Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

I miss you por Hiroki Sakurai

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Espero sea de tu agrado. 

 

Para Shara.

 

Los personajes usados a continuación no son de mi propiedad. Únicamente he tomado prestados los nombres. 

Notas del capitulo:

Etto... Disfrutalo n.n

-Reita… hablemos por favor.-El pelinegro poso su mano sobre el hombro del rubio que estaba recostado en la cama.

-¿De qué quieres hablar?- El rubio tomo el control remoto y prendió el televisor.

-De nosotros. Siento que todo se viene abajo y no quiero que todo termine- Apretó ligeramente el hombro del rubio.

-¿Y crees que es mi culpa?-Desvió la vista del televisor para mirar al pelinegro a los ojos.

-No he dicho que lo sea.-Kai llevo su otra mano a la mejilla de Reita.

-Pero lo crees. ¿No es así?-El rubio desvió la mirada y aparto las manos del pelinegro.

-No. Pero admito que últimamente te siento un poco distante. –El pelinegro encogió los hombros- Dime… ¿Aún me amas?-Su mirada se volvió sombría, tenía miedo de la respuesta que su amante le daría.

-Sabes que te amo. Pero…-Reita bajo la mirada, no quería sacar ese tema

-¿Pero… qué? - Kai se sentó en la cama al lado del rubio.

-Es solo que no entiendo porque ves tanto a ese tipo.- Ya estaba, lo había dicho, tal vez más tarde se lamentaría por eso.

-¿Crees que te soy infiel? –Kai se hinco frente al rubio y busco la mirada de este.

El rubio no contestaba, solo tenía la mirada fija en el piso, el pelinegro comenzaba a desesperarse, no le parecía justo que su amante sospechara que le era infiel puesto que nunca le había dado motivos para que el rubio pensara eso. Seguramente su amiguito era el que le metía ideas absurdas en la cabeza. O al menos eso fue lo que paso por su mente en ese momento.

- No te soy infiel. Pero seguramente tú si me eres infiel. Dime quien es el amiguito ese al que ves- Agarro al rubio del brazo con un poco de brusquedad

-Estás diciendo cosas sin sentido. Yo no haría algo así. Eres un celoso exagerado. Estoy harto de esto.- Zafándose del agarre del pelinegro.

-¿Enserio? Pues ya somos dos. –El pelinegro se paró de repente, quedando de pie frente al rubio.- También estoy harto de tus celos, de tu indiferencia, de todo esto, ¿Sabes qué? A la mierda. No necesito esto.

-¿Y por qué no te largas? Sabes dónde está la puerta.-El rubio alzo la voz por encima de lo normal, transmitiendo en esas palabras un odio que en realidad no sentía, pero que aún así fue suficiente, para herir al pelinegro.

Kai estaba enojado la situación se había salido de control, estaba yendo demasiado lejos. Estaba haciendo una tormenta en un vaso de agua, él lo sabía, aún así tomo una maleta y comenzó a llenarla con ropa y algunos artículos personales. Reita se sorprendió al ver la reacción de Kai, no podía creer lo que su amante estaba haciendo. Solo había dicho eso en un impulso, pero nunca creyó que de verdad lo haría. ¿Tan harto estaba Kai, que tenía que recurrir a eso?

El rubio quería llorar, lagrimas amenazaban con salir de sus ojos grises, mordía su labio inferior buscando calmar un poco su desesperación. En repetidas veces se dijo que lo detuviera. Que no lo dejara ir. Que lo tomara entre sus brazos, que le pidiera perdón y no lo dejara. Pero eso era solo lo que su mente y su parte racional le decían. Sin embargo su cuerpo no reaccionaba. No se movía. Solo se quedo allí sentado, mirando como Kai hacia sus maletas y salía por la puerta sin voltear a verlo, sin decirle si quiera adiós.

Kai por su parte esperaba que Reita pidiera perdón, pero muy en el fondo sabía que eso no iba a pasar. Sabía que esta vez sí sería el fin de su relación. Por un momento pensó en abrazarlo e intentar arreglar las cosas, como siempre lo hacía, pero aún se creía un tipo con dignidad, y ya estaba harto de rogarle. Creía que si Reita lo consideraba alguien importante en su vida, por primera vez en su vida haría a un lado su orgullo y le pediría perdón, tenía una leve esperanza de que eso llegase a pasar. Pero los minutos pasaban y cada vez estaba más cerca de terminar con su maleta, y Reita seguía allí sentado mirando a la nada. Le dedico una última mirada fugaz. Y sin más salió de aquella que había sido su casa por 3 años.

**********

Dentro de la casa, Reita sentía que su pecho dolía, tanto que se le dificultaba respirar, esas lágrimas que en un principio se negaban en salir comenzaron a rodar una tras otra, nublándole la vista, gemidos llenos de dolor salían de su boca y llenaban aquel cuarto vacio.  Se dejo caer en la cama y ahogo sus gemidos en la almohada. En algún momento de la noche se quedo dormido después de tanto llorar.

**********

El pelinegro caminaba por la calle oscura, dejando un rastro de lágrimas. Desde que había cruzado la puerta las lágrimas habían inundado sus ojos.

