Capítulo 1
Ya era media noche y no podía dormir pensando en esa persona que con sólo mirarme hacía que mi corazón se volviera loco y mi mente dejara de funcionar por completo, esa persona era capaz de hacerme olvidar todos mis problemas con sólo decirme “hola”, esa persona era el amor de mi vida y nadie lo sabía, yo era el único que lo sabía. Y esa persona tan especial era un hombre, mi compañero de banda y amigo Yuu. Era la peor persona de la que me podía enamorar pero no lo pude evitar, su forma de ser, su sonrisa, la forma en la que tocaba la guitarra, todo me encantaba de él y deseaba desesperadamente besarlo, abrazarlo y que no fuera de nadie más que mío… sólo mío.
Me desperté sobresaltado por el sonido de la alarma, probablemente dormí menos de dos horas y por eso estaba tan cansado, pero mi deseo de ver a Yuu era más fuerte que mi cansancio así que me bañé y sin desayunar me fui rápido a la compañía donde estarían todos para ensayar. Fui el primero en llegar así que me senté a esperar pero el sueño me venció y me quede dormido en unos pocos segundos.
-Yuu, te amo – le dije agachando la cabeza.
-Yo también te amo, Akira. Eres la única persona que he amado – me dijo tomándome del mentón para que lo mirara a los ojos.
Él me miro unos segundos más y acercó su rostro al mío…
-¡Reita despierta!
Comencé a abrir los ojos de a poco y vi a todos mirándome extrañados.
-Reita, ¿estás bien? ¿me escuchas? – dijo Shima riendo.
-¿Qué paso? – dije sin comprender nada.
-Vamos Akira levántate, creo que tienes fiebre – me dijo nuevamente Shima.
Me incorporé y aún estaba un poco aturdido.
-Me siento bien, ¿por qué tendría fiebre?
-Porque además de que sudabas mientras dormías, estas muy rojo – me dijo Takanori.
Me sentía perfectamente bien, un poco dormido pero estaba bien, me quede un momento en silencio hasta que desperté por completo y comprendí que estaba en la compañía, que me había dormido en el sillón y que me había despertado en el mejor momento de mi sueño, me sentí frustrado y de mal humor y empecé a mirar para todos lados y me percaté de que Yuu no había llegado aún, así que me volví a acomodar en el sillón para seguir durmiendo pero entonces Yutaka me levantó otra vez.
-¿Qué crees que haces? – me dijo levantando una ceja.
-Dormiré un poco más – le contesté.
-No lo harás, tenemos que ensayar.
-Pero si no ha llegado Yuu.
-Hoy no vendrá, está enfermo así que a ensayar, rápido.
Me paré en mi posición de siempre con mi bajo, sin decir nada, pero en mi interior me sentía extremadamente preocupado por Yuu, ¿de qué estaba enfermo? ¿estará bien solo? ¿podía ayudar en algo?, esas preguntas me invadieron todo el ensayo hasta que por fin me decidí a ir a la casa de Yuu luego de que termináramos de ensayar. Terminó el ensayo y yo rápidamente guardé todas mis cosas y me fui sin decirle nada a nadie. Al llegar toqué el timbre y me abrió una persona totalmente desconocida.
-Hola, ¿en qué puedo ayudarte? – me dijo él chico que me había abierto la puerta.
-Hola, eh ¿está Yuu? – le dije.
-Sí, adelante pasa.
Entré y él me guío a la habitación de Yuu, y ahí estaba él recostado en la cama.
-Ah hola Akira – me dijo Yuu con dificultad.
-Los dejo solos – dijo el desconocido cerrando la puerta de la habitación.
-¿Qué te trae por aquí? – me dijo sentándose en la cama.
-Es que… Yutaka me había dicho que estabas enfermo, así que vine a ver cómo te sentías – le dije.
Mi corazón palpitaba tan fuertemente que temía que Yuu lo escuchara.
