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SUNSHINE por ravenK

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Notas del fanfic:

SEKAIICHI HATSUKOI NO ME PERTENECE, ES OBRA DE SHUNGIKU NAKAMURA. FIC HECHO SIN FINES DE LUCRO.

Notas del capitulo:

Siguiendo con los songfic :D aqui el sexto, solo faltando Takano y Ritsu, Yokozawa y Kirishima ;S jejeje, espero que les guste.

 

 

La canción es Mi Sol de Jesse y Joy (extraño que use en español, ¿verdad? pero cuando la oí me gustó mucho :(

Quizás sea extraño… anti-natural o simplemente fuera de lugar… pero no puedo evitarlo; quizás a esto estaba destinado, pero lejos de molestarme yo… en verdad lo agradezco.

 

SUNSHINE

 

Papi ¿Cómo te fue?- sus rizadas hebras doradas se movían graciosamente cuando daba pequeños saltitos para alcanzar al hombre de treinta y cinco años, y sus ojos almendrados le miraban con un brillo especial, toda ella radiaba felicidad por ver a su querido “padre” de regreso.

 

Muy bien; Hana pero te extrañe mucho- despeinó sus cabellos haciéndola reír; Kisa también sonrió al escuchar su risa, una semana entera había estado fuera; pareciéndole eterna la espera.

Oh… te traje algo- se agachó un poco y recogió una caja de tamaño considerable que reposaba en la orilla de la puerta la niña tomó la caja y la abrió, sorprendiéndose por su contenido:

WOW… una tortuguita- dijo feliz sacando al animal y enseñárselo al otro adulto que observaba con una muy leve sonrisa el recibimiento de ambos, le indicó a la niña que se la mostrara a sus primos y así poder hablar a solas con el recién llegado.

Cuando esta hubo desaparecido; Kisa habló recuperando la serenidad:

¿Cómo se ha portado?- el hombre se cruzo de brazos; Kisa bajó la cabeza levemente evitando mirarlo, en sus ojos se notaba que aun faltaba mucho para que pudiera ser perdonado, en cierta forma.

 

Tan parecido a ti… no puedo evitar estremecerme y extrañarme, pues tu rostro se me a figura… y a pesar de que trato de llevar las cosas bien, sé que me costará más tiempo… entiendo, no es fácil asimilar la situación… solo han pasado dos años.

 

El hombre carraspeó un poco y miró a Kisa por breves cinco segundos sin decir nada; el otro se obligó a mirarlo y sintió una punzada en su corazón… en sus ojos almendrados se veía el dolor y pena que no se aliviaría quizás jamás… Kisa sonrió muy levemente, mas por nerviosismo que por otra cosa; el más alto suspiró:

No dejo de preguntar por ti ni un solo día…- Kisa rió levemente y se rascó la cabeza, pasaron sesenta segundos sin emitir ningún sonido, en eso escucharon los pequeño pasitos que se dirigían de nuevo donde estaban.

Papi, ¿nos vamos a ir ya? Quiero ir a casa- la niña se veía adorable con la tortuga en sus pequeñas manos, esto aligeró el ambiente pues ambos hombres sonrieron al verla…

 

Si, solo recoge tus cosas y despídete de tus primos-

¡Sí!-

Kisa le agradeció levemente a aquel hombre; y una vez la niña con su pequeña maleta rosa lista, se despidieron de su tío.

 

El hermano de Yukina.