 Se dirigió hasta un piso que tenia a tan solo 6 cuadras de distancia.

 Al entrar nuevamente al que alguna vez fue su apartamento, incontables sentimientos lo invadieron. Nunca pensó que llegaría el día en el que volvería a habitar aquel lugar que se hallaba lleno de polvo, después de todo había permanecido solo durante 3 largos años. Las lágrimas que en ningún momento abandonaron sus ojos negros, continuaban cayendo dejando pequeñas marcas en el suelo de madera. No tenía ganas de limpiar, no tenía ganas de nada más que de dormir, y así lo hizo, siguiendo su deseo se tumbo en la cama saco una pequeña cajita que aun estaba en su pantalón, la tomo con fuerza y se dejo envolver en los brazos de Morfeo.

 

+++++Cuatro meses  después+++++

 

~~~Kai~~~

Te extraño, pero mi orgullo puede más, es tonto lo sé, pero estoy harto de ser siempre yo el que da su mano a torcer. Sé que no debí irme pero estaba harto en ese entonces, además estaba seguro de que saldrías detrás de mí y me detendrías… quería creer que lo harías… pero no lo hiciste. ¿A caso esa fue la prueba de que ya no te importo? ¿Es acaso por eso que no has venido a verme? ¿Sabes? Quise rentar un departamento en otro lugar, en un lugar que estuviese muy lejos de ti, pero al final no pude y termine volviendo a donde solíamos pasar las tardes después de la escuela.

Sí, volví a mi departamento de cuando era estudiante, lo hice pensando que vendrías a buscarme. Sin embargo ya ha pasado mucho tiempo, y aun así no has venido. Tal vez intentaste llamarme y lo siento, fui un descuidado, ese día mientras huía perdí el celular que me habías regalado aquella navidad.

¿Me extrañas? Tal vez no. Quiero ir hasta donde estas pero la verdad es que tengo miedo. Tengo miedo de llegar a la que alguna vez fue nuestra casa y encontrarla vacía, tengo miedo de verte con otro, tengo miedo de tu rechazo, tengo miedo de coger el teléfono y llamarte. No sé si aun es el mismo número. ¿Lo habrás cambiado? Y si aun es el mismo… Igual y tengo miedo. Miedo de que al llamarte no seas tú el que responda… No quiero que rompas más mi pobre corazón.

No entiendo nada. No entiendo porque dejaste de ser tan tierno, no entiendo porque de repente empezamos a pelear por todo y nada a la vez. Ese día… Aún lo recuerdo como si hubiese sido ayer. Si no hubiese iniciado aquella conversación… ¿Aun estaríamos juntos? ¿Sera que el motivo de nuestra separación de verdad fui yo? ¿Yo fui el culpable? Quisiera que me contestaras. Quisiera que estuvieras aquí para disipar todas mis dudas y volver a tener la seguridad que alguna vez tuve.

 

-¿Me estas escuchando?-Un pequeño rubio comenzaba a desesperarse a causa de la falta de atención por parte del pelinegro.

-Perdón estaba algo distraído.-El pelinegro esbozo una pequeña sonrisa forzada, que el rubio leyó a la perfección.

-¿Otra vez pensando en él?- El rubio dirigió una de sus manos a la mejilla del pelinegro

-Lo siento, no puedo evitarlo. No creo que pueda olvidarlo, lo extraño mucho.

-Se nota, has perdido peso, no comes bien, no duermes bien, no me prestas atención, tus ojos siempre están rojos. ¿Por qué no me dejas que te ayude a olvidar?

-¡No! –El pelinegro se aparto repentinamente del rubio- Eso no, lo nuestro ya fue.

-Me duele verte así, yo solo quiero ayudarte. ¿A caso no te das cuenta? El ya no te ama. Si te amara ya habría venido a buscarte.

-Pero aun así yo lo amo. No puedo ni podre olvidarlo. No puedo Ruki… No puedo

-No tienes idea de cuánto odio a esa iguana.- “No lloraste ni una sola lágrima cuando nos separamos, cuando estuvimos juntos nunca me dedicaste una hermosa sonrisa como las que le dabas a él, nunca me amaste ¿Verdad Kai? Nunca… A veces me pregunto qué es lo que fui en ese entonces para ti…”

La mirada de Ruki se entristeció, los pensamientos que rondaban su cabeza no favorecían en nada a arreglar la situación. Y Kai seguía perdido igual que siempre. Si le gustara el alcohol de seguro ya sería un alcohólico de lo peor. Probablemente ya habría acabado con el licor de todo Tokio, solo para intentar olvidar al ingrato de Reita que se negaba en abandonar su mente. Estaba repleto de él, y aunque ya no estuviera con Reita le era imposible no recordar sus labios, su piel, su aroma, su tacto, todo lo tenía bien grabado en su mente, tanto que llegaba un punto en el que recodar todo eso se volvía verdaderamente doloroso e insoportable.  Y era cuando se veía obligado a medicarse para poder conciliar el sueño.

-Me voy. No quiero seguir aquí me trae recuerdos tristes.- Dijo Kai levantándose de su asiento.

-Espérame pagare y te llevare a tu casa.

-No es necesario puedo llegar hasta allá solo.

Ruki se apresuro a pagar, pero al volver el pelinegro ya no estaba. Se había ido. Dejando al rubio muy triste, frustrado y desesperado.

 

