Sentado en el salón, cerca de la ventana y con las piernas cruzadas como un indio. Algo importante está haciendo; el ceño fruncido y la vista fija en un pequeño cuaderno no mienten. Hace días que repite el mismo ritual por las tardes: se pasa horas y horas anotando quién sabe qué en ése mini cuaderno hecho polvo que meses atrás le regalé.
- Donghae – digo sentándome a su lado- ¿Qué haces?-
- Escribo un libro- dice cerrando el cuaderno.
- ¿Sobre…? –
- Sobre mi vida – dice levantándose – ¿Vamos a cenar? Tengo tanta hambre que me comería un Mc Donalds entero… - dice abriendo exageradamente los brazos.
- Así que hoy cenamos fuera, ¿no?-
- Mientras pagues tú, mi amor, sí. – dice dándome mi chaqueta.
Durante todo el viaje Donghae – aparte de quejarse de que tenía mucha hambre- ha decidido que era buen momento para explicarme su teoría de por qué él nunca comía las hamburguesas de pescado que servían en Mc Donalds. No he estado muy atento, pero creo que algo tenía que ver con su apodo de Fishy y que las fans verían mal que se comiera a los de su especie. Realmente necesitamos vacaciones; a algunos les afecta de sobremanera el estrés.
Aún así, no he podido concentrarme al 100% en lo que me explicaba. Hay algo que me ronda la cabeza desde que hemos salido de casa: ¿Donghae escribiendo un libro? Es decir, sé que tiene buena mano con la escritura y que cuando se lo propone, escribe cosas preciosas que despiertan en mí una vena sensible y tontorrona que yo no creía tener. Pero, ¿escribir con 26 años una biografía? Eso normalmente lo hacen los grandes artistas y/o actores de gran nivel, cuando tienen pensado retirarse del mundo del espectáculo. Oh, espera.
- Hae, ¿tienes pensado dejar Super Junior? – digo con cara de preocupación.
- Sí, dejaré Super Junior como no pidas en éste mismo instante el Big Mac que hace horas necesita mi estómago. Corre, que como no tenga comida delante en 0.3 segundos me como un dedo tuyo –
- Va-le – digo girándome hacia la dependienta – 2 menús Big Mac, con patatas, coca-cola y… ¿de postre? – pregunto a Donghae.
- Ah, sí. Un brownie con muuuuuuuucha nata. Para compartir, claro. – dice con la voz cantarina de un niño de 5 años. Es jodidamente adorable.
No creo que Hae haya pensado dejar Super Junior; yo lo sabría. No es que tenga que contármelo todo a mí, sino que supongo que tantos años de amistad y estos meses que llevamos juntos justifican – de paso- que me mencione algo como esto. Pero entonces, ¿por qué? Ya he repasado mentalmente todas las fechas importantes para nosotros dos; teniendo en cuenta el día que empezamos a salir, el día de nuestro primer beso y hasta nuestros cumpleaños. Pero ninguna de estas fechas está cerca ni se me ha pasado.
- Cari, estás ausente. Come que se enfría.- dice con la boca llena de hamburguesa y patatas.
- Mira que eres cursi – digo con una mueca de disgusto – Y no se habla con la boca llena…
- Aún así, me quieres. – dice con una amplia sonrisa después de haber tragado con dificultad – Y sobre hablar con la boca llena… Me llevas unos meses y soy TU NOVIO. Contigo puedo hacer lo que quiera. – dice con una mirada así como… ¿pervertida?
Desde que empezamos a salir – o mejor dicho – desde que somos amigos, hemos tenido una relación basada en las informalidades, dejando atrás la estúpida jerarquía de hyung-donsaeng que impera en la mayoría de relaciones en Corea. Tampoco es que la diferencia de edades sea muy grande; aún así, siempre que le digo que no haga algo, me rebate que conmigo puede hacer lo que le plazca. Y no sabéis lo mucho que me alegro de ello…
- Donghae, ¿me he olvidado de alguna fecha importante para los dos? Si es así, lo siento, no me volverá a ocurrir…- digo agachando la cabeza.
- No, para nada. – dice con una sonrisa - ¿Tú te crees que estaría así de tranquilo, comiendo contigo y compartiendo este maravilloso brownie lleno de nata con un tío buenorro como tú?-
Bien pensado, tiene razón: si me hubiera olvidado ya le habría puesto precio a mi cabeza.
Salimos a pasear cerca del río. Siempre que venimos a esta hamburguesería grasienta, damos una vuelta por el paseo, para digerir un poco las miles de calorías que en menos de 30 minutos hemos ingerido. Odio con toda mi alma Mc Donalds, pero todo sea por mi querido pescadito: solo ver la cara de felicidad que pone cuando entramos en el establecimiento, este lugar me parece el más perfecto del planeta. Aunque, si algo he aprendido durante mi vida al lado de Hae, es que no puedo subirlo al coche justo después de cenar allí: antes necesita airearse un poco.
