Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi Amada Mascota por MidoricoShini

[Reviews - 38]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Este es la respuesta a un desafío, del mismo nombre. Quizá sea algo apresurado que en el primer capitulo trate casi todos los puntos, de dicho desafío, pero así lo ara mas interesante.

Espero me apoyen en este nuevo proyecto.

Notas del capitulo:

Los personajes son me pertenecen

 

¡A leer ^^!

 

 

~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*Mi Amada Mascota~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

                                    

°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_ Extrañándote °_°_°_°_°_°_°_°_°_°_

 

 

…las palabras que estoy diciendo ahora, no se si te hagan daño…

 

 

A sus veintinueve años, su mirada había obtenido, no solo experiencia, también una sabiduría que solo se era presumida a los cuarenta y cinco o quizá a los cincuenta. Pero el orgullosamente portaba todo aquel saber frente a su aldea. Frente a todo aquel que llegara en su ayuda o en aquellas interminables juntas a las que diario tenia que asistir. Sin menos preciar a los reportes de misiones o las peticiones que se hacían a la aldea.

Pero, tanto el como todas las personas, sabían que aquella sabiduría y experiencia no era merito de su puesto, por supuesto que no. Aquello que otros envidiaban, era fruto de la perdida de la persona que amaba. Hacia diez años que la vida le había quitado al padre de sus dos hermosos hijos. Hacia diez años que él había accedido a cumplir el sueño de su esposo.

Ser Hokage.

 

Desde entonces, tanto su actitud como su carácter, no habían cambiado mucho. Seguía siendo frio y calculador, sin perder su egocéntrica y ególatra porte. Sin duda todo un Hokage respetable y digno de la aldea de la hoja. Desde el comienzo de su mandato, todo había mejorado, tanto en sus relaciones exteriores como en las interiores, desde la mejora de seguridad hasta la aumenta de economía y mejores misiones para los pequeños Genin recién graduados.

 

Desde hace diez años que para él era una costumbre mirar por aquella ventana la aldea y recordar como era que había llegado a ese puesto.

 

 

-Hokage-sama.-llamo después de tocar la puerta la pequeña secretaria que tenía. Una vez dentro d ela oficina la chica comenzó a caminar en dirección a su escritorio-la misiones del equipo Anbu han sido efectuadas exitosamente-la mujer dejo sobre el escritorio los primeros reportes-la aldea oculta de las nubes a solicitado una audiencia con usted, sobre lo que discutieron la ultima vez en el consejo…

 

-Hinata-le interrumpió, girando la silla en dirección a la chica-¿Hay algo realmente importante?-pregunto, sin moverse un ápice de posición, la chica solo negó. El solo suspiro-puedes dejar el papeleo en el escritorio, lo leeré enseguida-mientras la chica dejaba con nerviosismo los papeles sobre el escritorio, el cruzo una de sus piernas sobre la otra-¿Algo más?

 

-N-No Hokage-sama.-susurro sonrojada la mujer y el otro sonrió de medio lado.

 

-Llevas más de dos meses sustituyendo a Ten-ten como mi secretaria y ¿aun te pones nerviosa?-pregunto divertido, viendo como la chica se sonrojaba con mas furia.

 

-Yo… yo…-la de pelo negro azulado no sabia que responder.

 

-No le tome en cuenta Hinata-san, Hokage-sama gusta de molestar a cualquiera que se deje-había interrumpido un chico, de cabellera negra azulada, en al oficina y por tanto en la conversación.

 

-Ritsu-san.-hablo sorprendida Hinata, mirando al chico que se encontraba en la orilla de la ventana-¿Entregara el informe de su misión?

 

-Ya lo he dejado en tu escritorio-sonrió el pequeño, mirando como aquella bella mujer hacia una reverencia para salir de la oficina.

 

-¿Cuándo regresaste?-pregunto el mayor, tomando los documentos del escritorio, esperando a que el menor respondiera su interrogatorio.

 

-Tiene menos de una hora, mande a mi equipo a casa, parecían realmente cansados-sonrió con burla al recordar las caras gruñonas de sus compañeros.

 

-Estas castigado-anuncio sin siquiera prestarle atención al pequeño azabache, que sorprendido se acercó al escritorio. Apunto de rebatir, pero el mayor no lo dejo-Claramente te advertí sobre no tomar esta misión, pero te divierte retarme ¿verdad?-la mirada enojada que solo un Uchiha podía enviar, era con la que en esos momentos se enfrentaba al chiquillo que ya se encontraba haciendo pucheros-Te dije que esta misión era para el nuevo equipo, ¿Qué pretendían? ¿Matarse? No volveré a creerle a Yuki.

