“Hyung…¿Cómo pudo hacerme esto?” preguntaba un chico al borde del llanto
“Niel, por favor, tienes que confiar en mí. Yo sería incapaz de hacer algo así. Todo esto es un error, yo nunca besaría a alguien que no fuera tú” trataba de hacerlo entender su novio
“¡NO LO SÉ! Y-yo ¡¿Por qué debería creerte sí los demás no hablan de otra cosa?! ¡Sí ya no me quieres a tu lado sólo deberías habérmelo dicho! Aunque me doliera… yo te hubiera dejado ir”
“Niel, te juro que no es eso, ella fue la que me beso, yo nunca le correspondí, no quiero a nadie más a mi lado que a ti”
“Lo siento CAP, yo necesito pensar. No quiero verte por ahora” el castaño salió corriendo del lugar con lágrimas en los ojos.
Hasta hace unos días su relación era envidiable para cualquiera, mejores amigos que se arriesgaron y encontraron el amor.
Pero todo eso había cambiado por una estupidez. Una chica le había robado un beso mientras la ayudaba y al parecer algún chismoso había tomado una foto que ahora circulaba por todo el internet. Obviamente la noticia fue arrolladora a la escuela y Niel no tardó mucho en enterarse por los demás.
Tenía que recuperarlo pero debía pensar una manera de darle a entender que era al único que amaba y amaría.
Muy pronto la idea llegó a su mente y corrió rumbo a la florería más cercano sin importarle el hecho de faltar a clase
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Las horas pasaban lento y Niel no podía prestar atención a nada, no podía creer aún que había sido engañado ¿acaso MinSoo no le había dicho que siempre le sería fiel y amaría para toda la vida?
La campana que marcaba el final de clases al fin sonó y todo el mundo se arremolinaba a la salida exceptuando al castaño que decidió tomarse su tiempo.
Una vez fuera se encontró con CAP que le entregó una docena de rosas nerviosamente, con el motivo de obtener su perdón.
“Niel no sé qué debo decirte o hacer para que me perdone, pero créeme cuando te digo que ya no puedo vivir sin ti”
“Hyung…”
“acepta estas rosas por favor y recuerda que yo te amaré hasta que la última rosa muera” se acercó un poco más al menor y dejo un beso en su mejilla antes de empezar a caminar cabizbajo rumbo a su hogar
Niel no tenía idea de que hacer en ese momento, observó el ramo de rosas, eran muy sin duda alguna hermosas… Sus ojos se abrieron como platos haciendo que ligeras lágrimas salieran de ellos. Apretó con fuerza el ramo y corrió siguiendo a CAP.
Lo encontró sentado en un columpio del parque, el mismo lugar donde su relación había dado comienzo.
Se acercó tembloroso y se plantó frente al mayor
“Perdóname. Debí haberte creído desde un principio”
Los ojos de CAP se elevaron instantáneamente al oír la voz de su amado. No pudo evitar dejar salir una que otra lagrima.
“Perdóname a mí por no haberte dicho nada cuando paso”
“Eso ya no importa… Te amo”
Sus labios se unieron en un ansiado beso. El pelinegro enredó sus brazos en la cintura del menor, que no tardó en rodear el cuello de su novio con sus brazos.
Ante esta acción el ramo que aún llevaba consigo cayó al piso, se podía observar a las hermosas rosas esparcidas mostrando su belleza propia, pero lo que más llamaba la atención era que, entre 11 rosas naturales se encontraba una de plástico...