Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Segundas Oportunidades por taptap

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Pareja atípica, o mejor dicho, rara que lo flipas.

Espero que os guste ;)

Siempre pensé que no existían las segundas oportunidades; aunque más de uno decía haber recibido alguna. Creía que las segundas oportunidades solo se las concedían a aquellas personas que habían sufrido, o mejor dicho, que habían sufrido demasiado. Ése no era mi caso, yo no debía llegar al mínimo establecido para gozar de una segunda ronda en el amor.

Miles de personas creen ciegamente lo que pone en las revistas, magacines y periódicos nacionales; sin molestarse siquiera a contrastar la información. Eso es lo que ocurría conmigo: la prensa hizo de mí un personaje, un tipo fuerte al que no le afectaban ninguna de las adversidades que puede tener la vida; un tipo con una fuerza sobrehumana que pasaba por encima de cualquier mortal.

Pero eso no era cierto. Yo sentía que moría por dentro, necesitaba ayuda, pero yo no supe ver lo que me ocurría. Pensé que había tocado realmente fondo, que nunca volvería a ser el mismo de siempre, que no podría caminar hacia delante con mi vida y mis obligaciones.

Todos me advertían del daño que me estaba haciendo, de lo mucho que me estaba machacando la situación; pero yo… Yo le quería. Le amaba con todo mi corazón, sentía cada palabra que me dedicaba; cada mirada que me ofrecía. Pero supongo que no lo vi venir; supongo que no vi que me estaba cavando mi propia tumba.

Me humillaba delante de todos, me trataba como alguien que no merece ni ser escuchado; creía que mi existencia no era nada necesaria para nadie más que para él, para sus noches que él llamaba de “pasión”. Nunca hubo nada de eso: me hacía daño, me destrozaba por dentro, sólo procuraba pasárselo bien. Pero yo aguantaba; creía que era un poco bruto, pero no le daba más importancia. Ahora sé que el daño que me hizo fue tanto emocional como físico: en estos momentos doy pena.

Si había alguna cosa que odiaba con toda mi alma eran nuestras peleas. No porque yo tuviera la razón o porqué él la empezara; sino por las consecuencias que éstas traían. Por la televisión salen constantemente casos de maltrato a las mujeres, pero ellas se niegan a ver la realidad en la que viven, perdonando a sus maridos constantemente hasta que un día acaban con sus vidas. Lo nuestro terminó el mismo día en que me di cuenta de que yo correría la misma suerte que estas mujeres.

Todavía no entiendo de dónde saqué la fuerza para imponerme a él, para decirle que se había acabado, para dejarle claro de que no podíamos seguir así. Aún así, mi fuerza no fue superior a la suya – como siempre – y decidió que antes de acabar con lo nuestro acabaría conmigo. Yo sólo veía sus piernas golpear mi estómago; sus puños en mi mandíbula provocándome un dolor insoportable. No sé cuánto tiempo invirtió en destrozarme, solo sé que llego un momento en el que ya nada me importaba.

Semanas después desperté en el hospital. Nunca había visto a tanta gente junta llorar de felicidad, ni tampoco tantas caras con ojeras inmensas: por un momento pensé que estaba en el zoo, rodeado de pandas demasiado sensibles. No paraban de repetirme lo mucho que me habían echado de menos y lo mal que se sentían por haber dejado que eso ocurriera. Mi mente se trasladó automáticamente a otro lugar. Revisé una y otra vez a todos los que estaban allí, repasando mentalmente sus nombres y sus caras para asegurarme de que no estaba allí. Sentí pánico.

Fue entonces cuando hablaste. “Se ha ido. Ya no volverá jamás.” No sé por qué ésas palabras me tranquilizaron: quizás porque él ya no estaba allí, quizás porque sabía que eras tú quién se había encargado de ya no estuviera allí. Fue justo en ése momento cuando te volviste mi ángel de la guarda.

Prensa, televisión y twitter: en pocos días pasé a ser el centro del mundo, aún cuando yo quería consumirme y no volver jamás a dar señales de vida. Pero ahí estabas tú, dándome ánimos y recordándome que había un grupo por el cual debía luchar; un grupo que dependía de mí. Fue entonces cuando decidí que mi vida empezaba de nuevo; lejos de aquellos meses de horror y humillación que él me hizo pasar. Al menos, tenía dos años antes de volverle a ver la cara, dos años en los que yo debía ser capaz de volver a vivir mi vida.

El amor es algo intangible pero que a veces duele; aunque no como yo pensaba. A eso que yo le llamaba amor, no era más que dependencia de alguien que solo quería explotarme, hacerme sentir mal, anularme como persona. Tú me enseñaste que era el amor, lo que era enamorarse y no ver más allá de una persona. Tú me enseñaste que los detalles son importantes y que yo también merecía que me cuidaran: me enseñaste también lo que era la pasión.

Aún recuerdo nuestro primer momento de intimidad. Me moría de ganas por saber que se sentiría contigo, pero el recuerdo imborrable de miles de noches de dolor desgarrador bloqueaba mi mente. Esa noche, decidí que debía superarlo, que debía arriesgarme. Ahora me doy cuenta de que fue una de las mejores noches de mi vida. Cuidaste de mí en todo momento, intentando que las heridas emocionales del que había estado antes de ti no se abrieran con un mal gesto o una mala palabra: por primera vez en mi vida disfruté.

Me enteré de que hacía tiempo que sentías algo por mí, que lo habías estado pasando mal viendo como él me hacia la vida imposible: es quizás por eso que me siento en deuda contigo. Lo que me consuela es que tengo toda una vida entera a tu lado para agradecértelo, para demostrarte lo mucho que te quiero.

Supongo que en alguno de mis intentos de parecer una pareja normal, le confesé a mi estúpido maltratador la ilusión que me hacía visitar alguna de las islas tan bonitas que existen en el mundo, con agua cristalina y arena suave como la harina. No sé cómo ni cuándo te enteraste, pero celebrar nuestro aniversario en esta playa es el mejor regalo que nadie me podría dar.

Estás a mi lado, estirado en la hamaca de la playa privada del hotel. Tienes los ojos cerrados para evitar que el sol te queme las retinas; aunque no te pones las gafas porque según tú “Dejan marcas...”. Con marcas o sin, siempre estas perfecto. Te giras y me encuentras observándote.

-          ¿En qué piensas? – preguntas con una sonrisa perfectamente delineada.

-          ¿Crees en las segundas oportunidades Siwon? – no puedo evitar contestarte con una pregunta, aunque sé que lo odias profundamente.

-          ¿Crees en mí?-

-          Por supuesto que sí - digo asintiendo frenéticamente.

-           Entonces crees en las segundas oportunidades, Teukie. -

Notas finales:

Dedicado a todas aquellas personas que cuando leyeron Color Palette pensaron en un posible SiTeuk (véase Miss Drama xD).

¿Qué os ha parecido? <3

PD: Que no se me olvide... TODOS A LEER "Counting Stars" de Tail End Charlies (http://www.amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=76958). Cuando lo leáis, no os olvidéis de dejarle un review ;)

Gracias, cositas mías <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).