 

-¡Pero oto-san…!

 

-¡Papi!-entro escandalosamente, esta vez una chica de catorce años, seguida de una mujer ya madura-Hemos regresado de la aldea de la arena, ¡Akira se pone cada vez más…!

 

-Hana, deja trabajar a tu padre-esta vez, la mujer intervenía para acallar a su pequeña.

 

 

Mientras las dos mujeres se mantenían cuchichiando en la salita del lugar. El hombre mayor se encontraba concentrado en los pápelos de la aldea. Mientras que el joven miraba con molestia a las mujercillas que no dejaban de parlotear de su reciente viaje. Nunca le había agradado que aquellas dos arpías –como era que las llamaba- ocuparan el lugar, que sin ninguna discusión, le pertenecía tanto a su hermano y a él.

A sus cortos quince años, comprendía que su padre hubiese buscado una mujer con quien pasar la vida. Lo comprendía por que incluso él se sentía solo sin su otro padre. Pero… nunca le agrado Sakura y mucho menso su hija, que le llevaba la misma edad que su a su hermanito. Al menos su padre les tenía prohibido, a aquellas mujeres, pisar la casa donde vivían los tres. Sabia cuan importantes eran los recuerdos que habitaban en aquel hogar.

 

En ese preciso momento, tocaron a la puerta con delicadeza, todos los presentes, incluida las dos mujeres que fruncieron el ceño, sabían de quien se trataba. Pues aquella timidez era característica del último integrante de tan “bella familia”.

 

 

-Adelante-permitió el paso con una media sonrisa el Hokage.

 

-Hokage-sama, buenas tardes-saludo con total educación el pequeño rubio que entraba a la oficina. Ante la atenta mirada de sus dos acompañantes y los presentes-La misión ha sido un éxito-tteba, hemos traído el reporte-anuncio entregando el pergamino sellado y en perfecto orden.

 

-Muy bien, pueden ir a descansar-anuncio con orgullo.

 

-¡Oh! Sasuke-san, quería pedirle permiso para llevar a Eri-chan a dar un paseo…

 

-¡Sobre mi cadáver!-salto el chico que un se encontraba recargado en la ventana, sobre el pelo plata que le era un poco más alto-¡No permitiré que te lleves a mi ototo!

 

-Nii-san…-susurro contento el menos, que miro con cara de disculpa al Hokage.

 

-Pues tú no eres su padre, aquí Sasuke-san tiene que decidir-reto con una mirada de triunfo ante el evidente carraspeo del Hokage.

 

-Lamento informarte Akira, que no le voy a permitir a ningún varón acercársele a mí Eri. Mucho menos hoy que es el aniversario de mi esposo-se escucho el chasquido de la mujer maños desde el sofá, pero fue ignorado por todos en la oficina-En cuanto a Ritsu, él tiene el mismo derecho que yo de darle permiso o no a Emi, no por nada son hermanos.

 

-¡Oto-san!-chillo con enfado el menor-en ocasiones yo quiero salir-miro como su compañero se le acerco por detrás, así que evitándolo le dio un codazo-Tampoco es como si me gustara el pervertido de Akira-tteba. Pero hay algunos otros chicos queme interesan, ¿Cómo voy a conocerlos si no me dejas salir?

 

-¡¿Qué otros chicos?!-gritaron con horror y a coro, Sasuke, Ritsu y Akira.

 

 

Eri slo pudo suspirar ante el evidente escandalo que habían provocado sus palabras. Era evidente que su padre y hermano eran sobreprotectores a más no poder sin mencionar lo celosos y posesivos que podían ser. Mientras que Akira, desde que tenía memoria lo había acosado con citas y una que otra metida de mano, que a cambio se había llevado un buen golpe directo al suelo. No entendía como era que frente a su oto-chan se comportaba como un angelito. Sin embargo cuando conoció a su oto-san, supo el porqué de aquella perversidad en el varón.

 

 

~*~*~*~*Mi Amada Mascota *~*~*~*~

 

 

Habían salido hace rato de la oficina del Hokage. Mandando a las dos mujeres a casa y dando por finalizada, esa tarde, las tareas del Hokage. Pacientemente Ritsu y Eri habían esperado a su padre fuera de la oficina, con un ramo de flores ya alistado y con una de sus mejores sonrisas. Les gustaba visitar a su oto-chan.

