Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Your symphony por Chris Yagami

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Insisto con los songfic xD... no lo puedo evitar, quiero aprender y echando a perder se aprende xD

Espero les guste... yo quedé satisfecha a pesar de no ser mi tipo de fic (me refieron al final xD)

Notas del capitulo:

Disfrútenlo a pesar de que lo escribir relativamente rápido xD

 

Your symphony

A veces aquí está demasiado oscuro, la lluvia sigue y sigue y la luz del sol no quiere aparecer detrás de esas nubes de tormenta, a pesar de que a veces estas no son tan espesas.

El mundo es muy extraño, recuerdo que yo viajaba en sus vientos por mucho tiempo. Durante mi estadía detrás de este velo conocí a mucha gente, muchos se convirtieron en amigos que poco  a poco fueron olvidándome y que desgraciadamente yo también olvidé. Hubo muy poco que permanecieron a mi lado, compartiendo mis temores y sobretodo mis alegrías… que no fueron pocas desde el día en que lo conocí.

Pero ahora estoy aquí, en este refugio oscuro, donde lo único que alcanzo a ver es la fuerte tormenta que azota mi mundo. Siempre estoy asustado, a veces más aterrado que nunca, pero en algunas ocasiones me siento un poco mejor. La lluvia se vuelve en una brisa y una pequeña luz atraviesa las nubes para hacerme sentir cálido. Me acaricia, me canta y consigo dormir con una sonrisa en los labios finalmente… pero nunca puedo ver el sol.

Lo llamo, le grito que quiero verlo, pero parece que nunca me escucha. Me siento frio, tan cansado y triste… cada vez me siento en una oscuridad más profunda y el sol no quiere iluminarme… solo esta luz, cálida… me ama.

Como todos los días siguió con su rutina. Cansada, herida… estaba harta del mundo… ¿Cómo se atrevía a irse? Bien, si no podía aceptar su nuevo ritmo de vida, entonces no eran el uno para el otro… ¡Que se fuera mucho al demonio!

Se vistió con lo primero que encontró, se había descuidado mucho últimamente, pero no necesitaba arreglarse mucho siendo que ahora no iba a ningún lado que no fuera ese lugar blanco. Ya no iba a fiestas, no entrenaba, no tocaba su instrumento, no cocinaba… tal vez eso también provocó que la dejara… pero él debía entender que ahora lo más importante era intentar sanarlo, recuperarlo, sacarlo de la oscuridad.

Mientras se vestía miraba los cajones vacíos donde antes estaban sus prendas, de quien la había acompañado durante tantos años…ya los había perdido a ambos. Suspiró dándose la vuelta y encontrándose con una fotografía enmarcada. Eran ellos tres, una mujer pelirroja, un hombre de cabellos blancos y un pequeño de cabellos castaños.

-Yashiro… Chris- susurró dolida…

I know that you need me
To survive in this world
world of empty words

*Flash *

Los conocí en un orfanato donde los tres éramos huéspedes, ella y Yashiro ya eran mayores de los quince y no tardaban en salir de ese lugar para integrarse al mundo, pues nadie los quiso adoptar por sus conductas violentas, que la verdad los tenía sin cuidado. Yo en ese momento tenía ocho años, tenía cerca de cinco en el lugar y desde que llegué me había pegado como chicle a Yashiro, que le molestó al principio, pero con el paso del tiempo llegó a quererme de verdad.

Cuando salieron del lugar siguieron frecuentándose, así como seguían visitando el orfanato para visitarme y saber de mí. Nadie quería adoptarme, pues en ocasiones también me comportaba extraño o al menos eso era lo que me decían en ocasiones, pero nunca recordaba eso. Los demás niños comenzaban a rechazarme por alguna razón que no comprendía al igual que ninguno de ellos dos, pues no estaban enterados de todo y las custodias no les querían decir nada al no ser los padres o potenciales padres para mí. Pero seguimos adelante. Poco a poco me acostumbre a eso, solo esperando una visita de ellos.

Finalmente, cuando cumplieron la mayoría de edad decidieron adoptarme para sacarme de todo ese rechazo. Mi comportamiento fue norma, eso decían ellos… pero yo no me sentía normal, había alguien, más de una persona en mi cabeza. Pero ellos justificaban eso diciendo que eran las actitudes normales de un niño de diez años: ilusiones, fantasía… juegos. Nada fuera de lo común… pero…

*Flash*

No fue fácil reconocer que había un problema, no fue sencillo reconocer las señales en el comportamiento de un adolescente. Cuando todo comenzó trataban de explicarse con respuestas sencillas esas repentinas acciones, todo lo que estaba cambiando en Chris, pero a veces era demasiado complicado, su actuar no era para nada normal.

