Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Si la puerta está cerrada, llama por nyanko1827

[Reviews - 10]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Por petición de Mika-Lucid199120 una lectora de fanfiction, espero que lo disfrutes~ tú y todos~

Disclaimer: KHR pertenece a Akira Amano-sensei~

Dos son mejor que uno.

One-Shot: Si la puerta está cerrada, llama.


Hoy era como cualquier día en la sede de Varia, los reclutas entrenaban bajo la supervisión de Levi, Bel apuñalaba por la espalda a Fran por alguna ocurrencia dicha por el de cabellos verdes, Lussuria intentaba animar a los nuevos reclutas que eran derribados por los veteranos y Squalo iba arriba y abajo intentando que todo estuviese a gusto de su jefe. Vamos, un día de lo más normal si quitabas el hecho de que Xanxus estaba más irritable que otros días.

¿El por qué? Nadie lo sabía, y para ser sinceros, nadie quería saberlo. Lo único que podían hacer era mantenerle contento lo más que pudieran.

_Sigo diciendo que deberíamos llamar a Tsu-chan~– Opinó el guardián del sol de Varia, recibiendo cuatro pares de ojos escépticos.

_¡Voooi! ¿Quieres ver sangre o qué? Mejor dejar al mocoso Vongola en la sede y no traerle.–

_Uishishishi, aunque me gustaría ver sangre no veo el porque debemos llamarle.– Este comentario fue coreado por cabezas asintiendo de los reclutas de menor nivel y de otros veteranos.

_Un príncipe falso como tu no vería ni agua en el mar y eso que está lleno.– Ese comentario valió otra tanda de cuchilladas por parte del guardián de la tormenta. –Eso dolió, sempai.–

_No creo que el jefe quiera ver a ese mocoso.–

_No entendéis nada de nada. Nuestro jefe está frustrado.–

_¡Pues llamamos a una puta y listos!– Exclamó el capitán estratega antes de coger el teléfono y marcar.

Los demás miembros, menos Fran y Lussuria, asintieron y se siguieron con sus cosas.

Lussuria al ver la acción del guardián de la lluvia negó con la cabeza y se fue del lugar, hombres, ellos no entendían que lo que necesitaba su jefe no era precisamente una puta. Decidido, el guardián del sol de Varia se fue del castillo a buscar a quien realmente necesitaba su jefe.

Cuando iba a subir a la limusina, una mano le detuvo cualquier movimiento.

_Lussuria-sempai, yo también voy.–

_Entonces vamos querido.–

::0::

Al llegar se quedaron viendo el edificio delante de ellos, sin duda la sede principal y el castillo de Varia eran completamente distintos, uno era una gran mansión al estilo victoriano y el otro, como indica su nombre, era un castillo. Pero aunque fuesen distintos, se denotaba el dineral que poseían los dueños de cada uno.

Al entrar fueron recibidos por alguien del servicio y fueron conducidos hasta el despacho del décimo Vongola. Para sorpresa de los dos y gran alivio del servicio, la mansión estaba en completo silencio, raro, porque desde que la décima generación vivía aquí, la sede estaba siempre muy alborotada si parecía que fuera la sede de Varia, claro está, que sin los asesinatos continuos que daba el jefe por haber hecho algo mal. Pero bueno, que desde que estaban ellos no era precisamente una mansión calmada.

Al estar delante de la puerta la criada llamó a la puerta y entró dejando a los dos miembros de Varia fuera esperando. Cuando volvió a salir les indicó que podían entrar cuando gustasen, y como no tenían mucho tiempo, entraron nada más la criada se fue.

_¡Tsu-chan~!... ¡¿Pero que es todo esto?!– Gritó alarmado al ver la cantidad de documentos que adornaban el suelo y escritorio del despacho.

_¿Eh?– De entre los documentos salió la cabeza de Tsuna, quien tenía unas ojeras muy marcadas de haber estado noches en esa habitación sin salir, al ver a Lussuria y a Fran les indicó que se sentasen donde pudiesen. –No es nada, sólo las destrozas que hacen todos sumándole las destrozas que hacéis en vuestra sede. Pero nada de gran importancia, llevo aquí encerrado cinco días comiendo lo que me traen, saliendo sólo para ir al baño, sin dormir y amenazado a punta de pistola porque este montón de papeles no disminuye, pero no es nada, el que vosotros sigáis destrozando el castillo no tiene nada que ver, no hace falta que os preocupéis.– Les dijo con fastidio.