~~~Reita~~~

¿Es que acaso ese fue nuestro final? ¿De verdad lo dejaremos así? Yo no quiero. Me niego. Me rehuso a pensar que ese fue el fin de nuestra relación. Al diablo el orgullo, al diablo todo. Solo quiero volver a verte, a sentirte, quiero que vuelvas conmigo.

¡Joder! ¿Sabes cuánto te extraño? Seguramente no. 

Yo de verdad… Lo siento.

¿Lo sabes verdad? Sabes que yo no quería que te fueras.

Tenía planes para nosotros, pero enserio, te lo juro: No eran estos. Si tan solo pudiera rebobinar el pasado para hacer lo que no hice y borrar lo que dije, lo haría.

Pero ya es demasiado tarde para eso. Puede que tal vez… en este tiempo que hemos estado separados hayas encontrado a alguien más, a alguien mejor que yo… sin embargo quiero arriesgarme y verlo con mis propios ojos, y entonces, sí eres feliz lo aceptare y seré yo quien me marche esta vez, pero mientras tanto: Por favor espera un poco más. Quiero poner en orden mis pensamientos y volver a ser el que era antes. Quiero volver a ser el Reita del que te enamoraste…

 

-No puede ser.- Reita miraba su refrigerador: estaba vacío- Tendré que ir a comprar algo. No puedo quedarme sin comer nada., no quiero quedarme hasta los huesos. A Kai no le gustaba que dejara de comer.

La mirada del rubio de ensombreció al recordar a Kai, no podía evitarlo, estar en esa casa en la que habían compartido tantas cosas: Se sentía realmente vacía y triste sin él. Después de todo siempre era Kai el que se la pasaba hablando, contándole todas sus ocurrencias, era él quien hacia de esa casa un cálido hogar para los dos.

Con pereza fue hasta la puerta, se coloco sus zapatillas y salió con destino al súper mercado. En su trayecto no iba prestando atención a nada en particular. Después de todo sabía que vería lo mismo de siempre: Anuncios, gente gritando aquí y allá, alguno que otro puesto sobre la acera o vagabundos tirados en alguna esquina pidiendo dinero. 

Ya en el súper agarro todo lo que necesitaba, se dirigió hasta la caja para formarse, al llegar su turno pago y salió, llegando nuevamente a la calle. Por primera vez en mucho tiempo, por alguna razón decidió regresar a casa por el camino largo, esto implicaba ir en sentido contrario y rodear la zona. Tal vez su decisión se debió a que estaba deprimido, quizás a que buscaba una escusa para pasar por aquel lugar o tal vez solo era porque en realidad no estaba prestando atención al camino. Aunque lo más probable es que haya sido una combinación de las tres.

Cualquiera que hubiese sido el motivo, él caminaba mirando el piso como si este fuera lo más interesante del mundo. Y es que en ese momento no quería pensar en mucho, quería poder dejar su mente en blanco y no pensar en nada. De vez en cuando volvía su vista al paisaje que lo rodeaba y prácticamente enseguida miraba nuevamente al piso. Esas calles… le traían recuerdos amargos al rubio.

Unas calles más adelante, paso junto a un pequeño restaurante familiar, justo allí solían pasar la tarde del domingo, sentados solo ellos dos comiendo y platicando. Se pregunto si de casualidad lo vería allí, se dispuso a entrar, pero al ver una silueta muy bien conocida por él se aparto de repente y se escondió tras unos arbustos que rodeaban el lugar.

 

-Solo iré a casa por hoy, después de todo no estoy de ánimos para nada.-Dijo con pesadez un pelinegro que salía del lugar.

 

++++++++++

Kai salía del restaurante familiar, no solía ir allí pues el lugar le recordaba aquellos momentos tan felices que paso con Reita. Le dolía saber que todo eso ya solo formaba parte del pasado. El pelinegro se quedo parado por un momento mirando al cielo recordando la primera vez que había entrado allí al lado de Reita, esa tarde se le había declarado, y al enterarse de que su amor era correspondido se sintió inmensamente feliz, ese sin duda había sido el mejor día de su vida. Después de unos segundos volvió en si y comenzó a caminar.

 

 El rubio tras el arbusto se había quedado en shock, tubo que taparse la boca con una mano para reprimir un grito que quería salir. Y es que a la persona que tanto deseaba ver, estaba prácticamente frente a él, no sabía si correr hacia el pelinegro o volver por donde había llegado alejándose nuevamente de él. Cuando lo vio moverse, opto por seguirlo desde lejos, quería al menos saber a dónde iría el día que se decidiera a pedirle perdón.

Varios minutos después llegaron al departamento de Kai, Reita se quedó desde lejos mirando a aquel hombre que tanto amaba y que ahora al verlo en esas condiciones sentía que el corazón se le partía en dos. Si bien a él también le dolía haber terminado con Kai se notaba a kilómetros de distancia quien era el más afectado.