Cuando vieron salir a su padre, se encaminaron en su dirección y después de recibir una sonrisa y un pequeño revoloteo de cabellos, se encaminaron a seguirlo hasta las afuera de la céntrica aldea, para encontrarse con un bello bosquecillo, donde los aguardaba una hermosa piedra con un único nombre como inscripción.

 

Naruto Uzumaki

 

Se acercaron animosos los pequeños, mientras que detrás de estos se encontraba el Hokage, que había hablado con su guardia personal para que le dieran un poco de privacidad, a su familia ya a él, para visitar la tumba de su esposo. Sonrió como solo, alejados de todos, sonreía. Pues frente a él, sus dos retoños habían crecido en una aldea con paz y prospera, como su Naruto lo hubiera querido. Miro como aquellos pequeños renacuajos que anteriormente lloraban por todo, ahora se encontraban hablando como cualquier otro día, a la tumba de su amado.

 

Una vez que los niños terminaron su relato, se sentó cerca de ellos, acariciándole la cabellera a Ritsu y besando la frente de Eri.

 

 

-Su oto-chan estaría orgulloso de ustedes-comento casualmente, mirando la lapida que ahora era adornada con un par de ramos.

 

-¿Tú lo crees oto-san?-pregunto el menor, recargándose en el pecho de su padre-me gustaría recordarlo-tteba.

 

-solo tienes que mirarte al espejo Eri, eres su viva imagen-comento con añoranza su padre-el mismo cabello dorado y esos hermosos ojos de los que me enamore.

 

-Cuéntanos de nuevo como fue que se conocieron oto-chan.-pidió en esta ocasión Ritsu. Con aquella ilusión de escuchar la historia que les contaba cada año.

 

-La primera vez que conocí a su oto-chan, fue en la escuela…

 

 

 

 

 

Sasuke se encontraba esperando a su hermano a las afueras del instituto, mientras que algunos de los niños se encontraban charlando entre ellos o simplemente jugueteando. Pero uno le llamo especialmente la atención, pues miraba con ojos anhelantes a las madres amorosas que recogían a los pequeños y les besaban las mejillas cantando cuanto los habían extrañado y que en casa les esperaba un enorme tazón de sopa caliente.

Frunció el seño sin entender porque aquello era tan anhelado por el rubito, a él le molestaba que su oto-chan* le besara las mejillas de aquella forma, o lo llamara “Sasu-chan”.

 

 

-¿Qué miras ototo?-escucho la voz de su hermano, que dirigió su mirada en dirección a la suya-Él debe ser Naruto-kun. Oto-chan pidió que lo llevara a casa, al parecer la esposa del tercero* hoy no puede cuidar del pequeño. Pórtate bien ototo-pido Itachi, sonriéndole de lado.

 

 

Sasuke solo pudo asentir con la cabeza y seguir por detrás a su hermano. Que al situarse frente al pequeño rubio, obtuvo toda su atención y una pequeña pero amistosa sonrisa. Desde ese momento, tanto Itachi como Naruto se habían hecho muy buenos amigos, pues no paraban de hablar en dirección a su casa y mucho menos el güerito soltaba la mano con la que Itachi lo conducía al grandioso barrio Uchiha, donde se ubicaba su casa.

Aquel día, su oto-san se había sentado a conversar con ellos después de la cena, aprovechando que su esposo y el amigable rubio lavaban los platos de la cena. Su oto-san les había explicado con claridad que aquel niño, era un doncel al que tenían que tratar muy bien y si era posible enamorar para que fuera parte de la familia. Pues el pequeño tenía un gran poder del que debían ser dueños. Itachi no había dicho nada, mientras que el solo se limito a asentir, pues aun no entendía aquellas cosas.

Esa noche el pequeño doncel se quedo en su habitación y pudo darse cuenta del cuerpo menudito del que el pequeño era portador. Si Sasuke mal no recordaba, su oto-chan le había dicho que los donceles eran más delicados de lo que aparentaban, por esa misma razón eran de una complexión más pequeña que la de un varón y siendo él un Uchiha, debía respetarlos y tratarlos con delicadeza. Por eso aquella noche, en la que vio temblar al pequeño niño, a causa del miedo a la completa obscuridad, lo abrazo asía su cuerpo y se perdió en su delirante fragancia.

 

Desde aquel momento Sasuke se había acercado al pequeño rubio que siempre le tenía una sonrisa y los brazos abiertos para un amistoso abrazo. Naruto siempre estaba ahí cuando él se encontraba mal humorado o cuando había fracasado de nuevo frente a su padre, Naruto siempre tenia las palabras exactas para hacerle levantarse de nuevo y seguir intentando aquellas técnicas.