A veces se mostraba de un humor de los mil demonios, otras veces demasiado apático consigo mismo y con el mundo, a veces miraba un punto fijo en la nada y podía permanecer así por horas. Pero lo atribuían a su desarrollo, a la etapa que estaba cruzando: la adolescencia. Aunque ellos no habían experimentado nada de eso, comprendían que no todos asimilaban de la misma manera los cambios. No le dieron mucha importancia.

Pero hubo una ocasión en la que se asustaron. Estaba en el patio, sentado con dos grandes rocas en las manos, las cuales estrellaba contra su rostro, pero no estaba llorando, su mirada estaba perdida. Furiosos lo levantaron de ese lugar y lo llevaron a un hospital, pero su furia nacía del miedo y la preocupación, no sabían que le pasaba. Le dieron una paliza pensando que se había drogado advirtiéndole que lo regresarían al orfanato si  lo volvía a hacer, y el prometió que no lo haría más.

In the dephts of wind
could be playing with me
your symphony

Pero el medico decidió hacerle algunos chequeos, esperaron ansiosos algunos días hasta que las pruebas terminaron, los mandaron con varios especialistas en enfermedades mentales. Hasta que les dijeron que Chris podía padecer de un grave trastorno que no podían confirmar aun, pues era muy joven para hacer conclusiones. Aun así lo sedaron, lo mandaron a casa, donde todo continuaba, cada vez era mayor el tiempo que permanecía sedado…… no quisieron aceptarlo, fueron por más puntos de vista, no querían aceptar que la cabeza de Chris no funcionaba adecuadamente y se dijeron que el médico que lo había atendido era un incompetente. Entonces decidieron viajar a Japón para visitar a un médico reconocido… allí se los confirmaron. Las alucinaciones y esas conductas solo concluían en un solo diagnóstico…Y con el tiempo solo se hizo más notable que algo sucedía con él, aunque se negaran a verlo la realidad era que algo pasaba y tendrían que darse cuenta de ello tarde o temprano. No quedaba sino admitir que Chris sufría de esquizofrenia.

Residieron en ese país de manera permanente, pues era lo mejor para Chris, lo medicaron y parecía dar resultado pues todo había mejorado, ya no había depresiones, ni arranques de ira… nada… parecía que podían ser una familia feliz.

take my hand and feel me
if I'll be your friend...
forever be

*Flash*

En ese lugar, conocí a un hombre, era demasiado mayor, más incluso que ellos dos. Un par de años más que Yashiro, pero eso no me importaba a mí en lo más mínimo, llegué a quererlo de verdad y me parecía que él me quería a mi aunque rara vez me lo decía.  Nos veíamos continuamente, cada vez era más feliz, y eran mis pupilas que brillaban y la sonrisa que me abordaba cada vez que veía su auto a través del cristal de mi habitación cuando me visitaba… Shermie y Yashiro decían que era demasiado tosco y rudo conmigo, que no parecía quererme de verdad, tenían miedo de que solo estuviera jugando con un niñito de quince años, por eso decidieron prohibirme verlo. Yo no quería ser un mal hijo, y no quería hacerlos enfadar de nuevo y arriesgarme a volver al orfanato aunque fuera solo un par de años. Así que decidí no verlos, dejé de ir a nuestros encuentros, no le abría la puerta cuando llegaba para saber de mí, pero yo quería estar con él, me dolía verlo retirarse después de tocar a la puerta por una hora… yo lo quería y me entristecía no poder estar con él.

No me di cuenta cuando Shermie decidió hablar con él, sé que fue difícil encontrarlo pues yo no les decía nada de los lugares que visitábamos, a veces les decía que nos gustaba caminar por el parque. Pero ya habían pasado dos semanas desde nuestro último encuentro, y dudaba que continuara yendo al lugar para saber de mi… después de todo no me quería realmente. Aun así fue al lugar, en cuanto llegó lo vio a lo lejos, pues sus cabellos eran algo inconfundible. Cuando lo llamó el rostro de él se alteró y corrió a ella para cuestionarla casi histérico, para saber de mí. Realmente estaba preocupado y eso le hizo entender que no era que estaba jugando conmigo, sino que realmente sentía algo por mí.