Mientras que Reita aun podía mostrar una que otra sonrisa, salir por voluntad propia de vez en cuando, comer y dormir con “normalidad”. Kai sentía que se asfixiaba con el aire, no podía mostrar una verdadera sonrisa, y menos una falsa, no comía ni dormía bien, las únicas veces que salía era porque Ruki lo sacaba prácticamente arrastrando, de verdad que la estaba pasando muy mal.

Reita se sintió la peor persona del mundo al ver a Kai, y todo era su culpa. Sabía que tenía que disculparse lo más pronto posible antes de que fuera demasiado tarde, pero aun no se sentía listo.

El rubio se deshizo en lágrimas, esa misma punzada que amenazaba con desgarrar su corazón, esa misma que había sentido aquel día, se manifestaba nuevamente y con mayor intensidad que antes. No quería verlo así, no podía verlo así, tomo sus bolsas y echo a correr todo lo que pudo, con todas las fuerzas que sus piernas le dieron.

Llego a su casa, cerró la puerta tras él y se deslizo hasta quedar por completo en el piso. Allí lloro todo lo que quiso, intentando dar escape a todo el dolor que lo invadía de pies a cabeza. El dolor no se iba y la imagen de Kai aun seguía presente en su cabeza, las lágrimas aún brotaban de sus ojos grises, se perdió por completo cayendo en un profundo sueño que dio fin a su llanto.

+++++++

-¡¡¡Vamos Kai ábreme!!!

Pasaban ya de las 21:00 hrs y Ruki golpeaba con desesperación una puerta que se negaban a abrir. Del otro lado un pelinegro yacía sobre una cama, a su lado un pequeño frasco de pastillas, y con su mano derecha sostenía un ipod.

-¡Maldición! No puede ser… ¿Será que de tanta depresión el muy idiota decidió suicidarse?  No, no, no, no.-El rubio sacudía su cabeza de un lado a otro intentando alejar aquellos pensamientos de su mente, sin embargo sus esfuerzos eran en vano, pues seguía tocando y seguían sin abrir. Su paciencia llego a su límite cuando vio que ya habían pasado 10 minutos. No lo dudo más y llamo a un cerrajero, que no tardo más de 15 minutos en llegar y botar la cerradura.

En cuanto la puerta se abrió le soltó unos billetes al sujeto pidiéndole que se quedara con el cambio y de inmediato se adentro en el departamento que se hallaba en penumbra-¡¡¡KAAAAIII!!!-Grito con desesperación, prendió las luces rápidamente y busco habitación por habitación sin dejar de gritar.

La paciencia se le había acabado, no oía respuesta alguna por parte de Kai, solo le faltaba revisar el cuarto del pelinegro y el corazón se le encogía pensando lo peor. Llego a la puerta de la habitación, se detuvo por un momento, le dio miedo lo que podía encontrar, pero le aterro más lo que podía perder si esos pensamientos se volvían realidad. Tomo el pomo de la puerta y lo giro: La puerta no se abrió.

++++++++++

Pasaban de las 21:30 hrs cuando un rubio comenzaba a despertar de su sueño, y casi en seguida se llevo las manos a la cabeza, sentía un enorme dolor a causa de tanto llorar. Imágenes comenzaban a hacerse presentes en su mente: había ido al súper, había tomado el camino largo y lo había visto. Había visto a la persona que más amaba sufriendo. Nuevas lágrimas se asomaron por sus ojos grises, pero de inmediato las seco y se levanto. No podía darse el lujo de seguir llorando, tenía que ser fuerte, darse prisa y volver a él.

Guardo lo que había comprado y preparo la cena. Se sentó a comer, pero la comida no le supo mucho. No le sorprendió, después de todo no sabía cocinar y aunque ya lo había intentado varias veces simplemente no podía lograr que su comida tuviese un buen sabor. En momentos como ese extrañaba a Kai que siempre le cocinaba, y aunque tampoco era un experto cocinando, al menos para Reita la comida de Kai era la más deliciosa que había probado en su vida.

 

+++++++++++

Giraba el pomo una y otra vez mientras gritaba el nombre de su amigo. Salió para ver si de casualidad aun se hallaba cerca el cerrajero de hace unos momentos. Miró a ambos lados, pero nada, se había ido. Volvió adentro lo más rápido que pudo. Con la esperanza de que esta vez estuviese abierto, nuevamente giro el pomo de la puerta, sin embargo esta seguía sin ceder.

Retrocedió unos cuantos pasos y se abalanzo contra la puerta dándole un fuerte golpe, hizo lo mismo un par de veces más. Estaba tan desesperado que no le importaba romperse el brazo en su intento por derribar esa puerta que se interponía entre su amigo y él.  

Era su tercer intento y la puerta parecía no moverse ni tantito. Su desesperación estaba por encima de lo normal, al igual que su enojo y su preocupación, con todas sus fuerzas continuó azotándose contra la puerta. Ya no sentía el brazo derecho, pero eso no lo hizo detenerse, es más ni siquiera noto el dolor que se postro en su brazo cuando un musculo se le desgarro, solo siguió empujando, hasta que logro tirar esa puerta de madera.