 

 

Dos años… la primera vez que lo vi, no pude evitar sorprenderme, pues ahora sabia que tu belleza era rasgo de familia… sin embargo, no me atrajo a primera instancia… mucho menos cuando su primer saludo fue un claro puño en mi rostro:

 

 

¡MALDITO DESGRACIADO! ¡LARGO DE AQUÍ!- se levantó con la ayuda de Takano y Onodera, quienes al saber su destino se ofrecieron a acompañarlo; sin embargo no esperaba –ninguno- la reacción del rubio que le impedía la entrada al velatorio; Kisa se mostró turbado y no fue capaz de responder, sin embargo Takano fue resuelto igualando en altura al joven:

El tiene tanto derecho como tú de presentar sus respetos…-

¿Usted quien se cree? No tiene idea del daño que ha hecho ¡ese…ese cualquiera!- Onodera frunció el seño al observar como el rostro de Kisa se contraía y parecía reventar en llanto; Takano le dijo con voz amenazadora:

Daño o no, el tiene que verlo- por poco elevan la disputa a los golpes, de ser necesario; pero una voz femenina y claramente dolida se abrió paso.

¿Qué sucede, Kotaro?- una mujer que rondaba los sesenta vestía enteramente de negro y cargaba un pequeño bulto en sus brazos; Kisa se estremeció al instante, no esperaba topársela en esas circunstancias, aunque era lo más obvio.

Ese descarado se atreve a venir e insultar la memoria de mi hermano- dijo con profundo dolor e ira grabada en su rostro; sus puños encrespados y su rostro severo y lamentable por el suceso que vivían; la mujer miró a los tres hombres extraños que le observaban expectantes, se dirigió de modo resuelto y con firmeza a pesar de las lagrimas que aun surcaban por sus mejillas y, habían aumentado en cuanto vio al más bajo de los tres.

 

 

Lo tuve en mis brazos- comenzó con voz quebrada; Kisa prestó entera atención, era lo menos que podía hacer- cuando vino al mundo… lo tuve en mis brazos, cuando se marchó… lo crie y lo vi crecer, se convirtió en un hombre de bien; mis dos hijos... tenía una brillante carrera y un futuro prometedor… sin embargo, no fue enteramente feliz hasta hace cinco años, cierta navidad en que vino a visitarnos… ¿tiene idea del porque, joven Shouta?- Kisa bajó la mirada, negando saberlo; la mujer suspiró:

 

Porque lo conoció a usted…- esto de inmediato alertó al hermano mayor quien miró a su madre confundido; sin embargo la señora solo siguió hablando.

 

El me lo contó… antes de partir; me contó que nunca había sido feliz como en esos tres años que estuvieron juntos… quizás fuera una forma de enmendarse con usted pero, lo último que me pidió…- la señora abrazó el pequeño bulto que traía en sus brazos; Kisa no se atrevió a mirar siquiera el paquete.

Fue que le disculpara… por haber dejado que su relación…- dijo pausadamente, aun le era difícil asimilar ese hecho- se rompiera… sabe, joven Shouta, yo estoy segura que mi hijo lo amo y siempre lo había amado, aun a pesar de su matrimonio… él en verdad fue feliz con usted el tiempo que estuvieron juntos… así que, solo me queda agradecerle… por iluminar la vida de mi hijo por ese tiempo- la señora hizo una leve reverencia, como es usual; solo de esto falto para que Kisa se  derrumbara, Takano y Ritsu lo sostuvieron sin embargo esto no aminoró el dolor que sentía; había pasado año y medio de su rompimiento, debido en parte a los excesos de trabajo del editor, también por la universidad de Kou; donde, tenía que presentar importantes exposiciones escolares… paso el tiempo y los meses… cualquiera diría que solo fue una separación, sin embargo, aunado al corazón frágil del editor, esto era un globo a punto de reventar.

Solo una noche; la bebida y una pelea horas antes, bastaron para destrozar su corazón en mil pedazos.

 

Yukina juraba perjuraba no haber estado consciente, Kisa lo comprendió y le perdonó días después… por breves momentos siguieron felices y justo cuando Shouta aceptaba finalmente amar para siempre a este hombre; el destino les vio truncado su futuro.

 

Él se sorprendió, Kisa enfureció, sin embargo no podían hacer nada, el daño ya estaba hecho… solo quedaba saber que harían después.

Responsable y educado, se casó con aquella mujer quien, también se sentía avergonzada y confundida por la situación de su futuro marido, solo sabía, que esto les partía el corazón a ambos; mas a él, que ella.

