Wonho nunca se preocupó por parecer demasiado evidente. Es en esa clase de situaciones en que todo parece ser lo suficientemente claro como para que cualquier intento de ser demasiado directo parezca fuera de lugar.
Está seguro de que es bastante obvio que Takuya no es ‘otro compañero más’. Takuya más que nadie debería saberlo.
Pero resulta que no, Takuya no lo sabe y Wonho se pregunta si está siendo su normal despistado ser o jugando con su cordura.
Aún así, Wonho no dice nada y contiene un suspiro. Takuya tendrá que darse cuenta algún día.
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Pasan las semanas como está estipulado por las leyes naturales y Wonho piensa que quizás es demasiado enfermo sentir celos de sus propios compañeros. Es decir, no es culpa de Yongseok que a Takuya le guste hablar con él, o de JG parecer tan extremadamente tierno a ojos del líder o de Casper y Sangmin de ser tan buena compañía cuando se la necesita.
Pero el caso es que no le gusta. Frunce el ceño, hace puchero y protesta para sí mismo, el orgullo conteniéndolo de hacer pública su queja.
Takuya lo veo suficientemente como un niño sin necesidad de eso.
Y ugh, piensa, a veces quisiera parecer menos delicado. Al parecer, su altura no era suficiente.
—El líder no lee mentes, ya sabes —aclara JG un día, observando perezosamente la mirada envenenada que Wonho envía en dirección de los sonrientes Yongseok y Takuya. Es algo idiota porque, ¿no son todos amigos que comparten lágrimas, risas y la felicidad de ser reconocidos poco a poco?
—No me digas —replica el mayor, sin apartar sus ojos de la normal, pero enervante, escena.
JG suspira, rindiéndose en su tarea de traer un poco de sentido a su compañero.
—Al menos disimula.
—De todas formas él no se dará cuenta.
Y realmente lo cree, después de tanto tiempo tirando indirectas y casi directas hacia Takuya, Wonho aprendió que simplemente no tiene sentido.
—Quizás —JG se encoge de hombros, con pocas ganas de filosofar acerca de la extraña relación de los dos mayores, y ambos caen en un silencio confortante.
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Takuya es extremadamente amigable con todos, porque su personalidad le permite abrirse fácilmente a otros. Wonho, por otra parte, es un poco más reservado en ese aspecto y tiene un número más reducido de gente a la que puede llamar con confianza ‘amigos’. Y es muy afectuoso con dichos elegidos.
Como es mucho más difícil llegar a Wonho que a sí mismo, Takuya se siente un poco más que incómodo observando las interacciones del mayor con el maknae. Lo que Takuya no sabe es que el principal tema de las recurrentes conversaciones de esos dos, que cesan en el instante en que alguien se acerca, es nada más y nada menos que él mismo. Él y esa extraña fascinación que Wonho siempre tuvo con su persona.
Por eso se queja y se enfurruña y Yongseok rueda los ojos, cansado de la misma repetitiva escena.
—No es nada, estás imaginando cosas.
¿Pero por qué lo haría? Takuya ni siquiera se entiende a sí mismo, pero aún así lo contradice.
—A mi me parece bastante real —los señala, pocos metros más allá, cabezas juntas mientras susurran entre ellos hasta que Wonho se levanta de su asiento, viéndose más avergonzado y molesto que nunca. JG ríe a la distancia y sacude la cabeza con resignación mientras Wonho se aleja en dirección a su habitación.
No hay muchas habitaciones en su dormitorio y no les queda otra opción que compartir. A Takuya nunca le molestó compartir su espacio con Wonho y ahora le parece una oportunidad perfecta para averiguar lo que está pasando.
—No vemos después, voy a dormir una siesta.
Yongseok no le cree pero Takuya no lo pretendió desde un principio.
