Capítulo Uno
Y ahí estaba yo, Tom Kaulitz, caminando por esas mágicas calles de esa mágica ciudad… donde sólo hay seres mágicos, y se preguntarán ¿cómo un humano, más corriente que común, se encontraba en un sitio de acceso restringido? Pues bien, la respuesta está en unas lindas haditas, que en agradecimiento a mi padre me consiguieron una beca completa a tan excelente escuela privada ¿cómo? No sé, quizá influencias, como es común en mi sociedad, ¿qué favor les hizo mi padre? En realidad lo ignoró, a él y su trabajo, aunque sé que pasará a manos mías tras terminar mis estudios…
Durante mucho tiempo fui el hablar de las personas que habitan en mi ciudad, el orgullo de la humanidad, sin embargo estuve totalmente obligado a sacar un excelente aprovechamiento e impecable disciplina, después de fui –y soy- el primer humano que cursaría, comería, dormiría y en fin, viviría en tan peculiar lugar, pero me pregunté qué tan difícil sería adaptarme con aquellas criaturas… Hadas, elfos, centauros… ¡sirenas! ¡Hermosas sirenas! “hermosas y perversas sirenas” según se cuenta, pero no me importó, aún así corrí el riesgo.
Llegué a la grande y elegante entrada de la escuela “Cafkigh”, la más selecta de todo el mundo, y ahí se encontró la que supuse era la directora Simone, esperándome.
-¿Joven Thomas?
-Directora Simone –hice un reverencia- un placer el conocerle.
-El gusto es mío, nunca en mis 584 años había visto un humano tan apuesto y educado, pasa por favor –sonrió al abrirme la puerta. Pero… ¿había escuchado bien? ¡¿584?! Estos seres sí que viven mucho tiempo… y son verdaderamente hermosos… no supe si lo que dijo acerca de mí fue por pura verdad o por obligación, pero si el caso fue el primero ¡Qué halago! ¿Cómo un ser tan bello puede considerarte apuesto? ¡Eso es de locos! Jamás me llamaría a mi mismo guapo… al menos no estando rodeado de criaturas como estas. Sí, me ego puede llegar a ser grande
-Agradezco tanto todos los cumplidos que piensas, y me gustaría aclararte que es como si yo viviera los 15 años… bueno, casi los 16 años humanos -¡Leyó mis pensamientos! ¡Qué vergüenza! Bajé mi rostro para que no notara mi nuevo tono de piel, pero dudé que no lo haya visto un segundo atrás.
-Bueno Tom, prepárate para conocer tu nuevo hogar, por los próximos seis meses, si bien te va -rió un poco y me guiñó el ojo, a continuación abrió las puertas a la estructura principal, dejándome boquiabierto , era como el lobby de un hotel, fresco, hermoso y elegante, justo en frente había una puerta de cristal que daba a la piscina, donde parecían estar divirtiéndose todos y muchos de los que me vieron se quedaron como estatuas, no supe qué hacer, pero junto a la directora me encaminé hacia ellos, ésta llamó su atención, teniendo en todos el mismo efecto que en los primeros que me vieron; no se hicieron esperar para hacer comentarios alusivos a mi persona
-Compañeros alumnos, he de pedir su atención para presentar ante ustedes a tan exquisita criatura humana, su nombre es Tom Kaulitz y será su nuevo compañero de estudio, espero de cada uno de ustedes, y sé que lo obtendré, que no porque sea diferente lo tratarán discriminadamente
“¿Ya lo viste? ¡Es tan guapo!” Cuchichearon un par de chicas hermosas, que a juzgar por sus alas eran hadas. No pude evitar sonrojarme.
-Sin más, me retiro a arreglar la que será la habitación de su nuevo compañero, se los encargo a ustedes, y sé que lo tratarán como uno de los nuestros.
Les sonrió a todos y luego se retiró, dejándome solo, había verdaderamente muchas criaturas, todas tan intimidantes… les hice una pequeña reverencia y dediqué una sonrisa forzada, después me fui a uno de los asientos que vi en el salón principal.
Me sentía tan pequeño junto a estas criaturas, y no era para menos, todos con poderes y habilidades, belleza e inteligencia…
-No te hagas menos, los humanos también son sorprendentes, y muy listos –dijo un chico con musculatura, cabello castaño y ojos verdes grisáceos- mi nombre es Georg, soy un hechicero –me extendió el brazo, que por cortesía y simpatía tomé.
-Tom, humano común y corriente
-Corriente sé que no, la familia Kaulitz es de las más adineradas ¿no es así?