 

Y finalmente, se separaron.

 

 

Ella murió poco después de dar a luz, según los médicos tuvo una infección. Pero aquella pequeña, era fuerte y hermosa, la luz de su padre quien, a pesar de ya no sonreír tan a menudo y mostrarse deprimido, la amaba con todas sus fuerzas.

Pero algo en su vida le faltaba, una persona que tenía nombre y apellido, Kisa Shouta.

 

 

Intento buscarlo un día y rogó a su hermano ayudarle con eso, este muy a regañadientes aceptó, buscaron por los lugares que frecuentaban encontrándolo en el más obvio, donde se habían conocido.

 

El brillo característico del príncipe pareció volver con una sonrisa esperanzada, ahí estaba, leyendo como siempre alguna historia de su interés, la librería ahora contaba con una sección para lectura –misma sugerencia de Yukina anteriormente- y el editor no apartaba la vista más que para voltear la hoja.

No dio más de tres pasos antes de detenerse bruscamente, su sonrisa desapareció y sus ojos se llenaron de lágrimas. Comprendió entonces que estaba bien.

¿Y si complicaba más las cosas? ¿Acaso no era lo mejor dejarlo así?

Yukina no quiso responder aquellas preguntas, amaba tanto a Kisa que no quería hacerle daño, no de nuevo.

 

Kou, ¿A dónde vas?- fue lo último que Kotaro le dijo aquel día… el resto de su vida.

 

Según los informes policiacos, Yukina Kou fue asaltado en un callejón abandonado; los criminales fueron aprensados minutos después aun con las pertenencias del joven; lo único que le quitaron fue su reloj y cien yens; apenas lo suficiente para un pasaje de metro a su casa; solo eso.

Su hermano se culpó por no haberlo seguido; cuando la noticia llego a oídos de Kisa el dolor se apoderó de él, en medio de la oficina alguien comentó lo que había visto en el diario; rompiendo a llorar ahí mismo conforme leía el reportaje que pidió prestado y verificar con sus propios ojos si era verdad.

 

No estaba bien, desde que se habían separado, nada estaba bien; dormía poco y trabajaba mucho; sus amistades y compañeros del trabajo trataban de ayudarlo a salir de aquella depresión, sin embargo siempre era arisco y los espantaba con comentarios mordaces; bien parecía que volvía a ser el mismo ser indiferente y frio de antes.

Pero era solo apariencia; una que se quebró en cuanto por fin, la madre y el hermano les permitieron pasar.

 

 

La sala comenzó a vaciarse más tarde, solo quedando aquellas tres con quien compartían el apellido; Takano y Ritsu se habían marchado silenciosos y con la promesa de apoyo en todo lo que se ofreciera; Kisa pidió unos momentos a solas con él.

 

Su rostro perfecto, tenía un muy pequeño quizás por maquillaje o solo apariencia, golpe en la cabeza; según esto había recibido las heridas de gravedad en la zona del abdomen, Kisa acarició sus rubios cabellos.

 

Kou- le llamó suavemente sintiendo que la voz se le quebraba; el rubio naturalmente permanecía quieto; Kisa sintió un escalofrío en la espina dorsal.

Te amo- luego de aquella declaración, le siguió un dialogo silencioso; sus ojos se llenaron de lagrimas y su rostro se contrajo muchas veces; pero siempre siguió observándolo.

Cuando terminó; la anciana lo esperaba en la puerta, mañana por la mañana sería el sepelio; aun no podía derrumbarse, pues tenía que seguir, al menos en esto.

 

Lo siento, señora…- dijo con voz ronca, la mujer negó con la cabeza- Estoy segura… que él no quisiera esto…-

Madre- una voz similar al difunto llamó a la señora; Kisa se giro levemente y pudo ver al alto hombre mirarle con desprecio, en sus brazos cargaba el mismo bulto que la señora.

