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Alguien como Tú por Rosmeryta15

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Notas del fanfic:

Hace mucho tiempo que no entraba a esta página, es por eso que después de mucho subo un antiguo one shot. 

Espero que les guste :)

 

Notas del capitulo:

Mencionar que gracias a la maravillosa canción de Adele 'Someone like you', este one shot nunca habría sido escrito.

 

Bill se encontraba en un restaurante, junto a toda su familia, celebrando el cumpleaños de su madre.

Ya habían partido el pastel y todos reían recordando anécdotas divertidas de la familia, cuando alguien mencionó a James, el ex novio de Bill.

Pronto una escena de hace meses atrás se le vino a la mente.

FlashBack

—No eres tú, soy yo —"típico" pensó el pelinegro.

—Claro, claro. Ahora dame una razón más convincente, James —demandó. Es decir, ¿quién se creería esa excusa para terminar una relación de más de dos años?

—Bueno... Lo que pasa es que tengo a alguien más... —soltó de pronto. Bill nunca se habría imaginado que era por eso que lo dejaba.

—Oh, así que era eso —murmuró. Ahora su cerebro y su corazón por decidirse entre enfadarse y golpearlo, o deprimirse y ponerse a llorar. Decidieron estar en un punto intermedio.

Sus ojos llorosos y su ceño fruncido advirtieron al rubio que su ex novio necesitaría más datos— ¿Desde cuándo?

James suspiró, todo ese tiempo que había estado con Bill le había sido tan fácil mentirle, pero ahora que debía decirle el 'adiós definitivo', sentía que debía ser sincero con él— Hace más de un año... No quería lastimarte, pero todo sucedió tan rápido que ni yo mismo puedo explicarlo...

—Ya, no digas más. Adiós —dijo y se levantó de la banqueta del parque donde se encontraban.

—Ya verás, pronto encontrarás a alguien mejor que yo —le escuchó decir al rubio y él pensó "Quisiera encontrar a... Alguien como tú"

Fin FlashBack

Recordó todo eso y su depresión regresó al instante, como si tan sólo necesitara un pequeño empujoncito para volver. Se excusó y se levantó de la mesa en dirección al baño.

Entró a un cubículo, se sentó sobre el wáter con la tapa cerrada.

Se mordió un poco la lengua para evitar soltar un grito de frustración. Los maravillosos momentos que había pasado con su ex novio se agolpaban en su mente.

Sabía, ya por experiencia, que con nada saldrían de ahí, así que tan sólo se quedó ahí y dejó que fluyeran hasta que su cerebro terminó de enviarle aquellos recuerdos.

Suspiró y salió del cubículo. Se lavó las manos. Se retocó el cabello y revisó que su maquillaje estuviera perfecto.

Caminaba mirando los azulejos, cuando a punto de salir chocó con alguien. Murmuró una disculpa y salió.

—No te preocupes —había dicho y Bill alcanzó a escucharlo e inmediatamente lo reconoció. Era él. Era James, con la voz un poco más gruesa, pero su corazón le decía que era él.

Entró de nuevo y sintió como si fuera la primera vez que lo veía, sólo que esta vez James tenía trenzas negras, y la ropa más holgada.

—¿James? —preguntó y se le acercó. El, ahora, trenzado, no volteó, eso le pareció extraño al pelilargo— ¿James?

El trenzado miró a través del espejo para poder ver con quién hablaba ese hermoso chico. Al darse cuenta de que ambos eran los únicos en el baño, volteó y dijo— ¿Disculpa?

—¿Nuevo look? Recuerdo que un día me dijiste que nunca te cortarías las rastas, al parecer cambiaste de parecer —en realidad no le daba mucha importancia a eso, pero quería retenerlo ahí durante un buen rato.

—Repito, ¿disculpa? —el trenzado lo miraba con curiosidad. Que él recordara, no conocía a ese chico. Y lo más raro era que, desde la adolescencia, ya nadie lo confundía con su hermano.

