-.odio… seguir siendo un alma en pena, ¿hasta cuando podre morir?
-.no puede… porque tu eres…
-.lo se, pero… ¿y el?
-.te lo habíamos dicho alguna vez. Su alma reencarno, pero no sabemos —hasta ahora— en que cuerpo se encuentre.
-.odio buscar.
-.odias todo.
-.si. Mi existencia causa odio hasta a mi misma.
Una joven de cabellos platinados, cuerpo —al parecer— muy débil, piel blanca y una actitud bastante fría son las características visibles de esta; que miraba al otro con aparente odio y desespero por perder su valioso tiempo en estas secciones.
-.pero tu tienes el corazón de cristal.
-.no me importa.
-. ¿No te importa que mueras?, ¿Qué mueran mas personas?
-.no, eso me restaría mas tiempo.
-.*suspiro* — ¿sabes? Odio hablar contigo, pero será mejor que paremos aquí.
-.ya era hora de que dijeras esas palabras.
-.pero recuerda siempre…
-.si… ya lo se, no me recuerdes algo que hasta duele la cabeza de tanto ser mencionado en mi presencia.
-.vale. Vete ya.
-.gracias.
Se retiro con el seño fruncido. Ahora despertaba su consiente, primero acostumbraba sus ojos a la tan cegadora luz artificial.
-.ya despertó… —oyó que alguien dicho, entre sueños todavía.
-.yo creí que de esta no sobreviviría.
-.cállense por piedad —. Musito la joven ya despierta. — ¿Por qué están aquí?
-.nos dijeron que estabas en coma —. Dijo con toda tranquilidad la mujer.
-.hemos estado aquí por alrededor de una semana.
-.no tienen que preocuparse por mi. Me mandaron a este hospital por algo, ¿no? Era para que dejaran de ocuparse de mí.
-. ¡Deja de decir cosas absurdas! —alzo la voz la señora, levantándose de su asiento.
-. … yo los escuche aquella vez… hasta tu me querías matar.
-. ¡Mocosa…!
-. ¡Basta! —interrumpió en ultimo aquel hombre. — Camila, ¡no debes de contestarle así a tu madre!
-. ¿Mi madre?
-.si
-.esa señora… no es mi madre.
-. ¡Mocosa maldita!
-. ¡Señores! ¡Aquí es un lugar de descanso! —grito aquel especialista que llego a la habitación donde la mujer casi golpea a la joven Camila. —les pido que se retiren de inmediato, antes de que llame a vigilancia.
-. ¡tsk! —musito entre diente la señora.
-.nos vemos “madre”. Adiós “padre”.
Cuento esto se retiran, el doctor se sentó a lado suyo, refunfuñado.
-.Camila… es la decima vez que causas alboroto en la institución.
-. ¿Yo? si son esas personas que me vienen a molestar cada vez que me duermo demasiado tiempo.
-.basta. Ya debes de dejar esas amarguras; estas muy joven para tener una actitud tan conservadora como la que presentas.
-.naci con ella, vivo con ella, moriré con ella.
-.que chica tan terca —. Se dio una palmada en su cara —mejor deberías hacer mas amigos.
-. ¿Amigos?
-.si.
-. … no me interesa.
-.pero… no quiero.
-.aquí hay una chica nueva; ella visita a los enfermos. No la conoces porque; cuando ella llego, tu estabas en coma todavía.
-.que interesante… —dijo en tono sarcástico.
-.deberías llevarte con ella. Es muy simpática.
-.no gracias.
-.esta bien, te dejo sola un rato.
Se retira, y la peli plata levanta un libro de su estante mas cercano que se disponía a leer. Pero vio por el rabillo del ojo, una joven con cabellos negros —dándole a un tono morado— y ojos avellana que destacaba de todos por aquella radiante sonrisa. De inmediato, las miradas se cruzaron fugazmente, cada una dando un aire de familiaridad. Deja de verla y saca otro libro con una cerradura en forma de luna creciente.
-.”Libro heredado de los antepasados de la luna; venid hacia mi, venid y abrid la cerradura que solo se puede ver por los ojos que han visto la obscuridad desde la luz de la madre… a tu maestra… ¡abrid!”
Dibuja aquella luna con su sangre y esta reacciona abriendo la cerradura, que resulto ser una simple diario; toma una pluma, y empieza a escribir.
“agosto 11 de 2011
Querido Alfonso…
Aquí de nuevo todo es aburrido sin ti, hace demasiado color, muy bochornoso para especificarte y tuve una reunión en el concejo; ¿importante? Nada, solo molestan con palabras sin sentido y mas repetidas que un disco rayado: vaya que son viejos muy tercos. No quiero ni contar lo que sucedió con esos señores que vinieron… pero si he de contarte algo que me ha pasado; el especialista me dijo que hiciera amigos… y más de una chica… que me dio la impresión de que la conociera… hasta tenia un notorio parecido… a ti…
¡Bah! ¡Es ridículo! Bueno, con esto ya doy por terminada mi tarea de informarte como voy; espero y deseo verte pronto… muy pronto… aunque sea en el otro mundo… o aquí.
Te amara por siempre… Camila, heredera de la luna”