-. ¡Kisa-san! —amo su expresión que solo me pone, la sonrisa que me dibuja cuando yo estoy con él.
-.Yukina…
Adoro su cuerpo… la forma en que me abraza tan posesivamente…
-.*ruborizado* — es… ¡estamos en público!
-.Kisa-san… *se acerca a su oreja y le susurra* —te amo tanto…
No puedo vivir si esa voz tan linda: tan juvenil, pero con ese aire de madurez. Además de imposible no escuchar esos “te amo” con aquel ronco, pero especial tono con que me lo hace recordar esas noches…
-.vamos a casa, ¿sí?
Lo amo, lo adoro, le quiero. ¿Qué más podría decir? Él es mi primer y único amor…
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Mi desesperación por abrazarle me domino… mis gana de besarlo no se hicieron esperar; mi esfuerzo por detener mi mano para tocar su entrepierna fue nula. Y eso apenas cerrara la puerta.
-.Yu… ¡Yukina! Es… tamos en-en la puerta. Ahhh…
-.qué lindo sonó eso.
-.aunque sea vamos a la cama…
Yo solo se cuáles son las dos más hermosas facetas que posee: la primera, que vendría siendo ese momento sexy que tiene, ese es bastante provocador…
-. ¿Por qué no aquí? *levanta su barbilla para que le mirara*
O también esa tan adorable y lasciva parte linda, esa en que hace que sus mejillas se decoloren todas rojas, pero con un color que solo le quedaría bien a él; como para que me pusiera a hacer cuadros enteros en este momento.
Lentamente…
Pacientemente…
Abrazados y despacio…
Nuestras ropas caen…
Porque nos intoxicamos con la existencia del otro…
NARRADOR.
Entablaremos dos historias de cada uno de los eróticos, al final, la anécdota final será contada por los dos, algo para recordar y amar con más intensidad al ajeno.
VISION DE KISA.
No… puedo evitarlo… cuando trabajo, cuando duermo, cuando me baño, cuando limpio, cuando sea… no hay ningún solo segundo en que no dejo de pensar en Yukina.
Ese hombre, del que me enamore por primera vez.
Es una sensación intoxicable, mucho más, cuando llegan esos pocos momentos en donde me quedo con el… a solas.
Solo que ese sueño se cae cuando amanece…
-. ¿Kisa-san? —pregunto al n sentir el peso demás en su pecho—.
-. ¡Ah! Te desperté.
-. ¿Tienes que irte ya? —me sostiene la mano delicadamente mientras lo posa sobre su angelical cara. —quiero quedarme un rato más contigo…
-.Yukina… *sonrojado totalmente*
En estos momento pienso que estoy en un manga shojo en la vida real; sostengo su rostro con dulzura… acerco mi rostro peligrosamente al suyo y le planto un beso algo corto y tímido.
-.no puedo… tengo que ir a la editorial.
-.ah… *decepcionado*
Esa cara… ¡por favor esa cara no! ¡Tan tierno!
-.este… *ruborizado* —si me esperas hasta la noche, podre hacerte algo que te gusta demasiado; implica algo que… nos gusta por igual y que implica esto. —Señale mi boca con algo de ingenuidad -que no tengo- lo que hizo sonrojarse sexymente.
-.e—es—ta bien *mira a otro lado*
Sonreí triunfante -aunque no sabía si ganaba algo con ello- y Salí de mi departamento hasta Marukawa donde me senté en mi lugar tranquilamente; enciendo mi computadora e inicio el oficio pendiente, todo iba aparentemente bien, ya que estábamos a la mitad del ciclo, pero al menos tenia cero pendientes graves -excepto hasta este momento…-
-. ¡Kisa!
-. ¿Si, Takano-san? –Notaba por la gravedad de su voz que algo malo me iba a advertir. —
-.Youko-san necesita de tu ayuda urgente: quiere reescribir todo el storyboard completo.
-. ¡¿Qué?!
-.además de la propuesta la quiero para esta noche.
-. ¡¿Eh?!
-. ¿Alguna objeción?
-.no… — ¡deberías respetar a tus mayores! —
Me sentí bastante decepcionado, pero como se ha de sentir e cuando lo sepa… que mal día, bueno, todos son mal día si no los paso con el… hasta pareciera que Takano-san se divierte con Ricchan cuando puede -demasiado sospechoso ha decir verdad- pero no estoy de humor para molestar a nadie. Me levante y fui a donde nadie escuchara mi conversación que creo seria escandalosa.
-. ¿Bueno?
-.Yukina.
-. ¡Kisa-san! ¿Qué pasa?
-.emm… parece que saldré un poco tarde de aquí… así que no sabría…
-.ahh… no te preocupes por mí. N-no me enojare porque sé que estas ocupado y no te quiero incomodar con mis caprichos algo infantiles.
-.Yuki…
-. ¡No! ¡Enserio, esfuérzate mucho!
-. ¡Espera!
-. ¡Adiós!
Colgó sin más. Yukina baka, de seguro que se molestó bastante. El cielo a veces siente lo mismo que yo, lo decía mucho cuando pequeño: que cada vez que llovía, el cielo estaba triste o algo así, ya casi no me acuerdo, pero sé que estamos igual; me enfurece que trabajo y amor no sean compatibles.
¡Ya se! Terminare lo más pronto posible para darle una sorpresa a Yukina, ¡qué buena idea! Siento que hasta me alegre mucho más que otras veces en mi vida. Nada me hizo alejarme de mi buen humor y yo; acabando mucho más rápido de convencer a mi mangaka y hacer ese oficio. ¡Sí!
-.buen trabajo.
-. ¡Gracias!
Salí de lo más rápido posible; estaba lloviendo… y no traía paraguas, pero a mí no me importo que me resfriara al día siguiente, solo me importaba estar con él, ver su sonrisa, ahogarme en su belleza.
-. ¡itai! —me di cuenta hasta que caí al suelo que tropecé con una persona, ¡y dolió!
-. ¡Lo siento…!
-. ¿Eh?
-. ¿Qué haces aquí? Se supone que deberías seguir trabajar.
-.yo digo lo mismo.
¿Qué hace aquí? ¿Por qué Yukina anda corriendo en la calle sin paraguas? Sigues siendo un tonto.
-.yo… vine por ti.
-. ¿Qué?
-.me desespere, si, tenía la ilusión de irme contigo para no seguir en la casa… me sentí desesperado, mi paciencia se me agoto. ¡Sí! ¡Soy un niño todavía! Pero te quiero tanto que haría cualquier cosa por ti. *ruborizado*
Podía notar su sonrojo por este cielo nublado y además de obscuro. Me siento… muy feliz por lo que hizo; no fue infantil… que tierno, adoro su sencillez: hasta creo que lo amo más que ayer.