Pero ante todo, Naruto estuvo junto a él, en el momento en que su padre, había acecinado a su oto-chan y lastimado gravemente a su nii-san, Naruto había estado con el en el funeral y lo acompañaba todos los días a visitar a su hermano.

Naruto había crecido junto a él con el paso de los tiempos, Naruto había entrenado con el en los cambios de generación y Naruto había atraído la atención de uno de los más codiciados hombres. Pero no fue sino gracias a Itachi, que el celoso Sasuke se había confesado.

Recordaba que aquella noche era el cumpleaños de Itachi, obviamente, Naruto y demás personas asistirían a tan alegre reunión. Itachi siempre se alegraba de festejar su cumpleaños con un gran numero de personas a su alrededor, pero si le dijeran que solo tenia que elegir a una persona, apostaría que solo elegiría a su tierno hermanito. Pero sobre todo, no elegiría a nadie, pues con el tiempo que había pasado con el tierno Naruto, Itachi lo había adoptado como uno más de la pequeña familia que ahora eran.

 

 

-Escuche que el pequeño Gaara vendrá a Konoha, así que lo invitare a la fiesta-le comentaba casualmente Itachi, a su ototo que bajaba las escaleras.

 

-¿Por qué tienes que invitarlo? Sabes que no me agrada-refutaba Sasuke, frunciendo levemente el ceño-¡No se le despega Naruto! ¡Y ese dobe ni cuenta se da!

 

-Es por eso que lo invito-Itachi vio como su tonto hermano menor arqueaba una ceja, sin entender-Ya que mi lindo Naru-chan no se da cuenta de los sentimientos de Gaara, yo me adelantare y le pediré que se case conmigo, así, frente a todos y sobre todo, frente a ese pelirrojo: ¡hare a Naru-chan tu cuñado!

 

 

Lo que Itachi había esperado de su hermanito, fue todo, menos ese portazo que indicaba claramente su salida de la mansión. Sasuke había salido tan enojado que había olvidado que tenía que ayudarle con la decoración de ese día. Pero mientras su ototo hiciera algo para evitarlo, estaba bien. Incluso él ya se había dado cuenta de los sentimientos de Sasuke hacia Naruto, sol el despistado niño no se había dado cuenta, abecés lamentaba la suerte de su ototo.

 

 

-Ita-chan, ¡He venido a ayudarte-hum!-o quizá, sabia por lo que su ototo-baka pasaba. Suspiro mirando como Deidara entraba con una gran bolsa a la mansión.

 

 

Durante el transcurso de la fiesta, miraba con más insistencia la puerta, que el escandalo que sus amigos hacían dentro de la habitación. Pues no había visto al revoltoso niño de cabellos rubios desde el día anterior y ni un rastro de su ototo. Que había salido por la mañana y no había vuelto. Seria mejor prestarle atención a su rubia adoración, antes que algún osado lo invitara a bailar.

Tiempo después, vio aparecer a Naruto y a Sasuke juntos. El primero completamente sonrojado y mirando con pena a todo aquel que le saludaba. Mientras que Sasuke se encontraba detrás del rubito de ojos azules, con aquella pose típica de un varón Uchiha cuidando de su hembra. Pero lo que más le sorprendió a Itachi, fue ver aquella marca rojiza en el cuello del rubio y ese andar tan gracioso en el de ojos azules.

Ojala su hermanito haya usado protección.

 

 

 

 

 

-Desde aquel momento, su oto-chan y yo fuimos una pareja oficialmente-termino de contar Sasuke, que miraba como sus hijos le miraban esperanzados-Pero aun son muy pequeños para saber como es que su padres yo nos hicimos pareja.

 

-¡Pero oto-san! ¡Eres malo-tteba!-riño con enfado Eri, que formo un tierno puchero.

 

-Solo digamos, que aquella noche, Ritsu fue concebido-añadió con una sonrisa prepotente Sasuke.

 

-No le creía a tío Itachi, cuando me dijo que oto-chan contaba con catorce años cuando se entero de su embarazo-añadió pensativo Ritsu-Lo que quiere decir, que yo he superado su desliz-sonrió con prepotencia hacia su padre, que enfadado, solo pudo mirarlo con advertencia.

 

-Hokage-sama, Sakura-sama lo ha…-pero fue interrumpido por la mano del Hokage, que le pedía silencio.