Aun no la conoces, ¿verdad?- pregunto la mujer, al notar el rostro desconcertado del muchacho; pues anteriormente no le había podido mostrar a aquella pequeña criatura.

Kisa negó con la cabeza, y antes de negarse a verla, la mujer tomó a la pequeña y se acercó a él.

 

Se llama Hana… Kou le puso así- Kisa recibió a la pequeña, inexperto, nunca había cargado un bebé, con cuidado destapó la manta que la cubría y se sorprendió al encontrarla despierta.

Pero se sorprendió más aun por reconocerla.

 

E-es…- la mujer sonrió tratando de controlar el llanto; Kisa no tuvo tanta suerte y lloró amargamente; le dolía todo, le dolía Kou, le dolía la madre, le dolía esa niña que llevaba su nombre y le dolía que fuera su misma imagen.

 

 

Un año pasó… la vida no fue igual a partir de entonces.

Hana Kou quedó bajo el cuidado de su abuela, era visitada frecuentemente por su tío Kotaro y su esposa aparte de sus tres hijos; habían aprendido a sobrellevar la situación bastante bien.

Kisa se relacionó mucho con la anciana, descubriendo una bondadosa y agradable señora; que ciertamente le recordaba a su joven amor; además, con el tiempo aprendió a querer a la pequeña niña, por quien en un principio sentía temor e incluso apatía.

 

Desgraciadamente, la mujer sufrió una neumonía de la cual, se especulaba no sobreviviría; en ese entonces, Kisa no sabría cuanto su vida cambiaría:

 

Shouta-kun- hablo débilmente; el constante piteo del ritmo en su corazón era lo único que se había escuchado hasta entonces; Kisa se acercó un poco más a la camilla; a pesar de las protestas del hermano este también había sido llamado por la anciana, quien veía el final próximo.

Aquí estoy, Haruna-san- sonrió débilmente, haciendo que la mujer lo hiciera también.

Quiero pedirte un favor, Shouta-

Lo que pida, señora…-

C-cuida a mi nieta… por favor, cuídala… se que, pueda sonar absurdo pero… por favor, ella te quiere y… se que tu también… por favor- Kisa no sabía que decir ante aquella proposición, quedó enteramente en blanco.

El constante piteo se hizo cada vez menos espaciado y finalmente se detuvo; enfermeros entraron socorriendo, pero era tarde, la anciana se había marchado.

 

Kisa quedó mudo; incapaz de siquiera llorar; solo ver como Kotaro se desmoronaba en los brazos de su esposa y los hijos lloraban sin cesar;  su vista se dirigió a la pequeña que descansaba en un portabebés, ajena a todo este dolor.

 

Shouta se acercó lentamente, tomándola en brazos, mirándola con dulzura y cariño entremezclado; era cierto que la quería, pero…

¿Qué haces?- la voz firme y dolida del hermano le hizo volver la vista torpemente.

…-

No, no lo harás Kisa Shouta… no…-

Ella lo pidió-

Soy su tío… tengo más derecho que tu, Yukina era mi hermano…-

¡Y era el hombre que amo!- explotó, ocasionando que la pequeña se removiera inquieta- Yo ame y amaré siempre a tu hermano… tu madre fue como una madre para mi, Kotaro… yo pienso cumplir su última voluntad y ni tu ni nadie me lo impedirá-

 

El rubio le miró impasible; Kisa igualmente, ningún argumento hubiera podido contradecirlo; estaba resuelto.

Sabía que tenía las de perder; con Kotaro en su contra y el parentesco de sangre, quizás incluso no podría verla ya mas… sin embargo, la esposa de éste intervino como una aliada.

 

 

 

Custodia parcial; fue lo máximo que pudo ceder el rubio; Kisa agradeció enormemente el gesto y por primera vez en mucho tiempo sintió que volvía a recuperar un poco de felicidad después de tanto tiempo…

 

 

Ahora pasaron dos años, las cosas mejoraban poco a poco y la pequeña Hana cumplió ya los tres años; Kisa se desvivía por ella, mimándola en cada detalle, incluso sus compañeros de trabajo tenían debilidad por la pequeña curiosa; ya sea Takano comprándole dulces u Onodera cuentos infantiles; Incluso Hatori le regalaba un juguete de vez en cuando.

