Tuve entre mis manos el universo
e hicimos del pasado un verso
perdido dentro de un poema.
Cuánto valor tiene uno para fanfarronear. Cuántas palabras sólo por hablar salen de bocas sin ser cumplidas. Las palabras no se las lleva el viento. Yo creo que uno puede lograr todo con palabras; al menos si el individuo se lo cree. Pero si prometes algo de lo que no estás seguro, no lo cumplirás.
Odio que la gente hable por el futuro. Y me odio por haberlo hecho.
Dije muchas veces “te mataré” mentalmente, tratando de hacérmelo creer, pero jamás pensé que iría a hacerlo.
Me rio de mí mismo. Soy de verdad un mentiroso. Porque, por Dios, la gente habla mucho de los nunca, de cuando matarán a alguien, de la muerte, pero cuando está cara a cara con la oportunidad, le da la espalda con miedo y se aferra al pasado o a excusas. Y yo no seré la excepción.
Justo cuando estoy a milímetros de perforarte la garganta, me detengo, como por arte de magia, por inercia, sin que mi mente lo ordene, y veo que todo se convertirá en nada.
A fin de cuentas, me digo, ¿por qué te voy a matar? Por haber matado gente, gente que era mi familia y que yo apreciaba. Y bueno, ¿eso de qué serviría?, ¿va a revivir tu muerte a mis padres?, ¿me sentiré mejor por haber asesinado, al igual que tú, a mi misma sangre, a mi familia? No lo creo…
Y, al ver tus ojos, veo que muestras un brillo de satisfacción, porque ves, porque sabes, que me retractaré de mis palabras.
La cosa justificable, o al menos un poco, por la que podría darte muerte, sería la de estar siempre en mi mente, torturándome para no hacer nada más que buscar un fin que tú y yo sabemos que no llegará. Tú sabías de lo que yo era capaz y de lo que no, y, sin embargo, desde ese día, me hiciste obsesionarme con algo que no iba a hacer. Me lavaste el cerebro con maestría.
Por esa razón, sí, te odio. Porque tú eres el único motor en mi vida. Porque, sin ti, ¿qué soy? Estoy completamente solo, sin propósito, sin interés en algo, con más dolor en mi corazón que en mi cuerpo. Porque, aunque te mate, eso no hará que olvide aquella masacre, o el sentimiento de odio que creaste en mí.
Si te matara a ti, arrancarías el último síntoma de humanidad en mí. Jamás volvería a responder al nombre de Sasuke Uchiha; porque no lo volvería a ser. Estaría roto por completo. Sin propósito, sin alma, no merecería la pena tener un nombre.
Sé que tú sabes lo que digo, porque también te derrumbas en pedazos sin mí.
Pero no puedo mirarte a los ojos sin tambalearme y que se me nuble la vista. Sigo teniendo un miedo terrible a ellos, porque sé que ocultan una verdad que es mejor no saber…
Entonces no sé qué hacer con nosotros.