—¿James?, ¿no me recuerdas? —una chispa de tristeza se reflejó en sus bellos ojos.

—¿Eh? No soy James, soy Tom.

—¿Tom? Pero eres idéntico a él.

—Eso es lo que pasa con los gemelos idénticos —Tom rió.

—¿Ge-gemelos? —ahora estaba sin podérselo creer.

—Sí, James y yo somos gemelos, y ahora que lo pienso ¿de dónde conoces a mi hermano?

—De la universidad, yo soy su nov… —se corrigió—, su ex novio.

—Oh, ya veo —habló—, que yo recuerde, él nunca mencionó nada sobre de ti, sólo de sus tantas novias.

En esos momentos, todo concordaba para Bill. James nunca le había dicho nada sobre su gemelo, nunca le había presentado a su familia cuando él sí lo hizo.

Tantas novias. Me engañó con una chica. Nunca me presentó a su familia —Pensaba Bill— Él no es gay, es hetero.

—¿Estás bien? De pronto estás más pálido —se le acercó Tom.

—Sí, sí, estoy bien —levantó si mirada y se topó con los ojos del trenzado. Al verlos, fue como si James estuviera en frente de él. Sintió que volvía a enamorarse.

Se recuperó al instante— Bill Trümper —con una sonrisa se presentó y le extendió la mano.

—Tom Kaulitz —le estrechó la mano. Ambos disfrutaron de la sensación que ambos sintieron al tener contacto con el otro.

—Ya tengo que irme. Entonces le diré a mi hermano que te vi…

—¡No, no, no, no! Digo, prefiero que no lo hagas.

—Oh, ¿terminaron mal?

—S-sí, eso creo. Él me engañó la mayoría del tiempo que estuvimos juntos —habló, y sintió que su depresión iba a volver, pero se enfocó en la persona que tenía enfrente.

—Wow, nunca imaginé algo así de él…

—Pues ahora ya lo puedes hacer.

El trenzado salió y Bill se quedó ahí un largo rato más. Se habría quedado toda la noche ahí, de no ser por uno de sus primos que vino a buscarlo.

-.-.-.-.-.-.-.-.-

Cuando Tom llegó a su casa, quiso preguntarle a su hermano acerca del hermoso pelinegro, pero lo vio sentado en el sofá su mente le hizo ver a Bill llorando y a su gemelo tan triunfante que sintió ganas de golpearlo.

Pero sus ganas de saber más sobre él ganaron, así que aprovechando que James estaba distraído, entró a su habitación.

Habría sido mucho más sencillo si aún compartieran la habitación, pero hace años ya que se habían distanciado.

Miró su escritorio y vio la agenda de James. La abrió en ‘B’ y buscó, pero no encontró nada del pelinegro. Se dio un zape— Obviamente los números y direcciones las tiene en su celular pensó.

Así que decidió que a la mañana siguiente secuestraría el celular del rastudo.

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Bill dormía tranquilamente cuando en sus sueños aparecieron, los que al parecer, eran los ojos de su ex novio entre oscuridad. Cuando ésta fue son  desapareciendo, en lugar de ver rastas, vio las trenzas negras de Tom. Sonrió al verlo sonreírle.

Toda la noche durmió como no lo había hecho desde hace meses y gracias a Tom en sus sueños tuvo una bella sonrisa en su rostro.

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Al siguiente día, Bill despertó y se dirigió a su universidad. Se encontró con Mike, su mejor amigo y le contó todo lo sucedido el día anterior.

—¿Y por qué no le pediste su número o algo?

—Mike, hará lo mismos que James y de nuevo terminaré herido.

—No por el hecho de que un imbécil te haya roto el corazón significa que todos los harán, Bill. Piénsalo.

—Pero son gemelos, deben ser iguales. Ambos unos players.

—No lo juzgues sin antes conocerlo. Podrá ser su hermano, pero según sé, los gemelos tienen distintas personalidades. Y… ¡Shh! Déjame continuar —dijo cuando Bill trató de interrumpirlo—, y no sabrás si Tom es un player o no si nunca tienes algo con él. Lo sé, es arriesgado, pero tienes que darle una oportunidad al menos ¿no?