_No sabía que Decimo-sempai supiera usar el sarcasmo.– Comentó Fran, recibiendo una mirada reprobatoria por parte de Lussuria y una mirada furibunda por parte de Tsuna.

_Pues mira, si que sé. Pero supongo que no habréis venido a ver como estaba yo.–

_¡Oh! Es cierto, no hemos venido a por eso Tsu-chan. Hemos venido porque nuestro jefe está algo frustrado.– Tsuna le dio una mirada escéptica al guardián del sol.

_¿Y?–

_Pues que necesitamos que le calmes, o sino habrá más destrozas.– Le explicó Lussuria como si fuese lógico.

_¿Y? Ya tengo suficiente trabajo como para posponerlo e ir a vuestra sede, lo siento pero ya será otro día.– Tsuna dio por terminada la conversación y puso su cabeza una vez más entre la pila de papeles.

_Ya nos gustaría que fuese así, Decimo-sempai. Pero el de complejo a tiburón quiere contratar a una puta para que baje la frustración de nuestro volátil jefe.–

Sin que se diesen cuenta, Tsuna ya estaba delante de la puerta de su oficina arreglándose el arrugado traje y mirando a los dos guardianes de Varia. –A qué estáis esperando, ¿a quedaros sin lugar donde dormir?–

Los dos guardianes se miraron, uno sonrió de felicidad siguiendo al décimo y el otro les siguió con su habitual cara de póker, eso si, no podía irse sin dejar su comentario. –¿Y los papeles?–

Tsuna miró al montón de folios y suspiró resignado, acercándose de nuevo a la mesa apuntó algo en un trozo de hoja y lo dejó a la vista para que si entraba alguien supiese donde estaba. –Ahora podemos irnos.–

::0::

El camino hacia la sede fue más largo de lo que esperaban, pero al fin llegaron y de momento la sede seguía en pie, eso significaba que Squalo aún no había traído a la puta.

_Bueno, dejamos a nuestro jefe a tus manos Tsu-chan~– Lussuria entró a la sede, seguido de Fran, dejando a Tsuna solo en las puertas de la mansión.

_Es decir, que entre y busque yo mismo donde está, que amable Lussuria.– Se quejó antes de entrar y dirigirse al despacho de Xanxus.

Estuvo andando por los pasillos, vigilando que no le viesen. La mayoría de los miembros de Varia aún le odiaban por haberle quitado el puesto de décimo a Xanxus, aunque estos no supiesen que su líder se acostaba con su supuesto rival. No es que estuviesen enamorados ni nada por el estilo, Xanxus a veces necesitaba atenciones que las prostitutas no podían darle. Por esa razón Lussuria siempre le llamaba a él, porque sabía que el décimo podría darle a su jefe lo que quería y por eso, Tsuna se ofrecía a calmarlo.

El castaño paró en seco al escuchar una explosión, sin duda ya estaba llegando al sitio. Xanxus estaba más furioso que otras veces, no sabía que podría haber sucedido, pero sin duda ha de haber sido algo que ha marcado mucho al hijo de Nono.

Tsuna estaba delante de la chamuscada puerta y que a duras penas se mantenía en pie, y la abrió. Al ver el interior ya se imaginó otra pila de documentos adornado su despacho, suspiró internamente, no saldría de esa habitación en la vida.

Con valentía, entró en la habitación y cerró la puerta, Xanxus estaba sentado en su sillón, parecía que se había calmado un poco antes de volver a empezar de nuevo, respirando hondo, Tsuna comenzó a hablar, –Qué ha sucedido Xanxus.–

El mencionado le mandó una mirada de odio antes de apuntarle con su arma, –Lárgate, no tengo humor para lidiar contigo.–

Tsuna se pasó una mano por su indomable pelo y suspiró, –Nunca tienes humor para lidiar conmigo hablando, pero si que lo tienes para otras actividades.– Le dijo con fastidio. –Mira, tengo trabajo que hacer y el que tú estés destrozando la sede me está dando más trabajo, me harías un gran favor en contarme que te pasa o sino en parar de darme tanto trabajo, me da igual pero elije una.–

Xanxus sonrió con superioridad y encendió su llama traspasándola a su pistola y disparando contra una de las paredes que se mantenía entera. –Lárgate.–

_No, hasta que me digas que pasa.– Tsuna entendió la acción como si Xanxus hubiese elegido una de sus opciones, pero que equivocado estaba.

