillaba en la secundaria del pueblo de Leipzig, alargando las sombras de los gemelos que llegaban a ella tomados de la mano, charlando animadamente hasta que una chica rubia muy hermosa pasó frente a ellos, captando la atención de Tom.
-en un momento vuelvo- anuncio, yendo detrás de la rubia, Bill sintió como si se ahogara, su hermano nunca le había echo algo parecido, pero trato de ignorarlo y siguió su camino al aula de clases.
La mayor parte del día su gemelo la paso junto a esa rubia, de nombre Chantelle Paige, riendo, hablando, conociéndole... Bill recordó entonces la promesa que se habían echo hacia 8 años.
...”espero que no mientas, hermanito”...
En casa Tom le contaba muy animadamente a su hermano lo maravillosa que era Chantelle, las cosas que tenían en común; Bill fingía interés, ardiendo por dentro.
El día siguiente había sido igual y el siguiente, y el siguiente, y el siguiente, hasta pasar un mes. Ahora esa sensación de ahogarse, era más bien como si la estuvieran estrangulando mientras la sofocaban en una tina de agua hirviendo.
Una tarde, Bill tuvo un intenso deseo de abrasar a su hermano, sentir su calor. Tom desde luego acepto, en sus mejillas lisas y planas pudo sentir su temperatura
Había tenido su oportunidad de cumplir su deseo: de amar a su hermano y solo a el...por siempre y para siempre...pero, ¿Quiénes eran esas personas jamás se separaban de su lado?
Ya lo había reconocido, lo amaba demasiado, había pasado con el toda su vida, incluyendo el echo de haber nacido juntos, daría todo por el, incluso su cuerpo. ¿Había estado jugando todo este tiempo con el? ¿Había roto su promesa? De ser así, entonces tenía que pagarlo...
Faltaban apenas un día para el 14 de Febrero, día en que Tom había dicho que le confesaría su amor a Chantelle. Toda la tarde estuvo nervioso por como reaccionaria la chica, Bill lo veía muy mal, pensando como seria si obtenía un “no” por respuesta.
-no deberías esforzarte tanto- Tom se exalto, no se había dado cuenta de cuando entro su hermano a su habitación. Tampoco se había dado cuenta de que ya era casi media noche, afuera llovía sin cesar. Bill estaba maquillado, con una excesiva sombra negra y delineador, Tom quedo atónito e intrigado por esta razón.
-tu no deberías entrar sin tocar la puerta antes- su voz tenia un tono de molestia
-pero nunca te habías molestado por eso
-ahora es diferente, ya somos mayores, necesitamos privacidad, dejándolo de lado ¿Por qué no debería de esforzarme?
-Chantelle no es para ti, no te merece, además, tu ya estas predestinado para alguien mas- lo ultimo lo había dicho en un tono misterioso- desde antes de que nacieras
- ¿ah, si? ¿Para quién?- Bill se le acerco peligrosamente al rostro, sus miradas chocaron
-para mi- en ese instante le dio un beso en los labios, a Tom le tomo de sorpresa, pero no le correspondió; empujo a su hermano lejos de el, con tanta fuerza que había caído al piso
- ¡¿Qué mierda crees que haces?!
-¡dijiste que estaríamos juntos para siempre!- lagrimas resbalaban por sus mejillas, junto con el delineador, dándole un toque macabro.
-¡pero no de esta forma! Somos hermanos, de todas formas, nadie puede estar junto a una persona para siempre, tienen que separarse en algún momento
- rompiste tu promesa- dijo Bill en un hilo de voz tan suave que su hermano apenas lo escucho
-¡no me vengas con tonterías! ¡Éramos niños, por el amor de dios!!
- si no puedo tenerte yo, no te tendrá nadie mas- cayo un rayo muy cerca de su casa, fue su ultima oración antes de marcharse, dicha en un tono tan increíblemente apático, que Tom se asusto un poco.