-Gracias por la preocupación, mm te notó cansado, ¿no dormiste anoche?
-No mucho.
-¿Por qué, te ocurre algo?
Me conmovió que se preocupara por mí, pero no sabía cómo responder a su pregunta, no le podía decir que había estado pensando en él toda la noche.
-No, para nada.
De pronto entró el mismo tipo que no conocía, se acercó a Yuu y comenzó a tomarle la temperatura tocándole la frente y la mejilla mientras le preguntaba cómo se sentía, cuando salió nuevamente el hombre, no pude evitar hacerle una pregunta a Yuu.
-¿Quién es? – le dije con un tono molesto.
-Es un amigo que vino a cuidar de mí por hoy – me dijo riendo.
-¿Qué te causa tanta gracia? – le dije en tono serio, el buen humor que me quedaba se había destrozado por completo.
-Me causa gracia que te haya molestado su presencia – me dijo sonriendo.
-No me molesta que este aquí – le respondí mirando hacia otro lado un poco avergonzado.
-Ajá, lo que tú digas… sabes Akira hoy día estas extrañamente lindo – me dijo mientras me sonreía tiernamente.
Enrojecí y me di media vuelta para que Yuu no me viera, tenía tanta vergüenza.
-¿Te sientes bien? – me preguntó Yuu.
-Sí, estoy bien – le dije volteándome nuevamente.
-¿Quieres comer algo?
-Estoy bien, gracias – mi voz temblaba, y me sentía inútil sin razón.
Entonces se abrió la puerta y entró el amigo de Yuu.
-Eh Yuu – le dijo él.
-Dime – le respondió.
-Me tengo que ir, ¿crees que puedes estar solo?
-No estaré solo, Akira se quedara conmigo, ¿cierto? – me dijo.
-Em sí – le respondí sin pensarlo.
-Bien, entonces me voy. Ojala te recuperes pronto – dijo esto y se fue.
Quede un poco aturdido, al parecer le había dicho a Yuu que me quedaría a cuidarlo.
La tarde se fue rápidamente y el tiempo con Yuu se hizo demasiado corto para mí, y cuando terminó de anochecer me tuve que marchar a mi casa sin tener excusa para quedarme más tiempo con él.
Entré a mi casa y fui inmediatamente a dormir, había sido un día agotador lleno de emociones que guardé dentro de mi corazón y no permití que salieran a la luz. Me dormí en seguida y en cuanto cerré mis ojos comencé a soñar.
Yuu tomó mi mano y me miró a los ojos por largo tiempo, hasta que decidió besarme lentamente mientras me desabrochaba el pantalón.
-Yuu – le susurré al oído – te quiero.
-Yo también te quiero.
Introdujo su mano en mi pantalón mientras acariciaba mi miembro sobre la tela del boxer…
El sonido de mi teléfono me despertó en medio de la noche, lleno de sudor y completamente destapado. Contesté mi celular.
-¿Hola?
-Akira – era la voz de Yuu.
-¿Yuu, qué pasa? – dije mientras me sentaba rápidamente en la cama.
-Perdón por despertarte, pero eras la única persona que se me ocurrió llamar.
-No importa.
-Es que, no me siento muy bien y no puedo ponerme en pie, apenas pude llamarte.
-Espérame, voy para allá – le dije esto y corté en seguida para poder vestirme.
Sin demorar mucho ya me encontraba en la casa de Yuu y por suerte la puerta estaba sin seguro. Entré y fui a la habitación, no lo vi tan mal como creí que estaría.
-Vaya llegaste en verdad rápido – me dijo.
-Yuu ¿te sientes mejor? – le dije un tanto confundido.
-Nunca me sentí mal… bueno en la tarde si estaba enfermo.
-Entonces ¿por qué me llamaste? – seguía confundido y no entendía nada.
-Quería que estuvieras conmigo.
Mi corazón comenzó a latir fuertemente, sentía que se me iba a salir por el pecho.
-¿A qué te refieres?
Continuara…