-Está bien- le dijo con una sonrisa- quiere verte.

Cuando lo escuché de nuevo, cuando estaba en la puerta de mi habitación esperando por mí, ese es uno de los recuerdos más hermosos que tengo de los dos juntos, fue lo que les hizo saber que de verdad estaba enamorado de él y que lo único que quería era que no me apartaran de su lado… pero hacía falta saber si él me quería lo suficiente para cargar con lo que yo padecía… Shermie me lo sugirió, me dijo que si quería tener una verdadera relación de pareja debía decírselo.

Con el corazón en la mano se lo dije, el alma me pendía de un hilo mientras las palabras me salían de la boca al igual que las lágrimas de mis ojos, tenía miedo de que me creyera un lunático y me dejara. Pero él lo aceptó, con una sonrisa y aun nervioso me aceptó tal y como era. Entonces fui tan feliz, me pidió que me mudara con él poco tiempo después, así con el consentimiento de mis tutores me retiré de su casa para iniciar una nueva etapa de mi vida… la más brillante de todas.

*Flash*

Pero la felicidad se vio truncada. Cerca de su mayoría de edad todo empeoró, las fantasías, los arranques violentos, las alucinaciones… todo regresó y el medico seguía drogándolo, al parecer no podían hacer mucho por él.

Decidieron encerrarlo en esa clínica, haciéndole entender que era lo mejor para él y para los que le rodeaban. No opuso resistencia, con una sonrisa en los labios les dijo que aceptaba pues estaba lo suficientemente lúcido para entender que a veces era peligroso.

-No se olviden de mi- le dijo simplemente. Como si eso fuera posible.

Todos los días estuvieron allí para él, los tres. Él les platicaba de las terapias, de las pruebas que hacían en él. Quería salir pero no si aún estaba enfermo… y lo que más los angustiaba y les rompía el corazón es que nunca dejó de sonreír… no mientras era visitado por él.

Pero dejó de ir, ya no lo visitaba y eso lo hacía llorar… cada vez se perdía más tiempo, permanecía recostado en la cama mirando el vacío por días. Pareció comprender que el final se acercaba pues les rogó que lo buscaran, que le pidieran que hablara con él una última vez, quería escucharlo por última vez que le dijera que lo quería, aunque fuera una mentira… Yashiro lo buscó, habló con el… pero sus palabras fueron:

-Ya no estoy interesado-

Fue cuando cayó. Cuando sus ojos se perdieron eternamente.

“¿Ustedes no me olvidarán, verdad?” dijo antes de que se despidieran de él ese día, para encontrarlo al día siguiente perdido en un velo oscuro… del que no ha regresado en tres años.

Y ahora era Yashiro el que decía que se había cansado. No tenía ningún derecho a decir eso… lo habían prometido… no debían olvidarse de él.

Playing on and on
never be alone
sing my song

En el taxi solo miraba los edificios, el sol brillaba demasiado feliz, casi burlándose de su dolor. Pero no iba a dejarse vencer, ahora era la única que podía hacer algo por él. Ya lo habían abandonado demasiadas personas y ella no iba a ser una de ellas. Al pasar por una tienda de electrónica miró un programa de espectáculos donde “él” se presentaba. Se le formó un nudo en el estómago y en el corazón. Era famoso, con las canciones escritas por él, con sus sentimientos… ese desgraciado aprovechó la oportunidad y tomó el talento de ese pequeño para subir hasta la punta… “The Hell” era una farsa.

Llegó a la clínica finalmente, pagó al taxi y caminó por las baldosas blancas hasta las puertas del edificio blanco. Como todos los días los internos en mejores condiciones eran paseados por las enfermeras. Muchas de ellas la saludaron, pues llevaba con la misma rutina casi tres años. Llegó a la recepción, donde la mujer sentada allí le sonrió apenada.

-Buenos días, Shermie- se levantó dándole el cuadernillo de siempre para que se registrara- está en su habitación privada, está más sedado de lo normal.

-¿Otra crisis?- preguntó suspirando… ya no eran tan comunes, pero aun pasaban.

