Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Pecado por Chris Yagami

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Bien... un fic para demostrarle a cierta niña que si se puede hacer un fic en una hora ¬¬... es una viñeta :3 espero les guste

Notas del capitulo:

 

 

Pecado.

A través de los barrotes es lo único que puedo ver, es la luz de la luna, aquella que te anuncia y me dice que estás por llegar. Tengo miedo de que eso pase, no quiero tenerte aquí porque solo me haces daño… pero me obligas, me haces hacer todo lo que te place pero a mi me da miedo, eres mi rey y debo obedecer pero no quiero.

Afuera hay una tormenta y dentro también. Mi corazón desenfrenado, hace que mi cara enrojezca pero no logro comprender si es por furia o por otra razón, amor tal vez.

La puerta rechina cuando se abre, como todas las puertas de los empleados de este palacio en el que habitas. A pesar de lo horrible de esta habitación, del mal olor que la invade vienes a mi cada noche o la mayoría de ellas, cada vez que aquella que ocupa el lugar que deseo te lo permite. No te importa que mi cama sea pequeña o las sabanas de paja, me amas cada vez que puedes.

-Chris- me susurras al oído cuando estás ya sobre mi, yo sonrío con los ojos cerrados cuando comienzas a despojarme de mi playera.

Tengo miedo, no quiero hacer esto, no me obligues a amarte para después dejarte volver con tu reina, por favor, quédate conmigo la noche entera, quédate a mi lado.

-¡Iori!- mi voz suena ronca y dulce demás, es la misma de siempre cuando estoy excitado, pero sabes que puntos tocar, sabes mover tus manos con maestría sobre mi cuerpo para provocar esto en mi.

Mi ropa ya no esta sobre mi cuerpo, es tu lengua la que recorre cada rincón de mi pecho y abdomen hasta llegar a aquel punto que metes de inmediato a tu boca, enloqueciéndome, pervirtiendo todo en mi. Tus dedos tocan dentro, fuera… eres todo un maestro. Haces que me corra entre tus labios para después besarme dándome a probar de ese espeso líquido que brota de mí y que cada vez me gusta más.

Entras en mí, de nuevo abusas de mi con total calma. El movimiento de tus caderas contra mi trasero es placentero pero internamente doloroso, no eres compasivo, eres duro y me haces sangrar, pero me gusta, porque después de esta noche no volverás a apartarte de mí.

Giras y provocas que me siente sobre tus caderas, sobre tu hombría que me gusta recibir. Comienzo a moverme de arriba abajo para complacerte, escucharte gemir con cada embestida que yo mismo provoco, pero mis lágrimas irremediablemente comienzan a fluir de mis ojos. Sorprendentemente te levantas y me abrazas para susurrarme al oído que me amas.

¿Me amas? Es lo mejor que me has hecho saber, ahora ya no hay dudas, continuaré con esto, solo así podremos estar juntos, te prometo que todo es por tu bien.

Con tus piernas me ayudas a continuar mientras mi cabeza se apoya en tu pecho bañándolo con sal. Tapo mi boca con mis manos para no dejar que mi estruendosos sonidos lleguen a oídos de los otros empleados en las habitaciones aledañas, pero eso no debería importar, me lo dices entre risas, incluso si escucharan algo saben que si tu reina se llega a enterar les cortarías la cabeza a todos y sabemos que eres tan capaz de hacerlo como ella de matarme a mi.

Un grito de mis labios y nuestros vientres quedan humedecidos. Contraigo mi entrada por reflejo y eso provoca que te corras dentro de mi, nunca habías hecho eso y es sumamente excitante.

-Eres un pervertido- dices entre jadeos a mis oídos pues has comprendido que lo he hecho a propósito.

Te dejas caer sobre las almohadas y yo te observo con devoción, eres perfecto, tu pecho blanco me obliga a mordisquear tus pezones. Aun estas dentro de mí por lo que mi movimiento ha provocado una nueva erección en ambos, pero pronto amanecerá y tendrás que irte. Es hora.

Mientras lamo tu pecho extiendo mis brazos hasta llegar bajo la almohada que sostiene tu cabellera de fuego. Toco la hoja de metal, la aferro del mango de madera y me separo con brusquedad sosteniéndolo con fuerza. Tus ojos se abren sorprendidos para ver mi mirada, me gustaría saber como te miro ahora, si hay amor o celos.

-¡Eres mio!- grito al momento de que la navaja perforara tu piel y llegara a tus entrañas. No tuviste tiempo de nada, ni siquiera de gritar- ¡Mio! ¡Mio!- grite incontables veces al ritmo que el arma volvía a entrar en ti hasta quedarse incrustada en tu corazón, como tu hombría aun esta dentro de mi cuerpo. Escupes sangres, borbotones que llegan a manchar mi cara y pecho. Cae un poco en mis labios y yo me relamo con una sonrisa y lágrimas.

Los empleados vecinos han llegado, yo te miro aun, me inclino y te beso, pero no me has respondido, no me has mirado, pues esos ámbares han perdido su brillo.

No me di cuenta del paso del tiempo, cuando lo pensé había una soga alrededor de mi cuello y un hombre leía a un publica molesto mi crimen. No se como se atreven a decir que mi pecado fue asesinarlo, lo único que debo fue haberme enamorado de un hombre, un hombre casado y no cualquiera, sino mi rey.

El piso debajo de mis pies se cae y yo caigo junto con el. Trato de llevar mis manos al cuello para deshacerme de esa soga, pero no puedo ya que una mas las atan a mi espalda.

Hay un pensamiento que llega a mi cabeza en el último instante de mi vida y ese es que morir no es un castigo a mi pecado pues muertos los dos, nos encontraremos en el mas allá. De eso estoy seguro.

Notas finales:

Espero les haya gustado

Saludos.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).