Xanxus le lanzó un pisapapeles que se encontraba cerca suyo y si no fuese porque se agachó le hubiera dado en el rostro. –Eres muy bestia, Xanxus. Eso me hubiera echo mucho daño.– Se quejó observando el agujero que había echo el pisapapeles al estrellarse con un mueble.

_No vuelvo a repetirme, lárgate basura.– Esta vez Tsuna notó como la voz le vacilaba al líder de Varia, extrañándose por ello se acercó, aún arriesgando su vida, a Xanxus, hasta quedar enfrente de él.

_¿Qué sucede?– Volvió a insistir con voz calmada, poniéndose en cuclillas para estar a la altura de los rojizos ojos del mayor y apoyando sus manos en las piernas del mayor.

_Nada, lárgate.–

Tsuna le miraba fijamente, pensando que podría pasar por esa complicada mente, algo debía haber pasado. Xanxus solía hacer estas destrozas para llamar su atención y tenerle en la cama cuanto antes, pero nunca le echaba sin haber hecho absolutamente nada. –No me iré hasta que me lo digas.– Teniendo en cuenta esos pensamientos, a lo mejor… –Xanxus, ¿he hecho algo que te haya disgustado?– Le preguntó dubitativo, hacer esa pregunta era insinuar que Tsuna era alguien para él y los dos sabían que entre ellos sólo había sexo, por mucho que al castaño le doliese.

Xanxus dejó escapar una risa amarga. –Qué te crees mocoso, ¿que eres el centro del mundo? No me hagas reír puedes hacer lo que quieras, puedes acostarte con quien quieras.– Le dijo molesto y con veneno en sus palabras.

_¿Acostarme con quien quiera?– Repitió. –Que yo sepa sólo me acuesto contigo.– Dijo pensativo.

El ojirojo le miró con ira y le apartó de un manotazo haciendo que el castaño quedase sentado en el suelo. –No mientas, basura. Te he visto con tu guardián de la niebla.– Le reprochó.

Los ojos de Tsuna se abrieron como platos, ¿había escuchado bien? ¿Él y Mukuro? ¿Ellos dos juntos? Pero si apenas y le veía, a no ser que fuera para entregarle alguna misión o recibir el informe de una, no tenían contacto… ¡espera, espera, espera! ¡¿Eso ha sonado a celos? ¡¿Xanxus celoso de Mukuro? Pero… –Xanxus, yo no me he acostado con Mukuro. Es más, si lo llegara a hacer eso no tendría nada que ver contigo.–

Eso cabreó aún más al líder de Varia, levantándose de su silla, Xanxus agarró a Tsuna por el cuello de su camisa y lo estampó contra la pared. –¿Te piensas que me importaría? ¡ja! Si que te crees importante.– Le dijo sin soltarle.

_No me creo importante, pero tu tono de voz y tus gestos me lo están confirmando, Xanxus. Estás celoso.– Le dijo serio y agarrándose a las manos del mayor. –Pero con esta actitud me estas demostrando que hasta tú puedes enamorarte de alguien.–

Xanxus le soltó y se fue hacia su silla a sentarse de nuevo. –No te creas tanto mocoso. Sólo eres un buen polvo y ya está.– Dijo una vez estuvo sentado.

Tsuna sonrió, no se creía ni una palabra, y comenzó a acercarse al mayor hasta quedar nuevamente delante de él, sólo que esta vez se sentó en su regazo haciendo presión en el miembro de Xanxus. –Ya te lo he dicho, no me creo importante, pero se distinguir los celos cuando los veo.– Le dijo cerca de su oído y rodeando el cuello del líder de Varia con sus brazos y continuó, –Voy a decirte algo que quiero que te quede bien claro.– Tsuna iba dándole besos por el cuello mientras hablaba. –Sólo me he acostado contigo, con nadie más, porque tú eres el único que me hace sentir el deseo de monopolizar a alguien.– Terminó juntando sus labios con los del mayor, dándole un beso demandante y logrando que Xanxus cooperara.

Xanxus agarró a Tsuna y le estampó contra la mesa, quedando encima del castaño. Sin miramientos, el líder de Varia le arrancó la camisa y la lanzó en algún lugar perdido en la sala y comenzó a devorar y abusar de los pezones del menor.

Pasando su lengua por todo el torso mientras sus manos se encargaban de desabrocharlos. –Cuan… ta… prisa…– dijo el castaño entre jadeos, recibiendo un gruñido como respuesta.