 

 

 

A la mañana siguiente, Kisa despertó por el timbre de la puerta, era sábado y no se le ocurría quien viniera a perturbarlo tan temprano; salió de la cama y mientras bajaba recogía una que otra muñeca tirada en el suelo; tendría que enseñarle a la pequeña un poco de responsabilidades.

Pero grande fue su sorpresa al ver a Kotaro al otro lado de la puerta.

¿Kotaro? ¿Qué sucede? ¿Natsuki está bien?- preguntó por el estado de su mujer, temiendo algún mal; sin embargo este negó con la cabeza y suspiró:

Estamos bien, gracias por preguntar… ¿Cómo llegaron?-

No tuvimos problemas; Hana está dormida pero si quisieras verla, adelante- era la primera vez que lo visitaba; lo cual era de por si extraño.

No… así está bien, quería verte a ti… -

¿Qué sucede?-pregunto temiendo lo peor; pues el rostro severo del menor le hizo desconfiar, ¿acaso venía a quitársela?

 

Natsuki y yo… hemos llegado a la conclusión de que… quizás… no, estamos seguros… que tu deberías tener la custodia total de Hana… nos dimos cuenta en esta última semana que saliste de viaje que… en verdad te necesita… más que a nosotros, ella te ama…- Kisa quedo de piedra; sin saber que decir, pero el hombre siguió hablando.

Pero… ¿tú la amas?- ante esto, Kisa salió de su mutismo:

Más que a mi vida-

¿No te importa que no sea de tu sangre?-

Es hija de Yukina; de la persona que amo- Kotaro sonrió muy levemente ante aquella respuesta; y suspiró hondamente:

Aun así, quiero que nos visite al menos una vez al mes… ella también es mi sobrina-

Así será, ustedes también podrían venir… también es su casa- Kotaro no respondió; sin o que se dirigió a la puerta, no sin antes agregar:

Ahora estoy seguro… que mi hermano no se equivoco contigo, Kisa Shouta… ni mi madre… solo te pido que la cuides y protejas… es lo único que me queda de él…- el editor asintió con una sonrisa leve; Kotaro se marchó y cuando estuvo seguro que el ya estaría lejos, no pudo evitar reír y llorar de felicidad; su corazón se sentía rebosante de dicha, Hana estaría siempre con él.

 

 

-.-.-.-.-.-.-.-.-

 

 

Aquí tienes- Takano le extendió una bolsita rosa un poco pesada, Kisa la tomó suspirando:

Takano-san… si llega a tener caries será por tu culpa-

Se vería linda con frenillos… pero descuida, si toma leche y se lava los dientes todos los días, lo dudo- no podía negarse; su hija amaba los chocolates que “tío Takano” le compraba, demasiado finos para su gusto.

Kisa-san- llamó Onodera cargando un par de manuscritos- No tuve tiempo de preguntarte pero ¿Cómo te fue en México?-

Bastante bien… le comentaba a Takano que el congreso fue un éxito, logramos empatizar con varias editoriales; incluso intercambiamos e-mails para ver si podemos exportar a otros países; varias editoriales en México se mostraron interesados por el manga shojo-

Me parece interesante- comentó Takano levantándose de su asiento y ayudar a Ritsu- Debemos trabajar en eso cuanto antes, ¿Hatori, tú qué dices?- el editor comentó sin dejar de teclear:

Por supuesto; ¿tienes alguna idea de que autores serían buen ejemplo de nuestro trabajo?-

Aparte de Yoshikawa Chiharu y Motou-sensei… tengo más opciones… habrá que verlas cuidadosamente-

Entendido… ahora, si me disculpan- Kisa comenzó a recoger su maletín y guardó el obsequio en este; Takano le interrumpió:

Por cierto, felicidades-

¿Eh?-

Por la custodia…- Kisa miró a los tres hombres que le observaban con una sonrisa afectiva; él les devolvió el gesto y agradeciendo se retiró del lugar directo a su casa, donde su pequeña luz lo esperaba ansiosa como cada día.

