¿Quién leches me manda a mí aceptar esta apuesta? Si es que soy tonto. Estaba más que claro que iba a perder, pero mi maldito orgullo no me permitía cerrar esta bocaza que Dios me ha dado. Suerte que comparto castigo con Sungmin. El pobre no sabe la que nos viene encima: cumplir con este castigo comporta no decir nada al mánager, salir a la calle de escondidas y poner en riesgo mi reputación… ¡MI REPUTACIÓN! Soy el “Evil Maknae” y soy el travieso del grupo; pero no tanto.
Todo empezó por culpa de Siwon. Sí, el asquerosamente perfecto caballero/leo la biblia cada día, Siwon. El muy cabrón, desde que fuimos con el SM TOWN a NY, se ha aficionado a comer perritos calientes, esas grasientas y blandas salchichas que seguro que llevan más mierda que un palo gallinero. Y como tiene ideas taaaaaaaaaaan divertidas y originales no se le ocurrió otra cosa que retarme a ver quién comía más cachos de carne mugrienta dentro de un pan.
En un principio no acepté: mi estómago tiene el tamaño de una nuez y como poquísimo. El problema vino cuando Siwon me dijo:
- ¡Venga Kyu! No puedes decir que no.
- ¿Por qué lo digas tú? Ya sabes que tengo muy poco saque y que no podría comer más de dos, seguro. Además, no me gustan estas cosas – dije cogiendo una con mueca de asco- me parecen vomitivas.
- Pues me ha dicho un pajarito que por las noches con la de Sungmin no tienes ningún problema…
1, 2, 3, 4… autocontrol Kyu, autocontrol… 5, 6, 7, 8… SE ACABÓ.
- QUE SEPAS QUE TE VAS A CAGAR. Voy a comer más que tú y cuando gane tendrás que besar el suelo por el que pise.- dije mientras entraba en mi habitación - ¡Ah! Por cierto: lo de Sungmin… - me giré- ¿no estarás celoso? Si quieres probar, ya sabes donde duermo… - .
Kyuhyun 1, Siwon 0. Nadie se mete con el maknae, por mucho que sean mis hyungs del alma y los quiera con locura.
Y aquí estoy. Intentando hacerme a la idea de la locura que vamos a cometer Min y yo en unas horas. De algo estoy seguro: Min me quiere más de lo que yo me pensaba. Es decir, siempre me dice que me quiere, que sin mí no es nada, pero… ¿esto? El castigo me tocaba a mí, él no había participado en nada; en cambio, quiere tomar parte de este show que vamos a montar.
No hay nadie en casa, solo Sungmin y yo; los demás se han ido a coger sitio al lugar donde se va a cumplir el castigo. Miro las prendas que hay encima de la cama: no seré capaz, de verdad.
- Kyu, cariño. Date prisa.
Miro hacia la puerta: Sungmin ya se ha cambiado, está listo para salir. Lo peor de todo, es que lo encuentro tremendamente sexy: ¿Cómo leches unas medias de rejilla negra, con un tanga de leopardo, le pueden quedar taaaaaaaaaan jodidamente bien? En lugar de parecerme horrible, espantoso y cutre; me parece sexy y excitante. Estamos bien, colega.
Consigo vestirme con el mismo atuendo que Sungmin: por una estúpida apuesta me toca vestirme de gigoló y bailar en un club de striptease para los truchas salidos de mis compañeros de grupo. ¿¡Alguien más ve esto raro de cojones!?
Nos ponemos las gabardinas y bajamos al coche. Sungmin se sienta de copiloto y la gabardina se le abre un poco, dejando a la vista la parte superior del muslo, muy cerca de…
- ¡KYUHYUN! ¡MIRA LA CARRETERA!
- Tranquiiiiiiiiiilo, yo controlo esto.- digo con suma tranquilidad- Lo que no controlo son las ganas de tirarme encima de ti. –
- Kyu, ahora eso es secundario. Cuando cumplamos la apuesta, ya veremos qué podemos hacer con eso – dijo señalando mi entrepierna.
Oh, no. Lo que me faltaba: hacer un striptease intentando no pasar vergüenza y con la bandera en alto como si me fuera la vida en ello. La madre naturaleza se está portando muy mal conmigo…
Llegamos. Suerte que el local está prácticamente vacío. Digo prácticamente por qué tan sólo llevan 1 hora allí y mis queridos Super Junior se han bebido ya media despensa, dejando botellas y botellines por todas las mesas.
- ¡Hoooooooooooooooooooola Kyuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu! –
- ¿La biblia no te prohíbe esto de ir a un bar, ponerte ciego de alcohol y sentarte a ver como dos amigos tuyos se despelotan ante ti? –
- Nop, la biiiiiblia me prohíbe otra cosa. Tirarme cada noche a ZhouMi, por ejemplo.-
Mi cara debía ser un poema. Vale, sabía que por mucho que lo negara tenía algo con Zhou, pero de ahí a que se lo tirara cada noche… Este chico me sorprende cada día más.
Empieza a sonar la música. Nos toca salir y mis piernas flaquean. SungMin me da un empujoncito que podría traducirse en 5 palabras: ¡Ánimo, que esto se acaba!
Ya estamos delante de todos. Llevamos más de media vida entrenando para esto, ensayando sin descanso para dar lo mejor de nosotros en el escenario, dejando atrás las vergüenzas para que nuestro espectáculo salga perfecto… Pero nos quitas la ropa y el esfuerzo que hemos hecho durante toda nuestra vida se queda en nada. ¿¡QUIÉN DIJO QUE LA MODA ESTABA SOBREVALORADA!?
Miro a mi derecha. SungMin lo está dando todo. Hemos ensayado esta coreografía varias veces, pero no tantas como para que quede tan natural… ¿Será que tiene alma de gigoló y todavía no sabíamos nada? Intento seguir con lo mío, pero los movimientos de Min y mi mente calenturienta no colaboran; o es que quizás colaboran demasiado…
Miro hacia delante. Faltan algunos de los que habían venido, pero… ¿QUÉ ESTA PASANDO EN EL FONDO SUR? Ya sabía que eran todos medio truchas, pero… ¿ESTO? Yesung le está metiendo mano descaradamente a Wookie, Hyuk está dejando seco a Hae… ¡Por lo menos podría dejarlo respirar!, Heechul… un momento, ¿dónde está Hee? ¿Y dónde está JungSoo?.
¿Qué es eso del final? ¡SIWON POR DIOS! Tengo que apartar la mirada. Si mañana preguntan por qué ZhouMi no puede caminar, creo que seré el único que tendrá la respuesta…
Una mano me acaricia la barriga. Acto seguido paro de bailar.
- Kyu…
- ¿Sí, Sungmin?
- Esto… que estoy cansado y tengo ganas de ir a casa. Además esto que llevo puesto me aprieta demasiado… - dice con una voz demasiado sensual.
Lo he cogido de la mano y lo he arrastrado al coche: esta noche PROMETE. Al final va a resultar que los retos pueden ser excitantes y todo…