Xanxus sonrió victorioso al haberle sacado los pantalones al menor y dejando ver la erección que comenzaba a formarse por unas cuantas caricias. –¿Demasiado tiempo sin tener sexo?– Le preguntó en tono burlón.

Tsuna iba a replicarle pero de su garganta sólo salió un gemido cuando notó que el líder de Varia tomó toda su erección en su boca, comenzando con un ritmo lento, subiendo y bajando, estimulándole y masajeando sus testículos. Rozando con sus dientes el miembro con cada movimiento y deleitándose de los melodiosos gemidos que salían de la boca del décimo.

::0::

Squalo estaba en frente de la puerta de la sede esperando a que la mujer llamara al timbre. –¡Vooii! ¡¿Por qué cojones no viene?!– Se quejó al ver que ya había pasado media hora de la acordada.

_Eso es fácil líder de estrategias-sempai, Lussuria-sempai la ha llamado para que no viniese.– Le comentó Fran que por casualidades pasaba por ahí.

Furioso por la noticia, Squalo fue directamente hacia donde se encontraba el guardián del sol, ahuyentando a todos los que osaran caminar cerca de él y vociferando maldiciones a diestro y siniestro. –¡Voooii! ¡Lussuria!– Le llamó cuando le tuvo en su punto de mira. –¡¿Qué te has creído?! ¡¿Es que quieres que nos quedemos sin lugar donde dormir?!–

_¡Oh! Eso mismo a dicho Tsu-chan antes de venir~– Al decir eso, todos los miembros presentes le miraron haciendo que se tapara la boca con las manos y soltara un, –Ups se me escapó.–

_Uishishishi, hoy veremos mucha sangre.– Dijo divertido el guardián de la tormenta jugando con uno de sus cuchillos.

_Jefe… ¡ahora voy a salvarle!– Exclamó Levi y empezando a correr para ir al despacho de su jefe, pero sin llegar muy lejos ya que Squalo lo derribó.

_¡Vooii! ¡Ya voy yo! ¡Como no salgamos de esta te mato Lussuria!– Le reprochó antes de salir de la sala y dirigirse al despacho de Xanxus.

_Sempai, ¿no deberíamos detenerle? Va a traumarse y no tengo ganas de aguantar sus tontadas.–

_Déjale, puede y que se divierta~– Fran asintió con la cabeza y se marchó dejando a los demás con Levi quien intentaba seguir al guardián de la lluvia.

Squalo estaba camino al despacho quejándose con voz moderada, insultando al guardián del sol por ser tan descuidado al dejar a ese par a solas.

Cuando llegó, se paró delante de la puerta y la miró sorprendido, no se escuchaban gritos de dolor, ni de lucha, ni nada por el estilo. Eso llamó mucho a su curiosidad, que como buen asesino sabía dejarla a parte e ignorarla, pero… joder, que es su maldito jefe contra a quien odia tanto y no se escucha nada, a ver y quien puede resistirse al bichito de la curiosidad.

Cogiendo aire, Squalo abrió la puerta de una patada seguido de, –¡VOOOIII! ¡¿Qué está sucediendo a…?!– Sus palabras murieron cuando se topó con esa imagen. Su jefe sentado en su trono con el décimo montándole y los dos disfrutándolo. Y ahí murió, cuando Xanxus le miró fijamente, supo que iba a morir.

Tsuna rodeó con sus brazos el cuello de Xanxus y volteó su rostro para ver quien era el que los interrumpía. El castaño quedó petrificado, Squalo les estaba mirando con la boca abierta y un enorme sonrojo. Muerto de la vergüenza, Tsuna escondió su rostro en el torso de su pareja, haciendo que el observador abriera más la boca.

_Cierra la maldita boca, basura. Y lárgate.– Le ordenó su jefe, y tanto que quería largarse, largarse y no volver eso quería, pero sus piernas no le obedecían, se negaban a irse de ese lugar y sus ojos se negaban a apartarse del pequeño cuerpo del décimo. –¿Qué tanto miras maldito pez?– Le preguntó con molestia al notar como miraba a Tsuna.

Fue con eso que reaccionó. –¡N-Nada! ¡Joder! ¡Iros a otro lugar si queréis follar!–

_Q-Que poca delicadeza.– Murmuró Tsuna al borde del colapso.

Xanxus sonrió ante la vergüenza y el bulto entre las piernas que estaba mostrando el guardián de la lluvia, y fue entonces que se le ocurrió una idea. –Basura, cierra la puerta.– Le ordenó a Squalo, quien le miró sin comprender pero la cerró.

