Él era un joven ocupado,y no precisamente por atender cosas de Universidad.No.Sino porque su padre al estár internado en el hospital por un "sustito",un infalto,le había dejado caer encima de paso esa enorme responsabilidad de cuidar las cuentas y llevar la familia.
Y aunque en un principio se había negado hasta con los dientes,el que su madre se lo pidiera de favor le hizo aceptar.Y,ahora que pasaba por lo que pasaba,maldecía la hora en la que sumisamente dijo que dijo sí y comprometió a cargar en la espalda con todo los problemas que trataba de solucionar, y por si fuera poco,su "ejemplar" padre había causado a escondidas de su madre.
Ya que ahora,al vivir entre papeles y tazas de café para estár despierto más de lo normal,no podía verle como lo hubiese hecho al estár libre de todos esos líos,y eso era lo que lo tenía con el estrés hasta la raíz del pelo.
¿De quién hablamos?.
Del simple chico que vendía kimchi en un puesto cerca a su oficina,y no tenía la más remota idea de lo que estaba despertando en Minho.
Y todo gracias a una sencilla sonrisa.
-¡Oppa Oppa Oppa!-
Al escuchar esas chillones voces a su espalda,Taemin rodó los ojos con fastidio,y giró sonriendo a las estudiantes que corrían cuatro calles todos los medios días desde su colegio para ir a verle y acercársele como moscas en fiesta.
Todas se juntaron y rieron tras sus manos al verles dedicarles esa brillante sonrisa.
-¡Oppa!-saludó una con ojos brillantes.-¡Hola!.
Cada día,por una hora,Taemin se enfrentaba a una dura prueba de paciencia con esas chicas al soportar sus insinuaciones y "pequeños" pero atrevidos toques, que lo llevaban a preguntarse más de una vez qué había hecho en su vida anterior para merecer semejante tortura.
-Hola,chicas-sonrió mientras por dentro deseaba gritarles que se largaran de una vez al mismo...-¿Qué desean para comer?.¿Lo mismo siempre?-preguntó,sirviendo sin esperar respuesta de ninguna para que así, se apartaran a las mesas y le dejaran al menos respirar un aire limpio, y no diabético por culpa de sus perfumes.
-Queremos tu número-dijo una tímidamente pero lo suficientemente alto para que captara el mensaje,el mismo que ignoró mientras servía y daba las bandejas.
-Gracias,y que lo disfruten-las despachó con una sonrisa,todas suspiraron dolidas y derrotadas,más una no se marchó.
-Oppa está siendo cruel con Min Li al ignorarla-bufó cruzada de brazos.
Taemin quiso hacerla desaparecer al estilo Harry Potter al estár mareado por su perfume con olor a algodón de ázucar más no fue necesario.Un cliente que desde hacía una semana frecuentaba el lugar y comía aparte y en silencio la apartó,dejándole con el insulto en la garganta al no atreverse a dejarlo ir al ver la mirada del recien llegado:
-Disfruta tu comida,Min Li-alcanzó a decir Taemin cuando miró al adulto delante suyo y...cometió el error que siempre cometía con el mayor,sonreír.-Hola,¿qué puedo ofrecerle?.
Quisiera tantas cosas de tí,...que sé,no te alcanzaría la vida para cumplir cada una de ellas,pensó Minho al verlo de arriba hasta la cintura al taparse el resto por el mostrador.Pero eso era suficiente,solamente necesitaba ver su cara y cuello,ah,ese cuello largo y dulce,que cada noche su mente le hacía recorrer en húmedos y largos besos,mientras su cuerpo temblaba al tiempo que sus labios se abrían,dejando salir atropellados gemidos del más puro placer.Claro,eran sueños.Pero sabía...
...estaban a un pasito de hacerse realidad.
Dentro de poco,muy poco,dejarían de ser húmedas fantasías para cumplirse en realidad.
Con ese pensamiento en mente y la bandeja en la mano,mirando por última vez al castaño,y sin decir ni gracias,se retiró a su mesa,la misma desde la cual comía sin perderse ninguno de sus movimientos hasta la hora de marcharse y en la que Taemin dejaba de sentirse intimidado por una penetrante mirada a sus espaldas,y que sabía...
-Nada tiene que ver con las chicas...-pensó,al ver las mesas de las chicas vacías.
Y supo debía comenzar a asustarse al poco tiempo,sentir esa "sensación" de camino a la escuela,temprano en la mañana,por la que giraba la cabeza a todas partes en busca de ese algo que le acosaba y comenzaba a alterar.
¿Qué demonios estaba pasando?.
-Si es una broma...-bufó al detenerse apretando la mochila y buscar con la mirada a todas partes,no viendo nada del otro.No notando a ese alguien que le miraba fijamente tras los lentes y comía con la mirada.
Pero no.
No lo era,y lo supo al todos los días después de esa mañana,no importara dónde estaba,y lo que hacía,sentir ese ojo sobre su nuca.
Ese ojo que le avisaba...muchas cosas estaban por cambiar.
Y sería algo que no podría evitar.