Aun recuerdo como paso todo, el día en que me reclutaron en Akatsuki. Yo estaba muy tranquilo como siempre haciendo lo mío sin lastimar a nadie, cuando repentinamente aparecieron cerca de mi un trío de hombres vestían capas negras con nubes blancas, había oído hablar de ellos, eran la organización élite de asesinos rango S que se unieron para crear esa institución, a mi me entraba por un oído y me salía por otro, las cosas que quería lograr las iba a hacer solo. Entonces noté que ahí estaba el genio Uchiha de Konoha, siempre había querido enfrentarme a él, porque era solo cuatro años menor que yo y el hecho de que había exterminado a todo su clan, ya era noticia internacional, yo no pude lograr eso.
-Tienes que venir con nosotros.- Dijo un extraño ser que jamás había visto antes, si estaba en lo correcto, era un Ninja titiritero de la arena, Akasuna no Sasori, era un gran Ninja y también había oído mucho de él. A su lado se encontraba uno de los siete espadachines de la niebla, Kisame Hoshigaki, tuve interés en saber porque parecía un pescado.
-¿Tú y cuantos mas van a obligarme?- Respondí como siempre retador.- No es como si tuviera interés en su organización de mierda.- Ese grito provoco la risa en el Uchiha, él me desesperaba.
-Mira.- Me gire a verlo.- Lo dejaremos así, si tu me ganas, te dejamos libre. Si yo gano… Vendrás con nosotros sin quejarte.- Lo que paso de ahí en adelante es innecesario ser mencionado, después de todo fracase de lleno aunque eso solo me dio mas motivación para crear un arma que superara al sharingan, cosa que se vería mas adelante.
Cuando por fin estuve en “la cueva” o al menos ellos lo llamaban así porque era un lugar que tenía de todo, cocina, baños, habitaciones y una gran sala de estar. Vi a un extraño tipo lleno de pircings y una mujer con cabello teñido aun lado y con una patética flor en la cabeza.
-Bienvenido, Deidara, es muy grato que hayas decidido unirte a Akatsuki.- Dijo aquel molesto hombre. Quise rezongar pero la constante mirada del Uchiha sobre mí, me quito el valor.- Te presentaré al resto.
Miré a mi alrededor, había muchas cosas extrañas, estaba el hombre pez, el bebé Uchiha, Pinocho, el líder punk, la novia del líder, un hombre con muchos pedazos de piel cocida y un hombre planta. Recorro nuevamente cada uno de sus rostros y vuelvo al del hombre planta apuntándolo con un dedo y entreabriendo la boca.
-Veo que ya conoces a Zetsu.- Dijo el punk, solo suspire. Así que un hombre planta era parte de Akatsuki. Detrás de él había un pequeño con una estúpida máscara en espiral en su cara, parecía una lolipop gigante, no sentí deseos de involucrarme con él.- Y ese tontuelo es su aprendiz, Tobi.- Dijo el hombre.- Supongo que ya conoces a Sasori, Kisame e Itachi.- Dijo mientras miraba nuevamente a esos tres, cual no va siendo mi sorpresa cuando Akasuna no Sasori, muestra su verdadera forma, no pude soportar mostrar un sonrojo.- El es Kakuzu, el tesorero de Akatsuki.- Torcí mi cara cuando ví al tipo, demasiado desagradable. –Ella es Konnan y te referirás a mi como Pain. –Le miré, ese tipo si tenía un problema, yo lo único que quería era ser feliz y estar tranquilo, pero no, tenían que poner sus ojos en mi.
-Entonces, supongo que no hace falta presentarme, si me obligaron a venir aquí es porque ya saber quien soy.- Dije para que se callaran, me molestaba demasiado ese lugar y la cara de estúpidos de todos, ¿no era acaso que eran asesinos clase S?
-Bien, como deberías saber, los Akatsuki se mueven en parejas, exceptuando a Zetsu, no queríamos que se comiera a nadie. –Me puse un tanto pálido ante la declaración, ahora sabía que tenía que tener cuidado con todo lo que hiciera en aquel lugar.- Tu compañero de equipo y de habitación será Sasori.- Tanto él como yo pusimos una cara de desacuerdo total y miramos al que se hacía llamar Líder.- Mírenlo por el lado bueno, los dos son artistas.
No esperaba que me dijera que Akasuna no Sasori, el hombre con la apariencia de chico, fuera más interesante de lo que parecía, saber que él era artista era una de las cosas por las que más le odie de ahí en adelante. Pero, aunque no quisiera decirlo, me gusto un poco que un artista fuera mi compañero, aunque eso me llevaría a tener múltiples peleas con él.
-Cuídeme a partir de ahora, Sasori no Danna.- Pude sentir las incrédulas miradas de los demás sobre mi. Si era mi senpai era el momento para comenzar a tratarlo como ello. Sonreí levemente. Una sonrisa traviesa cubierta por un leve sonrojo.
-Puedes contar con ello, Dei-chan.- Murmuro mientras me arrastraba hasta su habitación para enseñarme como daba su gratitud por llamarle Danna, desde ese momento supe que mi relación con él sería mas que solo compañeros de equipo.