 

La puerta cayó al piso. Ruki se quedo helado cuando vio a su amigo tendido en la cama. Un profundo sentimiento de tristeza lo invadió, las piernas le temblaban al igual que las manos. La escena que sus ojos estaban presenciando era justo lo que no quería ver. Algo se rompió dentro del rubio, sus lágrimas comenzaron a salir. Sus piernas dejaron de funcionarle haciendo que cayera de rodillas sobre la puerta.

No sabía qué hacer, no estaba listo para algo así. Quería acercarse, algo dentro de él le gritaba desesperadamente que lo hiciera, que se cercara y confirmara sus dudas. Pero el miedo no lo dejaba, no quería. Temía que fuese cierto. Simplemente se negaba a creer algo como eso.

Dejo de llorar, dejo de emitir sonido alguno. Y entonces logro escuchar algo, muy débil, pero audible. Era… ¿Una canción?

 

++++++

Termino de comer y fue a su cama, solo quería dormir. Intento conciliar el sueño por varios minutos, pero no dejaba de dar vueltas en la cama, y a pesar de ser época de frío, sentía un calor indescriptible, que lo hacía despojarse de sus cobijas y ropas. Algo lo molestaba, sabía perfectamente el porqué. Siempre que se trataba de Kai se ponía así. No podía dejarlo esperar por más tiempo, además no era tampoco como que él quisiera esperar más tiempo, quería verlo nuevamente, quería abrazarlo, besarlo y sentir su calor como antes. Decidido tomo el teléfono marco unos números y en cuestión de segundos al otro lado de la línea un castaño contesto.

-¿Qué sucede Pajarito? Ya es muy tarde para que tengamos un encuentro romántico

-Tan gracioso como siempre, pero solo quería saber si…

-¡Ah! eso. No te preocupes ya está.

-Que bueno. ¿Crees que pueda verte mañana?

-¿Mañana? Espera un momento…-El castaño revisaba un calendario-Sí. Es perfecto, entonces mañana te veo. Pajarito.

-Deja de decirme así.

-Lo siento, sabes que no puedo evitarlo.

-Ok. Entonces hasta mañana Uru descansa.

-Intentare soñar contigo. Espero que sueñes conmigo pajarito. Te amo

-No tienes remedio. Oyasuminasai.

El rubio colgó y volvió a la cama con esperanzas de poder dormir. Tal vez no hubiese suerte, pero al menos lo intentaría.

El rubio se fue a la cama con un único pensamiento: Despertar mañana para poder verlo otra vez…

+++++++++

El pequeño rubio dejo de lado su miedo juntando el poco valor que le quedaba y se levanto. Llevo una mano a su boca para evitar gritar, pues sabía que en cualquier momento lo haría. Avanzo a paso lento hasta la cama. Con sumo cuidado tomo el frasco de pastillas. Su miedo solo creció cuando vio el frasco vacio. Se recrimino mentalmente, sabía que no debía dejarlo regresar solo. Sabía que era mala idea dejarlo solo, y aun así lo abandono. Si había algún culpable, sin duda era él.

Las lágrimas que habían cesado se asomaron nuevamente en sus ojos azules, con más intensidad que antes. Miro la mano derecha de su amigo y vio que tenía un ipod. Lo tomo entre sus manos con un poco de torpeza atribuida al shock emocional que estaba sufriendo. Al jalar el aparato le quito también los audífonos que aun estaban en los oídos de Kai. Los coloco en sus oídos, el volumen era demasiado alto, y la música entro de lleno en sus oídos invadiendo su cabeza. ProudiA, se repetía una y otra vez. Derramar lágrimas ya no era suficiente para calmar su dolor, gemidos llenos de dolor eran emitidos de sus rosados labios, mientras caía de rodillas al lado de su amigo. Hasta quedarse dormido.

 

+++++++ Al día siguiente++++++++

Unos ojos negros eran cruelmente atacados por los insoportables rayos del sol que se colaban por la ventana.

-¡Al fin pude dormir!

El pelinegro abrió los ojos lentamente y por unos instantes mantuvo su mirada fija en el techo. Por primera vez en mucho tiempo se sentía bien al despertar, por primera vez los recuerdos de Reita no lo atormentaban, por primera vez estaba tranquilo. Sin duda las pastillas que había tomado el día anterior le habían hecho bien. Estiro sus brazos levemente, y al sentir una cabeza al lado suyo se sorprendió de sobremanera.

-¿Qué rayos?- Kai se encontraba desconcertado por la presencia de aquel ser.

Levanto la vista un poco, para toparse con que ya no estaba su puerta, eso termino de espantarlo. ¿Por qué estaba Ruki allí? ¿Por qué ya no estaba su puerta? No sabía qué había pasado, quería respuestas y las quería ya. Tomo a su amigo por los hombros y lo sacudió con fuerza.

El rubio se despertó de repente yéndose hacia atrás por la súbita sorpresa.

-¡Kai!- Grito emocionado al ver a su amigo con vida y no tardo en írsele encima llenándolo de abrazos y besos en las mejillas.

-¿Quieres explicarme que paso? –Dijo el pelinegro apartando ligeramente al rubio para así obtener una respuesta.