Tsuna lo observaba todo en silencio, dándose cuenta de la idea que rondaba por la cabeza al líder de Varia. –Ni pensarlo, Xanxus.– Le dijo con seriedad y apartándose un poco.

El ojirojo no se lo permitió y lo estampó contra su torso sin delicadeza. –Cállate. Y tú, acércate.–

Squalo les miraba sin entender pero acató la orden de su jefe, a saber que pasaba si no lo hacia. Una vez estuvo delante de los dos, intentó desviar la mirada para no ver la posición en la que estaban esos dos. –¿Qu-Qué quieres?– Tartamudeó, maldita sea, este no parecía él.

Y sin previo aviso, Xanxus le bajó los pantalones junto a los bóxers de Squalo. –¡Voooiii! ¡¿Qué haces?– Exclamó conmocionado por la acción de su jefe.

_Divertirnos.– Dijo con una sonrisa lujuriosa y metiendo un par de dedos en la entrada del castaño, sorprendiéndole por la intrusión.

Tsuna empezó a gemir, estirando sus manos hasta que pudieron agarrar algo, el pelo de Xanxus, y juntó sus labios con los del ojirojo. Esa imagen estaba excitando de sobremanera al guardián de la lluvia, quien observaba como los dos dedos de su jefe entraban y salían para agrandarla más. Cuando notó que ya era suficiente, Xanxus sacó sus dedos haciendo que Tsuna lanzara un gemido en protesta y agarrara por el pelo a Squalo incitándole a entrar.

Tsuna volteó el rostro al ver la indecisión en la mirada del guardián de la lluvia, estaba claro que no las tenía todas consigo, así que soltó uno de los mechones de Xanxus para poder rozar el miembro de Squalo, haciendo que las inhibiciones que tuviera se fueran y le penetrara de golpe. El castaño gimió de dolor ante la brusca intrusión e intentó colocarse para estar cómodo.

Al notar que Tsuna se movía, los dos empezaron a moverse con brusquedad entrando y saliendo del castaño, deleitándose de los gemidos que les otorgaba el menor.

Dándose besos demandantes entre los tres, marcando el pequeño cuerpo para que todos supieran que ya tenía dueño, otorgándole placer al olvidado miembro de Tsuna, yendo cada vez más profundo en sus estocadas.

Notando como el castaño estaba llegando a su clímax, las estocadas fueron más profundas, tocando la próstata del menor y logrando que este se corriese entre su torso y el del líder de Varia. Sus paredes internas se contrajeron apretando los dos intrusos y haciendo que se corrieran dentro de él.

Lentamente, Squalo salió del interior del décimo y se sonrojó al darse cuenta de sus acciones, buscó rápidamente sus prendas e intentó ponérselas. –Eres… un… bestia… Xanxus…– Se quejó Tsuna mirando al ojirojo con falso enojo. Squalo detuvo cualquier movimiento cuando escuchó a su jefe reír ante el comentario del décimo.

_Ya, y me dirás que no lo has disfrutado.– Le replicó con voz ronca.

Tsuna hizo un mohín y se cruzó de brazos. –Tengo mucho… trabajo… y mañana… no podré sentarme…– poco a poco iba estabilizando su aliento.

Xanxus volvió a carcajearse y observó como Squalo les miraba atónito. –Y tú, si la puerta está cerrada llama.– Le reclamó al guardián de la lluvia. –Ahora lárgate.– Le ordenó mientras acercaba más hacia si el cuerpo del menor.

A Squalo no le hizo falta que se lo repitieran dos veces, salió por la puerta en cuanto la abrió y desapareció por el pasillo. –Y te quejabas de que si me acostaba con Mukuro.– Le reclamó en cuanto el peliplateado desapareció de su vista.

_Una cosa es que lo hagas a mis espaldas mocoso.– Xanxus levantó el cuerpo del décimo y lo puso sobre la mesa. –¿Listo para otra ronda?– Y sin esperar respuesta le penetró nuevamente.

_¡Ah! ¡Bestia! ¡Salvaje! Ngh ¡Mañana no podré sentarme! ¡Ooh!–

::0::

Squalo escuchó nuevamente los gemidos de Tsuna, y volteó horrorizado ante la idea de que esos dos estuviesen haciéndolo una vez más. –Ese estúpido jefe va a partirle en dos.– Murmuró volviendo a tomar la marcha hacia el salón para poder relajarse y pensar en lo sucedido.