 

 

Su móvil sonó en medio de la calle en lo que entraba al subterráneo; era un mensaje de una editora mexicana; con quien se había llevado bastante bien:

 

Hola, Kisa-san… soy Ana Meléndez, te escribo esto para preguntarte si habías discutido con tu superior sobre la exportación de mangas; nosotros estamos dispuestos a colaborar y poder trabajar en conjunto.

Bueno, eso sería todo… solo te daba el aviso primordial, manda saludos a tu hija, espero que la hayas encontrado con bien y también aprovecho para enviarte el archivo adjunto; ¿recuerdas que me preguntaste sobre cómo se llamaba aquella canción de la cena? Es una canción bastante popular por aquí; te la mando en el adjunto, en verdad es hermosa; seguramente la entenderás.

Eso sería todo, espero poder contactar contigo en un futuro.

 

Kisa sonrió feliz, la señorita se había comportado muy atenta con él, era una mujer joven de veintitantos iniciada en este mundo profesional, debido a su buen nivel de japonés fue uno de los principales auxiliares de ellos, aquella respuesta afirmativa le hizo sentir ánimos por el proyecto que querían realizar en un futuro próximo.

El metro comenzaba su arribo cuando hubo abierto sus puertas, Kisa entró encontrándolo un poco vacio; con tranquilidad se sentó y colocó sus audífonos para oír aquella pista que le había agradado en aquellas tierras; su español no era perfecto; pero podía entender algo.

 

 

Mientras oía los acordes y rasgueos de la guitarra, la voz de la cantante, la letra de la canción; en algún momento tu imagen vino a mi mente; es verdad… eres mi sol; con todo lo que encierra, fuiste lo mejor de mi vida, Yukina, antes de conocerte todo era gris, tu iluminaste mi vida.

Cuando te marchaste; me partiste el corazón pero no podía culparte, esto no lo planeamos, sin embargo nunca dejé de amarte y… tu tampoco.

Sin embargo, la vida me sonrió un poco a pesar de todo, mi reacción inicial, la incredulidad de los demás, un pedazo de ti.

Mis lagrimas comienzan a descender, nadie me observa pero poco me importaría si lo hicieran; sentí una especie de añoranza conforme entendía la tonada.

Ahora ella es mi todo; es mi nuevo sol, por ella regreso cada día a casa, esperando ver su sonrisa y sus brazos recibirme.

Una familia, lo que menos hubiera pensado que sería de mi; en treinta años nunca me había enamorado hasta que llegaste tu y en estos tres años, esa pequeña niña es todo lo que siempre quise…

 

El altavoz anunció su parada; Kisa guardó su celular y audífonos, con la melodía aun resonando en su cabeza salió del subterráneo y camino a casa.

 

Ella le esperaba sonriente; la niñera se marcho luego de indicarle que se había portado muy bien; Kisa sin ningún aviso la abrazó con cariño.

¿Qué pasa papi?- el pelinegro suspiro contra su hombro, acariciando los caireles en su espalda:

Te amo…-

También te amo, papi- y la pequeña le correspondió apretándole suavemente del cuello; Kisa se separó:

Takano-san te mandó un regalo-

¡Wow!- le entregó la bolsita de su maletín; la niña la abrió entusiasmada develando su contenido.

¡Genial! ¿Me dejas comer uno?-

Si, si… pero solo uno que iré a preparar la cena.

¡De acuerdo!- Kisa le revolvió los cabellos y se dirigió a la cocina con alegría y dicha:

Eres el regalo que nunca pedí
La porción de cielo que no merecí.

Notas finales:

:) gracias por leer :D Reviews?? >.<

 

raven--off


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