No veo la luz y la quiero conmigo, está muy lejana y aun así quiero alcanzarla… ¿Por qué me olvidaste? ¿Por qué quieres abandonarme? No lloro, no quiero hacerlo, solo te grito con todas mis fuerzas para que me escuches detrás de las nubes, que sepas que necesito tu calor. Me siento demasiado frío.

Me preguntó si puedo regresar, pero tengo miedo de salir de este refugio, de mojarme con las gotas heladas de la tormenta, que el viento me azote con todo su poder y me haga caer más profundo… estoy asustado. Lo único que quiero es el calor del sol, pero no puedo obtenerlo, no hay nada.

Los delfines bailan en un lago de aguas negras, las flores cantan girando en risas tornasoles. Las luciérnagas devoran los sueños de los sapos, que desean a sus princesas, solo quieren un final feliz… yo quiero un final feliz.

I stay by your side, girl,
through the endless hate, my dear,
The rain disappears

Se sentó a su lado, donde permanecía hecho un ovillo, tomó su mano la cual apretó para hacerle saber de su presencia. Eran pocas las veces que podían estar a solas.

Cada vez que miraba sus ojos negaba sin querer creerlo, sus ojos habían perdido el brillo e inocencia que lo caracterizaban, siempre estaba ausente… aun no podía aceptar el verlo así.

Estaba muy bien atendido, los enfermeros y médicos eran muy atentos y trabajaban día y noche con él y con todos los pacientes. Shermie pensaba contantemente en su situación, siempre lo miraba directamente esperando observar algún tipo de reacción en ese rostro apacible y tranquilo, demasiado quieto. Pero siempre permanecía perdido en el vacío, ya no retenía la vida como en antaño, ya ni siquiera miraba al mundo que tanto amaba. Siempre sentía ganas de llorar, pero siempre se contenía, aunque esta vez, con el reciente abandono no pudo contenerse, nada tenía que ver lo que ella sintiera ante la situación, solo importaba una persona.

-Yo no voy a abandonarte, Chris- susurró en medio de los sollozos- me quedare contigo porque sé que vas a recuperarte.

Los días siguieron corriendo normalmente. Pasaron semanas desde que Yashiro se fuera de casa, y aunque había intentado comunicarse en varias ocasiones no había querido recibir sus llamadas. No sabía si seguía visitando a Chris y la verdad no le importaba.

Un día en el que llegó más tarde de lo normal, se asustó cuando la recepcionista le dijo que él ya tenía visitas, pensó que era Yashiro y se decidió a enfrentarlo… pero cuando entró a la sala común se quedó helada: junto al cuerpo quieto de Chris, que permanecía frente a la ventana, se encontraba parado un hombre de cabellos rojos, era ese mismo hombre, el primero en abandonarlo.

-¿Qué haces aquí?- preguntó más que molesta y el hombre no reaccionó, seguía acariciando sus mejillas y besando la palma de la mano derecha de Chris- contéstame, Yagami.

-Lo lamento- dijo sin mirarle aun- Quería verlo

-¿Te tomó tanto tiempo darte cuenta?- reclamó resentida. Tres años eran demasiado tiempo.

No le contestó, dio un último beso en su manita y se apartó un poco para mirarla finalmente.

-¿Cómo están?- susurró con un intento de sonrisa.

-Mal, pero seguimos adelante sin ti- acusó sin moverse de su sitio cuando se acercó.

-Lo siento, Shermie, sé que me tomó tiempo… pero quiero estar con él- pidió con un hilillo de voz

Se quedó callada. En el pasado fue la intervención de él lo que permitió que Chris se recuperara de una recaída, no sabía si ahora funcionaria de nuevo… y no quería hacerse falsas esperanzas. Pero Iori estaba decidido a quedarse con él y a cumplir con lo que había prometido hacía mucho tiempo.

-No sabes lo que dices Yagami, ya lo abandonaste una vez cuando las cosas eran más fáciles, sé que es muy difícil lidiar con el dolor y la frustración así que no te voy a recriminar si te arrepientes ahora de lo que acabas de decir.

-Voy a estar con él- Fue todo lo que dijo, estaba decidido.

the poison of your life
fills my glass and I...
I drink, I die

La luz volvió. Las nubes se fueron. Puedo salir.

Los pájaros, de tonalidades purpuras, destellos azules en sus picos de arabescos, cantan felices bailando en el cielo de flores y yo puedo sentir los rayos del sol sobre mí. La piel siente su caricia y yo trato de alcanzarlo. Quiero sentirme libre de ese refugio oscuro, porque cuando la oscuridad vuelva, no sé si podré volver a salir.