Cuando entró, vio que allí también estaban los otros guardianes viendo el televisor. –Squ-chan~ Dime ¿qué has visto o hecho~?– Lussuria le preguntó con voz pícara.

Al guardián de la lluvia le dio un tic nervioso. –¡VOOOIII! ¡Lo sabías! ¡Sabías que sucedía ahí dentro!– Le acusó.

_Por supuesto, por eso dije de traer a Tsu-chan, ¿verdad que funciona?– El rostro de Squalo se sonrojó al acordarse el como funcionaba el traer al décimo. –Por tu rostro deduzco que sí~ Dime Squ-chan, ¿te has unido a ellos?– Esta conversación comenzó a interesar a los demás presentes, quienes pusieron la oreja para enterarse de todo.

_¡¿Y tú?! ¡¿Te uniste a ellos?!– Contraatacó.

_Por supuesto~ Lo intenté, pero el jefe me echó de una patada.– Se quejó poniendo una mano en su mejilla. –Si a ti te ha dejado participar quiere decir que está de humor.–

_Uishishishi, el príncipe no sabe sobre que habláis. Sed más claros.–

_Bel-sempai, ellos son claros el problema es que no lo ves. Hablan sobre sexo, el jefe y Decimo-sempai se acuestan juntos, y al parecer esta vez se les ha unido el de complejo a tiburón.–

_¡VOOOIII! ¡CÁLLATE! – Le reprendió alzando su espada y atacándole.

_Uishishishi, eso no puede ser, el príncipe también debe unirse a la fiesta.–

Bel hizo ademán de irse pero la espada de Squalo se interpuso entre la puerta y él, y así comenzó una nueva pelea. Donde, seguramente, destrozarían parte de la sede y los papeles en el despacho de Tsuna aumentarían.

~Omake~

Gokudera se dirigía hacia el despacho de su querido décimo para dejarle una taza de café junto a unos dulces. Tsuna hacía rato que estaba encerrado en el despacho y seguramente tenía hambre, ese fue el pensamiento de la mano derecha.

Cuando Hayato abrió la puerta del despachó se encontró con que no había nadie, eso le extrañó, su jefe no salía de ella desde hacía casi una semana. Entró y decidió buscar algún indicio de lo que le había sucedido y al acercarse a la mesa vio una nota con la caligrafía de su amado jefe.

Lussuria y Fran han venido, estoy en la sede de Varia.

Tsuna.

Gokudera abrió los ojos de espanto. ¿Su Juudaime en la sede de Varia? ¿Le habían secuestrado y ahora querían pedir un rescate? ¿Querían acabar con lo que empezaron en sus años de escuela? Esas y muchas otras preguntas se amontonaron en la mente del guardián de la tormenta.

Con desesperación, Gokudera salió corriendo del despacho con un sonoro grito, –¡JUUDAIME!– Retumbó por toda la sede Vongola.

Alarmados, los demás guardianes salieron de sus respectivas habitaciones o de donde estuviesen, encontrándose con un alarmado guardián de la tormenta. –Cálmate, Gokudera.– Le ordenó Reborn. –Y cuéntame que ha pasado.– Le dijo con voz seria.

_¡Varia! ¡Juudaime! ¡Se fueron! ¡Sede!– Dijo rápidamente y atropellándose con las palabras.

_Gokudera, haz una frase, no quiero palabras sueltas.–

Sintiendo que no podía hablar, Hayato le entregó a Reborn la nota dejada por Tsuna y al leerla sonrió. –No hace falta preocuparnos, Dame-Tsuna está bien atendido.–

Reborn se alejó del tumulto, dejando a los guardianes con caras de sorpresa y sin entender ni una palabra. –Mañana deberé ser menos exigente con el entrenamiento…– Murmuró Reborn cuando estuvo alejado del grupo. –No, mejor seré más exigente con él.– Dijo con una sonrisa sádica y de diversión en su rostro.

Notas finales:

¡Moi, Moi! El cuarto One-shot~ Bien, un X27S espero que no haya defraudado mucho y que me perdonéis si hay OoC.

No me gusta mucho mendigar… y en últimamente lo estoy haciendo mucho… pero hace falta… ¡por favor! ¡Os lo suplico! Quien no haya votado que lo haga, y si ninguna de esas respuestas os gusta mandadme un MP con lo que penséis, cualquier cosa pero dad señales de vida~ o si no cerraré los ojos y señalaré a uno cualquiera TT3TT

¡Muchas gracias a los que leen pero muchísimas más a los que leen y comentan~!

Nos leemos.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).