 

-Ahora vamos-miro en dirección a la tumba de Naruto, después a sus dos niños-después de la muerte de su oto-chan, ustedes han sido lo único que aun me mantiene vivo. Así que…-beso la frente de su hijo mayor-No me agás arrancarle los ojos a cualquier persona que ose alejarte de mi, ¿entendido?-pregunto, viendo asentir a su primogénito-Y a usted, mi niño, no quiero verlo con algún varón, o sufrirá las consecuencias.

 

-A mi el único varón que me interesa, es ¡oto-san y nii-san-tteba!-anuncio Eri, abrazándose a su padre, que cariñosamente les revolvió el cabello.

 

-Vayan a descansar, tomen un baño y enseguida los alcanzo-les pidió, a los Uchiha que asintieron y salieron de aquel lugar. Ya sabían que su padre se quedaba un tiempo más-Debes sentirte orgulloso dobe- sonrió como de antaño-Los niños han crecido en la aldea que tanto querías.

 

-Arigatou-teme-enseguida, la silueta de Naruto apareció, tan transparente que causaba escalofríos-Me alegra haberlos dejado en buenas manos. No por nada eres su padre-se acercó con cautela, para acariciar a Sasuke y hacerlo abrir los ojos-pero debes dejar de usar tu propia ilusión en ti, ya me he ido y no quiero que sufras con este Jutsu… te amo.

 

 

Sasuke no pudo más que suspirar y apagar sus ojos, mirando de nuevo el vacío cielo, que ya mostraba claros rastros del crepúsculo. Sin más se levanto de aquel lugar, mirando con una sonrisa la tumba de su esposo.

 

 

-Seguramente pronto vendrán Gaara y el bastardo pintor de cuarta a visitarte-sonrió, pues parecía que en verdad Naruto podía escucharle-deberías decirle a Gaara que su querido Yuki esta detrás de nuestro Ritsu, así que debería tomar cartas en el asunto. Pues así como es de despistado Ritsu…-rio, al recordar que Ritsu, a pesar de tener su inteligencia, había heredado lo despistado de Naruto-Aunque en realidad apostaría, por que a ti te gustaría que nos emparentáramos. También se, que te agradaría la idea de tener a Iruka-sensei como nuestro suegro, pues su hijo mayor no deja de acosar a Eri… ¿Qué are cuando se vayan?-le pregunto con una sonrisa ladina, que fue despareciendo para convertirse en una línea recta y silenciosa-Te extraño tanto Naruto…

 

 

-¡Sasuke-kun!-escucho gritar por el bosque su nombre, sabiondo a quien le pertenecía aquella chillona voz.

 

-Creo que el karma me ha recompensado por haberte dejado solo aquella vez-sonrió, burlándose de su propia suerte-No pretendía dejarte ir a luchar solo, mucho menos con el reciente parto, pero….-se mordió el labio inferior-Aquel día, Sakura me confeso que estaba embarazada… un hijo que supuestamente era mio, pero… lo más extraño es que no recuerdo nada ¿patético?-le pregunto en un suspiro-Y aun así, rezo para que cuando muera pueda verte una vez más, sé que no merezco verte, por que el infierno es a donde me mandaran, pero… ¡Demonios Naruto! ¡Sakura me ha hecho vivir en carne viva las llamas! Cuanto me arrepiento…

 

 

Notas finales:

 

 

*En general, Mikoto se me hace una mujer sumisa y por demás…hum, ¿tonta? XD No desprecio a las mujeres, de hecho soy una feminista empedernida. Pero en lo particular esta mujer no es de mi total agrado, así que pondremos a un doncel como el padre de los Uchiha, ¿vale? Espero no molestar con esto a nadie.

*Alguien tenía que cuidar de nuestro Naru, ¿no? Es por eso que escogí a la esposa del tercero, que francamente no se si exista en la historia real.

 


 

Hola!

Buen, niñas, aquí este capi, que claramente es más una introducción a la historia. Mientras que en el siguiente capitulo encontraremos a nuestro adorable kitsune. Espero les haya gustado y cualquier cosa coméntenmelo.

Bueno y cabe mencionar que a partir del próximo capitulo, abra leemon, en este no hubo ya que es más un capitulo de “introducción” aunque en realidad si había donde ponerlo jajá, ¡Pero Midorico-san por hoy, es mala! Jajá (creo que ya me iré a dormir, la falta de sueño por dos días es contraproducente).

Las quiere:

Midorico.

EL YAOI ES FUENTE DE ENERGÍA n_n
Recomendación:
¡Disfrútalo en vacaciones! XD

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).