Pero está aquí, yo sabía que algún día volvería este calor, que no me olvidaría porque él me lo prometió y sé que cumple sus promesas.

Quiero ir más allá, volar en el viento sabor a menta y tocar sus extensiones, sentir el ardor de sus flamas azules, abandonar estas tierras blancas que me atan al dolor y ser feliz nuevamente. Sé que la luz no se irá. Es cuando ves la oscuridad que te das cuenta de cuanto brillan las estrellas y la luna y yo adoro volver a verlas, dejar esas nubes, aunque aún hay algunas rondando, los rayos púrpuras no las dejan acercarse… quiero que duré más tiempo de lo normal… no quiero que la oscuridad vuelva… no quiero tener miedo de nuevo. Lo necesito.

-¿Qué sigue?- le preguntó uno de esos días, mientras observaban como caminaba lentamente hasta la ventana y tocaba el vidrio cristalino con sus delgados dedos. A pesar de las fisioterapias, seguía adelgazado poco a poco.

-Nada, seguir adelante. No hay varios pasos, solo uno- se explicó mirando atentamente a otro paciente que cantaba incoherencias mientras giraba. Parecía que era nuevo en el lugar.

-¿Si hay un tratamiento?- preguntó esperanzado pero su semblante cambio al mirarla negar con la cabeza.

-El medico explicó que un tratamiento sirve poco. El caso de Chris es grave, no tanto como muchos otros- cada vez bajaba más le tono de su voz. Ahora miraba atenta a Chris que no se había vuelto a mover- Desarrollo una variante de la esquizofrenia catatónica, él está aquí solo físicamente, pero su mente está a millones de años luz. Se mueve, pero porque aun logra entender el medio exterior. Reacciona un poco, pero no de manera consiente, es solo imitación. No sabe lo que hace y tal vez…- calló de repente mirando sus manos.

-¿No se recuperara nunca?- palideció ante la perspectiva de una eterna lucha en vano.

-Lo hemos estado intentando, pero como no podemos recibir respuestas no sabemos si está funcionando… pero no nos damos por vencidos- Iori suspiró, sonrió levemente con el semblante afligido, al parecer se estaba dando demasiadas esperanzas y no debía permitir eso- no te ilusiones, no te hagas de falsas esperanzas, esto es demasiado difícil, pero no hay otra manera.

In the dephts of wind
could be playing with me
your symphony

Se sintió devastado con esas palabras, más aun al verlo quieto mirando hacia afuera, ni siquiera en dirección al cielo, solo miraba al frene topándose con el muro blanco que delimitaba los terrenos de la clínica… y si no volvía nunca ¿Qué haría? Lo quería de vuelta, al niño que dejó ira hacía tiempo. Su sonrisa, sus ojos… todo de él… y ahora veía tan lejana esa época, la más feliz de su vida. La única feliz de su miserable vida.

-No te des por vencido- le dijo colocando una mano en su hombro como muestra de apoyo. De nuevo había comprobado que de verdad lo amaba- mantén la llama de la esperanza siempre viva, la fe mueve montañas- sonrió y el correspondió.

La lucha siguió adelante.

Lo veo, la nieve cae, los leones aúllan a las piedras. Hay una luz, en el fondo de la oscuridad, dos faros me llaman, me dicen que ellos son más cálidos ¿Les creo? Quiero creerles, les sonrió pues los he visto antes. Las llamas que bailan sobre ellos me dicen que ya hemos estado juntos antes. Que hubo un tiempo atrás… lloré.

Te quise, te quiero, pensé en el mundo sobre tu pecho y tu cabeza. Pensé que las luces que bailaban regresarían cuando te conociera, que me harían danzar pero solo me hicieron regresar, por un poco de sinfonía de placer. Yo los quiero y los deseo, porque el tiempo pasa lento en este lugar y sé que será eterno.

Ahora hay una sonrisa, hay un cadáver de aventuras, que me dice que no hubo otra manera de hacerlo, no hay nada más. Y duele cada paso que doy sin compañía en el camino de espinas siguiendo el llamado de una imagen al final de la agonía, una agonía que no tiene final. Las espinas se ríen de mi sangre que cae llorosa por mis piernas. Que llueve de nuevo. La soledad quiere volver, la oscuridad quiere envolverme… no quiero.