—Wow. Ahora entiendo por qué serás psicólogo.

—Gracias, eh.

Ahora el problema será cómo conseguir su número pensó.

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Tom entró sigiloso a la habitación de su hermano, cogió su celular y salió corriendo hacia su propia habitación.

Encontró el número/dirección/email de Bill— ¡Eureka! —gritó y los copió en una hoja de papel.

De reojo vio a James pasar por el pasadizo en dirección al baño. Salió a devolver el objeto secuestrado cuando comenzó a sonar.

Colgó la llamada y corrió escaleras abajo.

—¡Tom, ¿viste mi móvil en algún lado?! —preguntó desde el segundo piso.

—¡No! —respondió y lo lanzó al sofá antes de esconderse en la cocina.

—Uh, aquí está —escuchó decir a su gemelo.

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Tocó el timbre y una mujer pelirroja de bella sonrisa le abrió.

—¿James? —preguntó sorprendida. Estuvo a punto de decirle que él era su hermano en realidad, pero al parecer su gemelo le agradaba a esa amable mujer, que supuso sería la mamá de Bill.

—S-sí. Buenos días… Señora.

—Buenos días. Pasa, pasa —adentro el trenzado vio fotos del pelinegro con su familia en toda la sala. Y algo era seguro para él: Cada vez que veía al pelinegro, le parecía más hermoso.

—¿Vienes por Bill?

—Y-yo, sí.

—Oh, qué lástima. Él está en la universidad en estos momentos.

—Entonces, ¿puedo dejarle un mensaje?

—Claro —el trenzado tomó una hoja de papel y un lapicero de la pequeña mesa de centro y empezó a escribir.

Tom ya había salido de la casa y estaba cruzando la calle, cuando escuchó a la amable señora.

—¡Te quedan bien las trenzas, James!

—¡Gracias!

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—¡Ya regresé, ma! —gritó Bill lanzad su mochila al suelo, y él se acostó en el cómodo sofá. Cuando algo le llamó la atención. Había un papel sobre la mesa que decía ‘Para: Bill’ delante.

Lo desdobló y había escrito un número de celular, un email, y una dirección de una tienda de música.

Corrió a la cocina— Mamá, ¿sabes quién dejó esto?

—Oh, Billy. Vino James y creo que quiere volver contigo —habló con una sonrisa.

—¿Jam-James? —casi se cae al piso.

—Sí, él mismo. Aunque ahora tiene trenzas.

—¿Trenzas? —le volvió el alma al cuerpo. Tom era el que tenía trenzas, no James.

—Sí, ahora se ve más maduro.

Por la emoción e intriga que sentía, olvidó decirle a su madre sobre Tom.

Subió a su habitación y marcó el número en su celular y a punto de apretar el botón para llamar, se puso nervioso y se acobardó. Así que sólo agendó el número.

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—Cuando dije que tenía que intentarlo con él, no me refería a que yo se tu ‘Dama de Compañía’, eh —protestó.

—No, Mike. Tú eres mi mejor amigo… —dijo con una sonrisa burlona— Alias ‘Dama de Compañía’ —se rió.

Llegaron a la tienda, donde Bill suponía que Tom trabajaba. Entraron y lo vieron de espaldas ordenando algunos CD’s de música.

Bill mandó a su mejor amigo perderse por algún lado de la tienda, dejándole a él toda la “acción”.

Entonces disimuló estar buscando algo en el estante que estaba detrás de Tom.

—¿Buscas algo en especial? Puedo ayudarte —preguntó sin darse cuenta de quién era.

—Hemm… ¿A ti? —no supo de dónde salió eso, pero le gustó.

Tom volteó y movió con su lengua el piercing de su labio— Si esperas unos minutos más, podrás comprarme y seré todo tuyo —le siguió el juego.

—Pero, ¿no serás muy caro?