Cerró su habitación con seguro, quitándose la ropa para meterse a la cama, llovía cada vez más fuerte, sonaban los truenos y los rayos. Su padre y su madre no estaban, habían ido a una cena de negocios, pero por el clima, no esperaba que llegaran pronto.
En ese momento eran las 12:55, 55 minutos sin poder conciliar el sueño, el sonido de la llovizna le ponía de nervios. De pronto escucho que abrían su puerta, ¿Pero como? Su hermano era el único que tenia la llave, tal vez era el para disculparse o algo parecido.
Acurrucado en sus cobijas, semi abrió los ojos para observar a su hermano, en un parpadeo vio una sombra frente a el, esa sombra empuñaba un machete, lo alzo y antes de dar el golpe, Tom salto de la cama.
-¡¿Qué puta madre te sucede?!
-te dije que si no eras mío, no serias de nadie
-¡¡ESTAS LOCO!!
-no, solamente te amo demasiado
El pelicafe corrió hacia la puerta saliendo de la habitación, seguía corriendo por los pasillos de su enorme casa, sentía que iba por un laberinto oscuro y no hallaba la salida, se escondió bajo una mesa que había en el corredor, con la esperanza de no ser visto.
Bill caminaba lentamente, pasando frente a la mesa donde su hermano se encontraba oculto, llevaba el machete arrastrando tras ella.
- lanlala, lanlala, lanlala, lanlala... – cantaba en un tono de voz que sonaba hueco y roto, Tom conocía perfectamente esa canción, se la había cantado una noche lluviosa como esa, hacia 2 años; cuando su hermano no podía dormir, asustado por los truenos:
“Una flor que soy feliz de comprar a un precio reducido,
una flor que soy infeliz de vender a un precio reducido,
una flor que ama y es amada,
una flor que gira con gran dolor...”
El canto se detuvo, el pensó que tal vez se había marchado sin darse cuenta, aun no era seguro salir de todos modos, pero...
- ¡¡sorpresa!!- Bill había levantado el mantel de la mesa, Tom se puso blanco como fantasma del miedo. El chico alzo el hacha, destruyendo la mesa.
- ¿tú perteneces a mí?, ¿tú perteneces a mí?, ¿tú perteneces a mí?,- repetía mientras hacia pedasos aquella antigüedad que su madre había comprado poco tiempo antes-
¡Tú me perteneces!
Tom mientras tanto escapaba de nuevo, pero su hermano era más rápido, apunto de alcanzarlo. Bill tomo un viejo jarrón de vidrio y lo lanzo a su hermano en las piernas, haciéndolo sangrar terriblemente.
Dependiendo de la fuerza de sus manos, se arrastro hasta el rincón más cercano, ya era demasiado tarde para huir.
Empuñando el arma, le corto las pierna izquierda, el soltó un grito ensordecedor, siguió con los brazos, la sangre fluía a montones, espesa y con un brillante color rojo. Apunto de terminar su obra, pero antes de hacerlo...
- quiero que sepas que hago esto porque te amo demasiado, feliz día de San Valentín, querido hermano- espero un poco antes de dar el maldito golpe final al corazón.
Admiro con ternura su trabajo, se retiro un poco, sacando del cajón del armario que estaba en el pasillo una vieja pistola, se apunto con ella en la sien.
-ya te di todo lo que te pude ofrecer, no me arrepiento de mis actos, pero sin embargo, el numero de personas que amas sigue siendo el mismo, con el fin de que nadie te arrebate de mi, moriremos juntos aquí...
El sonido de un disparo muerto inundo aquella casa, donde antes hubo un joven que amaba a su hermano mas que a nadie en el mundo...por siempre y para siempre...asta que la muerte los separe y los reúna de nuevo...
“Una flor que soy feliz de comprar a un precio reducido,
Una flor que soy infeliz de vender a un precio reducido,
Una flor que ama y es amada,
Una flor que gira con gran dolor...”
“Una flor que mato por amor”