La luz del sol tiene que salvarme. Pero tengo miedo de abandonar un sueño y encontrar lo real. El tacto real de la visión. De sus ojos… de su abandono.

Vivían prácticamente a su lado, todos los días tenía sus visitas. Las enfermeras y médicos llegaron a acostumbrarse a la presencia de Iori también, así como el de la pelirroja, y aunque al principio se mostraron sorprendidos, pues lo conocían dado su reciente éxito, y se escandalizaron al saber de sus razones para estar con ese joven que no mostraba mejoría desde que había llegado, pero era algo que a Iori lo tenía sin cuidado. Lo quería y quería estar junto a él.

Cuando llegaba en las mañanas, lo primero que hacía era hablarle dulcemente mientras dormía hasta que conseguía que despertara, entonces acariciaba sus mejillas mirando sus ojos ausentes, los que en ocasiones lo hacían llorar al recordar su estupidez. Ahora solo deseaba que volvieran brillar con la misma felicidad e inocencia.

Le hablaba mientras lo ayudaba a comer, al asearlos, al cambiarlo de ropa. Acariciando sus cabellos, tomando sus manos mientras se mantenía frente al ventanal. Le contó el cómo se conocieron, sus momentos felices, los cuales eran también sus más atesorados recuerdos. Le repetía incansablemente que lo sentía, que aún lo amaba más que a nada y deseaba tenerlo de vuelta con él en ese plano existencial. Se iba incluso después de Shermie, en ocasiones eran los enfermeros quienes le pedían que se retirara, pues él no tenía intención de hacerlo, ya que al anochecer, mientras lo recostaba en la cama para dormir, lo hacía junto a él para poder sentirse cerca, recordar cuando estaban juntos y lo escuchaba hablar en sueños, pues lo hacía comúnmente. A veces derramaba lagrimas silenciosas, pero no dejaba que Chris “escuchara” sus sollozos, pues tenía que saberlo fuerte para traerlo a la vida.

Playing on and on
never be alone
sing my song

No tenía mucho tiempo para sí mismo. Por las noticias, mientras Chris estaba frente al ventanal, escuchó como K’ hacia una rueda de prensa para informar que ya no se llevaría a cabo la gira. Les costaría mucho dinero recuperar la inversión, pero pagaría el dinero con la herencia de su padre. Era solvente así que no le preocupaba. Lo que lo preocupaba era el hambre que sentía, su alma oscura estaba deseosa del brillo de su mirada y no sabía cuánto tiempo lo soportaría antes de volver a darse por vencido. De abandonarlo.

Cuando se decidió a quedarse sabía que iba a ser más duro que nada en el mundo, pero no logro comprender cuanta voluntad y amor tenía en el corazón, cuanto valor, pues verlo así era demasiado doloroso. Recordar el sonido dulce de su risa, las suaves notas de su voz al cantarle al odio las letras que componía casi a diario, mirar el vacío de su alma a través de sus hermosos zafiros azules que parecían opacarse cada vez más. Era demasiado. Lo único que le quedaba era recordar su época juntos, cuando vivían la vida y ninguno pensaba hacerlo de una manera distinta que no fuera al lado del otro.

Fueron tres años de felicidad que pasaron como un parpadeo, tres años más que le parecieron eternos en la depresión y la soledad. Pero en esos momentos acompañándolo el tiempo parecía que no quería correr. Todos los días igual, nada cambiaba, ni en Chris, ni en Shermie, ni siquiera en él. Se sentía igual de miserable, de estúpido… pero sobre todo, se sentía derrotado. No tenía nada que le dijera que lo que estaba haciendo valía la pena. Ella le dijo que no perdiera la esperanza, pero nunca fue bueno para eso, no era bueno más que para buscar la salida fácil: huir.

Pero no había manera de huir a eso, si escapaba de lo que sucedía con el que fue el amor de su vida, aun así sus recuerdos lo seguirían atormentando, le recordarían su acciones hasta el día de su muerte y no quería eso. No quería tener la misma pregunta siempre rondando por su cabeza: ¿Cómo llegué a esto? En un instante las cosas cambiaban demasiado. Primero de la soledad absoluta a la felicidad incondicional junto a él en un recorrido del centro de la ciudad hasta su departamento. Después de ese felicidad a la depresión en un segundo de cobardía. Y finalmente de esa depresión a la desesperación y frustración de la rutina diaria en un momento de valentía. ¿Se atrevería a pasar de nuevo a la depresión? No quería averiguarlo.