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Wonho se arroja sobre su cama demasiado violentamente, su espalda se lo reclama y deja escapar un suspiro profundo, exhalando todo el aire en sus pulmones y llenándolo con nuevo oxígeno. El olor de su compañero mezclado con tintes del suyo llega a su nariz y sonríe. Realmente, tiene suerte de que no haya nadie porque seguramente se ve como algún lunática. Pero, hey, podría ser peor. Podría estar oliendo las frazadas del líder o algo así.
Wonho todavía tiene suficiente dignidad como para evitar tal cosa.
No por mucho, de todas formas.
Takuya ingresa en la habitación con una precaución que resulta ridícula y la figura del mayor descansando sobre su cama no parece notarlo.
Sus pensamientos se ven confirmados cuando suelta un casual ‘¿Cansado, eh? Creo que podría usar una buena siesta también’ y Wonho se sienta abruptamente, viéndose como ciervo atrapado por las luces.
Takuya no puede evitar reír y las mejillas de Wonho se tornan de una poco bienvenido color carmín. Se aclara la garganta en un intento de conservar trozos de esa dignidad de la que hablaba antes y responde con un apagado ‘los ensayos de hoy fueron especialmente largos’ mientras se recuesta y, discretamente, se cubre el rostro con las sábanas. Ugh, que la tierra lo trague simplemente.
—Veo que últimamente has sido especialmente amigable con el maknae.
Bueno, eso había sonado mucho menos… impactante en su mente. El aire se atora en la garganta de Wonho ante la repentina observación.
—Hmm. Supongo —consigue articular, aún sorprendido.
—Qué bueno. Pero ya no hablamos tanto como antes, me siendo algo herido sinceramente —Takuya no puede evitar notar la indiscutible sinceridad de sus propias palabras y piensa ‘¿realmente me dolió tanto dejar de ser con quien Wonho pasa más su tiempo?’.
—Perdón —contesta demasiado rápido, sin procesar lo que dice y le sorprendería haber pronunciado bien la palabra—. Pero es que JG maneja cierta información que… Bueno, necesitaba hablarlo con alguien y es muy bueno escuchando aunque sus devoluciones me den dolor de cabeza.
—¿Maneja cierta información? ¿Qué información? —Takuya se da cuenta de que es la primera vez que Wonho abiertamente le esconde información sobre sí mismo. Lo peor no es eso, sino que se lo haya dicho a otro pero no a él. Takuya puede entender los secretos, pero sólo cuando Wonho se los reserva para él y sólo él mismo.
—Nada importante.
—Entonces me lo habrías dicho. ¿Es algo serio, Shin?
El aludido apreta los labios hasta formar una línea firme y se estruja el cerebro en busca de una respuesta que no lo obligue a ser directo por primera vez o a lograr que Takuya sospeche más. No la encuentra.
—No. Pero con él puedo hablar de las indirectas que no son lo suficientemente directas para ti.
Takuya parpadea, y ciertamente no se esperaba una contestación de ese estilo.
— ¿Hu?
—¿No te das cuenta, Taku? —Wonho suspira—. Llevo años haciéndolo bastante claro. ¿Tengo que dibujar nuestros nombres enmarcados con un corazón como las colegialas para que me comprendas?
Todo cuadra y el más joven no contiene la sonrisa que amenaza con surgir en su rostro.
—Oh era eso. Me alegra que me lo dijeras, no me gusta hablar de estas cosas si no es completamente seguro.
Wonho deja escapar un sonido de indignación antes de que líder se lance encima suyo, divertido por sobre todas las cosas.
—¿Pensé que había dejado claro que también te quiero? —dice Takuya antes de que Wonho pueda preguntar, y éste último lo golpea ligeramente porque ‘no, no fuiste lo bastante claro, Taku’ y une sus labios antes de que pueda replicarle de alguna forma inteligente.
No es necesario arruinar el momento que esperó tanto tiempo, aunque no hubiera sido exactamente como se lo esperaba. Pero de eso se trata la vida, al fin y al cabo, de sorpresas.