-¡Por dios! ¡Estás vivo! Qué alegría.-Ruki se sentía morir por la emoción. Agradecía internamente a Dios porque Kai estuviese vivo.

-¿Qué? ¿De qué hablas?

-Ayer te estuve llamando pero no me contestabas así que decidí venir a verte, pero al llegar aquí no me abrías, entonces llame a un cerrajero y me abrió la puerta de tu casa, pero te busque en los cuartos y no te encontraba, debes saber que eso solo hizo que me preocupara aún más. Y luego cuando vine a tu cuarto estaba cerrado. Muchas cosas pasaron por mi cabeza y lo único que se me ocurrió fue tirar la puerta. Ahora imagínate que entro y te veo tirado en la cama con el frasco de pastillas en la mano. ¿Qué querías que pensara? ¿Qué leías la etiqueta y te quedaste dormido?

El rubio apenas y había tomado algo de aire mientras hablaba. La emoción que lo invadía era demasiada. El pelinegro por su parte aun no asimilaba todo lo que había escuchado. No sabía si sentirse molesto, triste o feliz. De momento solo se le ocurrió darle una explicación.

-Veraz ayer después de salir contigo me sentí muy triste así que al volver a casa solo quería dormir, pero para mi desgracia no lo conseguía, así que fui por las pastillas y tome un par. Que para tu información eran las últimas del envase. Luego mientras hacía efecto me puse a oír música para despejar mi mente y luego me quede dormido. Entonces hoy he despertado y me he encontrado con que mi amigo a entrado a mi casa y a tirado la puerta de mi cuarto, y por si fuera poco a creído que me he intentado suicidar. ¿Crees que ese ha sido un buen comienzo?

-Perdón. Pero debes entender que estaba preocupado

-Te perdono, pero me debes una puerta.

El ambiente era bastante relajado, charlaban y reían. Era la primera vez que Kai se sentía tan animado después de aquel día. Ruki estaba feliz, pero se decía así mismo que tenía que hacer algo antes de que llegara el día en el que su amigo de verdad hiciera una estupidez.

-Kai…

-¿Sí?- El pelinegro preparaba café.

-No puedes seguir así.

-Allá vamos de nuevo- Kai vertió café en las tazas y le alcanzo una a Ruki que estaba sentado frente a él.

-“Nada de allá vamos de nuevo” De verdad me lleve un gran susto anoche y para ser sincero no quiero volver a pasar por algo así. Fue terrible.

-No me voy a suicidar así que quédate tranquilo.

-Solo quiero estar seguro. Por eso hoy iremos a buscarlo para que arreglen todo esto de una vez por todas.

-¿Qué? No. No quiero. Tengo miedo.-El pelinegro bajo la vista. Un escalofrío recorrió su cuerpo, haciéndolo negar con vehemencia.

-No puedes estar así siempre, solo esperando a que llegue alguien que tal vez nunca vendrá. No espero que me digas que sí, así que si te niegas te llevare arrastrando si es necesario. ¿Entendido?

-No puede ser-Kai dejo salir un gran suspiro y dio un gran trago a su café- Esta bien. Me iré a arreglar y después iremos, espérame.

El pelinegro fue a ducharse, mientras que Ruki miraba la televisión en espera del pelinegro. 

 

 

Kai pasaba el jabón por su cuerpo, el agua de la regadera caía sobre sus cabellos negros y se deslizaba por su piel. Estaba como ido, mientras pensaba en lo que su amigo quería. En cierto modo tenía razón, ya no podía seguir así. Necesitaba saber si de verdad había un “futuro” para él y Reita. Necesitaba saberlo de unas vez por todas, en eso estaba de acuerdo con Ruki. Pero el miedo seguía presente. ¿Qué pasaría si no había un nosotros? ¿Qué haría entonces? ¿Cuál sería su motivo para vivir?

No quería morir, pero tampoco quería una vida sin Reita. Una idea pasó por su mente: Hablaría con Reita, pero si él ya no lo quería esta vez se iría a vivir muy lejos de allí.  Y tal vez… le daría una nueva oportunidad a Ruki, después de todo era el único que siempre había estado a su lado.

Era el único, que aun cuando su relación como amantes había fracasado se había quedado. Sin embargo aun dudaba de su plan, de entrada no sabía si de verdad podría aceptar que Reita ya no lo quisiera, tampoco sabía si podría irse lejos, y menos si su relación con Ruki funcionaría.

Termino de bañarse, salió y se apresuro en vestirse. Por un momento pensó en ponerse un traje, pero luego pensó que estaba demasiado formal, además a Reita le gustaba más cuando solo usaba jeans y camisas. Así que opto por unos jeans grises, su camiseta negra y una camisa manga larga color blanco. Se peino, perfumo y tomo la cajita que quería darle ese día. La abrió, dentro estaba un collar de plata con un corazón, se podían distinguir dos letras “R” y “K”. Se dibujo una pequeña sonrisa en sus labios y guardo la cajita en la bolsa de su pantalón.