—En realidad, soy muy barato. Lo que te costará será mantenerme.

—¿En serio? Y ¿cómo tendría que mantenerte?

—Con mucho…

Mike los veía desde la otra esquina de la tienda, conocía esa clase de jueguito sabía y que estarían un muy buen rato; corrió hacia ellos.

—¡Tengan una cita de una vez! —les gritó.

—Ejem, Mike. Ve a buscar los CD’s que querías comprar —y lo fulminó con la mirada. Aish, ya me estaba gustando este jueguito pensó.

—Okey. Pero date prisa, tenemos clases en media hora —y de nuevo se perdió entre los estantes.

—… ¿Entonces quieres salir algún día?

—Mañana estaría bien.

—Entonces te paso a recoger a las ocho —se despidieron.

Bill y Tom quedaron sonrojados.

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Tom le había llevado a un hermoso parque donde una bella fuente de agua se imponía en el medio como el principal centro de atención.

Caminaron y hablaron sobre sus vidas, se conocieron más. Estaban tan bien juntos que nadie recordó a James.

Por estar tan entretenidos no se habían percatado de que ya era medianoche y tan sólo la luna era su única acompañante.

Se detuvieron frente a la fuente, admirando la luna a través del agua. Cuando sus miradas se conectaron.

A punto de darse un beso, Bill se alejó— N-no puedo, Tom. Me gustas y todo—rl trenzado sonrió—, pero es muy pronto, ¿no crees?

—Comprendo.

—Lo siento —murmuró el pelilargo.

—No, yo entiendo. ¿Te llevo a casa?

—Claro —se sonrieron.

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Cada fin de semana tenían una cita y en cada salida Bill sentía cómo su corazón rearmaba los pedacitos en que James lo había convertido; cada cita hacía que se enamoraran más.

En la décima cita, en el cine, por fin se dio, se besaron. Y desde aquella vez lo hacían cada que se veían.

Décimo quinta cita:

—Jaja, ¿en serio? — ambos reían.

—Sí, en serio me caí en frente de toda la clase —contaba Bill.

—Ejem… —tosió Tom y se puso serio de repente.

—¿Qué pasa?

—¡¿Quieres estar conmigo?! —gritó/preguntó el trenzado haciendo que las personas que pasaban por el parque, que desde su primera cita frecuentaban, se voltearan a mirarlos.

—Quedé sordo, lo siento ¿qué dijiste?

—Que si quieres ser mi novi… —ni siquiera lo había terminado de decir cuando Bill saltó a sus brazos.

—¡Sí, sí, sí, sí! —fue su turno de gritar y luego lo besó.

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Bill conversaba con Mike en su habitación cuando su celular sonó. Contestó.

Tom: Hallo, Billy.

Bill: Hallo, Tommy –Mike le estaba haciendo señas- Ah, sí. Mike te envía saludos –una de las reglas de los mejores amigos era llevarse bien con el novio de tu BFF-

Tom: Igual para él. Amm… Bill, hay algo que quiero decirte.

Bill: -se angustió- ¿Qué?

Tom: Bueno, este sábado mi papá hará una barbacoa para toda la familia. Quiero presentártelos, ¿quieres venir?

Bill: Oh, era eso. Obvioooooooo, Tommy.

Tom: James estará ahí, ¿no estarás incómodo?

Bill: No, ya lo superé –Mike le sonrió. Estaba orgulloso de él-

-Se despidieron y colgaron-

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El sábado Bill había conocido a toda la adorable familia Kaulitz por primera vez y después de presentarse como el novio de Tom, fueron a saludar a James.

—Veo que te conseguiste a alguien como yo, eh —bromeó el rastudo.

—Nuh-uh. Es alguien mejor que tú —respondió  y se abrazó al trenzado.

Ciertamente, ya había superado todo respecto a James y decidió vivir su vida junto a Tom, como si el rastudo nunca hubiera existido.

FIN (?)

Notas finales:

Gracias por leer :)

Y si les gustó o no, háganmelo saber a través de un comentario n_n


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