A veces le cantaba lo que escuchó de sus labios una vez, cuando soñaban juntos en un futuro de éxito compartido, imaginaban los escenarios, las alfombras rojas, la prensa y con un poco de morbo, pensaban en los paparazzi. Pero ahora esos solo eran ilusiones vacías. Como su espíritu perdido y la voluntad que cada vez era menor.

You give me the light
all my cold nights

Me armo de valor, quiero llegar a él. Pero se aleja, ahora que quiero acercarme, él se aleja. ¿A dónde te iras esta vez? ¿Regresarás? Quiero creer que será así, y aunque tardes milenios, yo mantendré siempre la esperanza, te amo y siempre te amé. Aunque en este mundo los sentimientos pasan a segundo plano, yo te amo. Para siempre.

Pero regresa, no te alejes mucho tiempo, porque la oscuridad es fría y yo necesito de tu calor. Me duele cuando camino solo en la oscuridad, cuando tengo que refugiarme para que las espinas rojas no se burlen de mis esfuerzos vanos para salir de aquí. Pero si te veo, si veo al sol me siento más fuerte. Me creo capaz de alcanzar tu sonrisa. Pero se burlan y me hablan las mismas voces que me dijeron que debía dejarte, dejarlos a todos, a la vida. Me dicen que no vale la pena alcanzar la luz, pues el día no es eterno… pero lo comprendo, así como comprendo que tampoco la noche dura para siempre, y la mía ya ha durado suficiente.

Pero no puedo salir sin tu mano. Él sol está demasiado alto en el firmamento. Necesito ayuda y solo tengo energías para intentarlo una última vez… escucha mi ruego, quiero salir.

Pasaron las semanas, meses y también años. La espera era eterna, lenta, atormentadora. Ya se sentía al límite, no había otro deseo en su alma más que el de huir nuevamente, dejarlo de nuevo pero no lo hacía, nunca se decidía del todo y solo le tocaba revivir la espera un par de meses mas antes de caer de nuevo. Esperaba, se desesperaba. Le dolía y su alma estaba ya agonizando de angustia.

Pasaba tardes enteras contemplando su figura, el reflejo dorado del atardecer en sus hebras castañas, en el tono nacarado de su piel. En su eterna facción ausente. Poco a poco Chris lo arrastraba a ese pozo oscuro donde estaba su alma y su mente, solo había dolor en sus amaneceres y anocheceres. Pero su sentimiento permanecía y era eso lo que no lo dejaba apartarse, pues aun soñaba con ese sentimiento en él, lo mantenía unido a su corazón que solo latía para purificar un cuerpo sin alma. Pero estaba con él a pesar de todo.

Había momentos en que se daba por vencido, ratos en los que creía tener que reconocer que todo ya estaba terminado pues su agotamiento físico y mental estaban al borde. Se deprimía al pensar que la lucha constante no importaba, no podía dormir sin mirar el vacío en sus pupilas negras. Se decía que no le podía ganar a esa enfermedad, se decía que Chris moriría perdido en otro mundo, que jamás regresaría y cada vez que pensaba en eso quería llorar.

Estuvo a punto de despedirse muchas veces, hacerle saber a Shermie que de nuevo se acobardaría. Quería decirle que no podía seguir adelante, sus fuerzas se habían acabado después del primer par de años en la lucha que perdía minuto a minuto… pero no iba a reconocer la derrota, no de nuevo… no iba a aceptar esa realidad. Si era necesario el también se perdería en un vacío, uno repleto de oscuridad, pero esa oscuridad que provoca la esperanza ciega. No iba a dejar de creer… no de nuevo.

-Hola, Chris- lo saludó como muchos otros días, pero el jovencito, aun recostado en su cama, solo miraba el techo- te traigo buenas noticias- pero no recibió respuesta- hoy vino Yashiro de visita- nada- le tomó poco menos que a mí, pero se dio cuenta de que quiere estar a tu lado. Solo necesitaba un descanso para hacerse de nuevas fuerzas- solo un parpadeo, aun sin muestras de nada- Shermie está saliendo con uno de los médicos. Eso es bueno ¿No crees?- Pero nada.