- Qué cielo más bonito… -dice apoyando su cabeza en mi hombro - Si algún día me concedieran súper poderes, los usaría para robar una estrella de cielo y ponerla en la habitación. Sería nuestra.-
Y este es el motivo por el que estamos juntos. Me gusta su sonrisa, su mirada, su cuerpo, sus labios; pero lo que más me fascina por encima de todo, es ése niño atrapado en un cuerpo de adulto que es Donghae. Solo un crío miraría las estrellas y soñaría con poder tener una para él.
Esta dormido en el asiento del copiloto. Siempre que volvemos de cenar, cae rendido en los brazos de Morfeo y cuando lo despierto al llegar a casa, se disculpa mil veces por haberme dejado solo. Es curioso que no pueda entender que adoro ver su cara mientras duerme; escuchar su respiración lenta y pausada.
- Hyukkie, siento haberme dormido… - dice frotándose los ojos – Es que llevamos un ritmo entre conciertos, programas y todas estas cosas; que a la que encuentro algo blandito donde sentarme, me duermo como un tonto.
- Venga va, sube las escaleras con cuidado y vamos a dormir, que ya es tarde.-
Está tan cansado que ha intentado acostarse con la misma ropa que ha llevado todo el día puesta. Nos hemos peleado durante media hora y al fin he conseguido que se ponga el pijama. Corrección: he conseguido ponerle al pijama. Ahora ya no es el niño adorable que dormía plácidamente en el coche, se ha transformado en una especie de Snorlax de cuerpo sexy que ocupa toda la cama que compartimos. Alguien llama a la puerta.
- Hola Hyukjae –dice Leeteuk con voz somnolienta - ¿habéis llegado ya?-
- No, somos un holograma… jajajajaja-
- Bueno, tú ya me entiendes. – dice haciendo aspavientos con las manos como Siwon- ¿Habéis cenado bien? Sino bajo a la cocina y os preparo alguna cos…-…- Vale, la cara de felicidad de Hae dormidito me da la pista de que ha comido como un desesperado.-
- Efectivamente, un Big Mac con brownie y nata incluida.-digo acentuando la última palabra.
- ¿Con muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuucha nata?- dice Teukie con voz de niño.
- Con muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuucha nata- repito provocando una carcajada en Leeteuk.
Cada noche, al volver de cenar, Leeteuk pasa por la habitación para darnos las buenas noches, preguntar si hemos comido bien y asegurarse de que sus niños están en perfectas condiciones. Últimamente está muy preocupado por el hecho de tener que cumplir con el servicio militar; según él “¿Quién les dará las buenas noches a mis niños y comprobará que han llegado bien a casa?”. Creo que todavía no es consciente de que sus niños, ya no son tan niños. O al menos, que ya no hacen cosas de niños.
Hay algo que sobresale de la mesita de noche de Donghae: el cuaderno. Es una mini libreta para anotar cosas y no olvidarte, o simplemente para apuntar frases de libros concretos, como hace Donghae. Por eso se la regalé: estaba harto de ver como subrayaba todos sus libros con lápiz y luego buscaba como un loco -sin éxito- las frases que más le habían gustado. Pero esta vez era distinto: había decidido escribir un libro, ni más ni menos, que un libro sobre su vida. Algo así como una biografía.
Basándome en el hecho de que es fundamental que las parejas no tengan secretos para que la relación funcione, debería leer el contenido del cuaderno. Pero en este caso no estamos hablando de un secreto: me ha dicho lo que es y de qué va, entonces debería respetar su intimidad. Quizás es el Big Mac o la cantidad de nata que llevaba el brownie, que han provocado que esté abriendo el cuaderno justo por donde esta tarde estaba Hae escribiendo. Si me pilla, me quedo sin brownies en una buena temporada.
“Amar y sentirte amado son dos sentimientos diferentes pero a la vez complementarios: amar significa desear que alguien esté a tu lado para siempre; sentirse amado es tener la seguridad de que alguien desea que estés a su lado para el resto de su vida. Los dos sentimientos juntos son como una bomba a punto de explotar: cada vez van a más.
Esto es lo que me ocurre con Hyukjae: a medida que pasa el tiempo me doy cuenta que ambos sentimientos van in crescendo, llegando hasta el punto de que creo que voy a explotar de felicidad.
Verdaderamente esto es amor; lo demás, tonterías.”
- ¿Te gusta?- dice Donghae apoyando su mentón en mi hombro.
- Yo… tú…- intento articular alguna palabra con sentido-.
- Él, nosotros, vosotros, ellos… ¿Es que estamos en clase de lengua y no me he enterado? – dice Hae riendo.
- ¡No! Quiero decir, me encanta. – digo aclarando la voz – Pero, ¿no era un libro sobre tu vida?-
- Sí, lo es. Todo lo que has leído y ¿todavía no te has dado cuenta de la parte más importante?-
Niego con la cabeza.
Hyukjae, tú eres mi vida.