-Estoy listo

-Entonces vamos

Kai y Ruki salieron de la casa, ambos tenían muchas esperanzas de que todo saliera bien y esa horrible pesadilla por la que Kai estaba pasando acabara ese mismo día.

+++++++++

Reita esperaba a Uruha en un parque que se hallaba cruzando una avenida, que se situaba a un par de calles de su casa, estaba sentado en una banca y su mirada estaba fija en una pareja que se hallaba a escasos pasos de él. Un castaño apareció y se coloco frente al rubio tapándole la vista.

-¿Qué sucede Pajarito?- Uruha tomo asiento al lado del rubio

-Ayer lo vi-Dijo Reita con una mirada un poco triste

-¿A Kai? ¿No dijiste que no sabias nada de él?- Se acomodo y cruzo las piernas.

-Y de verdad que no sabía nada. Pero fui al bar familiar y lo vi saliendo de allí. No sabía qué hacer y lo seguí.

-Y yo que comenzaba a creer que por fin tendría una oportunidad- El castaño suspiro mostrando una sonrisa.

-Perdón.

-No te preocupes. De todos modos ya encontré a alguien

-¿Enserio?

-Sí. Se llama Yuu, Shiroyama Yuu, es muy lindo conmigo

 -Me alegro por ti.

-Gracias, uno de estos días te lo presentare.

-Estaré esperando el momento con ansias.

Hubo un pequeño silencio, Reita aun miraba a la pareja, Uruha miraba de reojo a su amigo y un sentimiento de tristeza lo invadía, no estaba seguro de lo que debía decir.  Saco de su bolso una caja color dorado con negro y se la dio a Reita.

-…-El rubio volteo su vista a Uruha y lo miro por unos instantes sin decir nada.

-Es lo que me pediste.

Uruha tomo la mano del rubio y coloco la cajita en esta cerrando levemente su puño para que no la dejase caer. Reita tomo la cajita y la abrió. Dentro se hallaban un par de anillos dorados, tomo uno y lo acerco a su vista, tenían una fecha inscrita en números romanos, además de tener unas iníciales “K” y “R”. Tomo uno y se lo probo, le quedaba a la perfección.

-Gracias- Sonrió ampliamente, acto seguido abrazo a Uruha fuertemente.

Uruha se sorprendió, no esperaba ver a ese hombre en ese momento…

 

 

++++++

Ruki y Kai caminaban por las calles, Ruki iba bastante animado hablando de su mascota que había comprado recientemente, Kai lo escuchaba y reía por las absurdas ideas de su amigo, sin embargo, a pesar de reír, por dentro estaba hecho un lio, se sentía como aquella vez en la que decidió declararle su amor a Reita, estaba emocionado, nervioso, furioso consigo mismo por no poder controlarse, total que un sinfín de emociones se desbordaban de su ser.

Llevaba la mano metida en el pantalón y no soltaba la cajita para nada. En su cara estaba dibujada una enorme sonrisa, no podía evitarlo, después de todo solo pensaba en que pronto lo vería y eso era más que suficiente para él.

Estaban a tan solo un par de calles, solo tenían que cruzar el parque caminar un poco más y lo habría logrado, todo lo demás se lo dejaría al destino.

Ruki se adelanto quería encontrar un lugar para esconderse y verlo todo desde lejos, pasó junto a un parque y volteo la vista, lo que vio no le gustó para nada. Volvió sobre sus pasos para impedir que su amigo viera aquello, no soportaría verlo sufrir, debía evitarlo.

-Acabo de recordar que olvide algo muy importante ven acompáñame- Jalo a Kai de la manga intentando hacer que también regresara.

-¿Qué puede ser tan importante? Vamos solo vallamos con Reita, ya después iremos por lo que olvidaste.

Kai se negaba a volver, ya había llegado demasiado lejos como para volver, tenía que hacerlo ahora o seguro que se arrepentiría de no hacerlo, aparto a Ruki y continuo caminando, Ruki se quedo parado por un instante, no reaccionaba, no acababa de asimilar la grandísima estupidez que se le había ocurrido. ¿Por qué demonios se le había ocurrido que fueran a ver a Reita? ¿Por qué?  Dejo de pensar en todo eso y corrió para alcanzar a Kai.

Kai continuo caminando pensaba todo lo que le diría, estaba muy emocionado que no cabía en sí. A unos cuantos pasos estaba el parque en el que solían pasar el rato, quería pasar un rato para recordar aquellos viejos momentos, pero se llevo una gran sorpresa, eso que tanto temía, lo que no quería que fuese cierto se volvía realidad frente a sus ojos, eso por lo que había estado evitando ese momento tantas veces… eso que hubiera preferido no ver… En su pecho, en donde se halla el corazón sintió una horrible punzada, su corazón se rompió, se quebró y dejo de funcionar. O al menos eso era lo que él creía que sucedía dentro de él.  

Ruki llego hasta donde estaba parado su amigo, se lamento por no haberlo detenido.

Kai estaba en shock, su cuerpo no le respondía, se quedo paralizado viendo aquella escena en la que Reita recibía un anillo de ese castaño, esa escena en la que lo veía sonreír como nunca antes, esa escena donde se ponía el anillo en su dedo y después lo abrazaba… Esa escena lo destrozo.