Your fantasy
will be my symphony

Sabía que podía recuperarse, en ese tiempo lo había visto, solo había sido un paso de un milímetro, pero había ocasiones en que parecía reaccionar a ciertas palabras. Por eso no se había dado por vencido todavía. Había una manera de hacerlo regresar, pero aun no la encontraban. Aun así a veces parecía sonreír, otras se veía la tristeza en sus ojos, sobre todo cuando le dijeron que Yashiro se había ido. En esa ocasión una lágrima corrió por su mejilla, junto a Shermie lloró el abandono… pero quería volver, internamente Chris también estaba luchando y no lo dejaría luchar solo.

Se arrodillo frente a su cama, lo tomó de las manos como siempre y acaricio sus mejillas. De nuevo dudaba al ver su indiferencia. Dolía verlo así. Era duró también lo que estaba sintiendo, tenía que hacérselo saber, intentar también que le diera una respuesta.

-Se me acaban las fuerzas, Chris- sonrió a su rostro que aún no lo miraba- sé que estás luchando, pero no soy tan fuerte como tú. Sé que pronto ya no tendré nada para darte… solo quiero ver tu sonrisa- dijo comenzando a llorar apretando sus manos con desesperación, intentando llegar a él- dime algo, dime que regresarás, que no es una lucha que no dará frutos… te lo ruego.

Acaricio sus manos con suavidad, como siempre lo hacía antes de darle el desayuno, para darle los buenos días mientras las lágrimas caían como cascadas por sus mejillas, de los fuertes ojos ámbares que últimamente no hacían más que llorar. Permanecer así era irresistible, pensar que ese muchacho a quien tanto había amado y que aun amaba no regresaría a pesar de estar a su lado después de dos años. Quería seguir siendo fuerte y permanecer a su lado pero parecía que no importaba si estaba o no. Lo amaba con locura, con toda su alma, pero a pesar de ese gran amor que le consumía las entrañas no lograba hacer mucho frente a esa enfermedad… no podía arrebatárselo de las manos. Intentaba de todo para que sintiera su amor, para que sonriera o llorara ante sus palabras, pero no lo conseguía, no parecía importarle qué tanto lo hiciera sufrir su lejanía o qué tanto lo amara.

You give me the light
all my cold nights

Las besó con suavidad y se acariciaba a si mismo con sus dedos delgados y esa acción lo hizo soltar esta vez quejidos lastimeros y sollozos incontrolables. No quería… pero tampoco podía… se sentía en un inmenso mar que lo aplastaba mientras más caía, mientras más intentaba llegar al centro. A veces se creía incapaz de respirar sin él… y respirar le dolía. Estar con él le dolía.

Permaneció mucho tiempo así, hasta que llegó la hora del desayuno.

-Está bien, Chris- dijo con una sonrisa, limpiando su rostro- no me iré, estaré a tu lado.

“Estás aquí, te siento… no me sueltes”

Intentó apartarse para ir por la bandeja que le correspondía, pero al intentar soltar la mano del joven, no pudo hacerlo pues esta seguía aferrada a la suya… la apretaba, levemente, pero había una presión casi desapercibida. Regresó a su lugar casi de un salto, aunque los ojos del pequeño seguían vagos en algún punto del techo, parecía que estaba sonriendo.

“Sácame de la oscuridad”

-¿Chris?- lo llamó con las esperanzas reavivadas y él contestó, murmuro algo que no comprendió, pero estaba respondiendo- ¿Chris?- volvió a llamar acariciando sus mejillas, con nuevas lágrimas en los ojos.

Abrázame fuerte”

-Sabia…- murmuró aun mirando el techo- que no me olvidarías- esta vez sonrió realmente… parecía un sueño.

Your fantasy
will be my symphony

Lo abrazó con fuerza, intentando mantener la cordura, pues la felicidad lo hacía reír como a un poseso y entonces él también lo abrazo. Se separó un poco para saber de sus expresiones… no sonreía, su rostro aún era inexpresivo pero… lo miraba.

Lo besó, le dio el beso que intentó darle en esos cinco años de angustia, en esos años que su alma se perdió… la de ambos. Pero ahora…

-Todo está bien- le dijo llorando como un niño pequeño- te amo tanto, Chris.

Notas finales:

Espero les haya gustado el final... a mi si n.n

Tengan consideracion, dejen reviews please, aun no me convencen mis songfic.

Saludos ;)

P.D. la cancion es de Dark Moor "Your symphony"


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).