-Bueno sí… pero no me gusta decirlo… es tan superficial, yo no soy así… al menos ya no…
-Ven, acompáñame, quiero presentarte y mostrarte la escuela
Me tomó del brazo y me hizo caminar hacia la piscina donde se encontraban todos, en el camino me estuvo presentando a cuantos mirábamos de quienes no pude memorizar más de dos nombres, todos eran tan complicados en su idioma, o al menos la mayoría, sólo logré recordar el de mi guía y su serio acompañante, Gustav, un rubio gordito de anteojos.
Por otro lado, la escuela era muy grande. Tanto que si me pongo a describirla nunca terminaría, ¡Así de grande!, en realidad no recuerdo todo lo que tenía después de dos años de haber salido de ahí, sólo unas cosas: varias cafeterías, grandes dormitorios, aulas de trabajo –claro- piscinas… ¡Uff! Ni si quiera terminé de recorrerla, y vaya si gastamos ocho horas en el tour, bastante cansado en realidad, el regresar a las piscinas, nuestro punto de partida, noté un extraño brillo a lo lejos.
-Chicos ¿qué es aquello que brilla por allá? –Ellos se miraron dudando en contestarme
-Bueno Tom… son unas “piscinas”, bueno, lagos… bueno, en realidad… -No les entendí nada, pero no estuve dispuesto a quedarme con la duda, así que corrí lo más rápido que pude hacia aquella luz- ¡NO TOM! –intentaron detenerme pero les llevaba notable ventaja (¡¿Quién lo diría?!) y no pudieron detenerme hasta que llegué a uno arbustos con vista a una piscina donde había una hermosa chica de cabellera oscura como la noche y piel tan nívea como la nieve, quizá estaba viendo ante mí a Blanca Nieves, tan hermosa y tan relajada dentro del agua, dudé si tenía vida pues estaba muy quieta, ni siquiera parecía respirar, tampoco creía existente tanta belleza en una sola persona… probablemente estaba soñando…
-Tom, vámonos de aquí antes de que despierte, por favor amigo –suplicaron en un susurro apenas audible
-¿Por qué? ¿Quién es?
-El único pez, y se encargará en destruirte si lo molestes
-No te creo que sea hombre, ni tampoco que sea un pez, no entiendo eso
-¿Acaso no vez que le faltan los senos? Si nos acompañas a los dormitorios te explicaremos todo ¿te parece?
-Tengo unos mejores planes en mente
Me erguí y caminé hacia “él”, creyendo que sólo jodían, ¿cómo esa preciosidad podría ser varón?, pero los dos chicos tras de mí me tumbaron al suelo, pudiendo distinguir que iba a abrir los ojos y medio segundo después me encontraba en estado de “no hables o te matamos”, pero no me dejé así que los mordí hasta soltarme de su agarre y volver a asomarme. Ya no había nadie.
-Rayos se fue.
-Fiu Eso es bueno, por un momento creí que moriríamos.
-¿Por qué?
-¿Conoces al Rey Tritón?
-No –fruncí el ceño- no he tenido el gusto.
-¡Bueno! ¿Sabes algo de él?
-Que tenía una hija llamada Ariel quien hizo un trato con una bruja malvada a fin de acercarse a un príncipe, se convirtió en humana y se casa con ese tipo, de quien se cabe recalcar que no era más guapo que yo, y viven felices para siempre. Fin.
-Los humanos y sus idioteces –Murmuró Georg-.
-El rey tritón es el padre de ese chico, su único hijo, y no deja que se le acerquen porque es perfecto…-Al fin conocí la voz de Gustav.
-Y le doy toda la razón –asentí.
-Si te acercas a él y se entera, te cortará los huevos –Finalizó el rubio. Apuesto mi mesada a que mi rostro se descompuso en una horrible mueca de terror-.
Era broma –Dijo igual de serio, no mejorando en nada mi ánimo-.
-No pone los ojos en nadie de nosotros, Thomas, no te hagas ilusiones, no se toma tiempo siquiera para mirarnos, tiene prometido, Andreas, hijo de la reina del segundo reino… -Suspiró un momento y luego rió- No imagino cómo quedarás tras ver realmente a Bill, ese hermoso tritón…
¿Tritón? Yo lo llamaría sirenito…
Volteé hacia la piscina, no había nadie, pero intenté imaginarme a esa bella criatura, cómo sería, no sólo físicamente, sino también emocionalmente y de carácter. Nunca debí hacer eso.
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