El pequeño tiraba de la manga de Kai en un intento desesperado por hacerlo reaccionar, sin embargo Kai hacia caso omiso a tal acción por parte del menor. Tenía la mente hecha un caos, las lágrimas, esas traicioneras lágrimas salieron de sus ojos negros sin aviso previo, deslizándose por sus mejillas y muriendo lentamente en sus labios.

-Perdón… perdón, perdón, perdón. ¡Joder perdón! Esto es mi culpa. Vamos Kai solo ignóralo y vámonos.

Kai seguía sin hacer caso a Ruki, se limitaba a mover su cabeza de un lado a otro, como si con ello fuese a lograr que esa imagen desapareciera de su vista.

Al otro lado del parque Uruha veía a un tipo llorar, sabía a la perfección quien era, Reita le había mostrado infinidad de fotos de él. Se sintió mal internamente, pues el pelinegro lloraba amargamente.

-Reita… él está aquí

El rubio no entendía que era exactamente lo que decía su amigo. Miro la cara de Uruha y le sorprendió el “terror” con el que miraba hacia el otro lado del parque, por lo que volteo su mirada topándose con Kai que se deshacía en lágrimas.

Era su oportunidad para pedirle perdón, pero al caer en la cuenta de que Kai lloraba, se dio cuenta de que acababa de cometer un… ¿Error? Pareciera que sí porque se aparto del castaño inmediatamente.

-Kai, tenemos que hablar- Pronuncio el rubio mientras caminaba hacia el pelinegro

-…-Kai no decía nada, seguía horrorizado por la situación. Reita, su Reita…  Se lo habían robado. ¿Lo había perdido? ¿Cómo pierdes algo que no es tuyo? Se pregunto internamente al ver al rubio acercársele.

No quería seguir allí, quería irse, desaparecer… solo quería dejar de sentir ese inmenso dolor que no dejaba su cuerpo.

Reita se acercaba cada vez más, pero no quería hablar con él, no quería oírlo. Comenzó a dar pequeños pasos hacia atrás. Ruki noto el evidente peligro en que se hallaba su amigo pelinegro, si seguía retrocediendo un carro lo arrollaría. Sin pensarlo mucho corrió y lo jalo de la manga impidiendo que el carro que recién pasaba lo atropellara, dejando al pelinegro tirado en el suelo.

-¿Kai? ¿Por qué no quieres hablar conmigo?

-¿Cómo te atreves a preguntar? –Ruki estaba lleno de rabia, no toleraba el cinismo de ese sujeto.-Solo lárgate, deja de hacerle daño. – Le gruño al otro rubio que no entendía muy bien lo que le sucedía a Kai.

El pequeño intento levantar a Kai, que aún en el suelo lloraba y negaba con la cabeza. Reita continuo avanzando hasta quedar arrodillado frente al pelinegro, quien alzo la vista y al tenerlo tan cerca no pudo soportarlo y se levanto bruscamente apartando a Ruki y lanzándolo a unos centímetros de distancia. Reita se sorprendió por la reacción del pelinegro, no entendía del todo porque rayos huía de él, se levanto e intento ir tras él. Grave error.

Kai dio media vuelta y corrió sin importarle nada.

-¡¡¡¡Kaaaaiiiii!!!! – Grito Reita horrorizado por completo cuando un chorro de sangre lo alcanzo. Se dejo caer al piso, las lágrimas hicieron acto de presencia.

 Uruha corrió hasta donde se encontraba Reita y lo abrazo fuertemente. A unos pasos de ellos estaba Ruki destrozado por aquel acontecimiento. -“Es mi culpa, es mi culpa, es mi…”- Se repetía una y otra vez -“Si tan solo no se me hubiera ocurrido algo así… Aún estarías vivo. Perdóname.- Decía para sí mismo.

-¡Joder Kai perdóname! Todo ha sido culpa mía…- Grito tan fuerte que Reita y Uruha voltearon a verlo.

No importaba como lo vieran ambos se sentían culpables.

 

++++++ Una semana después del funeral de Kai++++++

~~~~Reita~~~~~~~~

 

Todo fue mi culpa… si tan solo no hubiese sido tan estúpido… Si tan solo no te hubiera dejado ir ese día… Aún estarías conmigo. Sé que lo platicamos… Sé que prometí no hacerlo pero… no puedo… ¡No puedo! Necesito ir hasta donde estas, quiero verte, quiero hablarte, quiero sentirte. ¿Por qué tenía que ser así? ¿Por qué? Te necesito más de lo que te imaginas… Te extraño por favor perdóname…

 

Aún no te he dicho cuanto te extraño…

Aún no te he dicho cuanto te necesito…

Aún no te he dicho cuanto lamento no haberte detenido ese día…

Aún no te pedido perdón…

¡JODER!…¡¡¡ AÚN NO TE HE DICHO CUANTO TE AMO…!!!

Notas finales:

Espero hayas disfrutado mucho tu navidad, y que este 2013 te la pases de maravilla al lado de tus seres queridos. Te deseo lo mejor hoy y siempre.

Ojala te haya gustado   <(*u*)^  


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).