Ése día llovía como nunca antes, o por lo menos así le pareció a Fuji ‘Entonces eso fue todo’ se dijo suspirando, con las manos sobre el estómago, recostado sobre su cama y con la mirada fija en el techo, ¿En qué momento había tomado esa decisión? Iba a cambiarse al Rokkaku, y todo esto por su impulso de haberse declarado a Tezuka, siendo rechazado. “No soy homosexual…” fue lo que le había dicho, y esto le había dolido, ser “gay” o “lesbiana” o sea lo que fuese, no existía diferencia para Fuji, amar es amar y punto.
De esta confesión habían pasado dos semanas, las cuales no había asistido a la escuela. Se sentía todo un cobarde ¡Por dios! Era Fuji Syusuke, el sádico tensai de Seigaku ‘No, ya no lo soy’ se corrigió mentalmente.
La semana anterior, cuando había recibido por enésima vez invitaciones de las otras escuelas, decidió por irse al Rokkaku, era lo mejor para él y para Tezuka, ya que imaginaba la incomodidad que hubiese sentido si él siguiese ahí.
Suspiró nuevamente, al otro día debía de partir comenzar de nuevo en un lugar completamente diferente.
Desde el día en que Fuji desapareció, había comenzado a sentir un malestar en el estómago. Se le había declarado desapareciendo al día siguiente y eso le molestó ¿Qué planeaba hacer dejando de asistir durante dos semanas? Eso no iba a hacer que olvidase aquella declaración, la cual, sacudió un poco su mente y sus sentimientos haciéndose preguntar ¿Qué era Fuji para él?
Pero eso también hacía pensar en que él no era homosexual, jamás se le había pasado por la cabeza tener una relación con un chico.
Pero Fuji no era un chico cualquiera, era uno de sus mejores amigos y se conocían de pequeños y el no entender muy bien qué era Fuji para él lo confundía aún más.
Cuando el entrenamiento acabó, se acercó a Oishi quien se encontraba fuera de los vestidores y se extrañó al verlo abrazar a Eiji, quien lloraba desconsoladamente.
- ¿Sucedió algo? – Preguntó teniendo una corazonada muy mala.
- Tezuka… Fuji – Desvió su mirada al neko que no paraba de temblar a causa de los sollozos – Fuji pidió una transferencia la semana pasada – Kunimitsu contuvo la respiración – Se fue al Rokkaku.
Tezuka no habló, atónito ante lo dicho por Shuichiro ¿Que se había cambiado? Maldijo a Fuji en sus adentros ‘Idiota, no tenías por qué marcharte’
Al visualizar el que sería su nuevo salón de clases, sintió un súbito impulso de salir corriendo, volver a Seishun Gakuen y fingir que nada de eso había pasado. Pudo escuchar cómo, algunos que lo reconocían susurraban a sus espaldas.
Para su fortuna, Saeki salía del salón en el mismo instante que él pensaba entrar.
- ¡Fuji! – Dijo alegre – Me enteré de la transferencia ayer.
- Oh, Saeki – Sonrió – Si, la verdad es que necesitaba un cambio.
- Y yo que justamente salía a buscarte, entra por favor.
Lo siguió bajo la atenta mirada de los otros alumnos, los cuales se preguntaban qué hacía el tensai de Seigaku ahí, con el uniforme del Rokkaku.
Ocupó un asiento vacío a un lado de la ventana, que daba justo a la calle.
Saeki le daba furtivas miradas al ex tensai de Seigaku; se preguntaba qué había pasado entre él y Seishun Gakuen como para que este decidiese abandonarla. A su mente llegó la fugaz imagen de Tezuka y frunció el ceño. Nunca le había agradado la forma en que Fuji lo miraba, pues era la misma mirada que había en él cada vez que estaba con Fuji.
Lo vio suspirar y posar sus ojos nuevamente a la calle, y quiso saber qué era lo que pasaba por su cabeza en esos instantes.
En los vestidores de Seigaku, se encontraban los titulares cambiándose después del entrenamiento.
Y la pregunta tan temida para Tezuka, había llegado el mismo día en el que Fuji iniciaba sus clases en el Rokkaku.
- Tezuka-buchou – Preguntó Ryoma - ¿Dónde está Fuji senpai?
Oishi miró a Tezuka con una expresión de terror. Los demás titulares voltearon a ver, primero al que había hecho la pregunta de la cual, todos querían saber la respuesta y luego a Tezuka, quien se veía nervioso y no soltaba palabra alguna.
- Buchou, le he hecho una pregunta – Dijo más serio que de costumbre - ¿Dónde está Fuji senpai?
- Fuji… - Carraspeó – Se fue al Rokkaku.
El semblante de asombro del resto de los titulares no se comparaba con el de Ryoma, habían quedado impactados con la noticia.
Comenzaron a murmurar entre ellos, y Tezuka vio a Echizen dirigirse silenciosamente hacia la puerta y salir cabizbajo del lugar.